NinjaWorld
En honor a los caídos - Versión para impresión

+- NinjaWorld (https://ninjaworld.es)
+-- Foro: Base de datos del rol (https://ninjaworld.es/foro-base-de-datos-del-rol)
+--- Foro: Historia, acontecimientos y ambientación (https://ninjaworld.es/foro-historia-acontecimientos-y-ambientacion)
+---- Foro: Tramas pre-reset 2017 (https://ninjaworld.es/foro-tramas-pre-reset-2017)
+---- Tema: En honor a los caídos (/tema-en-honor-a-los-caidos)

Páginas: 1 2


En honor a los caídos - Umikiba Kaido - 18/11/2016

—¡Amo Jin, Amo Jin! —interrumpió de pronto una mujer, menuda y morena—. disculpe mi atrevimiento, pero no pude evitar percatarme del itinerario de viaje que hará el señor Hisai. Vi que tienen planeado visitar el Lago del Recuerdo, ¿no es así?

Quien le hablaba era una sirvienta del hogar de Jin. Musaki había servido a la familia durante muchos años y para Jin y lo demás era una mujer que ya era parte de la familia. Quizás por eso se permitía hablarle con tanta confianza al heredero de los Hyūga.

Jin se sobrepuso ante la sorpresa y se detuvo en seco para mirar a su acompañante de numerosas aventuras.

—¡Y por los pelos! Tuve que rogarle durante semanas para que lo incluyese en el viaje, hasta que al final ha cedido. Claro que he tenido que recurrir a mamá y a sus irresistibles encantos, sabes que para padre es casi imposible decirle que no a ella. ¿Pero por qué lo preguntas?

—Bueno, verá... sé que es todo un atrevimiento de mi parte, joven amo; pero querría pedirle el favor de llevar consigo éste collar. Es para mi padre, él... él falleció durante ya sabe... —comentó solloza—. —nunca he podido ir a despedirlo. Y quisiera ofrendarle esto, en su honor.

El Hyūga tragó saliva intentando despejar el nudo de su garganta. Lo mejor que podía hacer era mostrarse fuerte ante quien yacía evidentemente afligida por el recuerdo de su pérdida. Jin extendió su mano y tomó el collar aunque Musaki aún no se lo hubiera ofrecido.

—No digas mas, será todo un placer llevarlo conmigo.


_________________________________________________________


Frente a él y sus pregonados ojos blancos se alzaba majestuoso aquel gran monolito pedrusco sobre el cual fue grabado cada uno de los nombres de aquellos que habían fallecido luego de la estrepitosa aparición de la bestia con cola a la que todos llamaban Shukaku.

Mientras contemplaba el monumento erguido sobre el islote artificial, el joven Jin pudo sentir —a pesar de no haber perdido a ningún ser querido a diferencia de muchos—. el cómo le invadio de pronto una muy atípica nostalgia. No le resultó para nada agradable percatarse de que no era sólo un puñado de gente la que había perdido la vida, sino cientos y cientos de ellos.

El estómago se le revolvió de pronto y sintió la necesidad de mirar a otro lado.

«¿Por qué nosotros?» —no pudo evitar preguntarse.

Jin conocía el detalle más desconcertante de todos gracias a su tía Arumi, quien estuvo presente durante la catástrofe. Ella murió como todos, y revivió como pocos, gracias a la misericordia de lo que ella y muchos consideraban como un ser mayor. Pero para alguien que no estuvo allí todo aquello no era más que un discurso sin demasiado sentido que sólo generaba más y más preguntas, aunque nadie se había molestado en contestárselas, desde luego.

Su padre era uno de los tantos que prefería guardar silencio. Hisai sentía que lo mejor era dejar el pasado en las manos de aquellos que lo vivieron. La nueva generación no puede vivir con semejante carga, o eso creía él.

Pero ahora el joven Jin estaba sólo, frente al monumento que hacía honor a los caídos. Con tantas preguntas sin responder, y con tan poca compañía que pudiera ayudarle con ello.


RE: En honor a los caídos - Koko - 20/11/2016

—Qué sí, me iré y ya. —Soltó la rubia sin más en lo que terminaba de enlistar sus pertenencias.

—¿¡Y qué se supone que les diga!? —Respondió una chica de estatura promedio, pecas por todo el rostro y con un temblor en su voz que dejaba en claro lo nerviosa que estaba.

—Que me fui, ¿qué más querías? —Concluyó Noemi ya con todo preparado para partir en un supuesto viaje muy largo.

Se suponía que sería muy largo, solo si decidía viajar a pie hasta el País del Fuego pero ahora con la existencia de los ferrocarriles podría hacerlo en al menos un solo día, incluso podría regresar pero no lo haría sin antes hacer unas cuantas cosas entre ellas algo que no lograba sacarse de la cabeza desde hace ya bastante. Aunque no lo llevaría a cabo en ese lugar particular claro.

