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El mito del oeste - Versión para impresión

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RE: El mito del oeste - King Roga - 20/01/2019

El sujeto estaba por parpadear, pero ni siquiera terminaría de cerrar los ojos cuando una mano le tomó por el cuello, seguido de un cabezazo en su nariz que le dolió más de lo que debería. Y aún así, pese a que abrió la boca por el dolor, no emitió ningún sonido de queja. Abrió los ojos de golpe, pero en lugar de intentar liberarse del agarre del clon, silbó cómo quién tararea el canto de un ave y entonces... todos reirían. No por un chiste, no porque quisieran, no porque hubiesen ganado. Era una risa involuntaria, la risa de alguien a quién por sorpresa le agarras el estómago por detrás para hacerle cosquillas. Con la salvedad de que no habría absolutamente nadie para hacer tal cosa. No sólo el estómago, sino los pies, las axilas, la nuca. Que va, todo el maldito cuerpo, incluso dónde no llega la luz del sol. Los únicos que justamente no se verían afectados, serían los bandidos. Esperaba que el clon le soltase dado el sorpresivo efecto, lo suficiente para poder dar tres saltos hacia atrás.

—E-en-tendido— El sujeto de las quemaduras, reconoció esto cómo una señal para actuar. Con mucho dolor, se llevó la mano por debajo de la capa, hacia su espalda.

—Pe-jajaja,rojajaja-no, jajajaja ¡NOOOOOJAJAJAJAJA!— No podía contenerse, incluso si intentaba llevarse las manos a dónde sea, no cesaba. "LA PUTA MADRE, ¿¡QUÉ MIERDAS ES ESTO!? En un momento dado se tiró al suelo para rodar e intentar aplacar la sensación, pero se le era imposible.

—¡JUAJAJAJAYAYANOJUAJUAYA! ¡AUCHJUAJUAJUA— El grandulón tampoco se salvó de esto.

—Suertudos de mierda— Aún con la mitad de la cara sangrando, su rostro era una furia, pero aún así se limitó a imitar la acción de su compañero y sacó algo de un portaobjetos que quedó expuesto cuando la mitad de su capa se había quemado.

Ambos lanzarían dos pelotitas al suelo. Una, emitiría un chirrido agudo que terminaría por atontar a todo aquel que le escuchase, mientras la otra liberaría una gran cantidad de humo cubriendo la misma zona de efecto que el sonido.

"¡NO JODAN!" No sabría que era peor, si las cosquillas, el ardor en los oídos o el humo entrándole en los pulmones. Lo único seguro es que la combinación de las tres era una tortura bastante fuerte. En ese estado, no podía hacer demasiado. "Esto no está mal, ESTÁ TERRIBLE."


ESTADO DE ROGA
PV

145/145


CK

129/145

+20


(Sin inventario en estos momentos)


JEFE
PV ???
-14

CK

145/220

-75

Poder 40
Agilidad 70
Destreza 60
Inteligencia 70

¤ Menimienai-te no Jutsu
¤ Técnica de las Manos Invisibles
- Tipo: Apoyo (Genjutsu Táctil)
- Rango: A
- Requisitos: Genjutsu 60, Polvo Sensorial
- Gastos: 75 CK
- Daños: -
- Efectos adicionales: Ver descripción
- Sellos: -
- Velocidad: Instantánea
- Alcance y dimensiones: 25 metros a la redonda.
Técnica que afecta el sentido del tacto de las víctimas, entorpeciendo sus movimientos o incluso inmovilizándola mientras le transmite generalmente sensaciones desagradables en la piel a gusto del ejecutor. Para que surta efecto, el objetivo debe haber entrado en contacto con una pequeña porción de Polvo Sensorial que se adhiere a la piel y que sirve cómo medio para transmitir el chakra del usuario. Su efectividad varía según la diferencia entre la Inteligencia del ejecutor y la Voluntad del objetivo.

Si la Inteligencia le supera en 20 puntos o más a la Voluntad: No podrá moverse conscientemente
Si la Inteligencia es igual o un poco más alta a la Voluntad: Le costará coordinar sus movimientos
Si la Inteligencia es inferior a la Voluntad: No le afecta.

