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¿Cuándo los invité? - Versión para impresión

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¿Cuándo los invité? - Ritsuko - 23/12/2016

—Nah, yo me arreglo. —Fueron las últimas palabras que dedicó Ritsuko al empleado de la cerrajería.

¿Por qué visitaba una cerrajería? Pues porque todas las jodidas puertas de su casa estaban destrozadas, todas y cada una de ellas al estar tan descuidadas terminaron por romperse, oxidarse o las tablas de algunas se llegaron a pudrir, la peor era sin dudas la puerta de entrada que estaba un poco rota… Lo suficiente para que la pelirroja pueda meterse a gatas sin problemas pero venga, nada del otro mundo.

También habría que mencionar que las paredes tampoco estaban muy bien, seguramente por causa de la bendita forja que algún genio decidió dejarla en lo que vendría siendo el cuarto central de aquella pequeña casa, para colmo no habían muchas ventanas por lo que ponerla en funcionamiento suponía un gran riesgo para los que estuviesen allí dentro, después de todo la ventilación era pésima pero ese tipo de arreglos requerían bastante más dinero del que la chica tenía ahorrado así que de momento se conformaría con reparar todas las puertas y marcos, lo mismo con las ventanas y otro día seguramente se ocuparía del bendito agujero en el techo, después de todo era bastante molesto despertar porque la lluvia le caía encima o… Los casos de granizo, esos eran fatales, además que de no ser por las puertas rotas y alguno que otro agujero en las paredes se inundaría la casa.

~Si hago una puerta por día me tomaría unos… ~Pensaba mientras caminaba arrastrando algunas tablas y en una mano llevaba una bolsa algo abultada donde tenía las cerraduras nuevas y alguna que otra herramienta como un martillo que se vio obligada a comprar a causa del pésimo estado en el que se encontraban las que alguna vez utilizó su padre.

—Tres días, a no ser que quieras arreglar la puerta de las habitaciones. —Respondería la sonriente madre de la pelirroja que la seguía con un tablón también, obviamente ficticio si esa mujer llevaba muerta un buen par de años.

—Nah, pongo una cortinita y que le den. —Respondería justo antes de bostezar notoriamente.

Eran apenas las ocho de la mañana y la de ojos rojos no acostumbraba a estar despierta por esas horas, pero el frío de aquella casa era insoportable en estas épocas así que tuvo que levantarse obligadamente, lo peor es que aunque arreglase las puertas y el techo, todavía tenía que ver como diantres reparar la calefacción que se la había cargado un día por mero accidente.

Pero que va, lo importante para ella en ese instante era justamente lo de la puerta de entrada, era bastante molesto pero bueno, tenía que ponerse a trabajar así que se tomó la libertad de sacar la única mesa de su casa justamente para trabajar a gusto porque… Dentro de la casa no tenía espacio y no iba a estarse gastando la electricidad cuando podía trabajar perfectamente fuera, con el mismo frío que tendría dentro pero por lo menos con mejor iluminación.

—¿Le harás detallitos monos? —Preguntó su madre bastante ilusionada al ver a su hija acomodando una tabla bastante grande y rectangular que seguramente terminaría siendo la puerta.

—No, que de gracias que la barnizaré. —Respondería la joven kunoichi que curiosamente no traía ninguna de sus herramientas y armas.

Simplemente iba vestida con la ropa que habitualmente utiliza para escudarse del frío, unos guantes y una bufanda, la gabardina por el diseño terminaría siendo un estorbo igual que todas las armas que tenía incluyendo la bandana, además que estaba dentro de la maldita villa, no tenía por qué haber problemas con eso.



RE: ¿Cuándo los invité? - Koko - 26/12/2016

No tenía por qué pasarse todos los días de su vida entrenando ni patrullando en calidad de kunoichi, de vez en cuando con autorización y demás debería de poder darse el lujo de tomarse un par de días libres aunque técnicamente ella era la menos indicada para hacerlo siendo que estuvo prácticamente años sin hacer nada de su vida, pero bien que tener shinobis estresados por la falta de vacaciones era algo que ninguna aldea podía permitirse…

En cualquier caso, Noemi sentía la necesidad de hacer un par de cosillas dentro de la propia aldea, principalmente dar una solución contundente a algunas situaciones en las que ha estado involucrada o mismo problemas personales. ~A Datsue lo dejaré al último. ~Se planteó mientras se alistaba para salir de casa, vestía su conjunto habitual azul pero sin el chaleco de cuero ni las armas, aunque sí la gabardina.