Sin mucha ceremonia, Noemi partió rumbo al lugar donde se había efectuado el gran torneo donde el Shukaku hizo acto de presencia, en ferrocarril debería tomar cerca de unas ocho horas, bastante poco en comparación de los dos días que tendría que invertir si se le ocurría ir a pie. ~¿Al menos el hombre que saqué se salvó…? ~Se preguntaba la kunoichi en pleno viaje, ya sentada en uno de los tantos asientos disponibles de aquel medio de transporte.

El motivo por el que decidió viajar hasta allí no sería simplemente llorarle a alguien que a ella le haya resultado importante, después de todo ninguno de sus conocidos había muerto hasta dónde tenía entendido así que simplemente pasaría a dejar algunas flores al monolito. ¿Por qué…? La chica llevaba en claro que muchas personas habrán hecho ya alguna ofrenda a muchos de los que fallecieron, pero seguramente no todos ellos tendrían parientes ni amigos que los llorasen por lo que nadie les dedicaría nada, o ese era el pensamiento de la chica al momento de estar cruzando el gran puente que había sido alzado para facilitar el acceso a la isla que había sido formada durante aquel incidente.

A medida que Noemi avanzaba por el puente podía distinguir a la distancia una silueta que poco a poco iba apreciando con más detalle. Una persona de cabello no muy largo, al menos no en comparación a la dorada melena que aquel día la Senju siquiera se había molestado en atar por lo que el viento la manipulaba como quería.

—Hola. —Soltó no muy animada, siquiera se planteó la idea de aparecerse con un “buen día” siendo que estaban frente a un monolito en honor a cientos de personas que habían perdido sus vidas.

Y si era por ella, no hablaría más con aquél desconocido, no tenía motivos reales para hacerlo y tampoco sabía a ciencia cierta si le resultaría fastidioso o no el hablar de lo que sea en ese lugar en particular. Por ello la kunoichi simplemente se arrodilló frente al monolito y dejó algunas flores frente al mismo como una ofrenda a aquellos que no tenían a nadie que los llorase. Se mantendría un momento en esa posición y en absoluto silencio también.

~¿No se suponía que al torneo vinieron solo algunos con invitación…? ~Pensó por un instante, recordando en particular a cierta pelirroja que no sabía si alguien iría a llorarla en caso de que hubiese permanecido muerta.


Tengo una dudita sobre tu bandana... La descripción física dice que la tienes en el brazo izquierdo, el inventario en la frente...



RE: En honor a los caídos - Umikiba Kaido - 20/11/2016

La lleva en su brazo izquierdo, lo de la parte de objetos se me ha olvidado cambiar la zona jaja. Gracias por darte cuenta de ello.

Cuando pensó que ya se había lamentado lo suficiente como para creer haber presentado su respeto correctamente a los caídos, el muchacho se decidió finalmente a completar uno de los objetivos por los cuales había acudido a ese sitio en primer lugar. Jin rebuscó entre sus ropajes con la mano derecha y desde el fondo de sus bolsillos extrajo un modesto aunque bonito collar de plata el cual gozaba además de una reluciente aunque diminuta placa con un kanji escrito sobre la misma.

Lo paseó entre la yema de sus dedos y dijo en voz baja, casi en un murmullo, la oración que Musaki le pidió con gratitud que recitara cuando se encontrara frente al ahora conocido mural.

Cuando hubo terminado el recital, bajó la cabeza y y reverenció a los caídos, por igual. A quienes gozaban de familiares que lloraran su pérdida; y a los que no. Luego se alzó sonriente y acercó sus brazos hasta las cercanías del muro en donde la mayoría de las personas depositaban las ofrendas. Pudo comprobar que eran más las flores marchitas que las llenas de vida, probablemente nadie se dedicaba a cambiarlas de cuando en vez.

Pero antes de que pudiera dejar entre los pétalos el collar, una voz femenina le distrajo en súbito.

—Hola —anunció ella, sin mucho decoro. Pero no le hacía falta, o eso es lo que pensó Jin al comprobar que la voz provenía de una elegante y muy bien parecida dama de cabellos dorados. Largo, brillante, y que resaltaba más sus introspectivos ojos verdosos. Lo demás pasó desapercibido para él que aún era un niño sin demasiado interés en lo platónico y atractivo de una mujer, aunque había que aceptar que la dama era probablemente una de las mujeres más bellas que había visto alguna vez. Sus atributos eran, desde luego, notables.

Lo que sí notó luego de darle un rápido vistazo fue que su cuello vestía una bandana shinobi. El símbolo representaba a una aldea ajena a la suya: Takigakure.

—Que tal, señorita. ¿Cómo le va? —argumentó el joven Hyuga, mientras la chica dejaba cerca del monolito un ramo de flores. Él hizo lo propio con el collar, soltándolo allí cerca al casi al unísono que su más reciente interlocutora.

Jin pensó en buscarle conversación a la mujer, pero de pronto se sintió tan intimidado que incluso creyó haberse sonrojado. Lo cierto es que probablemente se debatió en su interior por un par de minutos para convencerse a decir algo, él no era un cobarde. Y cuando estuvo a punto de abrir la boca, dos hombres se acercaron por la espalda de ambos y ensombrecieron levemente el monolito con sus reflejos.

