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¡Lechugos a la mar! - Versión para impresión

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¡Lechugos a la mar! - Sasagani Yota - 7/09/2018

Se acabó.

Fin.

Caput.

Aquel día de rabia, odio, bestias hechas de chakra enfurecidas y descontroladas, así como algún que otra hostia desperdigada por ahí se terminó en cuanto cruzamos la pasarela y subimos al barco, el cual se dirigiría hasta el País del Bosque, nuestro país, nuestro hogar.

Estaba cansado, física y mentalmente. Necesitaba que aquel maldito día en el que todo se fue a la puta mierda pasase lo antes posible. De cualquier modo, me dirigí hasta una de las barandillas, situadas en proa, mientras lamía el caramelo dentro de mi boca y apoyaba las manos en la susodicha barandilla.


— ¿Cómo se ha podido ir todo a la mierda tan rápido? ¿Y si Hanabi-sama decía la razón?

«En ese caso actué mal»

— ¿Cómo os podéis rayar tanto la cabeza los humanos? A veces cuesta entenderos, ¿sabes?

Ni siquiera me digné a darle una respuesta, estaba demasiado sumido en mis pensamientos.


RE: ¡Lechugos a la mar! - Eikyuu Juro - 7/09/2018

Aun en el barco, dónde se supone que estaban seguros, Juro fue incapaz de sentirse a salvo. Era una sensación de intranquilidad constante que recorría su columna vertebral y le daba escalofríos.

Especialmente, lo hacía al pensar en Ayame. Aquella chiquilla amejin (no tan chiquilla, se repitió. Era una kunoichi bastante competente como para llegar hasta el chunin y sobrevivirlo) que tenía miedo a la oscuridad, de la que su vida había dependido en aquella mansión extraña. En el momento en que habían tomado las riendas del lugar, ella se había abalanzado contra el fantasma monstruoso que les retenía, con un poder escalofriante. Juro lo había sentido. Pero... ¿era el poder de una gran kunoichi que se escondía tras la apariencia de una niña? ¿O era el poder del bijuu?

Ahora no lo tenía tan claro.

« Se descontroló. Entonces, su piel... y su cuerpo... » — Su apariencia monstruosa le daría pesadillas. ¿Eso significaba tener un bijuu?

Se había repetido que probablemente, el sello de los amejin era más débil. Por eso el bijuu se había descontrolado y había poseido a Ayame. Los uzujin eran competentes respeto a sellados y lo habían arreglado, ¿verdad? Entonces ya no debería de haber problemas. Morikage-sama le había dicho que su sello estaba bien puesto, y entonces no debía de preocuparse por cosas como esas.

¿Verdad?

« ¿Pero no fue esa criatura la que te habló cuando despertaste del sellado? ¿De verdad crees que tu imaginación hizo algo así? » — Recordaba la luna. La recordaba claramente, redonda. Y esa figura monstruosa sobre ella. No. Su mente no podía imaginar algo así. Era imposible. Pero entonces... ¿Quién mentía? ¿Qué había pasado realmente?

— Si pudiera hablar con Ayame... — murmuró. Pero entonces, ella sabría que él era el jinchuriki de Kusagakure. Los uzujin habían tratado de secuestrarla, o al menos, eso había pensado Yubiwa cuando los había mandado al hospital. Un jinchuriki es un arma, eso había pensando. Si sabían quién era, corría peligro. —. ¡No puedo más!

Juro salió de su camarote y fue a cubierta. Era incapaz de dormir, y los pensamientos le estaban matando. Sentía la necesidad de olvidarse y de relajarse, pero no podía. Cada vez que cerraba los ojos, la tensión del momento le llegaba: estaba otra vez corriendo por las calles de Uzushiogakure, perseguido por los uzujin, en dirección al hospital. En sus pensamientos, giraban una y otra vez las mismas ideas: habían tenido suerte. Daigo podría haber muerto por aquel monstruo. Yota y Etsu podrían haber sido atrapados, torturados o incluso asesinados por los uzujin. Y él también.

