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[+18] Tu capa, mis drogas - Versión para impresión

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RE: Tu capa, mis drogas - Koko - 19/10/2017

Ah pero Datsue la ignoró completamente a la pobre rubia que tenía que irse a saltos. Tan lenta era que incluso le pudo pasar por al lado hasta la habitación y allí dijo lo que sentía, que sobraba en aquel departamento y seguramente la Sakamoto le habría dado la razón, aunque no tan así la Kageyama que había dejado un tazón impecablemente limpio a un lado de la cama.

Se las había ingeniado para comer toda la fruta sin necesidad de una cuchara e incluso si le quitaban las sábanas de encima la verían impecable, sin rastros de comida.

Pero la saltarina fémina una vez más perdió el equilibrio, se tambaleó, lanzó manotazos a todas partes y finalmente cayó encima del Uchiha que se encontraba dándole la espalda. Y como el chico tampoco estaba prestando atención, probablemente porque no se esperaría jamás que la orgullosa Sakamoto se le caería con todo su peso encima, cayó al suelo.

Esta vez la rubia no se quedó en evidencias ni nada similar, simplemente cayó sobre la espalda de Datsue, aplastándole sus pechos en la espalda y golpeándose de paso la nariz contra la nuca ajena. Por obvios motivos, el cabello de la chica terminó a cada lado de la cabeza del shinobi, permitiéndole sentir la dulce fragancia que desprendía de aquella suave y muy sedosa cabellera.

—Joder… —se quejó intentando levantarse aunque le costaría un horror sin ayuda y Koko no pareció enterarse de nada.


RE: Tu capa, mis drogas - Uchiha Datsue - 19/10/2017

Pero el destino todavía le tenía preparada una última sorpresa. Un último giro en el guion. La vuelta de tuerca definitiva. Primero, sintió la caída irrefrenable, de suerte que apoyó las manos en el último momento para no darse con la cara de bruces contra el suelo. Luego, un ligero golpe en la nuca, acompañado de una sensación de lo más... placentera. Justo en la parte alta de su espalda.

«¡La madre que me…!»

Trató de darse la vuelta con ella encima, de modo que al menos la encarase para poder decirle a la cara un par de cosas que alguien tenía que haberle dicho hacía mucho tiempo.

Primero empezaría con ese ego desmedido, que la envolvía como un aura más allá de los límites de su cuerpo, y que parecía afectar a todo aquel que se acercase, fuese para bien o para mal.

El olor dulzón de sus cabellos inundó su olfato…

Después, pasaría a esa forma de tratar a los demás, como si no fuesen más que simples sirvientes que su único objetivo y deseo fuese de servirla.

Sintió el pecho de ella aplastándose contra sus pectorales…

Para rematar, le diría que, ya que ahora necesitaba tanto la ayuda de los demás, mejor haría en empezar a arrimar el hombre un poquito también si no quería verse sola en unos años.

Sus ojos verdes apenas estaban a medio palmo de los suyos. Su nariz rozaba contra la suya. Sus labios… Oh, sus labios. Estaban tan cerca… Incluso sentía el cálido aliento que emanaban. El Uchiha se preguntó desde cuando era tan rematadamente guapa. Siempre la había considerado como tal, pero una cosa era tenerla a tres metros gritándote mierda como acostumbraban a hacer y otra muy distinta tenerla pegada, en silencio…

Noemi, ¿crees en el destino? —preguntó, en apenas un murmullo. Ni siquiera estaba pensando en lo que decía—. Creo que nos intenta decir algo.

Aquellos dos se habían dicho y hecho de todo. Se habían gritado, chillado, insultado. Se habían tirado piedras. Se habían echado mierda encima, casi literalmente. Sus guerras, con breves momentos de tregua, siempre desembocaban en otras más largas y duras.

Quizá era el momento de probar un camino alternativo.

«¡A la mierda!»