Había que reconocer que la rubia tenía una lista un tanto larga de personas a las que hacer visita, en mayoría habían sido compañeros suyos en la academia pero con algunos simplemente había tenido un mal inicio de relación, como justamente la primera en la lista, la que mayor prioridad tenía justamente por ser un sinsentido tremendo, o mejor dicho, dejarse llevar totalmente por comentarios de terceros y no por opiniones personales.

~Espero que no haya salido de la aldea. ~Pensaba la Senju mientras se encaminaba en dirección a la residencia Kazama. ¿Por qué? Porque con esa pelirroja se llevó mal desde el primer momento y ni siquiera le conoce el nombre, seguramente haya sido por culpa de todas esas historias que circulan en la aldea en relación a ella y su familia, inclusive ese perturbador asunto de la calavera de su madre. ~Que va, son solo rumores… ¿Verdad? ~Se decía a sí misma sin parar la marcha.

Obviamente a pesar de no conocer realmente a esa kunoichi, Noemi sabía perfectamente como ubicarla ya que entre historias y cuentos también mencionaban la ubicación de la casa por lo que no tardó demasiado en dar con la ubicación y para su suerte allí estaba la chica, moviendo algunos tablones vaya uno a saber para qué.

Sin más, la rubia se acercó a la Kazama pero se detuvo a buena distancia para evitar cualquier malentendido.

—Hey, ¿tienes un momento? —Soltaría con un tono que intentaba no ser tan seco como lo fue. —Y… Buenos días por cierto. —Agregaría desviando la mirada hacia la casa que no se veía en muy buenas condiciones.


RE: ¿Cuándo los invité? - Uchiha Datsue - 26/12/2016

Datsue caminaba de forma lenta y pesada, con los ojos apenas abiertos en una rendija y la cabeza cayéndose hacia delante de forma rítmica, como si estuviese quedándose dormido en plena caminata.

El Uchiha no recordaba haber madrugado tanto desde que había dejado la Academia, años atrás, tras graduarse como Gennin. De hecho, probablemente no se había despertado tan temprano en su vida, teniendo en cuenta que siempre le echaban la bronca por llegar tarde a clase.

Sin embargo, aquella vez tenía algo importante entre manos, y por eso se había llenado de determinación cuando escuchó por tercera vez sonar el despertador.

De hecho, su caminata le conducía de vuelta a casa, ahora con una mochila —aunque más bien era una bolsa azul con cuerdas— llena de objetos en su interior que en la ida estaba vacía.

Vestía las ropas adecuadas para protegerse del frío en una madrugada invernal como aquella: un gorro de lana gris, que le cubría la cabeza y casi la totalidad de la frente; un jersey de punto de color más claro, grueso y con el cuello alto; y su habitual pantalón cagado, de color azul marino oscuro.

Dormido como estaba, tardó en darse cuenta que se había equivocado de calle. Trató de abrir los ojos y ubicarse, y fue entonces cuando las vio.

Dos mujeres hablando en frente del portal de una casa. Al principio, no las reconoció, aunque la melena larga y rubia de una de ellas le provocó una leve sensación familiar. Ésta se encontraba de espaldas, pero cuando oyó su voz, cuyas palabras no consiguió distinguir por la distancia, algo hizo tic en el cerebro del Uchiha y cayó en la cuenta.

¡Noemi! Por las cejas de Yubiwa, ¿cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que nos vimos? Al menos dos años. Y eso que ella me prometió amor eterno… entre otras cosas. El pulso de Datsue se aceleró por unos momentos, despertándole de su letargo.

Curioso, pero sin saber cómo reaccionar, decidió desviarse hacia una calle secundaria. Una vez fuera de su vista, los sellos se formaron de forma lenta y patosa en sus manos, cuyos dedos estaban entumecidos por el frío, convirtiéndose finalmente en un gato negro callejero.

Oculto bajo su nueva apariencia, el gato regresaría a la calle principal y se acercaría lentamente hacia ambas mujeres. Al menos lo suficiente cerca como para oírlas…


RE: ¿Cuándo los invité? - Ritsuko - 26/12/2016

—Qué se yo, con suerte la puedo dejar puesta ya hoy. —Decía a su propia madre.