Había sido todo tan desesperado. ¿Y que pasaría ahora? Ya no solo con su relación con Nabi, Eri, y el resto de uzujin. ¿Qué pasaría con las aldeas?

Mientras vagaba por la cubierta, se encontró con una figura conocida. Juro se acercó a la barandilla, poniendose al lado de Yota y Kumopansa, y observó el mar.

— Un día de locos, ¿eh? — murmuró, con la mirada perdida —. ¿En qué piensas?


RE: ¡Lechugos a la mar! - Sasagani Yota - 7/09/2018

— Un día de locos, ¿eh? — Juro se puso a mi lado, observando la noche estrellada. Lo percibía con cierta preocupación —. ¿En qué piensas?

— Supongo que esa no es la pregunta correcta, Jurete

«La pregunta correcta sería en qué no pienso»

Di un mordisco a los pocos restos de caramelo que quedaban en mi boca, dando paso a un crujido en el interior de mis fauces, provocando que los dientes se enganchasen un poco entre las dos mandíbulas. Saqué el palito de plástico y lo arrojé al mar, observando posteriormente como flotaba sobre sus aguas, opacas, debido a la oscura noche que nos abrazaba con su brisa.

— ¿Recuerdas lo que dijo Hanabi-dono al salir del hospital, Jurete? Que allí no había pasado nada, que había sido un malentendido, ¿crees que actuamos como unos paranoicos y que los uzujin simplemente trataron de ayudar en vez de secuestrar a Daruu-kun y Ayame-san?

Joder, no podía dejar de darle vueltas. Solo pensar que actuamos de forma erronea y nos metimos en medio de amejins y uzujins de forma innecesaria me iba comiendo por dentro, como si de un torrente de mala consciencia se tratase.


RE: ¡Lechugos a la mar! - Eikyuu Juro - 7/09/2018

Juro comprobó que su compañero también estaba preocupado. Bueno, probablemente por el mismo motivo exacto no (Yota no tenía un bijuu sellado), pero podía entenderlo.

« La paz se tambalea, y estamos asustados. En el fondo, aunque no lo quiera admitir, estamos asustados »

Juro ladeó la cabeza, mientras escuchaba como Yota le corregía, y luego parecía sumirse en sus pensamientos otra vez.

— ¿Recuerdas lo que dijo Hanabi-dono al salir del hospital, Jurete? Que allí no había pasado nada, que había sido un malentendido, ¿crees que actuamos como unos paranoicos y que los uzujin simplemente trataron de ayudar en vez de secuestrar a Daruu-kun y Ayame-san?

Vale. La culpabilidad. Parece que era eso lo que estaba azotando a Yota en ese momento. Entre eso, y su episodio depresivo tras el torneo, Juro supuso que estas cosas parecían afectarle bastante.

— ¿Quieres que te sea sincero? Lo veo posible. — admitió —. Viste que hablé con uno, ¿verdad? No puedo quitarme de la cabeza como me miraba. Lo había visto un par de veces, y eramos casi como amigos. También conocía a otros: la pelirroja Uzumaki, Uchiha Akame. No sé si son la clase de persona que secuestraría a alguien. Lo que sé es que nos vimos metidos en una voragine de pelea, desconfianza y lucha, antes de que pudiera ser consciente de lo que hacía, y que después de esto no vamos a llevarnos bien.

Juro respiró, y luego, emitió un sonoro suspiro.

— Pero a lo que voy. ¿No oíste a Nabi hablar? Ellos creían que ibamos a montar un genocidio en el hospital, mientras que nosotros creíamos que habían secuestrado a Ayame — Sus palabras eran lo que más le había dolido —. ¿Sabes que? Creo que esto es más complejo que decir: "hicimos mal". Creo que esto está podrido de raíz. La confianza en el pacto, las relaciones entre las aldeas. En cuanto ocurrió un accidente, cada uno salvó su propio culo y desconfío del resto. Si realmente hubiera una relación sana, Amegakure no tendría por qué haber desconfiando de Uzushiogakure. Y nosotros no estaríamos en medio.