No se lo pensó, porque de haberlo hecho, se hubiese pasado media tarde enumerando los peligros e inconvenientes de aquello, empezando por Hideo, pasando por Koko, y terminando en la propia Noemi. Así que, simplemente…




… la besó.


RE: Tu capa, mis drogas - Koko - 19/10/2017

Si había algo que le molestaba era que se removieran debajo suyo cuando estaba intentando salirse, es decir, Datsue no se podía quedar quieto mientras la lisiada se levantaba, por el contrario, tuvo que darse la vuelta moviéndole la pierna de modo que terminó bien aplastada contra él, como si apenas se hubiese caído.

Iba a insultarle, iba a abofetearle y a gritarle pero… Una pregunta la dejó descolocada.

—¿Qué? —preguntó con una ceja alzada e ignorando completamente las distancias.

Con las ganas de pegarle que tenía ni se fijó que sentía la respiración del contrario, o que estaba en una postura bastante cuestionable.

Hasta que ocurrió…

Los ojos de la Sakamoto se abrieron de par en par hasta su máxima capacidad, parecía que se le saldrían de sus órbitas y las pupilas se constriñeron hasta tal punto en que parecían no existir y su cuerpo sencillamente dejó de responderle.

Pasó un momento de aquello, la rubia se había quedado paralizada pero por un momento hasta que finalmente recuperó parte de la compostura, aunque su rostro estaba tan rojo como un tomate.

Al final, hizo un intento por levantarse de allí, apoyó ambas extremidades superiores en el piso a cada lado de Datsue y levantó su torso. Acto seguido, levantó el trasero y se echó hacia atrás para sentarse en el piso y mirarle aún desconcertada.

—¿Qué te pasa? —le interrogó nerviosa, como si acabasen de desarmarla en pleno combate de espadas.


RE: Tu capa, mis drogas - Uchiha Datsue - 19/10/2017

Sucedió algo curioso. Muy curioso. A pesar de que aquella boca que besaba ahora no había hecho más que soltar mierda sobre él a lo largo de su existencia, le supo a gloria. Dulce, húmeda, suave… El corazón empezó a latirle como un caballo desbocado, y sintió el rubor en las mejillas. No era su primer beso —ni su segundo ni su tercero—, pero el Uchiha lo sintió como tal… con la ventaja de tener algo de experiencia. La poca que había adquirido en una noche de locura en el Valle de los Dojos.

Pero ahora sus pensamientos estaban muy lejos de allá. Ahora su mundo se reducía a los labios de Noemi; a su fragancia; a la suave tela del kimono que sus dedos iban rozando, mientras bajaban…

Sintió unos brazos a cada lado de su cuerpo. La presión ejercida en su pecho fue menguando… Los labios, que ahora ansiaba como la miel el oso, se separaban… Aquello estaba mal. Aquello estaba pero que muy mal.

Colocó cada mano a cada lado de su cintura y, de un simple movimiento, impidió que se fuese intercambiando la posición de sus cuerpos. Ahora él estaba encima y ella debajo. Apartó los cabellos sueltos que le cruzaban la cara con una mano, dejando que la palma se quedase en una de sus mejillas. La miró a los ojos tan solo por un instante. Asomó en los labios de ella una frase…

…y él ahogó sus palabras con otro beso. Más húmedo. Más pasional. Atrapaba sus labios con los suyos propios. Los envolvía. Los abrazaba… La palma de su mano todavía estaba apoyada en la mejilla de ella. Su otra mano… buscaba otro lugar en el que entretenerse. Por el momento, en un sitio seguro. Tan solo en su baja espalda, apretándola contra él.

En un momento de lucidez, se apartó unos milímetros de ella. Hizo un amago de volver a besarla, pero se contuvo.

Bésame —pidió, con ojos febriles por el deseo. Una petición extraña, después de haberle plantado él dos besos. Pero el Uchiha siempre había sido alguien en sí mismo un poco extraño...