Mientras tanto, con un cincel y un martillo se las estaba arreglando para extraer delgados trozos de madera de uno de los bordes de la madera, ahí era donde ubicaría las bisagras aunque primero tendría que tomarse las molestias de hacer una mínima perforación en la madera para que los tornillos pudieran pasar.

Lo malo del asunto era que por mucho que la pelirroja se concentrase en su tarea, una voz femenina la interrumpiría de una forma de todo menos amigable que la haría fruncir rápidamente el ceño al momento de voltearse a mirar a dicha persona. ~¿Ni en casa estoy libre de molestias? ~Se preguntó a sí misma mientras dejaba sobre la madera tanto el cincel como el martillo para atender a su inesperada visita.

—Depende de para qué… ¿Viniste a molestar? —Respondió a desgano la pelirroja.

Lo que menos quería era que la molestaran ahora mismo cuando por fin, luego de más de dos años se había dignado a comenzar los arreglos de su casa, arreglos que le tomarían más o menos una semana si es que se dedicaba tiempo completo a ello aunque la primera puerta seguramente sería la más difícil de todas por la falta de experiencia, por poner un ejemplo no tenía ni idea de cómo haría el agujero para meter las cerraduras.

—Si viniste a molestar o hablar de ti misma prefiero que te vayas. —Agregó tajante desviando por un instante la mirada a un felino que solo le llamó la atención por estar en pleno movimiento, luego volvió la mirada a la rubia.



RE: ¿Cuándo los invité? - Koko - 27/12/2016

Mientras se acercaba tuvo la leve sensación de que la pelirroja había estado hablando con alguien pero no logró vislumbrar ninguna silueta cercana, ni de personas ni animales, pero no había llegado hasta allí simplemente para darse el lujo de juzgarla una vez más sin siquiera saber por lo menos su nombre, el apellido no cuenta.

Lo malo era que a diferencia de la Senju, la de ojos rojos se mostraba algo reacia a intentar siquiera solucionar los problemas latentes entre ambas, pero de todas formas Noemi en un intento por enmendar su error con respecto al tono utilizado intentó esbozar una sonrisa no muy exagerada.

—Claro que no, venía para ver si podíamos dar solución a nuestros problemas de buena manera. —Fue su respuesta a las interrogantes formuladas por la contraria. —Creo que empezamos con mal pie y solo por todo lo que se cuenta por ahí, ¿me equivoco? —Agregó sin más inclinándose ligeramente hacia un lado para ver el tablón que yacía sobre la mesa.

~¿Será algún pasatiempo…? ~Pensó por un instante hasta que alcanzó a ver la puerta principal de la que hasta donde sabía, era la casa de Ritsuko, en un estado más que lamentable que le puso la piel de gallina a la rubia. ~¿Cuánto tiempo lleva viviendo en esas condiciones? ~Se preguntó algo pálida de imaginarse a sí misma en la misma situación.

—Creo que ni siquiera nos hemos llegado a presentar, me llamo Noemi, ¿y tú?

A diferencia de la pelirroja, la Senju ignoraba la presencia de un gato negro por allí cerca, ni siquiera llegó a darle mayor importancia a esa milésima de segundo en que su interlocutora desvió la atención de ella, pues había continuado sin problemas la conversación.


RE: ¿Cuándo los invité? - Uchiha Datsue - 27/12/2016

La conversación entre ambas kunoichis fluía —y eso ya era decir mucho— de forma tosca. De hecho, no parecían llevarse muy bien, y Datsue no pudo culparlas. No conocía a dos mujeres en todo Onindo más opuestas a lo que eran ellas.

Mientras que una era conocida por su buena posición social y su belleza despampanante, la otra lo era por justamente lo contrario: una huérfana con fama de tornillos sueltos en la cabeza. Sin embargo, tenía que reconocer que aquellos dos años en los que no se habían visto le habían venido maravillosamente bien a Ritsuko, quien parecía hasta más… normal.

Sin atreverse todavía a revelar su verdadera identidad, y teniendo curiosidad sobre la conversación que podía surgir entre dos muchachas tan dispares, trató de seguir actuando como un gato lo haría, tumbándose en plena calle y lamiéndose una pata trasera mientras seguía poniendo el oído a lo que decían.