« Pero tienes razón. Hicimos mal. Ninguno de nosotros debería haber iniciado una pelea con Uzushiogakure en primer lugar — dijo Juro, clavando su mirada en él. ¿Por qué lo hiciste? era lo que decían sus ojos.


RE: ¡Lechugos a la mar! - Sasagani Yota - 8/09/2018

Escuchaba las explicaciones del titiritero con atención. De verdad que lo hice, y podría hasta tener sentido, era una de las opciones que barajaba. Yo también escuché al inuzuka del remolino. Obviamente no era sordo. También me di cuenta del aspecto de que no era la primera vez que mi interlocutor y aquel rubio ya se habían cruzado con anterioridad.

Suspiré profundo antes de contestar.


— Sí, eso yo también lo he pensado. PERO, ¿cómo explicas las provocaciones de Uchiha Datsue durante la pelea con Ayame-san? ¿Cómo explicas que la levase al límite, la cabrease y la obligase a perder el control del bijuu?

¿Acaso ellos ya sabían de la identidad de Aotsuki Ayame? Dios, solo de pensarlo se me removían las entrañas. Negué un par de veces con la cabeza.

— Y... ¿lo que pasó luego como lo explicas? Uchiha Akame estaba allí y no solo se llevó a Ayame-san, sino que también a Amedama Daru y la Uzumaki pelirroja que dices — hice una pausa para ordenar todo lo que había escupido y tratar de no hacerme el paranoico en exceso — Cada vez que lo pienso lo veo más claro. Parece un plan elaborado y bien trazado. No me extrañaria viendo lo sucedido que sacrificaran el examen de Datsue para llevarse a la jinchuriki

— Piénsalo un par de veces y luego si quieres llámame loco. En mi cabeza al menos encaja. Igual aquel chico, Nabi has dicho, ¿verdad? Bueno, puede que él no supiera del plan y por eso estaba tan confuso. No esperaban que Kusagakure se interpusiera


RE: ¡Lechugos a la mar! - Eikyuu Juro - 8/09/2018

Yota escuchó a Juro con atención, sin interrumpir. Él admitió que había pensando en esa posibilidad, pero luego expuso otra mucho más retorcida: que Uzushiogakure supiera desde el principio que Ayame era la jinchuriki y que todo fuese un plan elaborado para realizar el secuestro.

— La verdad es que no tengo ni idea de el problema que existía entre Ayame-san y ese tal Datsue — admitió Juro —... y es verdad que Akame-san y Eri-san estaban en el lugar indicado. Pero no habría sospechado hasta ahora, la verdad. Akame-san como jounin tenía que estar ahí (aunque no tenía ni idea de su habilidad). Si no hubiera estado Eri-san, quizá hubiera sido otro. En Uzushiogakure hay muchos Uzumaki con poder de sellado. Y respecto a lo de Ayame... los jinchuriki som... — Estuvo a punto de decir "Somos". Ahí si que la habría cagado —... son gente que se esconde. No van diciendolo por ahí. Me cuesta pensar que hubiesen descubierto su identidad.

« PERO, admito que en el caso de que, por alguna razón, hubiesen descubierto su identidad, lo que dices podría ser perfectamente posible.

Juro tomó aire, y luego, emitió un largo y hondo suspiro.

— Nabi me parecía sincero, si había un plan, él no estaba metido, y en los Uchihas no parece que se pueda confiar aunque le preguntaras — Juro reflexionó un poco —. Pongamonos en el caso de que tuvieras razón, y todo fue un plan orquestado por ellos. ¿Qué crees que harían después con el secuestro de Ayame y Daruu? ¿La usarían como amenaza, o incluso como arma? ¿Pedirían un rescate?