RE: Tu capa, mis drogas - Koko - 19/10/2017

Aquella no era la primera vez que se besaba con alguien, pero sí era la primera vez que la besaba alguien a quien tenía ganas de golpear pero extrañamente, su única mano se negaba a cumplirle el capricho de asestarle un puñetazo en la cara al Uchiha.

Con tal shock, no se vio capacitada a reaccionar ante las acciones contrarias y terminó en el piso, boca arriba y con las piernas algo separadas, dándole lugar al contrario de ubicarse entre ellas y así lo hizo sin tardarse ni un instante mientras la silenciaba con más besos.

Datsue no paraba, no le estaba dando tregua y la sostenía con una mano en la mejilla probablemente para evitar que ella girase y le evitase. Con la otra la retenía en un abrazo sencillo, pero que sabía muy bien cómo iba a terminar y ella… Ella hizo lo que pudo, pero en una situación así, con los nervios a flor de piel se veía incapacitada a emplear toda su fuerza e incluso al hacerlo, solo tenía apoyo para una sola extremidad, el brazo cortado no le servía para absolutamente nada debido a las distancias, ni siquiera cuando el chico se separó y le dio una orden que…

¿Se suponía cumpliría?

Noemi no pareció entender, le miraba fijamente a los ojos, con expresión perdida, sin saber siquiera lo que decir y la boca le temblaba, tal vez por deseo, o tal vez porque quería decir algo pero no se le ocurría nada, pero su lengua se asomaba por sobre su labio inferior, dispuesta a hacer algo o como mínimo para solicitar algo de atención.

A saber.

Por otra parte, en aquella habitación había una tercer persona, otra chica de cabellos dorados… Debería de haberse enterado de todo, debería saber lo que está ocurriendo a una distancia tan corta de ella pero un ronquido les indicaría a los otros dos que no, no estaba al tanto de nada y mientras no hicieran demasiado ruido no debería de enterarse.


RE: Tu capa, mis drogas - Uchiha Datsue - 19/10/2017

Aquella sí era una reconciliación como los dioses mandaban. Nada de palabras forzadas impuestas por un jōnin. Nada de mentiras. Nada de falsas sonrisas. Solo el uno y el otro, dejándose llevar… Entonces se separó de Noemi por un segundo. Le pidió que le besase. Ella tenía una mirada extraña que no supo identificar, y que por un momento le puso nervioso. Le temblaban los labios. ¿Acaso estaba…? Entonces vio que sacaba la punta de la lengua. Primero su corazón se relajó, liberado de la súbita presión que por un instante había sentido. Justo para que al momento después se desbocase como un potrillo en celo.

Su lengua salió al encuentro de la suya, como dos amantes que no se habían visto en mucho tiempo. Jugueteó con ella, la envolvió, dio vueltas a su alrededor… Siempre traviesa, siempre inquieta. Sus cuerpos se comprimieron más. El Uchiha hacía presión con la cintura, apretándose todavía más contra ella. Notaba un bulto cada vez más asfixiante en la entrepierna. Estaba sofocado. Sin aire…

Un ronquido de Koko le alertó y separó brevemente sus labios de los de Noemi. Genial, ni se había dado cuenta de que la kunoichi seguía allí. Por suerte —un milagro, más bien—, parecía haberse quedado dormida. Suspiró de alivio. Por el momento, estaban a salvo de miradas indiscretas.


RE: Tu capa, mis drogas - Koko - 19/10/2017

Esta era la primera vez en que la chica se besaba de tal manera con alguien, ni siquiera lo había hecho con aquel que había sido su pareja. Era extraño, húmedo en exceso y a la vez placentero, aunque la presión que aumentaba contra su entrepierna no hacía más que estimularla a seguir con todo eso a pesar de desconocer absolutamente todo.

Aun así, Noemi no hacía absolutamente nada, parecía una muñeca de trapo, con las piernas separadas pero flexionadas en torno al cuerpo del contrario. Los brazos a cada lado de su propio cuerpo y la boca entreabierta, apenas moviendo la lengua para seguirle el juego al Uchiha.

