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(C) La fuga del Yermo - Versión para impresión +- NinjaWorld (https://ninjaworld.es) +-- Foro: País del Viento (https://ninjaworld.es/foro-pais-del-viento) +--- Foro: Desierto del País del Viento (https://ninjaworld.es/foro-desierto-del-pais-del-viento) +--- Tema: (C) La fuga del Yermo (/tema-c-la-fuga-del-yermo) |
RE: (C) La fuga del Yermo - Uchiha Datsue - 13/01/2020 Fue apenas un parpadeo, la luz del relámpago antes de oírse el trueno. El cuerpo de Daigo se iluminó como las fauces de un dragón antes de escupir llamaradas, y con su puño por delante, atravesó la gigantesca mole de piedra como una flecha haría con un trozo de mantequilla. El gólem estalló en mil añicos, desmoronándose como un castillo de arena. Daigo salió de entre el polvo y siguió avanzando, con una mano preparada para un sello, y la otra con esposas supresoras de chakra. —Comadreja… ¡Comadreja! —balbuceaba Masahiro, quien se había vendado una de las dos piernas. Se le habían caído las gafas, estaba pálido como la cera y sudaba a raudales—. Ayúdame… Ayúdame a hacerme un torniquete… Había perdido demasiada sangre y la fuerza se le escapaba de entre los dedos. —Tú aguanta… ¡Aguanta! —exclamó Comadreja, sin ninguna gana de exponerse. —Pedazo… imbécil. ¡Ven aquí o te quedas sin recompensa, hostia! Comadreja dio un brinco y corrió hasta él como un perro al que han lanzado un hueso. La Esclava, mientras tanto, observaba imperturbable. Nada en aquel mundo le preocupaba, porque para tener miedo, antes se necesita amar algo lo suficiente para no querer perderlo. De improvisto, múltiples huesos empezaron a surgir de su cuerpo como brotes verdes en un cultivo kusajin. De sus codos, de sus rodillas, de sus antebrazos, de sus hombros, pecho, abdomen, espalda… Era la tercera de las cinco danzas del clan Kaguya. RE: (C) La fuga del Yermo - Tsukiyama Daigo - 13/01/2020 Daigo continuó avanzando lentitud. Un paso, dos pasos, tres... bajaba el ritmo a propósito. Necesitaba recuperarse, no solo del gasto de chakra que cada vez se hacía notar más y más, sino también del desgaste físico provocado por su esfuerzo inicial. Pero por lo visto la Kaguya no tenía ninguna intención de bajar el ritmo, pues de un momento a otro empezaron a surgir una gran cantidad de puntiagudos huesos de todo su cuerpo. «Sus huesos no me dejarán acercarme a golpearla» y aún así, cuando el taijutsu era su especialidad, ¿qué otra opción tenía? Solo podía apostar. —¡Vamos, ven a por mí! —la provocó. Cerró ambos puños y se puso en guardia, esperando, preparándose. Quizá si podía ser lo suficientemente rápido, quizá si podía ser lo suficientemente fuerte... Vida 200/200 0 –Chakra 94/160 +18 –*contra todo pronóstico activado *Agotado Inventario:
RE: (C) La fuga del Yermo - Uchiha Datsue - 13/01/2020 Las provocaciones no funcionaban en ella. Ni los artificios. Ni nada. Ella tenía una orden, y eso era lo único que importaba. Por eso, recortó la distancia que los separaba y empezó a girar sobre sí misma mientras daba saltitos hacia Daigo. Era como una bailarina de ballet, con movimientos gráciles y armoniosos. Bonitos incluso, si no fuese por el hecho de que sus huesos sobresalían como lanzas mortales evocando la muerte. Se precipitó sobre Daigo y tres huesos de su antebrazo trataron de colisionar contra su pecho, en un movimiento de arriba abajo. Si fallaba, giraría sobre su talón derecho y trataría de asestarle un nuevo golpe con la pierna izquierda, exactamente con los huesos que sobresalían de su gemelo. Si fallaba, aterrizaría con el pie izquierdo y, sin dejar de avanzar hacia él, en esta ocasión daría una pirueta en el aire y buscaría darle una patada en diagonal, de arriba abajo, con los huesos que sobresalían de su tibia. Todo ello entre el caos más absoluto que suponían sus movimientos de bailarina. RE: (C) La fuga del Yermo - Tsukiyama Daigo - 13/01/2020 Quizá si era lo suficientemente resistente... Daigo no la intentó esquivar de ninguna forma, ni siquiera pasó por su cabeza la idea de intentarlo, en su lugar el chico apretó con aún