RE: ¿Cuándo los invité? - Ritsuko - 28/12/2016

Había que aceptar que la rubia tenía cierta razón y Ritsuko lo reconocía aunque no con gusto, después de todo esa mujer y todos los portadores de ese dichoso apellido le caían fatal justamente por esa fama que tenían que los hacía sentirse superiores al resto. ~¿Qué harían si alguien como yo le da una paliza a uno de los suyos? ~Se preguntó la pelirroja que sencillamente volvió a su actividad con el martillo y el cincel.

—Ritsuko. —Respondió a secas.

No se mostraba muy dispuesta a seguir la conversación, pero si quería librarse de esa compañía por así decirlo ‘indeseada’ tendría que hacer lo posible por caerle bien o seguramente la tendrá un buen rato ahí gritándole.

—Puede ser, de todas formas tú eres como el resto de la aldea, juzgan por lo que escuchan, y como todos dicen lo mismo tienen la razón. —Agregó sin mucho ánimo en lo que dejaba las herramientas para tomar un trozo de papel áspero para repasar la sección que había estado trabajando. —Ahora en serio, que estoy loca, que los Kazama estamos malditos, que la casa está maldita, que somos delincuentes, dime, ¿cuántos te creíste?

Realmente Ritsuko no entendía como la gente podía creerse todas esas cosas, es más, ella había empezado a pintarse la cara y a actuar como lo hacía tiempo atrás como una burla a todos aquellos que la señalaban y la miraban por encima del hombro. Casi parecía que el resto de la villa pensaba que a ella realmente le importaba lo que otros pensaran y no era así, lejos de ser así… ~No soy como otras que yo me sé. ~Pensaba sin dejar su labor ni un instante, quería terminar lo antes posible.



RE: ¿Cuándo los invité? - Koko - 30/12/2016

Sin importar si ella había aparecido ante la Kazama con buenas o malas intenciones, esta la estaba rechazando terriblemente y prácticamente le dejaba en claro que la quería lejos lo antes posible, o por lo menos eso era lo que Noemi interpretaba por lo seca que resultaba al momento de responder sin mencionar que parecía estarla acusando y realmente no tenía la culpa de nada, o por lo menos no completamente.

—Siendo sincera, los únicos que no acepté fueron los de las maldiciones, es ridículo pensar en algo así. —Respondería con absoluta sinceridad en lo que se cruzaba de brazos. —Aunque tú tampoco hacías buenos méritos paseándote con esa máscara y la cara pintada. —Agregó sin ningún temor a la respuesta de la contraria.

A estas alturas la rubia ya comenzaba a hacerse la idea de que era un caso perdido intentar siquiera interactuar con la pelirroja, después de todo estaba demasiado cerrada como para siquiera dar una segunda oportunidad a alguien. ~No me extraña que se la pase sola. ~Pensaba aunque en cierto modo ella también se la pasaba sola.

—A todo esto, ¿qué pasó con tu casa? Sí se puede saber, claro. —Consultaría desviando la mirada a la vivienda de la contraria que no parecía en muy buen estado, aunque desde su posición no llegaba a vislumbrar nada salvo por la puerta destrozada.


RE: ¿Cuándo los invité? - Uchiha Datsue - 30/12/2016

La conversación no estaba fluyendo, ni muchísimo menos, por los derroteros que deseaba Datsue. Se suponía que tenían que hablar de él, de lo muy atractivo e interesante que les resultaba, y la vergüenza e impresión que les daba acercarse a él para iniciar cualquier tipo de conversación de cortejo. En su lugar, las chicas estaban hablando de… sus cosas.

Era algo inadmisible. Algo que, mucho se temía, tendría que remediar él mismo. Regresó sobre sus pasos, de nuevo a la calle secundaria, vacía como un pueblo fantasma a aquellas horas de la mañana. Revertió el Henge no Jutsu, retomando su apariencia normal, se tomó unos segundos para pensar su estrategia y, entonces, realizó de nuevo el Jutsu de Transformación para transformarse, esta vez, en algo muy distinto…

Cuando volvió a aparecer frente a la casa de Ritsuko, ambas kunoichis verían a un hombre alto, delgado, con una nariz gruesa y una mandíbula bastante marcada. De cabellos azules, largo por el lado derecho y corto por el izquierdo, con el flequillo pintado con tintes dorados, del mismo color que sus ojos, cuyo iris tenía forma de anillo sin aparente pupila. Pero, lo que más resaltaba de él, aparte del tatuaje extravagante de dos anillos en la frente, eran, sin duda, sus cejas. Enormes, grandiosas, salvajes…

Era, pues, sin el menor atisbo de duda, la viva imagen de Yubiwa-sama, Kawakage de Takigakure no Sato.