Pese a que no requiere sellos para usarse, necesita activarse mediante un comando de sonido. El efecto transmitido varía en función del sonido empleado.



RE: El mito del oeste - Uchiha Datsue - 22/01/2019

De todo lo que hubiese podido imaginarse y pensar Uchiha Datsue, lo último que se esperaba era aquello. Sintió cosquillas por todo el cuerpo —él y su clon— que le hicieron caer al suelo de la risa. Era tantas las carcajadas que le producía, que hasta dolía.

Logró ver por el rabillo del ojo que Roga se alejaba de ellos rodando. Bien.

Datsue, también en el suelo, trató de juntar las manos. «Oh… Mierda, ¡mierda!» Era tanta la risa que tenía, que el mero hecho de entrelazar los dedos le suponía un mundo. Su cuerpo temblaba de arriba abajo, y parecía tener la coordinación de un bebé. «Vamos… ¡Coño!»

Se oyó un estruendo —¿una bomba sonora?—, seguido de una cortina de humo. Su clon desapareció por semejante estallido, ya desconcentrado de por sí por aquella extraña técnica. No así lo que le había pasado Datsue al bolsillo, que cayó al suelo y…

«¡Al fin, joder!»




¡¡¡BAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAMMMM!!!




La esfera explosiva de clase A destrozó todo lo que hubiese a su alrededor en un rango de siete metros. Con suerte, acabaría con el jefe, los malditos súbditos que estaban a su lado y pondría punto y final a aquella batalla.

¡JAAAAAAAAAJAJAJAJAJAJAJA!






PV:

250/250



CK:

108/320

+10
-15
regen. dividida


1 AO mantenida


*Sharingan activado*

*4/5 turnos píldora soldado


¤ A-ranku no Kibakudama
¤ Esfera explosiva de rango A
- Tipo: Consumible
- Tamaño: Pequeño
- Requisitos: Destreza 60
- Precio: 2250 ryos
- Daño: 140 PV/explosión
- Efectos adicionales: -
Bomba de papel compacto con forma de esfera y del tamaño de un puño que, tras un sello del usuario (serpiente, ambas manos) o tras un tiempo preestablecido en turnos (determinado en el momento de su lanzamiento, no inferior a tres turnos) provocan una fuerte explosión. Esta versión explota en un radio de siete metros. Tienen la desventaja de que son mas visibles que los sellos, pero son mas dañinas.


¤ Fuda: Kassei-ka
¤ Sello Adhesivo: Activación
- Tipo: Ofensivo
- Rango: D
- Requisitos: Bukijutsu 10
- Gastos: 15 CK por sello
- Daños: -
- Efectos adicionales: Activa un sello adhesivo a distancia
- Sellos: Serpiente
- Velocidad: Rápida
- Alcance y dimensiones:
  • Los sellos pueden activarse a una distancia máxima de 10 metros
  • (Bukijutsu 50) Los sellos pueden activarse a una distancia máxima de 30 metros
  • (Bukijutsu 100) Los sellos pueden activarse a una distancia máxima de 100 metros
El shinobi utiliza esta habilidad para activar un sello o etiqueta adhesiva a distancia, sin necesidad de utilizar un hilo para tirar de él, una fuente de fuego o que el enemigo trate de despegarlo. Tras realizar el sello necesario, la etiqueta desprende un intenso brillo blanquecino durante unos instantes antes de liberar su contenido. No es posible frenar la activación, a no ser que el adversario conozca una técnica que se lo permita y suficiente tiempo de reacción.




RE: El mito del oeste - King Roga - 23/01/2019

Un leve destello acompañó el estruendo del momento. "ESTE TIPO ES UN JODIDO LUNÁTICO." No necesitaba ser un genio para saber que el único loco dispuesto a hacer lo que sea por acabar la pelea era el chunin de la espiral, pero le exasperaba lo destructivo de sus métodos. Aún aturdido tenuemente por la bomba sonora, se sumó la explosión, sintiendo que sus tímpanos iban a reventarse. "Es demasiado drástico incluso para mí." Parte del humo fue empujado por la violencia de la explosión.

