[+18] Tu capa, mis drogas - Versión para impresión +- NinjaWorld (https://ninjaworld.es) +-- Foro: Uzushiogakure (https://ninjaworld.es/foro-uzushiogakure) +--- Foro: Calles de la Aldea (https://ninjaworld.es/foro-calles-de-la-aldea) +--- Tema: [+18] Tu capa, mis drogas (/tema-18-tu-capa-mis-drogas) |
RE: Tu capa, mis drogas - Uchiha Datsue - 18/10/2017 En algún punto, Datsue supo que su broma no solo no había sido acertada, sino que había metido la pata hasta el fondo. Quizá, la expresión gélida como el hielo que se formó en el rostro de Noemi fue un indicio que le ayudó a darse cuenta. O el silencio que se produjo entre ellos dos. O que incluso Koko dejase de sollozar. O, puede, que fuese cuando Noemi le enseñase su brazo sin mano como respuesta a su broma. Sí, seguramente aquello último. —Oh, no quería decir que… Un genio. Eso es lo que era. Un genio en cagarla. ¿Cómo podía pasar de tener una lengua de plata a cagarla con algo tan obvio como aquello? No lo sabía. Seguramente, porque estaba nervioso. Y cuando estaba nervioso, primero hablaba y luego pensaba. Quizá debiese empezar a plantearse en pensar primero. —Eh… Sí, claro —dijo, cuando Noemi le pidió unos tazones. «Supongo que serán estos…» Tomó unos tazones apilados y los llevó a la mesa—. Oye, siento el anterior comentario —«Venga, hombre. No puede ser tan difícil llevarse bien con ella. Haz un esfuerzo. Piensa en los sedantes, en la pasta, en…» La imagen de un recuerdo vívido y nítido se formó en su mente. Es cierto que el recuerdo era reciente, muy reciente, pero el Uchiha tenía la convicción de que el paso del tiempo no lo deterioraría. Carraspeó—. Antes me pusiste nervioso y… Bueno, cuando estoy nervioso digo cosas sin pensarlas. No lo decía con malicia, más bien era para fardar un poco de que últimamente gané algo de músculo —esbozó una sonrisa, para tratar de quitarle hierro al asunto. Lo cierto era que sí había musculado algo. Tenía los hombros más anchos, se le notaba el tríceps sin apretar y tenía los bíceps más abultados. No es que se le pudiese llamar un fortachón, ni muchísimo menos, pero para alguien como él, que había sido un tirillas toda su vida, notaba los cambios. Los notaba y le motivaban a seguir entrenando—. Debería pedirle la rutina a tu hermano. El tío está fuerte como un roble. —«O quizá la dieta. El tío debe comer por tres personas, como poco.» RE: Tu capa, mis drogas - Koko - 18/10/2017 Claro que la había cagado, no podía ponerse a hablar de “faltas de peso” con alguien que había perdido dos extremidades, pero así lo había querido Datsue y ahora las rubias se estaban preguntando si realmente habían logrado algo con aquella charla que tuvieron incentivada por el propio Hideo. En cualquier caso, ya otro día le reclamarían por lo sucedido si es que las cosas no mejoraban. De cualquier manera, Noemi suspiró e hizo un ademán con la mano para indicarle al Uchiha que dejase el tema. Iba a hacer todo lo posible por tragarse su orgullo y no golpearle o insultarle, después de todo aquella paz que se habían logrado tenía que durar al menos un día o el hermano de las rubias las iba a zurrar, peor de lo que hizo a la Kageyama aquel mismo día. Al final llegaron a la cocina, la Sakamoto se las ingenió para mantener el equilibrio sin el uso de las manos y pudo tomar el cuchillo para comenzar a rebanar algunas frutas que les habían quedado intactas momentos atrás. —No le digas a nadie lo que pasó —le murmuró—. Ni siquiera a Koko —exigió mientras terminaba de trocear una manzana. Lo último que necesitaba era que se esparciera el rumor de que le había mostrado los pechos al desnudo a alguien que no era su pareja ni nada similar. Pronto la conversación se desvió a un asunto algo más ameno, el envidiable físico del hermano de aquellas dos. —Es que el estilo Sakamoto exige mucho —dijo con una sonrisa de medio lado—. ¿Recuerdas que yo me paseaba por ahí con seis wakizashis? Pues él se pasea con