Ambos portaban armas y vestían acorde a lo más parecido a un ninja. De cabellos negros, altura prominente y el símbolo de Uzushiogakure —al igual que el suyo— reposando sobre sus frentes.

—Amo Jin, disculpe que le interrumpa.

—No Rankotsu, tranquilo. ¿Qué pasa?

—Es su padre. Parece que sus asuntos se alargaron más de lo esperado y tardará quizás una hora más en volver.

—Oh, bueno... qué se le hace. No importa, puedo esperar aquí a que se desocupe sin ningún problema. Por suerte ha llegado un poco de compañía —dijo, dejando que sus blanquecinos ojos se encontraran con los de la mujer que reposaba paciente no muy lejos de él. Y le sonrió, amable y en extremo jovial.

»Es un placer, mi nombre es Jin.


RE: En honor a los caídos - Koko - 21/11/2016

Al ver a alguien delante del monolito Noemi automáticamente pensó que estaría rindiendo algún tipo de tributo a sus seres queridos, solo por eso se mostraría un tanto distante, siquiera siguiendo molestándose en sonreír a la hora de saludar a un desconocido o mínimamente dar el “buenos días” en lugar de un simple hola sin mucha emoción.

De cualquier manera, grande fue la sorpresa que se llevó la rubia al recibir ese saludo por parte de aquel desconocido de cabellos verdosos, es decir, no se notaba deprimido ni nada por el estilo y tampoco le haría falta demasiado esfuerzo para llegar a sonar alegre.

—Bien, pensé que…

La kunoichi no terminaría de hablar que sería interrumpida por dos hombres armados y algo más altos que ella, lo suficiente para que tuviera que alzar la vista para intentar verles la cara mientras hablaban entre sí. No iba a interrumpirles claramente así que… ~Amo, significa que ha de ser un ricachón por ahí en Uzushio… ~Se planteó Noemi centrando nuevamente la mirada en el Hyuuga.

Para este momento la chica se daría cuenta que este portaba la bandana de todo shinobi en el brazo despejándole todo tipo de duda, salvo por una. ~¿Es necesario que viaje con otro par de shinobis…? ~A los ojos de la Senju esos dos recién llegados eran meros guardaespaldas contratado… ¡Para proteger a otro shinobi! ~Bueno, yo podría haber traído a Koko también… ~Se replanteó en silencio, en lo que esperaba a los tres desconocidos que tenía delante.

Por suerte para ella el diálogo entre aquellos de Uzushio no duraría más que un minuto, incluso menos por lo que enseguida volvería a tener cierto protagonismo. Después de todo, se volvía difícil no escuchar una conversación estando tan cerca como ella lo estaba así que no podría fingir lo contrario.

—Noemi, el gusto es mío. —Respondió con una sonrisa de medio lado acompañada de un ligero gesto con la cabeza. —Pensé que había venido para visitar a algún ser querido suyo. —Agregó con sumo respeto, lo último que quería era que esos dos grandotes intentasen matarla aunque de haberlo querido ya lo hubiesen hecho muy probablemente.


RE: En honor a los caídos - Umikiba Kaido - 22/11/2016

—Noemi, el gusto es mío.

«Con que Noemi. Si es que hasta el nombre es bonito, vaya» —pensó de pronto, siendo que creyó tener la certeza de que la muchacha tendría un nombre lo bastante feo como para que equilibrase la balanza respecto a su notable belleza exterior. Que se llamase Akako, o Momoka; habría sido más justo para las que no fueran tan bonitas como ella.

Pero bastó que la mujer de cabellos dorados concluyese su presentación para que inclinara levemente su cabeza en forma de saludo, a lo que Jin respondió de la misma forma, con la cordialidad que siempre le caracterizaba. Aprovechó además para otorgarle a sus cuidadores un leve gesto de mano, esperando que éstos volvieran a hacer su guardia. Ellos acataron y aunque no partieron muy lejos, ya no formaban parte de la conversación.

Dejó que sus dubitativas poco interesantes se fueran rápido al demonio y escuchó con atención lo que diría la chica luego de haber dado su nombre —pensé que había venido para visitar a algún ser querido suyo —. y probablemente habría tenido razón, puesto que resulta muy probable pensar que si alguien se encuentra frente al monolito con un obsequio sería para visitar a un ser querido que haya perdido su vida en la recordada cumbre del torneo.

Para la suerte de quien la escuchaba, sin embargo, ese no era el caso. Nadie cercano a él había estado en ese lugar a excepción de su tía Arumi. Y su tía Arumi era una kunoichi, que renació como todos los que se hacían llamar a sí mismos shinobi.

—¡Oh, por suerte no señorita! —exclamó aliviado —. tengo la fortuna de no haber perdido a nadie durante ese fatídico evento. O bueno, técnicamente si lo hice... pero volvió sana y salva a casa como el resto de los shinobi.

De pronto volteó a mirar el monolito y se sintió levemente avergonzado por lo dicho.

—Mil perdones, que insensibilidad la mía. No he querido jactarme de la suerte de mis relativos ni mucho menos, aún siento mucha pena por todos aquellos que no sobrevivieron. Por eso estoy aquí, realmente; para honrar el sacrificio de tantos, si es que se le puede llamar así.