más fuerza su puño, sabiendo que no le gustaría lo que se vendría a continuación. Movió su brazo sin temor, interponiéndolo en el camino del ataque mientras sus músculos se tensaban más allá de sus límites habituales. No se quejó cuando los huesos atravesaron su piel, deteniendo el ataque de la Kaguya, sino que lanzó enseguida su ofensiva con su mano contraria. —¡Te tengo! El chakra volvió a recorrer todo su cuerpo, desde su pie hasta su puño izquierdo, que salió disparado directamente hacia el pecho de la esclava, no, directamente hacia los huesos que la protegían. Vida 178/200 -22 –Chakra 33/160 -22 – -39 –*contra todo pronóstico activado Inventario:
RE: (C) La fuga del Yermo - Uchiha Datsue - 13/01/2020 Oh, sí, la tenía. Ni aún cuando había sido una persona con pensamientos y emociones propias, la Kaguya hubiese podido prever semejante movimiento: dejarse alcanzar, retroceder, simplemente para coger impulso y avanzar con más fuerza. Daigo recibió el primer golpe con una entereza nada propia de su constitución —gracias a una técnica cuyo nombre le hacía honor—, y devolvió el gesto regalándole uno de sus ya famosos puñetazos. Su puño izquierdo avanzó hacia el pecho de la Kaguya, recibiendo por el camino múltiples cortes en el antebrazo por los huesos puntiagudos que salieron a protegerla. Pero su puñetazo siguió avanzando, impactando con fuerza contra aquellos huesos blancos y partiéndolos del golpe. La Kaguya voló hacia atrás, aterrizando sobre Comadreja y Masahiro, y se revolvió en la arena antes de volver a erguirse. Comadreja optó por huir tras el dromedario, y Masahiro, a quien le habían practicado un vendaje rudimentario en la pierna, yacía inconsciente por la pérdida de sangre. La Esclava había recibido dos órdenes: matar al chico, y llevarse a la criminal de vuelta a prisión. Lo cumpliría, o moriría en el intento. RE: (C) La fuga del Yermo - Tsukiyama Daigo - 14/01/2020 El puño de Daigo avanzó destrozando todo a su paso y a sí mismo a la vez. No le importaba el daño que recibiera, ni siquiera ahora que su antebrazo sangraba gravemente, prácticamente poniéndole un tiempo límite a su pelea. Daigo sonrió con su brazo izquierdo goteando sangre en la arena y el derecho que, aunque todavía tenía agarradas fuertemente sus esposas, apenas tenía la fuerza necesaria para utilizarlas. Estaba seguro de que llegados a este punto solo su voluntad mantenía sus puños cerrados. Con eso tenía suficiente. Miró a Kasaru, luego a Masahiro, luego a la esclava. Empezó a caminar, luego a trotar, luego a correr. Se había vuelto a exceder, ¿pero qué otra cosa podía hacer? —¡Detente, tú no quieres hacer esto, no tenemos por qué hacer esto! Lo intentó aún sabiendo que hablaba con una esclava, que no importaba lo que quisiera o pensaba. Solo importaban las órdenes de su ama. Vida 112/200 -55 –-11 –Chakra 51/160 +18 –*contra todo pronóstico activado *agotado *hemorragia grave Inventario:
RE: (C) La fuga del Yermo - Uchiha Datsue - 14/01/2020 Cuando los ojos del kusajin se posaron en Kasaru, comprobó que esta había despertado de su letargo. O de la golpiza que le habían propinado, más bien. Esposada y tirada en el suelo, le costaba horrores levantar siquiera la cabeza para contemplar lo que sucedía. Pero Daigo no tuvo mucho tiempo a pensar en eso. Él corría, corría hacia la Kaguya, y la Esclava —que si le oyó, no hizo gesto alguno que lo indicase—, estaba a punto de darle de su propia medicina. Formó el sello Serpiente, estiró el brazo hacia atrás… …y su brazo entero se vio recubierto de roca para asestar un colosal puñetazo en el cuerpo maltrecho del kusajin. RE: (C) La fuga del Yermo - Tsukiyama Daigo - 14/01/2020 Daigo corría tan rápido como su maltrecho cuerpo se lo permitía. Corría sabiendo que una vez llegara a su objetivo, tan solo le esperaba dolor, pues no parecía que pudiera detener a la Kaguya sin romper el sello que la controlaba. Ni siquiera sabía si podía detenerla sin matarla. La esclava le esperó, realizó un único sello y echó su brazo hacia atrás... «¡Ahora!» Una vez más, la pierna del boxeador empezó a brillar con