Daigo es un chico alto de apariencia bastante normal que no llega a destacar por ningún rasgo físico particular. Tiene la piel caucásica sin ninguna clase de marca visible y la musculatura ligeramente marcada.

Su pelo es de un color verde esmeralda muy oscuro y siempre está alborotado, por lo que suele llevar con orgullo su hitai-ate atado en su brazo derecho para no taparlo con su cabellera.

Sus ojos son de color azul oscuro y junto con una sonrisa tonta que casi siempre mantiene en su rostro forman un expresión de alegría inocente que mantiene casi de forma permanente.

Suele ir vestido con una camiseta blanca y una sudadera negra con capucha que no suele llevar en los días especialmente calurosos, lleva unos pantalones blancos sin bolsillos similares a los que llevarían los practicantes de artes marciales y calza unas sandalias azules.

Daigo es diestro.

Daigo es un chico amable por naturaleza, la clase de persona que piensa que la felicidad se encuentra en ayudar al prójimo siempre que lo necesite y que jamás heriría con severidad a nadie, además de tener un agudo sentido de la justicia que no le permite hacer la vista gorda ante ninguna injusticia.

No solía ser una persona excesivamente ambiciosa, pues tan solo decidió hacerse shinobi por el dinero y solo hacía lo justo para contentar a su padre y ayudar a la aldea, pero desde el inicio del torneo de los dojos sufrió un cambio drástico en su manera de ver las cosas.

Ahora Daigo intenta dar siempre lo mejor de sí, entrenando todo el tiempo posible y confiando más en sus propias capacidades, dejándose llevar cada vez más por un espíritu de lucha que hasta hace poco era impropio en él.

Es un chico pacífico que siempre intenta arreglar los problemas medienta el diálogo, pero las enseñanzas de su padre le han hecho comprender que a veces es necesario pelear para proteger a sus seres queridos. Aún así le encantan los duelos y los enfrentamientos deportivos.