No podía mentir diciendo que no le agradaba lo que sentía, pero un ronquido la hizo reaccionar desviando la mirada. Algo estaba mal…

—¿Vamos a otra parte? —preguntó insegura y en un susurro.

En el peor de los escenarios, Koko despertaría y los encontraría besuqueándose o haciendo algo incluso más grave. Lo cual era malo justamente porque hasta antes de que la pecosa se durmiese los otros dos parecían a punto de matarse entre sí.


RE: Tu capa, mis drogas - Uchiha Datsue - 19/10/2017

¿Vamos a otra parte? —Su murmullo apenas audible fue como música para sus oídos.

¿Cómo iba a negarse? Bien era cierto que aquella situación le ponía todavía más. La pequeña sensación de peligro por ser descubiertos… El riesgo. El morbo. Pero solo un loco se negaría a tal petición.

Tomó la muñeca buena de ella y se la pasó tras la nuca para que le agarrase. Apoyó una rodilla en el suelo, y la planta del otro pie al otro lado, y tras tensionar los músculos la levantó, sujetándola por el trasero y la espalda. La llevó en volandas, empujando con un pie la puerta de la habitación para que quedase, si bien no del todo cerrada, sí casi. Sus pasos le condujeron al único lugar conocido, la cocina. El Uchiha creyó que la mesa era tan buen lugar como otro cualquiera para colocar a Noemi, y allí la dejó sentada, justo en el borde.

Entonces metió su mano tras la nuca de ella, dejando que los dedos se le enredasen con sus cabellos, y la atrajo hacia él para volver a besarla. En la boca. En la barbilla. En el cuello… Su diestra tiraba de la cintura de ella para apretarla todavía más contra su cuerpo, mientras que su zurda, hasta el momento ociosa, voló irrefrenable hasta uno de sus pechos. Cuando se quiso dar cuenta, ya era demasiado tarde, y ésta se encontraba masajeándola como si tuviese vida propia. Era una sensación agradable. Tan agradable que el bulto en su pantalón pareció un volcán a punto de estallar.

¿Estaba yendo demasiado lejos? ¿Demasiado de prisa? Esperaba que no…


RE: [+18] Tu capa, mis drogas - Koko - 20/10/2017

Justo después de la propuesta, Datsue se preparó para ponerse en pie con ella incluida. Podría haberse levantado por sus propios medios, para facilitarle el trabajo pero en su lugar fue atrapada por los brazos del contrario. Una mano terminó en su espalda obligándola a presionar su busto contra el pecho del contrario mientras que la otra mano de Datsue terminó actuando como una especie de banco para que ella no cayese. Probablemente.

Así fue como la llevaron de una forma en que podía seguir besando y dando suaves mordidas al Uchiha, aunque en otras partes como en la oreja o el cuello.

Hasta que la sentaron sobre la mesa de la cocina. Justo en el borde, donde Noemi sentía perfectamente que si se movía un poco podría caerse y hacerse daño pero… Datsue se arrimó tanto que le servía como un tope, pues él mismo se encargó de acercarla más aún y no cayó.

Siguieron los besos, siguieron los toqueteos y finalmente el chico se armó de valor para tomarle un pecho a la rubia y masajearlo muy enérgico.

—No tan duro —le indicó entre pesados suspiros.

A estas alturas sentía demasiado calor, suficiente como para que pronto comenzara a sudar. Incluso acompañando al contrario le abrazó con ambas piernas y tanto como pudo con los brazos, para atraerlo lo más posible contra ella y… De paso indicarle algo.


RE: [+18] Tu capa, mis drogas - Uchiha Datsue - 20/10/2017

El aroma de Noemi se colaba en su olfato como una droga alucinógena… Sentía como si estuviese flotando, como si estuviese en un sueño y aquello no fuese real. Tenía calor. Mucho calor. Un calor que no provenía de la temperatura ambiental, sino que procedía directamente de su corazón, que parecía bombear el mismísimo fuego de Amateratsu por sus venas.