fuerza, esta vez empujándolo, lanzándolo disparado un metro hacia atrás para evitar el gran puño de roca que amenazaba con acabar con él. Y una vez más todo ese chakra viajó hacia su pierna y su mano izquierda, que había formado un puño cerrado por pura fuerza de voluntad. —¡JOLT COUNTER! De un momento a otro, tan pronto como su pie izquierdo tocó el suelo todo su cuerpo fue impulsado nuevamente hacia adelante, con la fuerza suficiente para que Daigo lanzara su sangrante puño directamente hacia el rostro de la esclava. Vida 101/200 -11 –Chakra 18/160 -33 –*contra todo pronóstico activado *agotado *hemorragia grave Inventario:
RE: (C) La fuga del Yermo - Uchiha Datsue - 14/01/2020 Fue cuestión de una pulgada. Un segundo tarde. Un centímetro más lejos. El kusajin saltó justo a tiempo hacia atrás para evitar un golpe que lo hubiese mandado al Yomi, aprovechando ese retroceso para coger impulso. Exactamente igual que antes, salvo que con otra técnica, mucho más rápida y efectiva. La Esclava recibió el impacto del puñetazo en la mandíbula, saliendo despedida hacia atrás. Su cuerpo voló por el aire antes de caer de espaldas contra la arena, arrastrándose un par de metros más. Kasaru, no muy lejos, se desplazaba arrastrándose por la arena, con toda su fuerza —que era escasa—, y con toda su voluntad —que eran tan grande e inacabable como el mismísimo desierto—, hacia Masahiro. La Kaguya se levantó, y tambaleándose, volvió hacia Daigo. Hacia su objetivo. Tenía un par de dientes rotos, sangraba por la boca de forma copiosa y le costaba respirar. Eso no le impidió tomar a Daigo por el cuello de la chaqueta con ambas manos. Eso no le impidió tirar de él hacia ella para propinarle un rodillazo en la boca del estómago. Iba a luchar. Hasta las últimas consecuencias. RE: (C) La fuga del Yermo - Tsukiyama Daigo - 14/01/2020 Así como Kasaru seguía luchando sin rendirse, tanto Daigo como la esclava continuaban peleando sin retroceder. La Kaguya, que ahora sangraba por el anterior puñetazo, tomó a Daigo por el cuello de la chaqueta sin que él pudiera hacer nada al respecto. Y golpeó. ¡PAM! Un rodillazo impactó en el estómago del peliverde, doblándolo momentáneamente. ¡PAM! Sin perder un segundo la izquierda del boxeador, todavía sangrante, salió disparada buscando su hígado. «Cae». La derecha ya había soltado sus esposas para intentar agarrar el cuello de su ropa, mientras su pie izquierdo se levantaba para pisar el pie derecho de su rival. ¡PAM! Otro gancho directo al hígado. «¡CAE!» Vida 78/200 -11 –-12 –Chakra 27/160 +9 –*contra todo pronóstico activado *agotado *hemorragia grave Inventario:
RE: (C) La fuga del Yermo - Uchiha Datsue - 14/01/2020 ¡Pam! ¡Pam! Su mente hacía tiempo —desde que le habían colocado aquel sello, específicamente—, que hacía caso omiso al dolor. Su cuerpo, sin embargo, sufría exactamente igual sus inclemencias. Su falta de aire. La forma en que sus pulmones se cerraban y le costaba abrirlos para coger oxígeno. En otras circunstancias, la Kaguya hubiese sentido nerviosismo. Angustia. Pánico incluso. No ahora. Ahora simplemente bajó una de las manos que tenía sujeto a Daigo, y con un dedo disparó un hueso al pie del kusajin. Al mismo pie que le pisaba el de ella y limitaba su movilidad. Acto seguido —esperando que Daigo levantase el pie por la sorpresa y el dolor—, lanzó una patada a la otra pierna del kusajin, buscando tirarle al suelo y dejarle en una posición de desventaja. De vulnerabilidad. RE: (C) La fuga del Yermo - Tsukiyama Daigo - 14/01/2020 Ambos puñetazos conectaron con éxito, pero la esclava no hizo amago alguno de bajar el ritmo, en su lugar apuntó directamente al pie de Daigo y disparó. El chico se quejó y levantó el pie por reflejo, pues al contrario que la Kaguya, él sentía dolor. Llevaba sintiéndolo desde el inicio y debía sobreponerse a él. En un instante sintió un fuerte impacto en su otro pie que volteó todo el mundo a su alrededor y lo tiró al suelo. Desesperado, el chico tomó la esposa que justo había dejado caer hacía un instante y la lanzó hacia su cara desde el suelo con una fuerza inhumana, impregnándola de su brillante chakra que dejaba una estela verdosa allá donde pasaba. Aprovechando la sorpresa de su primer ataque, el chico tomó la segunda esposa —le que tenía en su cadera— y la lanzó de la misma forma con su zurda, cargándola con casi todo el chakra que le quedaba, con su sangre. Exhausto, malherido y en el borde de la inconsciencia, el joven boxeador se esforzó en intentar levantarse una vez más. Debía levantar los puños una vez más. Vida 38/200 -11 –-11 – -18 –Chakra 1/160 -13 –-13 –*contra todo pronóstico activado *hemorragia grave Inventario:
RE: (C) La fuga del Yermo - Uchiha Datsue - 14/01/2020 De pronto, todo dio vueltas a su alrededor. El mundo se convirtió en una vorágine sinsentido, oscura y manchada de rojo, y cuando se dio cuenta, su cuerpo había caído al suelo. La culpa la tenían dos esposas supresoras de chakra, que habían impactado en ella con la fuerza de un bastonazo bien dado. La primera, en pleno rostro, partiéndole la nariz. Se irguió y aspiró con esfuerzo por la boca. Sangraba por la nariz, por la boca, su cara era un poema embadurnado en carmesí. Sus ojos lloraban. No de dolor. No de impotencia. Simplemente como una reacción a la tortura a la que estaba siendo sometido su cara. Apoyó un pie en el suelo, una mano en la rodilla. Y arriba. Temblando. Tambaleándose. Comadreja creyó en ese momento que el botín no merecía el riesgo. Tomó prestado el dromedario y se fue de allí al galope. Kasaru, mientras tanto, había alcanzado el cuerpo de Masahiro y buscaba desesperada entre sus ropas. La Kaguya avanzó un paso, dejando un reguero de sangre en la arena. Y otro paso, como un púgil al borde del noqueo. Sosteniéndose en pie a fuerza de puro nervio. De pura determinación. Y entonces trató de golpear a Daigo con la mano abierta. Un golpe tan simple como efectivo. Y es que, aunque no había sido capaz de imprimirle demasiada fuerza, un hueso puntiagudo salió de la palma de su mano en el último momento para convertir aquel golpe con la mano abierta a las costillas en una auténtica puñalada. RE: (C) La fuga del Yermo - Tsukiyama Daigo - 14/01/2020 El boxeador consiguió levantarse, temblando, Jadeando, Con la visión borrosa y apenas distinguiendo su objetivo. El chico avanzó, arrastraba los pies pero aún así avanzaba lentamente hacia su objetivo, dejando todo un camino de sangre tras de sí. La Kaguya lanzó su mano directamente hacia las costillas de Daigo, quien tan solo pudo interponer nuevamente su brazo, esta vez sin tener el chakra suficiente para protegerlo. —¡Agh! —el genin se quejó por dolor, pero aún así, aún así continuó. Por pura voluntad, Daigo consiguió cerrar su puño y lanzó todo su cuerpo en un último puñetazo con todo lo que le quedaba de fuerza. Su puño viajaría hasta el rostro de la esclava con tanta fuerza que el incluso el peliverde acabaría en el suelo, incapaz de sostenerse en pie. Vida 16/200 -11 –-11 –Chakra 5/160 +4 –*contra todo pronóstico activado *hemorragia grave Inventario:
RE: (C) La fuga del Yermo - Uchiha Datsue - 14/01/2020 Daigo estaba en las últimas. De su antebrazo no dejaba de gotear sangre, drenando su vitalidad. Tenía los puños destrozados, le ardían los músculos, le faltaba el aire. Sus pulmones no conseguían llevar el suficiente oxígeno a su sangre. Sangre que, por cierto, poco le quedaba. La visión le oscureció. Un sabor agrio inundó su paladar. El sabor a debilidad extrema, a agotamiento. Pero entonces, recordó algo. Recordó… …su propio poder. ¡¡¡PAAAAAAMMMMMM!!!!
La Kaguya salió despedida en dirección contraria, pareció flotar por un momento en el aire, con la espalda arqueada hacia atrás, y finalmente cayó como un fajo inerte en el suelo. Su cabeza rebotó dos veces antes de posarse inerte en la arena. Había sido noqueada. —Daigo… —Kasaru se arrastraba sobre la arena, como una serpiente agónica. Las esposas tan solo sujetaban una de sus muñecas, y Daigo pudo ver que tenían una llave encajada—. Daigo… tu brazo… —trató de señalarle, preocupada. Había derrotado a su adversaria, pero de seguir así, compartiría el mismo final que ella. |