¡Ristuko! —exclamó, parándose de pronto—. ¡Noemi! —añadió, al enfocar sus ojos en ella—. Cuanto tiempo sin veros —Nada más decirlo, Datsue se arrepintió de haberlo hecho. ¿Qué sabía él si no lo habían visto hacía poco? ¡Puede que incluso lo hubiesen visto ayer, tras solicitar o reportar alguna misión! Recordando el lado bromista del Kage, sonrió. Una sonrisa que tanto podía indicar su alegría por volver a verlas, como la gracia que le resultaba la broma que acababa de soltar en caso de que hubiese metido la pata hasta el fondo—. Aprovechando el día, ¿eh? ¡Así me gusta de mis kunoichis! Por cierto —continuó, y se inclinó hacia ellas mientras su rostro se ensombrecía—, ¿habéis visto últimamente a Uchiha Datsue?


RE: ¿Cuándo los invité? - Ritsuko - 30/12/2016

~Ahora hablamos de ridículos. ~Pensó con una sonrisa de medio lado dibujada en el rostro pero prefirió guardar silencio y permitir a la contraria seguir con sus explicaciones y eso, después de todo, probablemente se termine ofendiendo si la interrumpen.

Dejándola hablar como si no fuese parte de la conversación, la pelirroja comenzó a perforar un lado de la madera, justo por donde había estado lijando, ¿con qué? Con un clavo delgado solo para que sirva de guía al tornillo. De cualquier manera, ya le iba tocando responder algo aunque no le estaba agradando para nada la conversación con la rubia principalmente porque había dejado en claro que se dejaba guiar por comentarios aleatorios.

—Que va, si la gente se cree que me importa algo la mierda que hablan. —Atinó a decirle acompañando sus palabras con una leve risa. —Pero bueno, mi madre está viva, el único que se murió fue mi viejo y la máscara no es un cráneo de verdad. Que son las estupideces que tienden a decir por ahí.

Con eso si no se equivocaba daba buena explicación a la mayoría de comentarios sobre los Kazama, aunque no todo era cierto, su madre efectivamente había muerto aunque ella lo negase y su mente le mostrase otra cosa. Pero no importaba porque la conversación terminó desviándose a la casa.

—Si no te ocupas de cuidar tu casa se cae a pedazos, no lo hice en años y bueno, ya ves. —Explicó a grandes rasgos porque no sentía necesidad de decir nada más.

Pero pronto se verían interrumpidas por alguien que… Resultaba extraño apareciera en ese lugar pero de todas formas Ritsuko se levantó casi al instante para mirar de frente al recién llegado, el supuesto Yubiwa.

—Buen día, Kawakage-sama. —Diría con un tono sereno. Todo lo demás… No sentía necesario responderlo realmente por lo que pasó directo a la pregunta final. —Lamentablemente la última vez que le he visto fue durante el torneo. —Concluyó la pelirroja que no volvería a lo suyo hasta que Yubiwa se lo permitiese.



RE: ¿Cuándo los invité? - Koko - 6/01/2017

Tenía que aceptar que le encantaba esos momentos en que la dejaban hablando sin ninguna interrupción, le dejaba la idea de que la respetaban lo suficiente como para escucharla sin hablar por encima ni por lo bajo, se respetaba su turno y opinión. Aunque al final toda la respuesta que la pelirroja brindaría sería una negativa a todo lo dicho, bueno, no absolutamente todo, había un muerto según la chica pero según todo el mundo la madre también estaba muerta y nadie la había visto como para decir lo contrario.

~¿Será que está mal de la cabeza? ~Se preguntaba la rubia incapaz de decir absolutamente nada al respecto, pues no tenía absolutamente nada para contradecir a la otra kunoichi. Menos cuando respondió a la pregunta en relación a la puerta, para colmo era algo sabido y de sentido común, aunque realmente Noemi esperaba algo como una especie de accidente o algún acto de vandalismo de algún tercero.