De inmediato, la sensación de cosquillas desapareció y fueron liberados de aquella tortura. Pero más pronto que tarde una sombra salió corriendo de la explosión, parándose apenas en el borde visible de la humareda.

—Hijodeputahijodeputahijodeputa¡HIJODEPUTA!— Se trataba del bandido con la cara quemada, aún sangrante, apretando los puños y con una expresión asesina.

Miró con rabia al Uchiha en el suelo, sólo para rápidamente voltear a ver mientras el humo se disipaba, abriendo los ojos cómo platos al ver la escena.

—Mierda— Rōga se dio la vuelta y alzó la vista al mismo lugar, pero volteó la cabeza luego, con gesto de desagrado y molestia.

El de los ojos vendados, o mejor dicho, su cadáver sangrante y quemado, se encontraba tirado en el mismo sitio. En cuanto al jefe de los tres, estaba unos cuatro metros atrás. Comerse la explosión de frente le pasó una factura extremadamente cara, pues era posible apreciar que faltaba buena parte del antebrazo derecho y varios dedos de la mano izquierda. Su rostro, apenas reconocible bajo el borboteo de sangre. Eso sí, su capa, no tenía una sóla seña de estar chamuscada. Es más, salvo por el polvo, lucía impecable en contraste con su portador.

—¡PÚDRANSE!— Hizo un sello con la mano, y se desvaneció en medio de la noche del desierto dejando tras de sí simplemente un pequeño torbellino de arena.

El Yotsuki suspiró, aliviado en parte porque todo aparentemente había terminado. "¿Y Riko?" La última vez que lo vio estaba cerca del Uchiha, pero cuando trató de divisarlo se dió cuenta de un detalle. "Oh mierda." No muy lejos de donde estaba Datsue, se hallaba Riko en el suelo con un pequeño moretón sangrante en la parte trasera de la cabeza. Probablemente, durante el ataque de risa se había caído, siendo que terminó golpeándose con una baranda de madera desprendida y quedando inconsciente al momento.

—Ay por favor, díganme que no es cierto— Ya no sabía a quién echarle la culpa.

—El pueblo, ¿el pueblo está a salvo, verdad?— El grandulón levantó su cabeza, obserbando con un ojo medoi abierto.

—Supongo— Se cruzó de brazos.

—Eso es- No alcanzó a terminar su frase cuando su rostro golpeó la tierra.

—¡Pero no te mueras maldita sea!

Y sin embargo, el que aún estaba luchando por sobrevivir, era el jefe de los criminales. Increíblemente, el resto de cu cuerpo no tenía daños mayores, pero tosía sangre en demasía mientras su respiración se entrecortaba.

El Yotsuki caminó hasta quedar a un par de metros de él, con la guardia en alta, pues aún agonizante no sabía si aún podía salirle con un último truco bajo la manga, aunque era casi imposible que aquel agonizante hombre pudiera hacer más.

—No vale la pena que te sigas resistiendo— Le dijo con voz apagada, aunque sabía que no obtendría la más mínima respuesta.


RE: El mito del oeste - Uchiha Datsue - 23/01/2019

Dos de tres. No estaba mal. Ahora solo quedaba deshacerse del que tenía la cara quemada, y podría volver a la cama a seguir muriéndose de la indigestión. A no ser, claro, que este decidiese quitarse por voluntad propia de en medio, utilizando el Sunshin no Jutsu tras un par de insultos.

Parecía lo mejor, vencerle sin necesidad de seguir luchando, pero el Uchiha frunció el ceño mientras se levantaba. Todavía no tenía muy claro a qué venía aquel combate, pero si seguía vivo, eso significaba que podía volver en busca de venganza. Quizá con refuerzos.

No, definitivamente su marcha no era buena noticia.