Sonrió tímidamente y trató de recuperar su alegre compostura.

»¿Y usted, perdió a alguien?


RE: En honor a los caídos - Koko - 24/11/2016

Los teóricos guardaespaldas del Hyuuga tras una ligera señal de este se retiraron sin siquiera soltar una mínima palabra, no era que le molestara la presencia de ellos pero a veces llegaba a ser incómodo tener una charla con alguien y que otras personas te estuviesen observando, o en el caso de que él se sintiese ofendido los otros dos podrían darse el lujo de actuar de una forma un tanto precipitada que en ese caso, si sería fastidioso además de peligroso, al menos para ella.

—No se preocupe, no es que me parezca correcto burlarse de los que sí perdieron a alguien pero tampoco creo que sea adecuado llorar las pérdidas de todos. —Respondió la kunoichi ante aquellas disculpas de parte del contrario, aunque su mirada estaba centrada en el monolito y su ceño se había fruncido ligeramente. —¿Imagina lo que sería vivir así? Llorando por cada persona que muere…

Podrá sonar fría y hasta cierto punto mal, pero Noemi estaba más que convencida de que no tenían por qué hacer tal cosa, es decir, sensibilizarse con aquellos cercanos que perdieron a alguien a quien querían está bien, pero no hacerlo con absolutamente todas las personas de la faz del mundo o uno no terminaría de llorar nunca. Además, ¿quién disfruta de la vida de esa forma? Nadie.

Pronto la mirada de la Senju volvería a su interlocutor, quien trataba de solventar su previo comentario que poco le había importado a ella.

—No, fui la única de entre mis conocidos que asistió al torneo así que… Todos se salvaron. —Soltó con sinceridad en lo que alzaba la zurda para rascarse ligeramente la nuca, casi se la veía incómoda. Pero eso duraría un breve instante antes de que se volviera a centrar en el peliverde simplemente para consultar. —Imagino que usted no asistió, ¿verdad?


RE: En honor a los caídos - Umikiba Kaido - 24/11/2016

Jin no se vio en lo absoluto sorprendido por la opinión de Noemi, quien argumentó no verle sentido al hecho de martirizarse por el fallecimiento de tantas personas. Él estaba de acuerdo con ello puesto que ambos como shinobi debían comprender y aceptar que la muerte era un acontecimiento que los ninja debían afrontar muy seguido. Quizás no tanto como cuando Onindo se encontraba en tiempos de guerra, pero incluso en la época reciente donde la paz se ha mantenido latente; la muerte siempre encuentra la manera de abrirse paso y aparecer de la forma más inesperada.

En forma de bijuu, de forma repentina e inesperada y llevándose consigo a gente inocente.

Pero el tono con el que lo dijo resultó bastante insensible, desde luego. Como si hablase de una carga que por ningún motivo llevaría sobre sus hombros, salvo que se tratase de alguien cercano. Y aunque sonase cruel, tenía más que razón.

«Como dice papá, debemos seguir adelante sin importar qué. Aún hay muchos vivos por los que hay que preocuparse»

Jin sería incapaz de decir nada sobre lo anterior, no sería él quien le llevase la contraria al respecto. Además, la mujer de cabellos dorados aún tenía una interrogante que responder, y eso hizo poco tiempo después.

—No, fui la única de entre mis conocidos que asistió al torneo así que… todos se salvaron—dijo ella mientras se rascaba la nunca, en un gesto que desveló una ligera incomodidad. Aunque, al final, dejaría que sus ojos verdes se centraran de nuevo en el hyuga pues ella también tenía una pregunta entre dientes —Imagino que usted no asistió, ¿verdad?

Antes de que él pudiera contestar, tuvo que calmar sus ansias. De pronto se revelaba que frente a él se encontraba nada más y nada menos que uno de los supervivientes del torneo, alguien que había experimentado en carne propia lo sucedido. No sabía si sentir admiración o pesar por Noemi, pero de cualquier forma, tenía que buscar recomponerse. Su actitud no era la apropiada si quería averiguar algo.

Entonces sacudió un poco la cabeza y habló.

—Por favor, tutéame. No hace falta ser tan cordial con un simple muchacho como yo. Y sí, en efecto, yo no acudí al torneo. Para entonces aún era muy joven para participar, ni siquiera tenía mi bandana —se la señaló con la mano derecha entre risas y luego continuó—. discúlpame si sueno atrevido, pero... ¿qué se siente?

Su voz se quebró levemente y el rostro se le vistió de inocencia. Para Noemi sería fácil discernir que se trataba de un interés sano, para nada malicioso. De un joven que buscaba crecer rápido, al fin y al cabo.

»Es decir: morir. Y volver, porque eso es lo que sucedió, ¿no?


RE: En honor a los caídos - Koko - 25/11/2016

Hasta que no se lo dijera no le iba a tutear, principalmente por la existencia de esos dos guardias que a saber dónde se habrían metido y que no sería extraño que fuesen por lo menos chuunins de Uzushio, por ende, una mínima ofensa contra “su señor” y quién sabe cómo terminaría ella. Siendo que tampoco estaba muy dispuesta a averiguarlo simplemente seguiría tratándolo con sumo respeto hasta que él mismo le indicó lo contrario.