RE: ¡Lechugos a la mar! - Sasagani Yota - 8/09/2018

Ya empezaba a echar de menos los monologos de mi camarada. A la que pillaba carrerrilla... no podías hacerlo callar. Probablemente ambos nos habíamos olvidado de que Kumopansa seguía allí observando y escuchando, pero allí estaba, estirada en aquella plataforma de madera.

— Qué coño... ¿Tú lo sabías, Yota?

Mi giré como un jodido resorte, como si hubiese soltado un muelle en mi cuello.

— ¿Y cómo se supone que iba a saberlo? — respondí, molesto. Negué con la cabeza — Obviamente no sabía que Ayame-san era la jinchuriki de la Lluvia, como no sabía, hasta hoy, claro, que Datsue era el jinchuriki de Uzushiogakure, uno de los Hermanos del Desierto. Oonindo sabe de sobras sobre ese apodo...

Me volví hacia Juro.

— No digo que tu amiguito, el tal Nabi, no fuese sincero. Tampoco digo que la Uzumaki sea la única que conozca fórmulas de sellada en Uzushiogakure. Lo que digo es que son herramientas a merced de los deseos de su hogar. Si Hanabi-sama les ordena que ayuden en la captura de un jinchuriki, tienen el deber de hacerlo sin rechistar. Igual Nabi tuvo la orden de proteger la operación y evitar que ninjas extranjeros o de Amegakure salieran del estadio bajo ningún concepto. Todo eso no lo sé, Jurete. Sé exactamente lo mismo que tú. Pero ten por seguro que si han hecho esto es por obtener el bijuu, no hay otra posible explicación, por eso Shanise-dono estaba tan nerviosa y por eso Yubiwa-dono no dudó a la hora de intervenir

Si, sin duda, aquel era el verdadero motivo, pero había algo que me había saltado y que mi compañero debía ayudarme a disipar de mi cabeza. Le tomé por el hombre, para obligarme a que me mirase.

— ¿Y tú como mierdas sabes lo qué siente un maldito jinchuriki?


RE: ¡Lechugos a la mar! - Eikyuu Juro - 9/09/2018

La araña pareció tomar parte de en la conversación (Juro se había olvidado de su existencia otra vez. La falta de costumbre, supuso), y le preguntó a Yota si él sabía algo de la identidad de Ayame. Este respondio que, claramente, no sabía nada, y que estaba únicamente especulando.

También que ahora todos sabían que Datsue era el jinchuriki de Uzusiogakure. Uno de ellos, al menos. Eso dejaba a Kusagakure siendo la única que no...

« Le delató uno de su propia villa. Puede que fuese su amigo » — pensó Juro, sombriamente.

— No digo que tu amiguito, el tal Nabi, no fuese sincero. Tampoco digo que la Uzumaki sea la única que conozca fórmulas de sellada en Uzushiogakure. Lo que digo es que son herramientas a merced de los deseos de su hogar. Si Hanabi-sama les ordena que ayuden en la captura de un jinchuriki, tienen el deber de hacerlo sin rechistar. Igual Nabi tuvo la orden de proteger la operación y evitar que ninjas extranjeros o de Amegakure salieran del estadio bajo ningún concepto. Todo eso no lo sé, Jurete. Sé exactamente lo mismo que tú. Pero ten por seguro que si han hecho esto es por obtener el bijuu, no hay otra posible explicación, por eso Shanise-dono estaba tan nerviosa y por eso Yubiwa-dono no dudó a la hora de intervenir

— S-supongo que tienes razón — murmuró Juro, aunque no le gustaba para nada ese discurso. Porque entonces, los tiempos de paz se habían terminado completamente.

Sin embargo, Yota tenía más sorpresas para el pobre marionetista. En cuanto se despistó, le agarró de los hombros, y le obligó a mirarle, mientras le preguntaba por lo que tanto tiempo había temido.

— ¿Y tú como mierdas sabes lo qué siente un maldito jinchuriki?