El Uchiha miró a su alrededor, en busca de algún otro peligro inminente. No parecía haberlo. No obstante…

¡¡¡Riko!!! —chilló, al verle tirado en el suelo, inconsciente—. ¡Un médico aquí, por favor!

«¡Mierda, mierda, mierda!» Era su responsabilidad. Era su puta responsabilidad, como superior que era, encargarse de que a Riko no le sucediese nada malo. Tras arrodillarse junto a él, buscó en su cuerpo alguna herida mortal. Tan solo halló sangre en su cabeza. Eso era bueno. Las lesiones en la cabeza, mejor que sangrasen hacia fuera y no para dentro.

Le tomó el pulso. Todo normal. También respiraba. ¿Se había quedado inconsciente por el golpe, quizá? ¿Nada más grave?


RE: El mito del oeste - King Roga - 23/01/2019

El nivel de desolación que había quedado en aquel lugar era tétrico y novelesco, interrumpido únicamente por los gritos que rogaban la ayuda de un galeno que pudiera asistir a los heridos. "Aunque vamos a necesitar más de una persona para llevarnos al gigantón también." Curiosamente, no incluyó al agonizante jefe, quién probablemente no lograría llegar a ver el amanecer ni con la bendición de los dioses.

Dado que muchos huyeron asustados tras el escándalo, había pocos que se atrevían a regresar aún. En vista de que el llamado del Uchiha no dio resultado en un inicio, el Yotsuki colocó sus manos a los lados de sus mejillas para que al gritar se escuchara lo más fuerte posible.

—¡NECESITAMOS AYUDA! ¡AÚN HAY HERIDOS AQUÍ!— dijo lo más fuerte que pudo.

Tímidamente, algunos rostros se asomaron desde las ventanas para ver si todo había terminado, pero sólo una silueta salió corriendo desde la puerta del hotel.

—¡Ay nonononono!— Dijo la chica de lentes al ver a ambos heridos. —¡un segundo!, creo que puedo improvisarles una camilla, intentaré pedir ayuda no desesperen ya regreso—. Dijo muy nerviosa.

—¿Y el tal Asobu dónde anda?— Inquirió el Yotsuki a la muchacha antes de que esta pudiera marchar.

—Fue al consultorio del Dr. Hayashi para ayudar a los heridos más graves— Recogió las manos contra su pecho.

—Oh fantástico— Rodó los ojos con ironía. —¡Datsue!, ¿qué tan mal está Riko? ¿crees que podamos llevarlo adentro o esperamos?— Se volteó a verle.


RE: El mito del oeste - Uchiha Datsue - 23/01/2019

El Uchiha no era ningún médico, para sabía que a veces era peligroso mover a alguien tras un fuerte golpe en las cervicales.

¡Mejor esperar a esa camilla! —exclamó, cauto, sin querer arriesgar la salud de su genin. Probablemente tan solo fuese un golpe y quedase en un susto, pero…

»Oye, Roga, ¿qué coño ha pasado? ¿Por qué atacaban? ¿A qué vino todo esto?


RE: El mito del oeste - King Roga - 23/01/2019

—¡Vuelvo enseguida!— Diría para tropezarse al intentar correr, pero se levantó de inmediato y se dirigió al interior del recinto.

—Yo, no lo tengo muy claro pero...— Torció el gesto, pues realmente no sabía ni cómo explicar aquello. —Al parecer ese trío había estado cobrando una extorsión a los lugareños a cambio de darles acceso a un pozo de agua, pero los habitantes se rehusaron a ello y esos bastardos decidieron atacar a toda la muchedumbre. Riko y yo intentamos llevar a los civiles a un lugar seguro pero dado que los matones insistieron en seguir lastimando a los inocentes Riko y yo tuvimos que intervenir al final— Se cruzó de brazos mientras negaba por la cabeza. —Oye, ¿tú no estabas enfermo hace un rato?— Parpadeó al recordar cómo había salido corriendo a los baños con la velocidad de un maratonista olímpico.