Lo más curioso era que con aquella sencilla pregunta, Noemi había obtenido algo más de información de la que podría haber exigido aunque no por ello debía de darse el lujo de molestarle ni nada por el estilo. ~Así que saliste de la academia hace relativamente poco. ~Dijo para sí misma como si eso le diera cierta seguridad, que no era así realmente.

—Entiendo, no llevas mucho como shinobi entonces. —Fue la respuesta que le brindó al Hyuuga aunque evitó en medida de lo posible utilizar un tono malsonante.

Luego de aquella breve respuesta, la kunoichi se cruzó de brazos, suspiró pesadamente y enfocó la mirada al monolito, pensativa sobre cómo responder a aquella incógnita que siendo sincera, no creía que debiera de saber responder pero allí estaba, de pie luego de que su cuerpo fuese desintegrado.

—Pues… Sí, técnicamente todos morimos de un segundo a otro. —Soltó algo dubitativa a lo que aprovechó para tragar algo de saliva. —No sabría explicarlo realmente, yo por lo menos no llegué a sentir nada salvo un vacío en el que ya nada me importaba, o mejor dicho ya no pensaba en nada y solo veía blanco, ni siquiera mi cuerpo. —Tras aquel agregado la rubia suspiró una vez más y bajó la mirada al suelo tras cruzarse de brazos. —No sé lo que habrán sentido los demás, pero para mí no llegó a ser desagradable pero tampoco algo que quiera volver a sentir. —Concluyó finalmente con un tono algo más bajo.

Tenía que aceptarlo, no le gustaba la idea de haber muerto de semejante manera en un abrir y cerrar de ojos, es decir, morir completamente desintegrado y que no quede ni un trozo de tu cadáver es una idea macabra pero que para un bijuu es totalmente posible de hacer, además que si todos sintieron exactamente lo mismo que Noemi no podrían decir que fue una muerte espantosa si es que no se llegaba a sentir nada.

Pero luego de un momento en que la kunoichi guardase silencio terminó por llevar ambas manos al cielo solo para estirarse un poco y luego dejarlas caer sin más, aunque la zurda fue a parar a su cabello con el que comenzaría a jugar trazando.

—Supongo que no es lo que esperabas, pero es lo que recuerdo que sentí. O puede que haya sido tan traumático que mi subconsciente se tomara la delicadeza de borrar el recuerdo. —Comentó con un tono algo más alegre, básicamente para no dejar el ambiente tenso. —¿Y tú no has tenido experiencias cercanas a la muerte?


RE: En honor a los caídos - Umikiba Kaido - 28/11/2016

Cuando supo que la interrogante que le había soltado momentos antes no había causado mayor revuelo en Noemi, y teniendo en cuenta, además; que ésta estaba más que dispuesta a responder, el joven Jin no pudo hacer más que voltearse levemente hacia ella y dejar sus brazos sobre las piernas. Tenía rostro de inocencia desvelada y sus ojos demostraban expresivos su interés por escuchar el cómo fue para ella la experiencia de haber muerto".

—No sabría explicarlo realmente, yo por lo menos no llegué a sentir nada salvo un vacío en el que ya nada me importaba, o mejor dicho ya no pensaba en nada y solo veía blanco, ni siquiera mi cuerpo —Jin abrió levemente la boca pero la cerró en un intento desesperado de disimular su sorpresa. Era sensato pensar que el camino hasta la muerte definitiva sería mucho más horroroso que lo que contaba Noemi, pero por lo dicho; se trataba más de una especie de purgatorio silencioso donde te conviertes en nada —. No sé lo que habrán sentido los demás, pero para mí no llegó a ser desagradable pero tampoco algo que quiera volver a sentir.

—Desde luego, morir dos veces en una sola vida creo que es más que suficiente —se atrevió a bromear entre la pausa de su interlocutora.

—Supongo que no es lo que esperabas, pero es lo que recuerdo que sentí —él intentó responder, pero la mujer continuó sin darle tiempo de hacerlo—. O puede que haya sido tan traumático que mi subconsciente se tomara la delicadeza de borrar el recuerdo...

» ¿Y tú no has tenido experiencias cercanas a la muerte?


Jin sonrió.

—Por suerte no. Quizás es porque soy muy joven aún, o porque no he tenido la mala fortuna de estar en el lugar y el momento menos indicado, como el susodicho torneo —comentó pensativo—. O tal vez por mi familia, son muy sobre protectores conmigo. Como ya te podrás haber dado cuenta, claro...

Se refería a los dos guardias que siempre le acompañaban a todos lados. Su seguridad era prioridad para los suyos, y; teniendo en cuenta lo conocida que es la familia de su madre en el país de la espiral e incluso territorios aledaños, cualquier maleante podría pensar que podrían sacar una buena pasta de tener a su primogénito entre sus manos. Claro que, no es que él no fuera capaz de defenderse; de hecho era muy capaz de cuidarse su propia espalda. Pero nunca estaba de más tener un as bajo la manga.