doce odachis, imagina el peso que carga todo el rato —agregó. Justo después de aquello, la rubia tiró las frutas ya cortadas en un recipiente algo más grande y luego se acercó los tazones. Hizo un intento por levantar el recipiente y lo hizo, pero no pudo avanzar más. —Eh… —el brazo cortado no le llegaba de forma cómoda al recipiente así que no tenía manera de inclinarlo y controlar que las frutas cayeran donde debían—. ¿Ayuda? Lo inútil que alguien podía ser. RE: Tu capa, mis drogas - Uchiha Datsue - 18/10/2017 Poco a poco, como un bebé al dar sus primeros pasos, el Uchiha estaba aprendiendo. Aprendiendo a no meter la pata a base de tropezones y caídas. Lo importante, se dijo Datsue, era tener tacto, pensar antes de hablar y asegurarse de que no hacía comentario alguno que pudiese conectarse con la falta de un brazo o pierna. Debía ser una tarea sencilla, pero Datsue a veces era un bocazas de cuidado. Tendría que medir sus palabras muy bien y, cuando no supiese qué decir, simplemente mantenerse callado. Algo que no solía hacer, pero que empezó a practicar en aquel mismo momento, cuando Noemi le indicó con un ademán que dejase el tema de la anterior broma. —Claro que no —murmuró luego, tratando de tranquilizar a Noemi sobre su desliz. Vale que a veces le gustaba cotillear demasiado, cual maruja, pero no llegaba a tanto. Y tampoco era como para negarse mientras ella tenía un cuchillo en la mano… »Vaya que si lo recuerdo —agregó, cuando Noemi hizo referencia a las seis wakizashis que solía portar. Era lo primero en lo que se había fijado de ella. Si hubiese conseguido que fuese a su tienda por aquellos tiempos, se hubiese convertido automáticamente en su mejor cliente. Ante la imposibilidad de Noemi de inclinar el recipiente con frutas, Datsue le ofreció su ayuda, tomándolo él y vertiéndolas en los tazones. —¿Así? —preguntó, cuando llenó el primer tazón, para imitar la acción con los siguientes. Nunca había sido muy manitas en la cocina—. Pues yo estoy pensando en hacerme con un ninjato —dijo, continuando la conversación, que parecía agradar a la exkunoichi—. ¿Aunque has probado alguna vez a empuñar un Ōkunai? Yo estoy enamorado de esa arma. Pero tengo tan poca práctica con cualquier tipo de katana que se me hace muy poco manejable. RE: Tu capa, mis drogas - Koko - 19/10/2017 La afirmativa de Datsue aliviaba a la exkunoichi, pero hasta cierto punto, después de todo nada le aseguraba que no le estuviese mintiendo en ese preciso instante. Pero no podía hacer ni decir nada al respecto más que asentir sin más. De todas maneras, poco después de que el contrario tomase el recipiente con frutas, la rubia tomó una cuchara y ayudó a que cayeran dentro de los tazones con todo y jugo. —Está bien, mantenlo así —le indicó a medida que el contenido del recipiente iba cayendo. Y volviendo al tema de las armas, Datsue mencionó un arma que hermanos mayores de Noemi ya habían probado y habían compartido sus experiencias con el resto. —Mis hermanos probaron a usar de esos en lugar de las katanas normales pero que no les convencía, sentían que les faltaba algo, especialmente para los que usan Ōdachis —decía mientras terminaba de vaciar el recipiente—. De momento no puedo empuñar bien esas espadas, me he quedado con las uchigatanas —prosiguió dejando la cuchara a un lado—. Pero podrías preguntarle a Hideo, sabe mucho de armas filosas, especialmente de espadas. Tras soltarle aquella sugerencia, la Sakamoto estiró la mano para tomar el tazón con crema batida aunque se tambaleó un poco al verse obligada a inclinarse hacia un lado. Por suerte para todos, no cayó ni nada similar y pudo hacerse con el objeto. —¿Vas a querer crema en el tuyo? —preguntó ofreciéndole el tazón. RE: Tu capa, mis drogas - Uchiha Datsue - 19/10/2017 Al parecer, su amor por los ōkunais no era compartido ni por Noemi ni por el resto de su familia. Era un arma atípica, el Uchiha lo sabía. No idónea para clavársela