RE: El mito del oeste - Uchiha Datsue - 23/01/2019

6/6 turnos del Itami no Fūin

Todo aquello… ¿por el alquiler de un pozo? ¿Había tenido que matar a dos hombres por un par de fajos que se querían sacar extorsionando a aquellas gentes? El mundo, desde luego, se había vuelto loco. Eso, y que la pobreza, por aquellos lares, era más profunda que en ningún lado que hubiese visto.

Mientras en el País de la Lluvia tenían agua para regalar, allí se mataban por un par de tragos. Qué… injusto.

—Oye, ¿tú no estabas enfermo hace un rato?

Fue de película. El rostro de Datsue pasó de blanco, el rojo, hasta un morado enfermizo. Había sido decir aquellas palabras, y el Itami no Fūin perder su efecto. Cayó al suelo, llevándose las manos al vientre. Fue tan repentino que pareció irreal, como ese niño que fingió estar enfermo para no ir a clase y luego su madre le pilla jugando en el salón.

¡Uuuugh! —Suerte que ya había vomitado todo lo que tenía, o ahora estaría echando la pota de nuevo.


RE: El mito del oeste - King Roga - 23/01/2019

—¡Ay por favor no me hagas ese teatro!— Cómo si las palabras del Yotsuki fueran el conjuro necesario para que el Uchiha volviese a su estado natural, este de la nada pasó nuevamente a aquejarse del malestar estomacal. En un inicio creyó que sólo estaba jugando, pero el cambio de coloración en al piel no era algo que pudieses imitar tomando clases básicas de actuación, por lo que tuvo que suspiró y agachó un poco la cabeza para verle.

—Bueno, tomaré eso cómo un sí. Si quieres apóyate en mi hombro para llevarte adentro, que se nos olvidó pedir una camilla para ti—. Sonrío cómo si nada hubiese pasado, recuperando su alegría.

Más pronto que tarde, regresó la mesera acompañada de algunos aldeanos y dos camillas de distinto tamaño. Entre los presentes, fue la cantinera quién decidió observar de cerca al joven Kaguya, pasando con cuidado su mano por la parte trasera de su cabeza.

—No parece haberse lastimado ninguna vértebra, y aparentemente la herida sólo es superficial. Sin embargo, habrá que llevarlo al consultorio donde están Asobu y el Dr. Hayashi pues quizás necesite algunos puntos además de vendaje— Habló severamente.

—No pensé que usted supiera de estas cosas— Alzó la ceja, incrédulo ante las palabras de la señora.

—He estado envuelta en situaciones así más de lo que crees. De tanto lidiar con ello uno termina aprendiendo con el paso del tiempo— le dijo mientras con su mano llamaba a los demás para que le ayudasen. —Mantengan el cuello recto para que respire bien, luego, ayúdenme con Mano Cortada— ordenó.

Mientras empezaban a llevarse a los heridos, a lo lejos la silueta de cierta pelirroja se asomaba por el horizonte, acompañada de un sujeto con vestiduras similares a las de Bandō, pero estas se diferenciaban al ser de un color blanco cremoso, además que el hombre era de cabellos y ojos azabache, con una barba de candado. Se mantendrían alejados, hablando con algunos de los curiosos mientras se acercaban a donde quedó el jefe de los criminales.

—Supongo que querrán que les rinda cuentas, no creo que le quede mucho— Pensó en voz alta.

Si todo seguía su curso, serían llevados al interior del hotel, donde habían sacado algunas colchonetas para tratar a los heridos en el gran salón que ahora parecía más un albergue para desastres que un recinto para turistas. Dado que externamente el Uchiha no lucía ningún daño superficial, simplemente dejarían que se recostara, mientras que a los casos severos eran llevados en carretas a otro sitio.


RE: El mito del oeste - Uchiha Datsue - 24/01/2019

Había tiempos para tener orgullo, y tiempos para aceptar la ayuda de un desconocido. Aquel era el segundo.

G-gracias —dijo Datsue, apoyándose en el hombro de Roga. Oyó con nerviosismo el veredicto de la mesera sobre Riko, cuyo análisis pareció ser el mismo que el suyo: un simple golpe—. Oye, Roga, ¿puedes ir a preguntarle al médico ese si tiene algo para la alergia? Eso que comí antes… me ha dejado reventado —dijo, con los labios secos y la piel pálida.