Rankotsu cumplía esa función.

—De todas formas, creo que lo que ocurrió ha terminado abogando finalmente por un bien mayor, ¿no crees?, es decir; supongo que hacía falta enfrentar un hecho similar para que dejásemos a un lado las diferencias y así comenzar a trabajar juntos de una vez por todas. O bueno, eso es lo que me ha dicho mi padre. Que la muerte de tantos ha logrado la unión de unos pocos, de las tres aldeas, y sus líderes. Onindo es más seguro ahora.


RE: En honor a los caídos - Koko - 29/11/2016

Era cuanto menos agradable que alguien se mantuviese en absoluto silencio escuchándola atentamente cuando usualmente la gente tiende a cuestionar absolutamente todo incluso desde la más absoluta ignorancia. ~Ya me estás cayendo bien. ~Pensaba la rubia poco antes de terminar con sus explicaciones puesto que al no haber sido interrumpida ni una sola vez podía darse el lujo de opinar acerca de las actitudes ajenas.

Indistintamente de lo que el Hyuuga pudiera pensar, Noemi había hablado en todo momento con sinceridad por lo que le hubiese irritado considerablemente que la contradijeran o cuestionasen puesto que en serio, todo lo que había dicho era más o menos lo que había experimentado en ese momento, aunque claro, puede que las palabras escogidas no hayan sido las mejores pues nadie está preparado para ir y explicar lo que se siente morir… Es más, nadie debería de saber lo que se siente pero ahí estaba ella y otros tantos supervivientes que estuvieron en el mismo lugar aquel día.

Pero pronto llegarían las respuestas a las preguntas que la kunoichi había formulado al joven de Uzushio. Fueron sencillas y hasta se daba los lujos de soltar una que otra broma, probablemente para no dejar que el ambiente se tensase, después de todo no es tan agradable hablar de la muerte, menos de la propia.

—Que suerte la tuya y esperemos que así se mantenga. —Respondió con una sonrisa de medio lado al mismo tiempo en que se cruzaba de brazos y desviaba la mirada hacia los guardias que seguían dentro del campo de visión de la chica.

Lo que sí, el peliverde llevaba la razón en algo, un hecho irrefutable y es que las aldeas al fin se habían dejado de fastidiar con los conflictos y desconfianzas y ahora se mantenían todas aliadas, o por lo menos eso era lo que daban a entender a los ojos de todos inclusive shinobis. O puede que a algunos de rangos más elevados se les contase alguna que otra cosilla que a los menos experimentados no se les permitía saber. Vaya uno a saber.

—Supongo que sí, o sea tenemos a los bijuu por ahí dando vueltas que nos pueden matar cuando se les venga en gana así que tiempo para estar peleando entre nosotros no tenemos en realidad. —Hizo una ligera pausa simplemente para regresar la mirada al chico. —Digo, ni siquiera los kages se salvaron. —Agregaría con el ceño algo fruncido.

Todos habían muerto inclusive shinobis de todos los rangos sin ninguna excepción, siquiera los kages. Pero Noemi realmente prefería pensar en alguna otra cosa, como un lugar más cómodo para hablar que de pie frente al monolito.

—¿Hay alguna otra cosa que te interese preguntar? Porque podríamos buscar algún lugar más… Cómodo. —Consultaría la rubia esperando una respuesta afirmativa por parte del Hyuuga.


RE: En honor a los caídos - Umikiba Kaido - 2/12/2016

Ella tenía razón. Ni los shinobi más fuertes de las tres aldeas actuales habían podido salir airosos de tan peligrosa situación, ¿qué oportunidad tendrían ellos ante un peligro tan inminente y a la vez tan incierto?...

Jin tuvo que aceptar que sintió algo de miedo en ese momento. Los Bijuu era ahora una realidad más que nunca, y quien sabe cuantos más de ellos continúen por allí, vivos, esperando el momento más oportuno para hacer de las suyas contra aquellos que por alguna razón los han mantenido al margen, encerrados y apresados como las bestias que son.

El peliverde prefirió no decir nada más. Aunque de todas formas, fue la señorita Noemi quien tomó la iniciativa e inquirió al joven sobre su interés en alguna otra cuestión. Él negó amablemente con la cabeza, entrecerró sus ojos y le sonrió con la gracia de un noble hecho y derecho. Pero entonces la mujer sugirió la posibilidad de movilizarse a un lugar más cómodo para continuar con la conversación, a lo que el Hyuga respondió con sorpresa. Su piel blanca le delató y el rubor en sus mejillas le cubrió el rostro de pronto.

Rojo, rojo como un tomate; el muchacho volteó avergonzado tratando de cubrirse. Dejó el suelo y entre rápidos movimientos aprovechó para limpiarse la ropa de la arena que probablemente se le habría quedado pegada en el pantalón.

—Eh, sí. Claro, sí... eh... yo.... —titubeó un par de veces más y continuó—. aún queda mucho para que mi padre vuelva de su reunión así que no estaría mal ir a otro lado. ¿Qué propo...