Pero toda conversación se vería afectada en el instante en que cierta persona de notables cejas se hiciera presente, con un saludo de lo más animado pero al mismo tiempo extraño, pues Noemi había pasado hacía relativamente poco para hacer un pequeño informe en relación a una misión. ~Bueno, de por sí es un milagro que se acuerde el nombre de cuanto genin se gradúa. ~Razonó por un momento la Senju que se giró simplemente para mirar a Yubiwa con la seriedad que ameritaba el asunto.

—Buen día. Lamentablemente mi caso es el mismo que el de Ritsuko, no he vuelto a verle ni a saber más de él en todo este tiempo. —Respondió con serenidad al supuesto kage, ignorando por supuesto que en realidad se trataba de un farsante. —Aunque pensaba buscarle más tarde. —Agregaría desviando la mirada a la calle vacía, casi como si esperase encontrarse al tipo caminando en su dirección pero claro que no ocurriría, si lo tenía delante.


RE: ¿Cuándo los invité? - Uchiha Datsue - 6/01/2017

—Aunque pensaba buscarle más tarde.

Ah, ¿sí?

La poblada ceja de Yubiwa se alzó, a la vez que el pulso de Datsue se aceleraba ante semejante revelación, mientras notaba los orbes de color esmeralda de Noemi clavados en los suyos propios. Tenía que admitir que la kunoichi se veía increíble. Lejos de sentirse decepcionado por no estar a la altura de unos recuerdos a menudo idealizados, Noemi estaba más guapa que nunca. Aquello tan solo hizo que se preguntase, como un estúpido, por qué no había ido él a verla en todo aquel tiempo. De forma abrupta, y como respuesta a aquella pregunta, la imagen de él entregándole una flor en pleno Torneo a Ayame se materializó en su mente. Aquello había sido una de las cagadas más grandes de su vida, en más de un sentido.

Y todo por culpa de Kazuma.

Pero, a pesar de su mala pata, había conseguido librarse de convertirse en jinchuriki. No sin la ayuda de Ayame, bien era cierto. Y esta vez, con la ayuda de un Yubiwa imaginario, quizá pudiese dar ese empujoncito necesario para reprender el camino de la reconciliación.

Veréis, creo que últimamente le estoy sometiendo a demasiada presión… El pobre no ha parado de hacer misiones de rango C en los últimos meses, y en un par de días tiene una misión de rango B muy importante para la Aldea… Pero le veo alicaído y triste, y eso no es bueno. —Su mirada, por unos momentos perdida en el cielo embotado de la fría mañana, se fijó de pronto en ambas kunoichis, y se golpeó la palma de la mano con la base del puño como si de pronto hubiese tenido una idea—. ¡Ya sé! Has dicho que ibas a buscarle, ¿verdad?¿Por qué no aprovechas para ayudarle a despejarse un poco? Es más, ¡será vuestra misión del día de hoy! —exclamó, sonriente, el supuesto Kage—. ¡Tenéis que hacerle el shinobi más feliz del mundo! Al menos… durante un día. No hace falta que vengáis a reportar el resultado de vuestra misión, con verle la cara cuando venga a por el pergamino de su misión de rango B lo sabré… Además, por mucho que tengáis éxito, no podré daros recompensa económica alguna. Eso tan solo conseguiría levantar envidias por parte de otros ninjas, que querrían el mismo trato, y no queremos eso, ¿verdad? Es más: esta será una misión ultrasecreta. Ni siquiera el propio Datsue podrá saberlo, ¿entendido? —Datsue no les dio mucho tiempo para responder—. Bien, ¿alguna duda?


RE: ¿Cuándo los invité? - Ritsuko - 7/01/2017

Y cómo no, el kawakage con sus ideas extrañas que Ritsuko estaba bastante segura que nunca jamás en su existencia entendería, después de todo, era muy raro que alguien la mandase a ella justamente a alegrarle el día a otra persona. Para colmo, dejaba libre a la interpretación y claro, recordando lo que había pasado en ese lugar tiempo atrás se sentiría bastante nerviosa e incómoda, cosa que se notaría en el rostro ruborizado de la kunoichi.