— Y-yo... b-bueno... — Sus alarmas internas gritaban: « PELIGRO ». No se lo esperaba. Había dudado. Ahora Yota sabía que escondía algo. De hecho, él le conocía bien, era su maldito compañero de equipo. Sabía que algo no estaba bien con él. Una mentira simple no sería suficiente —. Está bien. Está bien. Lo admito. No he sido sincero del todo contigo.

Juro mantuvo la mirada, y entonces, vaciló menos. Lo hizo por mero instinto de supervivencia. Tenía que ser creible, o todos se irían a la mierda en esa villa.

— Lo sé por empatía, Yota. Porque... — Pudo sentir la mirada del Morikage-sama, y su bastón a punto de crujir su cráneo —. Y-yo... conozco la identidad Jinchuriki de Kusagakure. Jure no decir quién era y no lo voy a hacer. Mira lo que ocurrió con Datsue.


RE: ¡Lechugos a la mar! - Sasagani Yota - 9/09/2018

— Y-yo... b-bueno...

El moreno dudó, lo sentí. Pero se recompuso con facilidad y no apartó la mirada. Yo le solté de la atadura del hombro y entonces...

Está bien. Está bien. Lo admito. No he sido sincero del todo contigo.

«Qué cojones..» pensaba con la ceja arqueada e inmerso en la más profundas de las curiosidades

— ¡Suéltalo ya, joder!

— Lo sé por empatía, Yota. Porque... — me temía lo peor de lo peor mientras el muchacho hablaba con precaución —. Y-yo... conozco la identidad Jinchuriki de Kusagakure. Jure no decir quién era y no lo voy a hacer. Mira lo que ocurrió con Datsue.

— ¡EH, TIOS, NO ME JODÁIS! ¿Va en serio que tenemos un mostruo de esos en casa? No me toqueis los quelíceros más de la cuenta, colega. Yo me las piro con la Kuromibojin

— Sí, tenemos un jinchuriki en la aldea. Al parecer en los arrozales surgió una ebstia de esas con colas y Morikage-sama no tuvo opción y no te vas a ir a ningún sitio porque precisamente Kuromibojin-sama te dijo que te quedarías conmigo

— Joder, esto no mola nada, ¿sabes?

Chasquee la lengua ante el canguelo de Kumopansa y con lo que estaba pasando. Juro conocía la identidad del jinchuriki de Kusagakure, ¡y yo no! ¿por qué?`

— Mira Juro, tienes que decirmelo, ¡somos amigos! Ya sé que Sora-sensei no me recomendó para el examen y todo eso, pero sigo siendo yo, joder. TIENES QUE PUTO DECÍRMELO — exigía y suplicaba con los ojos fuera de sus malditas órbitas — Venga, suéltalo, tienes mi palabra de que no se lo diré a nadie. Porque dime... ¿en quién puedes confiar más que el tito Yotas? Si quieres le digo a la araña que se vaya si no te apetece que lo escuche


RE: ¡Lechugos a la mar! - Eikyuu Juro - 9/09/2018

Juro escuchó con mirada impasiva la conversación entre los dos. La araña se metió en medio para añadir más sal en la herida, y asustarse por la idea de tener a uno de ellos ("esas cosas". Le había llamado "cosa").

« Me pregunto que haría si supiera que lo tiene delante » — pensó, con amargura. A eso le habían reducido. Ya ni era una persona, solo un objeto o un monstruo.

Pero entonces, su compañero le sorprendió aún más, y se volvió hacia él. Juro pudo ver sus ojos, llenos de súplica, y su expresión, casi maniática, y entonces sintió algo parecido al asco. No por él, si no por el hecho, por el momento. Estaba cansado, había tenido un día horrible, y no quería soportar aquello. La vena de su frente se empezó a hinchar, conforme él hablaba y hablaba.