Antes de que él pudiera terminar su frase, el estruendoso retumbe de una pequeña multitud hizo eco de sus pasos. De el camino principal que llevaba de las laderas aledañas a las islas que rodeaban el monolito, un numeroso grupillo de personas se acercó con evidente ensañamiento hasta las cercanías de donde ambos shinobi se encontraban conversando. Para los ojos más detallistas era muy fácil discernir que se trataba de simples lugareños, aunque sus manos estaban repletas de todo tipo de armas. Desde katanas mal empuñadas hasta nunchakus, entre otros.

Nadie dijo nada, sólo murmuraban. Y observaban, enojados, a quienes ahora tenían en frente. Todos y cada uno de ellos contemplaba entre gimoteos a los dos ninja, otros escupían al suelo.

Estaba claro que estaban allí por ellos y nadie más.


RE: En honor a los caídos - Koko - 3/12/2016

En ese mismo instante la rubia no se había dado cuenta de lo indecente que su propuesta había sonado y por ello al ver al Hyuuga con el rostro enrojecido alzó una ceja y le miró completamente extrañada, como si fuese una cosa totalmente fuera de lugar o extraña pero rememorando sus palabras se percató de motivo y al igual que él, su rostro adquirió un color igual o tal vez más rojizo que el del contrario. ~¡Sigue así, mujer! ¡Todo el mundo pensará que eres una puta! ~Se decía a sí misma para intentar convencerse de mejorar su vocabulario.

—No me refería… —Quiso justificarse encimando sus palabras con las del peliverde pero como él, ella también se silenció al escuchar los ruidos provocados por la multitud.

Todos se veían como los típicos matones imbéciles que se creían duros por tener un palo en las manos, algunos tenían katanas pero todas mal empuñadas lo que probablemente los dejaría con una buena molestia en las manos si llegaban a blandirla contra alguna cosa que no pudieran cortar, aunque de por sí no les debería ser tan sencillo acertar ni nada.

De cualquier forma, siendo tantos contra tan pocos shinobis la historia cambiaba. ~¿Serán familiares de los que murieron? ~Pensó la rubia por un instante mientras miraba en silencio a la muchedumbre. Aunque… ¿No se suponía que el Hyuuga tenía a sus guardaespaldas por ahí? Podrían ser de utilidad en un momento así.

—Lo dicho, mejor nos vamos. —Soltó la kunoichi antes de dirigirse al agua para retirarse de la isla.

Si hubiesen sido solo un par se habría planteado el darles una paliza, pero ante tal número seguramente se vería obligada a utilizar sus armas y con ello podría terminar matando a alguno, además que seguramente no la dejarían irse tan campante luego de violentar a un montón de civiles.

—¿Vienes, Jin? —Preguntó Noemi al mismo tiempo que se volteaba para observar al chico. Total, los civiles no deberían poder hacerles mucho desde el agua.


RE: En honor a los caídos - Umikiba Kaido - 18/12/2016

El joven Hyuuga observó a su interlocutora cuando ésta le preguntó si le acompañaba. Estaba claro que era mejor idea ir con ella a donde fuera antes que enfrentar a una horda de civiles enfurecidos, así que no lo pensó dos veces y se acercó hasta los linderos de su costado izquierdo. Incluso le tomó la mano y la apretó, como si creyese que era posible perderse una vez que tuvieran que correr de allí por sus vidas.

Pero para el tumulto de ciudadanos no era una opción dejarles escapar. Parecían estar lo bastante organizados como para que otro grupillo pequeño apareciese en el momento exacto, rodeando a los dos jóvenes shinobi completamente; al menos dentro del espacio en el que yacía el famoso monolito. Jin se obligó a buscar a Rankotsu con la mirada, quien permanecía en su antigua posición muy atento a todo lo que estaba sucediendo, con su mano sobre el mango de su katana a la espera de cualquier movimiento por parte de los ciudadanos. Jin le echó una mirada concisa: no hagas absolutamente nada salvo que sea necesario.

Era probable que Noemi pensase que escapar de aquella situación era lo más sencillo y expedito que podrían hacer en ese momento, pero al de ojos blancos le comía un poco la cabeza el ver a aquellas personas tan enojadas. Fuera por su amabilidad o por cierto sentido de responsabilidad que sentía con respecto al fallecimiento de tanta gente, se vio obligado a preguntar qué era lo que estaba sucediendo.

—Lo siento, creo que nos hemos perdido de algo. ¿Qué sucede, por qué traéis vuestras armas a un lugar donde tanta gente descansa en paz?

—¿En paz? —respondió irónico uno de los tipos—. ¿Qué coño sabes tú de nuestra gente, o de si realmente encontraron la paz allá al lugar al que fueron enviados por vuestros malditos asuntos de ninja?

Los otros comenzaron a murmurar más.

—Así que la pregunta es: ¿qué hacéis vosotros perturbando el descanso de nuestros familiares?... ¿habéis venido a jactarse de su suerte por haber sobrevivido a lo imposible?

Jin se quedó sin palabras, no supo qué decir.