Sentía las piernas de Noemi rodeándole por la cintura y apretándole más contra él… Creyó que se iba a volver a loco. Que definitivamente perdería la cabeza.

No tan duro.

L-lo siento —se disculpó Datsue, que automáticamente envío un mensaje de alerta a su mano izquierda. Esta protestó, pero como el gennin que escucha la orden de su Kage, terminó acatando.

Pero dígase una cosa de su zurda: es algo rebelde. Así que aunque obedeció, terminó por encontrar otras maneras de divertirse… Tirando del escote hacia abajo para liberar al enorme busto de Noemi de su presión… de la cárcel en la que se encontraba.

Trató de rodear con la mano abierta uno de sus pechos, no esta vez para apretarlos, sino simplemente para dirigirlo hacia él… hacia su boca. Fue entonces cuando se dio cuenta de algo.

Oh —murmuró, en señal de sorpresa.

Solo había visto una vez algo así, en la fotografía de una revista que un joven como él no debería tener. O eso, al menos, indicaba en la esquina superior de su portada, bien en rojo. Datsue jamás había hecho mucho caso a esas advertencias. Si estaba preparado para matar, ¿acaso no estaba también para hacer lo contrario?

Lo que Datsue estaba viendo es lo que algunos llamaban…


RE: [+18] Tu capa, mis drogas - Koko - 20/10/2017

Pezones invertidos. Eso era lo que Uchiha Datsue se encontró al liberar los senos de la exkunoichi.

Aquella era literalmente la primera vez que permitía que alguien centrase su vista en ellos por más que unos segundos, primera vez que permitiría que alguien tocase y los recorriera tanto con la vista como con las manos o lo que sea que el contrario quiera hacer.

—¿Pasa algo? —preguntó algo nerviosa, esperándose una reacción de repudio.

Entre tanto, la rubia quitó su brazo del cuello del contrario y se lo llevó al seno que le habían estado estimulando, comenzó a estirar un poco la piel de la areola como si pretendiese mostrarle algo a Datsue.

—Puedes sacarlos, si quieres —le indicó, haciendo un intento por lograrlo pero para ello iba a necesitar algo más que solo una mano.

Esperaba que el shinobi no quedase horrorizado por aquello, aunque podía sentir la presión inmutable en su entrepierna, lo que le indicaba que seguía igual de excitado.


RE: [+18] Tu capa, mis drogas - Uchiha Datsue - 20/10/2017

¿Pasa algo?

¿Eh…? No… Claro que no —negó Datsue, con vehemencia.

Pero las palabras se las llevaba el viento, así que Datsue, cuando vio que Noemi trataba de hacer salir un pezón con su propia mano —excitando al Uchiha hasta niveles desproporcionados—, se lo demostró con hechos.

Apartó con delicadeza la mano de la exkunoichi, para dejarle espacio a su boca, que se perdió entre el infinito de aquella montaña inexplorada. La besó en cada rincón. Apretaba con sus labios. Jugaba con la lengua… Succionaba. Tan solo hizo un breve descanso, que aprovechó para humedecer los dedos de su diestra, que se deslizaron por las llanuras del vientre de ella, perdiéndose momentáneamente entre sus muslos, hasta que finalmente encontraron el objetivo que perseguían.

Buscó rozar la tela de sus bragas, acariciándola a través de ella. Jugueteando… como si tratase de hacerle cosquillas.


RE: [+18] Tu capa, mis drogas - Koko - 20/10/2017

Aquel era el momento culmine, era cuando Datsue se tiraba atrás por repudio hacia aquella ”anomalía” en los pechos de la exkunoichi pero por suerte, aquello no ocurrió, por el contrario.

La mano de Noemi se vio obligada a soltar aquella masa de carne, dándole la posibilidad de volver a rodear…

La nuca ajena.