Pero de alguna manera se las arregló para articular palabra aunque con una sonrisa nerviosa dibujada en el rostro.

—Creo que la tarea le queda mejor a Noemi, digo, mírela no más, es imposible compararnos en cuanto a belleza. —Decía la pelirroja echándose abajo simplemente para que no la tuviesen en cuenta. —Yo seguramente entorpecería el buen trabajo que ella pudiera hacer sin mencionar que haría un mal trío. —Agregó con toda la intención de regresar a su trabajo, pues se había dado la vuelta confiando en su suerte.

~O sea, ¿qué mierda le pasa a Yubiwa? ¿Desde cuándo las kunoichis tenemos que trabajar de putas para los shinobis? ~Se cuestionaba bastante frustrada ya que no le gustaba demasiado esa ‘misión’ que le acababan de encargar, para colmo ni siquiera pintaba nada en todo eso, es decir, ¿qué tanto había interactuado con esos dos? Poco y nada, casi que los evita inclusive y ahora resulta que tiene que ponerse a hacer algo… ‘Indecente’ con ambos. ~Todos locos.



RE: ¿Cuándo los invité? - Koko - 7/01/2017

~Hay algo que no está bien. ~Pensaba la Senju incapaz de concebir lo que acababa de escuchar de la boca de su propio jefe. Le acababan de pedir que hiciera feliz a un hombre, ya se las había arreglado para que Datsue se quedase como un pasmado durante horas y con un notorio bulto por ahí abajo, pero en ningún momento le hizo nada y si bien se lo había prometido, ahora mismo tenía mil dudas respecto de esa promesa principalmente por lo que llegó a ver en el torneo justo antes de lo del bijuu.

Pero la infame pelirroja se le adelantó completamente pero con toda la intención de echarle toda la responsabilidad a ella, incluso aprovechó el hecho de que fuese considerablemente más atractiva a la vista para convencer al kawakage y obviamente no se quedaría callada.

—Sí la idea era ponerle de buen humor no seré la indicada, además que… —Hizo una ligera pausa dudando de si seguir o no, pero al final lo haría evitando el contacto visual con el kage. —No tengo idea de cómo se supone que se hace feliz a un hombre. —Concluiría frotándose ligeramente un brazo y con un tono y expresión que delatarían cierta pena a la hora de confesar aquello.

Lo peor para Noemi probablemente sería confesar semejantes cosas en vía pública, frente a aquella otra chica y para colmo frente al kage. ~A todo esto, que yo sepa esas cosas no forman parte del servicio de shinobis y kunoichis… ~Pensaría por un instante, aunque de todas formas siendo su jefe no podía dudar demasiado del hombre de cejas pobladas, incluso con cosas tan extrañas como aquella petición ~Además, no veo a Datsue haciendo misiones de tal importancia, después de todo es fácil perderlo con un par de tetas y una sonrisita.


RE: ¿Cuándo los invité? - Uchiha Datsue - 7/01/2017

Datsue se quedó de piedra ante las respuestas de ambas kunoichis. ¿De verdad habían pensado que se estaba refiriendo a…? Pero, ¿cómo se podía ser tan mal pensadas? Ni siquiera la perversa mente de Datsue había pensado en la posibilidad de… Bueno… Quizá sí se me pasó por la cabeza, pero… Joder, no. Eso sería cavar mi propia tumba, por Izanami.

¿Qué? Oh, ¡no! —exclamó, indignado, cuando ambas terminaron de hablar—. Santa Amateratsu de todos los Kami, por Dios, ¡no! No me refería a… eso —dijo, en clara alusión al trío—. Solo a que le distrajerais un poco… Animarle y esas cosas¿Animarle y esas cosas? ¿¡Animarle y esas cosas!? Estás hablando como el jodido Kawakage, ¡imbécil! ¡Esa expresión jamás la usaría Yubiwa! Datsue trató de recomponerse—. Veréis… el chico anda un poco desanimado últimamente. Y no puedo consentir que falle su próxima misión… Es demasiado importante para la Aldea, y, aunque él todavía no lo sabe, solo él puedo cumplirla con éxito.

»Así que está decidido —miró a ambas con expresión seria, dura—. Es una orden. No se hable más.

Y, con un sello de carnero, desapareció de la vista de ambas kunoichis...


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