RE: En honor a los caídos - Koko - 21/12/2016

Lo último que la rubia se esperaba era que una parda de civiles vendría de tal manera a interceptarles, se suponía que aquel lugar era el equivalente a un cementerio, un lugar donde los difuntos podrían descansar en paz sin que nadie haga líos o siquiera levanten la voz como si se tratase de una biblioteca, un lugar al que todos deberían de tener acceso o por lo menos así es como ella imaginaba que eran y debían de ser los cementerios en general, este no tenía por qué ser una excepción.

Siendo así, por mero respeto a los caídos y para no verse obligada a agredir a ningún civil, la kunoichi prefirió darles el gusto e irse con el rabo entre las patas, por lo menos darles esa imagen para que no molesten más de la cuenta. Eso sí, tras caminar un poco el joven Hyuuga se tomó la libertad de tomarla por la mano lo cual le provocó un ligero escalofrío a la mayor pero nada más que eso, no dijo absolutamente nada y siquiera se dignó a mirar al chico. ~Bien… No me sorprendería que se piensen que soy niñera o algo así. ~Pensó fugazmente la chica, aunque no le fastidiaba en lo más mínimo caminar de esa manera, además que la situación en la que se encontraban actualmente ameritaba al menos un poco de seriedad.

Pero en plena marcha se pudo divisar como algunos civiles más se ubicaban a orillas del lago dejando en claro que no permitirían que los shinobis se fueran tan fácilmente y a eso había que sumarle el accionar del peliverde que optó por intentar averiguar el motivo de la “hostilidad”.

Claro que las primeras oraciones de ambas partes no le llamaron en lo más mínimo la atención a la rubia, por un lado Jin simplemente preguntaba por motivos, el que se dignó a responder de entre la multitud simplemente respondió como un imbécil cualquiera, pero las próximas palabras de este sí que terminarían por hacerla fruncir el ceño y girarse para verle a la cara.

—¿Suerte? ¿En serio te crees que los que sobrevivimos tuvimos SUERTE? —Soltó con desprecio haciendo especial énfasis en la palabra suerte. —¿Desde cuándo podemos considerar suerte a saber cómo mierda se siente morirse? —Agregó aunque un segundo después terminaría chasqueando la lengua para luego dedicarles una sonrisa maliciosa a todos los allí presentes. —Ah, pero que digo, todos ustedes son unos ignorantes que necesitan a alguien para culpar, ¿verdad? Y entre todos los que estuvieron ahí lo más fácil es culpar a los shinobis que ni siquiera organizaron el torneo, ¿no es cierto? —Concluiría la rubia borrando también aquella peculiar sonrisa de su rostro.

Ahora con semblante serio, la de Takigakure se voltearía para vigilar que los civiles que estorbaban el paso no hicieran nada, o mismo abrieran el paso de una buena vez aunque no sin antes dedicarles unas últimas palabras.

—Venga, vayan a trabajar o a ver a sus familias, que seguramente los necesitan.


RE: En honor a los caídos - Umikiba Kaido - 23/12/2016

Jin no pensó que ante su silencio, Noemi respondería de forma tan contundente. Incluso trató de aclarar la garganta un par de veces para hacerle saber a su compañera que, quizás, no era necesario ser tan duro con quienes aún se sienten dolidos por la pérdida de sus seres queridos, pero aquellas palabras del conglomerado pareció afectar más de la cuenta a la Kunoichi.

Y se los hizo saber, sin pelos en la lengua. Con poco pudor, y tratando de demostrar a la mala que no eran tan diferentes después de todo. Ellos y los shinobi, a pesar de que los segundos hubiesen tenido la suerte de haber sobrevivido.

—Vaya, pero si la zorrirubia tiene los santos cojones de quejarse de estar viva. Y mi señora madre, calcinada por una de esas putas mascotas que ustedes inútiles ni pueden controlar; muerta. Es que lo he visto todo en esta vida ya —bufeó uno entre la muchedumbre.

—Créeme, tus jodidas pesadillas no se comparan con el hecho de no existir más. O el dolor que esa le realidad le genera a tus seres queridos. No sabes nada, mujer; no sabes absolutamente nada —él parecía ser quien lideraba la horda. Y aunque ellos, en su mayoría, no parecían tener demasiada pericia en ésto de las armas, quien ahora hablaba por todos sí que empuñaba bien su espada. De hecho, se le veía seguro; y la edad delataba experiencia —. ahora, será mejor que se larguen, los dos, y sin decir una sola palabra. O te muerdes la lengua y no vuelves nunca mas, rubita, o haremos de ti un buen ejemplo para el resto de los tuyos.

El joven Hyuga siguió callado, deseoso de que todo aquello terminara. Sin embargo, todo quedaba en manos de Noemi, quien incluso en un principio no pareció muy dispuesta a callar. Y ahora que le amenazaban, solo esperaba que pudiera controlarse. De lo contrario, ¿qué podrían hacer ellos contra un shinobi, en todo caso?... ¿o la preocupación tendría que ser al contrario?


This forum uses Lukasz Tkacz MyBB addons.