El Uchiha se había inclinado para atraparle el seno con la boca, por lo que la rubia solo pudo apretarle un poco la cabeza para que el rostro se le aplastase en el pecho, el cual se deformó fácilmente adaptándose a la superficie que se le estaba aplastando.

Con tan solo aquello ya lograba que la rubia se estremeciera e incluso soltase alguno que otro gemido, pero por si fuera poco, la otra mano de Datsue había decidido bajar por el vientre de la joven, humedeciéndole la piel ya que previamente aquellos dedos habían sido ensalivados.

Lamentablemente, el shinobi se llevaría una decepción al descender por el cuerpo de la Sakamoto, pues no encontraría tal cosa como ropa interior, tan solo daría de lleno con la cavidad humedecida de la joven.


RE: [+18] Tu capa, mis drogas - Uchiha Datsue - 20/10/2017

Cuál sería su sorpresa cuando no halló nada que impidiese su paso… hasta las profundidades de Noemi. ¿Decepcionado? El Uchiha no creía que hubiese una palabra menos adecuada para describir lo que sentía en aquel momento.

Acalorado y rojo como un tomate, dejó que sus labios trabajasen también el otro seno, mientras su dedo entraba y salía una y otra vez del cuerpo de Noemi. Los gemidos de ella fueron como gasolina en un incendio ya enorme, provocando que el fuego de su pasión explotase en un mar de llamaradas.

Noemi… —murmuró, con la respiración entrecortada, cuando buscó su mirada con la suya. «No puedo más…»

Era como tratar de contener la lava de un volcán a punto de estallar. Como colocar una presa en un río, en pleno invierno y con tempestades continuas, sin permitir que una porción del agua se escapase para no llenar el embalse. Esperar que éste no se viese reventado era una locura. No, era incluso peor. Era como tratar de apagar un incendio con gasolina. Eso le sucedía a él.

Sus manos interrumpieron lo que hacían para quitarse la camisa con un violento movimiento, arrojándola al suelo. Se aflojó los pantalones, que empezaron a deslizarse hasta llegar a las rodillas, y se bajó los calzones acto seguido. Sentía una presión muy grande ahí abajo. Demasiado grande.

Le subió la falda del kimono y se estrujó contra ella, permitiendo que sus partes más íntimas se rozasen, se apretasen la una con la otra… aunque sin ir más allá por el momento. Envolvió las mejillas de Noemi con ambas manos. La miró por un instante, con ojos febriles por el deseo, y entonces la besó.


RE: [+18] Tu capa, mis drogas - Koko - 20/10/2017

Noemi gozaba de menos experiencia que su propia hermana, así que no podía hacer absolutamente nada para aportar a aquel acto que estaban llevando a cabo con el Uchiha. En su lugar sencillamente se dejaba hacer y soltaba alguno que otro gemido a medida que su respiración se iba alterando y la temperatura de su cuerpo aumentaba gradualmente.

En cuanto el contrario entró en contacto directo con la entrepierna de la rubia, esta supuso que iba a intentar estimularla de forma manual, pero se llevó una sorpresa y es que en ese preciso momento, como si se hubiese quemado, el shinobi se separó de ella, dándole un buen susto que pronto se transformaría ya que solo lo había hecho para quitarse la camisa y el pantalón, incluso bajarse la ropa interior y revelar al fin, aquel bulto que se escondía allí adentro.

Tenía que aceptarlo, las medidas de lo que estaba sintiendo contra sí —ahora que se encontraban ambas intimidades desnudas— resultaba un tanto intimidante para ella al ser bastante más baja que la pecosa de la otra habitación. Pero no podría decirle nada al respecto al chico, en su lugar sencillamente correspondió al beso y volvió a abrazarle por el cuello y también con las piernas. Al hacer esto logró mayor presión entre su propia entrepierna y la del contrario que ahora, por lo menos de forma parcial, se encontraba humedecida con los fluidos de la Sakamoto.


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