— ¡A callar los dos! ¡Esto no es un tema que se pueda hablar tan tranquilamente, aun entre compañeros! — exclamó Juro, enfadado por los gritos de la araña.

— Mira Juro, tienes que decirmelo, ¡somos amigos! Ya sé que Sora-sensei no me recomendó para el examen y todo eso, pero sigo siendo yo, joder. TIENES QUE PUTO DECÍRMELO. Venga, suéltalo, tienes mi palabra de que no se lo diré a nadie. Porque dime... ¿en quién puedes confiar más que el tito Yotas? Si quieres le digo a la araña que se vaya si no te apetece que lo escuche

Juro trató de calmarse. No podía tirar a su compañero por la borda, por muchas ganas que tuviera.

— No he podido hablar contigo de porque no te pudiste presenta, ni sé porque Sora-sensei no lo hizo. Somos amigos, Yota, y te lo agradezco. A veces necesito a alguien que me apoye, ¿sabes? Aunque no te he visto el pelo desde hace bastante — dijo, con un ligero reproche, no tan ligero —. No puedo decirte cómo lo sé ni por qué, pero creo que puedes imaginar que Kenzou-sama ha hecho un gran esfuerzo por confiar en mí. Confío en tí y sé que no me delatarías, pero si te lo dijera ahora mismo, estaría traicionando su confianza, y... ¿Tú que crees que me harían si se enterasen de que he ido revelando secretos de la villa?

« ¿Sería considerado traidor? No creo, pero el castigo podría ser grave. ¿Y me estás diciendo que te importa más saciar tu curiosidad que lo que me pueda pasar? Tú dijiste que eras mi amigo, Yota.

Emitió un largo suspiro, y después, se apoyó contra la barandilla y le dio la espalda otra vez. Le daba igual lo que le pudieran hacer. Como si le tiraban a él por la borda de pura rabia.

— Lo siento. Llevamos un día horrible y estoy cansado. Necesito tiempo... tiempo para pensar.


RE: ¡Lechugos a la mar! - Sasagani Yota - 9/09/2018

— ¡A callar los dos! ¡Esto no es un tema que se pueda hablar tan tranquilamente, aun entre compañeros!

«No, compañeros no. AMIGOS» me dije para mis adentros

— No he podido hablar contigo de porque no te pudiste presenta, ni sé porque Sora-sensei no lo hizo. Somos amigos, Yota, y te lo agradezco. A veces necesito a alguien que me apoye, ¿sabes? Aunque no te he visto el pelo desde hace bastante — dijo, con un ligero reproche, no tan ligero —. No puedo decirte cómo lo sé ni por qué, pero creo que puedes imaginar que Kenzou-sama ha hecho un gran esfuerzo por confiar en mí. Confío en tí y sé que no me delatarías, pero si te lo dijera ahora mismo, estaría traicionando su confianza, y... ¿Tú que crees que me harían si se enterasen de que he ido revelando secretos de la villa?

« ¿Sería considerado traidor? No creo, pero el castigo podría ser grave. ¿Y me estás diciendo que te importa más saciar tu curiosidad que lo que me pueda pasar? Tú dijiste que eras mi amigo, Yota.


Empezaba a entender su cabezonería, me lo había dicho bien clarito. No, no eran las represalias que eventualmente pudiese tomar el Morikage si se enteraba que Juro me contaba quién narices era el jinchuriki. No era eso, era algo distinto. El jodido orgullo.

— Lo siento. Llevamos un día horrible y estoy cansado. Necesito tiempo... tiempo para pensar.

— Aaaaaah, ahora lo entiendo. Lo que te jode es pensar que todo ese tiempo estuve rascándome los huevos mientras los demás os partíais el jodido lomo, ¿no? — se lo recriminé sin dudarlo ni un solo segundo — ¿Qué tal si le preguntas a tu amigo Kenzou qué narices estuve haciendo? Aunque también se lo podrías preguntar a Kumopansa

Señalé la araña que con la oscuridad de la noche apenas era visible salvo por aquello 4 pares de ojos rojizos y brillantes.

