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RE: Visita inesperada - Uchiha Datsue - 28/09/2017
Datsue aguantó estoico su contrarréplica. No le había gustado que le hubiese tocado con las manos, y menos que le hubiese tratado de sacar los cuartos. Pero entonces, ¿qué había esperado? ¡No pretendería ir a pedir ayuda a Uchiha Datsue sin pagar nada a cambio!
—Claro que la tengo —respondió, ofendido, cuando Yota le increpó por su falta de camaradería—. Soy el tipo más patriótico que hay en ese maldito edificio, por raro que te parezca —aseguró—. Pero, sin dinero de por medio… Mucho me temo que no podré convencer a Chokichi. Lo siento, Yota, pero por mucho que me parta el corazón, no podré ayudarte.
»Quizá hasta si me dejaras 200 ryos... —El Uchiha lanzó el cebo. Por probar que no quedase la cosa.
RE: Visita inesperada - Sasagani Yota - 28/09/2017
— En ese caso no hay más que hablar
«Gilipollas»
Vamos, encima tenía que soportar que me perdonase la vida, ¡Ni por asomo! Me seguía sabiendo mal por Eri, ella era una chica maja y la fastidie por mi capricho. Traté de hacer entrar en razón a ese desgraciado, pero estaba claro que no iba a aceptar. No obstante me llevaba de ahí el nombre del mirón. Quien sabe si volveriamos a cruzarnos en el futuro y entonces... Bueno, entonces ya veríamos.
— Que te vaya bien con tus negocios. Buena suerte, chaval, la necesitarás
Y sin más me largué de Nantonoya. Decepcionado por saber que existían esa clase de shinobis tan ruines y destructores de sus propios camaradas. Todo por el puto dinero.
«¡Qué puto asco, joder!»
RE: Visita inesperada - Uchiha Datsue - 28/09/2017
Pero no picó el cebo. Ni por asomo.
Le deseó suerte en los negocios —aunque por su tono y sus formas, más bien parecía lo contrario—, y se alejó de allí sin siquiera darle la mano a modo de despedida, mosqueado. ¡Aun por encima mosqueado! Después de cortarle un baño de lo más relajante. Después de que le diese la falsa esperanza de que se trataba de Aiko. Después de que recibiese su ayuda —a un precio que no quiso aceptar—, ¡y era él el enfadado!
—Estos Kusareños… —masculló, cuando estaba a una distancia suficiente para que no le oyese—, no hay quien los entienda. Debe ser de la Ribera del Sur. Otra cosa no me explico.
Pero aquella visita no había sido una pérdida de tiempo. No, al menos, para el Uchiha. ¿Por qué tendría tantas ganas de que no se publicase? ¿Simple vergüenza? ¿O escondía… algo más? Lo único que sabía, es que ahora tenía algo en lo que ocupar su tiempo libre: averiguar qué había sucedido realmente. ¿Lo conseguiría? Eso estaba por ver...