a nadie, aunque a la hora de cortar… Datsue la había visto solo una vez en acción, pero con eso le había bastado. Nunca había nada semejante. Cortaba huesos como si de mantequilla se tratase. Seguidamente, Noemi confesó que actualmente empuñaba uchigatanas. —¿En serio empuñas uchigatas? —preguntó, para luego emitir un largo silbido de admiración—. Las he probado en la academia y me cuesta manejarlas, especialmente a una mano. —En el cerebro de Datsue se encendió la luz roja de emergencia. Ya estaba hablando de manos… Mejor no ahondar en el tema y pasar a otra cosa—. Pues… le preguntaré —dijo, en referencia a Hideo y la posibilidad de pedirle consejo. No era mala idea, en realidad. Aunque Datsue quería el ninjato más para poder fardar que por otra cosa. Siempre había sido más de combate a distancia. Pero un buen ninjato… Oh, eso daba caché. Presencia. Pero mejor no decírselo a Noemi o le tomaría por un bobo. —Claro —dijo, cuando Noemi le preguntó si quería crema en el suyo. A decir verdad, ni se había dado cuenta que uno de los recipientes era para él. Le acercó el que tenía más cerca. RE: Tu capa, mis drogas - Koko - 19/10/2017 Seguramente la gente pensaría que luego de haber renunciado la chica habría dejado de entrenar y demás, pero seguía ejercitándose, seguía practicando técnicas con espadas, con armamento arrojadizo e incluso raiton, actualmente conocía todas las mismas técnicas de ninjutsu que su hermana y puede que incluso algunas más. —Ejercita más, lo único que necesitas es la fuerza para poder manejarla y el resto es fácil como con un kunai —decía la rubia mientras dejaba caer la crema batida sobre el tazón que le correspondería a Datsue hasta que desaparecieron de la vista todas las frutas. Acto seguido, puso un poco de crema batida en otro tazón y lo que sobró en el último. Curiosamente uno de los tazones tenía bastante más crema que los otros dos. —Llévale este a Koko, en la habitación hay un escritorio, puedes dejarte tu tazón ahí —le indicó en lo que ella dejaba la cuchara, el cuchillo y el recipiente de la fruta y la crema en el lavado. Iba a esperarle allí, de lo contrario era muy probable que terminase haciendo un estropicio. RE: Tu capa, mis drogas - Uchiha Datsue - 19/10/2017 Ah, la fuerza, ese bien tan preciado que todo ninja debía poseer. Sí, Datsue sabía que era su punto flojo. Sus manos y sus dedos hacían virguerías que pocos chicos de su edad eran capaces de realizar. Con armas pequeñas, tenía la habilidad de un auténtico prestidigitador. Pero en cuánto lo que manejase pesase algo de más… sufría. En las últimas semanas se había puesto serio al respecto. Primero, porque creía que si conseguía cansarse lo suficiente en entrenamientos agotadores, lograría dormir una noche entera. Segundo, porque ya era hora de tener un cuerpo de shinobi. Un cuerpo trabajado. Con lo primero no había tenido éxito, y con lo segundo... Bueno, todavía le quedaba un largo camino que recorrer. —Llévale este a Koko, en la habitación hay un escritorio, puedes dejarte tu tazón ahí. Expiró aire por la nariz. El Uchiha empezaba a estar cansado de tanta orden. Llévame hasta aquí. Tráeme aquello. Tráeme lo otro. Llévale esto a mi hermana… Una cosa era ayudar a alguien por amabilidad —cosa que ya le solía costar— y otra muy distinta que le tratasen como un criado. Pero cedió una vez más, pensando siempre en el objetivo final: esos sedantes; esas armas que quería venderles. —Te traigo tu tazón, Koko —dijo, mientras dejaba el suyo en el escritorio. Esperaba que la kunoichi saliese al menos de la cueva que se había creado bajo las sábanas para cogerlo, o de lo contrario dejaría el suyo también sobre el escritorio. »¿Te ayudo hasta la habitación? —preguntó a Noemi, al regresar y situarse junto a ella. Mejor quedar como un caballero a esperar a que se lo volviesen a mandar… RE: Tu capa, mis drogas - Koko - 19/10/2017 Noemi logró distinguir un suspiro algo extraño por parte