Se dejó caer en el primer hueco libre que vio y allí se quedó, engruñado y abrazándose el estómago.


RE: El mito del oeste - King Roga - 24/01/2019

—Ah, entonces fue por eso—. Parpadeó al escuchar al Uchiha mencionar que todo el circo se montó por una mala comida. "Lo que es la negligencia con la comida." Se dijo para sus adentros mientras le sonreía al uzujin en desgracia.

»Iré a ver entonces, volveré lo más pronto que pueda.

Inmediatamente, se fue a preguntar sobre la ubicación de la clínica del tal Hayashi, que por suerte no parecía estar demasiado lejos de ahí. Mientras, en aquella sala de urgencias improvisada, extraños y trabajadores del hotel iban de arriba para abajo. Unos buscando a sus familiares mientras los otros fungían cómo enfermeros para nada certificados. La muchacha castaña de anteojos, se acercó hasta la colcha donde estaba Datsue.

Cargaba una cubeta metálica llena de botellas de agua. Sacó una de las mismas y la dejó al lado de su cabeza, mientras seguía con su camino repartiendo de igual forma a todos los demás heridos. Pasarían quizás unos quince minutos, aunque todos sabemos que el tiempo transcurre distinto para cada quién cuando se trata de estados anímicos. Cumplido ese tiempo, el Yotsuki regresaría, con un frasco en cada mano, siendo el que portaba en la mano izquierda bastante más pequeño.

—Ya vinee~ Anunció cantando su llegada. —Buenas noticias, me dijo que te tomaras esto— Le extendió el frasco pequeño, no más grueso que dos dedos de una mano y el cual tenía una tapa con rosca. —Debes bebértelo todo. Incluso me dijo que si le hubieras hecho caso antes no habría necesidad de recurrir a este otro—. El otro recipiente era considerablemente grande, probablemente cómo un litro. —Dijo que este era para la deshidratación y que también te lo tragaras entero.


RE: El mito del oeste - Uchiha Datsue - 24/01/2019

A Datsue, los quince minutos se le hicieron eternos. No paraba de cambiar de posición, de un lado a otro, mientras sus tripas rugían y sufría de arcadas sin poder escupir más que saliva. Ver a Roga volver con medicina entre las manos fue como ver un ángel cayendo del cielo.

Como sea veneno te mato —le avisó, en un tono débil, más que amenazante, al coger el frasco y la botella. Se tomó el frasco de una sentada—. ¡Puagh! ¡Qué asco, coño! —En seguida le dio otro trago a la otra botella, para limpiarle el mal sabor. Un trago, y no más. Ya iría bebiendo poco a poco. Su experiencia le decía que si se apresuraba, acabaría vomitándola por muy eficaz que hubiese sido la medicina.

»Oye, Roga. Yo creo que después de ayudarles con esos matones de tres al cuarto, no nos pedirán que nos quedemos a ayudar mañana, ¿no? Bonito raiton el que usaste, por cierto. ¿Cómo se llama?


RE: El mito del oeste - King Roga - 24/01/2019

—Si fuera un veneno para cuando te des cuenta creo que te morirías primero...— Discutió la lógica del uzujin. "Y todavía me amenaza a mí y no al flaco." No terminaba de entender la mentalidad del Uchiha, aunque quizás fuese que su propio estado no le estaba dejando pensar con claridad y decía cada sandez que le venía a la cabeza, así que pasó página y continuó con la conversación.