de Datsue y tan solo llegó a ladear un poco la cabeza, preguntándose qué era lo que podría haber pasado como para que se molestase. Pero no dijo absolutamente nada ya que el contrario de todas maneras se dirigió a la habitación y… Koko simplemente sacó la mano de debajo de las sábanas esperando que le dejasen el tazón. No iba a salir, aún. La Sakamoto había esperado pacientemente con tres cucharas en su tazón, luego las repartiría. —Sí, por favor —respondió con una sonrisa. Esta vez la rubia extendió el brazo cortado esperando a que el Uchiha pasase por debajo y le sirviese de soporte, no pretendía que la llevasen de nuevo cual princesa en apuros. Tan solo le restaba esperar pacientemente a que el contrario entendiese y la llevase hasta la habitación. RE: Tu capa, mis drogas - Uchiha Datsue - 19/10/2017 Como una comadreja en una madriguera, Koko apenas sacó el hocico —o en su caso una mano— para hacerse con el tazón que Datsue le estaba ofreciendo. Si no quería embadurnarse toda con la crema, sin embargo, todavía tendría que esperar a que le llevase la cuchara. Cuchara que portaba su hermana. En aquella ocasión, Noemi añadió un por favor a su petición —aunque en realidad se había ofrecido él mismo—, cosa que relajó algo a Datsue. Era increíble el efecto que podía hacer tal expresión. Una frase podía convertirse en una orden o en una simple petición solo con llevarla o no. «Bueeno. Pues parece que estoy superando la prueba. La conversación no está siendo todo lo fluida que pudiese ser, pero oye, ni tan mal, tú. Ni tan mal.» Dejó que Noemi pasase su brazo malo sobre sus hombros, mientras que él posaba una de sus manos sobre la cintura de ella, para pegarla a él y evitar que se cayese de nuevo. Entonces, empezó a caminar a pasos cortos y lentos, tratando de adaptarse a su ritmo. Lo cierto es que le resultaba extraño caminar sin tropezar con nada. De haber estado en su apartamento, ya hubiese tenido que esquivar tres prendas interiores y algún zapato tirado por el suelo, como poco. La distribución que tenía Koko en su hogar era muy parecida a la suya, pero en cuanto al cuidado del interior… No podían parecerse menos. La casa de ella rozaba lo inquietante por tanta limpieza obsesiva. La suya, parecía un auténtico vertedero. Solo que cambiando el mal olor por, simplemente, un ambiente cargado. «Ah, y aquí llegamos.» Datsue abrió la puerta y… … Demonios, se había equivocado, tan acostumbrado a como estaba a que su habituación estuviese de aquel lado. Sin embargo, el Uchiha y la kunoichi habían acabado en… RE: Tu capa, mis drogas - Koko - 19/10/2017 El baño. Uchiha Datsue había llevado a la Sakamoto al baño y el desconcierto se adueñó rápidamente de ella. —¿Se puede saber qué haces? —preguntó algo fastidiada y con una vena en la frente hinchada. En ese instante sintió unas ganas inmensas de tirarle con el contenido del tazón en la cara, pero tenía que contenerse, ¿verdad? Para evitarse algún tipo de castigo o reprimenda de su hermano. —Llévame a la habitación —le ordenó como si aquello fuese un ultimátum. No le había hecho ninguna gracia terminar allí. RE: Tu capa, mis drogas - Uchiha Datsue - 19/10/2017 —Eh, pues… —Notaba la ira apenas contenida de Noemi en su vena hinchada—. En mi piso está puerta conduciría a mi habitación. La costumbre —se excusó. Pero no había excusas posibles para una mujer enfadada. No cuando esa mujer era Sakamoto. —Llévame a la habitación. Había muchas maneras de decir aquella frase. Una era con un por favor. Otra, con un tono suave y delicado, que transformase aquel imperativo en una simple petición. No solo Noemi no empleó ninguno de los dos caminos, sino que eligió un tercero. Uno en el que no solo impregnaba en el tono de su voz que aquello era una orden, sino que hasta lo elevaba a condición de ultimátum. Datsue nunca se había considerado un chico especialmente orgulloso, pero en aquel momento no fue capaz de controlar su lengua. —Oye, sé que estás acostumbrada con tu hermana… —dijo, algo enervado, mirándola fijamente a los ojos—. Pero yo no soy tu criado. No se movió del sitio. RE: Tu capa, mis drogas - Koko - 19/10/2017 A pesar de la orden, el shinobi no se movió del lugar, pero sí habló, fastidiando aún más a la rubia. —¿Y qué pretendes? ¿Quedarte el resto del día aquí? —Le respondió con una sonrisa irritada en el rostro. No le gustaba para nada la idea de tener que irse a saltos con un tazón de fruta, y tampoco tener que recurrir a su hermana para salir de allí o algo del estilo. En parte porque se sentía mal de estar todo el tiempo dependiendo de ella y en parte por orgullo. RE: Tu capa, mis drogas - Uchiha Datsue - 19/10/2017 Obviamente no, su tozudez no llegaba a tanto como para perder el día allí de pie sin moverse del sitio. Ni era lo suficiente tozudo, ni su espalda lo hubiese soportado. Pero un poquito más sí que podría estar… —Pues… ya que te estoy ayudando de buena fe, no estaría mal que usases un tono apropiado conmigo, y no como si le hablases a una de tus criadas. Hasta entonces… —se encogió de hombros, y, en vez de decir con palabras que tenía todo el tiempo del mundo, lo hizo con hechos: se llevó la mano libre a una de las cucharas que había en el tazón, sujetado por Noemi y, ni corto ni perezoso, se llevó una buena porción de crema con fruta batida a la boca—. Hmm… Tengo que reconocer que te ha salido muy bueno. —Se relamió los labios. Joder, la verdad es que estaba condenadamente rico—. ¿Quieres? —preguntó, con algo de guasa. RE: Tu capa, mis drogas - Koko - 19/10/2017 Con aquella pequeña situación se estaba yendo al garete todo el esfuerzo del pobre de Hideo. —Gracias —le dijo bastante irritada al ver que se estaba comiendo el tazón que en teoría le correspondía a ella. Justo después, le dio un empujón con el mismo tazón con la intención de dejárselo para después separarse del contrario aprovechando la cercanía de la pared. Se iba a ir a saltos ayudándose con las paredes y una vez en la habitación, debería de llegar de un simple salto. No iba a seguir perdiendo su tiempo allí con aquel shinobi, después de todo, aquella tregua la había organizado alguien que ya ni siquiera estaba en el departamento así que podrían mandar lejos al intrépido. La cuestión está en... ¿A cuál de las dos se le va a ocurrir primero? RE: Tu capa, mis drogas - Uchiha Datsue - 19/10/2017 Y así, de un plumazo, todo el esfuerzo de Uchiha y Hideo se fueron por el retrete. Sinceramente, era una tarea demasiado titánica y agotadora como para que mereciese la pena. Tenía que cuidar cada palabra que decía, cada gesto, cada doble sentido que pudiese tener una frase. ¡Y ojo con llevarle la contraria! ¡O no obedecer las continuas órdenes que iba soltando! ¡Porque entonces la habíamos liado! ¿Cómo era que la aguantaba Koko, con el genio que había demostrado con él? La respuesta le llegó al instante: porque seguramente no le discutía nada, simplemente hacía caso. Varias eran las ocasiones en las que la había visto cargada con la decena de wakizashis de su hermana, mientras ella caminaba como una reina sin cargas ni nada más encima que su altanería. Suspiró, siguiendo los pasos de Noemi, y dejó el tazón sobre el escritorio. Una vez allí, se dio cuenta que, sencillamente, estaba sobrando. La exkunoichi enfadada con él por no obedecer sus órdenes como un perrito faldero; y Koko en una pequeña crisis que la había hecho esconderse bajo las sábanas. Definitivamente, no pintaba nada allí. ¿Los sedantes? Probablemente fuese el peor escenario posible para pedirlos. ¿Las armas de su tienda? Más de lo mismo. —Noemi, Koko… Ha sido un encuentro… atípico —dijo, empezando a despedirse. Realmente lo había sido. No se habían tirado ninguna piedra, ni bomba, ni lariatt. Ciertamente atípico—. Me hubiese gustado charlar un poco más con vosotras, pero... Mejor será que me vaya, antes de que nuestra despedida sí sea la típica. |