—Yo no se eh. Mira que ese que entre el fuego y el sello explosivo terminaste destrozando algo más que a los bandidos. ¿Era necesario ese nivel de destrucción? Eran tres pelados, no un ejército—. Se cruzó de brazos antes de terminar de responder la última duda. —Y se llama Chidori Senbon— Comentó a secas. No era del tipo de técnica que más le gustaba, pero se podría decir que al menos era útil. —Es ideal cuando necesitas precisión, no cómo esa puto katon tuyo— Su mirada se afiló de manera inquisitoria sobre el enfermo. —Con lo desesperada y avara que es esta gente con el dinero, no dudaría que te obligarían a pagar los inmuebles quemados. Digo, a los muertos no se los pueden cobrar... Se frenó unos instantes. —... o tal vez sí. ¿Crees que esos tipejos hayan tenido alguna guarida?— Pese a que parecía un cambio abrupto de tema, tenía mucho que ver.

Mientras hablaban, Utage entró nuevamente en escena, caminando en su dirección.

—¡Hey! ¿Se encuentran bien?— No lucia demasiado preocupado, pero nunca estaba de más la cortesía.

—Nosotros sí, pero Riko está en el consultorio del doctor, aunque no es grave según me dijeron.


RE: El mito del oeste - Uchiha Datsue - 24/01/2019

¿Qué si era necesario tal nivel de destrucción?

Si quieres los liquido con carantoñas y besos, no te jode —protestó. ¿Qué quería? ¿Qué se arriesgase a recibir un mal golpe? No importaba lo poderoso que fuese un ninja, tan solo le bastaba un segundo de mala suerte para perecer en combate. Incluso aún siendo mucho más fuerte que su contrincante.

Zoku era prueba de ello. Arriesgarse a que le metiesen una puñalada por ir con cuidado no iba con él.

Precisión, ¿eh? —añadió, ante la comparación que hizo entre el Chidori Senbon y su Katon—. Sí, ¡precisión para abrirle por él los putos frascos y meternos en un buen aprieto!

Pero, al final, había tenido razón: Roga era un ninja. Sus sospechas en la cena tenían fundamento. «¿Pertenecerá a una de las Tres Grandes?»

Sí, hombre. Aún por encima que les salvo el culo, van a hacerme pagar, sí —dijo, esta vez con la boca pequeña, para que nadie salvo Roga le oyese. Una cosa era no tener intención de pagar, y otra airearlo a todo el mundo. Hasta el mayor aficionado en hacer simpas sabía eso—. Pues o viven en un pueblo cercano —no todos los delincuentes vivían en cuevas tétricas y solitarias—, o alguna guarida han de tener cerca, sí. Pero no seré yo quien vaya a averiguarlo. —Menos gratis.

Dio otra trago a su botella, aprovechando que Roga entablaba conversación con Utage, el hermano de la patrona.


RE: El mito del oeste - King Roga - 24/01/2019

—Nos quitamos una buena de encima, aunque me dijeron que uno escapó. Sigo sin entender porqué vinieron hasta Shirotora.

El Yotsuki alzó una ceja, contrariado por las palabras.

—¿Cómo que no entiendes? ¿El dinero no es razón suficiente?

—Quiero decir... Durante meses, se limitaban únicamente a aterrorizar Inaka y las zonas aledañas. Shirotora está bastante más aislado que otros pueblos. Además, durante el invierno solemos filtrar el agua de la lluvia que inunda los riachuelos cercanos, por lo que no necesitamos utilizar las fuentes subterráneas— Se llevó la mano al mentón. —Es más, incluso recurrir a los pozos es riesgoso. En algunos lugares por alguna razón el agua terminó envenenada. No es letal para las personas, pero los animales se ponen eufóricos y mueren a las horas. Darles agua a las monturas en alguno de los abrevaderos del camino es riesgoso, pero recalco el hecho de que nosotros no tenemos ese problema respecto a otras localidades.

—Su plan no tenía sentido...— Encontraba bastantes fallos en esa explicación, dejándolo pensativo.

—Si, pero bueno, problema resuelto por ahora. Los dejo, que mi hermana ha de estar con el alguacil. ¡Nos vemos!— Y tan campante cómo vino, se iría.

—Oeh— Voltearía de nuevo a ver al uzujin —Volviendo al tema, ¿crees que Riko y tú puedan marcharse en el estado que se encuentran? Al menos podrías usarlo de alegata para no tener que trabajar.


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