— Pero está bien, no me lo digas, no quisiera causarte problemas. Ya me enteraré cuando al jinchuriki se la vaya la olla como a Ayame-san


RE: ¡Lechugos a la mar! - Eikyuu Juro - 9/09/2018

Yota no se lo tomó para nada bien. Ni si quiera se dignó a mirarle. Juro se quedó contemplan el océano, calmado y tranquilo, a diferencia de su amigo.

— Aaaaaah, ahora lo entiendo. Lo que te jode es pensar que todo ese tiempo estuve rascándome los huevos mientras los demás os partíais el jodido lomo, ¿no? ¿Qué tal si le preguntas a tu amigo Kenzou qué narices estuve haciendo? Aunque también se lo podrías preguntar a Kumopansa

Silencio. Juro respondió con silencio.

— Pero está bien, no me lo digas, no quisiera causarte problemas. Ya me enteraré cuando al jinchuriki se la vaya la olla como a Ayame-san

— ¿Qué pasa? ¿Muchos te han recriminado que no te presentaras al examen? Porque parece que estas pagando conmigo tu propia frustración — preguntó Juro, toscamente —. ¿Quieres saber lo que me jode? Me jode más no haber sabido nada de ti en todo este tiempo que no verte en el examen, la verdad. Y, ¡Oh!, lo que de verdad me jode es que lo primero que sé de ti en tanto tiempo es verte bajando de la maldita grada del torneo hacia tus compañeros, y acto seguido cambiar de opinión e irte a pegarte con Uchiha Datsue.

Puede que ahora él estuviera pagando sus frustraciones. Se había decidido a ser el bueno y a no recriminarle su comportamiento. Pero lo cierto es que estaba enfadado. Muy enfadado. Su comportamiento les había costado una batalla campal, y les había expuesto a ser heridos.

«Desde luego, te vas a enterar muy pronto. Si sigues así, lo verás en nada » — pensó, irritado.


RE: ¡Lechugos a la mar! - Sasagani Yota - 9/09/2018

— ¿Qué pasa? ¿Muchos te han recriminado que no te presentaras al examen? Porque parece que estas pagando conmigo tu propia frustración — se le notaba ciertamente cabreado —. ¿Quieres saber lo que me jode? Me jode más no haber sabido nada de ti en todo este tiempo que no verte en el examen, la verdad. Y, ¡Oh!, lo que de verdad me jode es que lo primero que sé de ti en tanto tiempo es verte bajando de la maldita grada del torneo hacia tus compañeros, y acto seguido cambiar de opinión e irte a pegarte con Uchiha Datsue.

Aquel juego, desagradable y a grito pelado estaba yendo demasiado lejos. Nos habíamos tirado demasiados trapos sucios. Él no estaba en disposición de revelarme la identidad del jinchuriki y a partir de aquello, puyas, puyitas, puñaladas traperas, gritos... Pero yo no me daba cuenta, y puede que el gennin tampoco.

— Esto... ejem... ¿no estáis llevando esto demasiado lejos? — intervino la araña, cortando por breves segundos la tensión entre ambos — Igual deberías contarle porque estuviste tanto tiempo fuera de Kusagakure

Era más que probable que si explicaba lo que me llevó a irme, así como los motivos que me empujaron a ello, Juro fuese capaz de entenderme. Pero yo en cierto modo también estaba ofuscado y furioso.

«¿Por qué diantres no es capaz de decírmelo? No se va a morir nadie por decirlo..»

Apretaba con fuerza la barandilla hasta el punto de que mi mano se volvió de un aspecto blanquecino, dejando doloridas mis falanges y la palma de mi mano. Tras unos segundos tuve que soltarla y emití un chasquido con mi lengua. Estuve a punto de soltar un nuevo comentario desagradable, pero entonces vi que la maldita araña tenía la razón.


— No le ataqué... y tampoco estoy frustrado. No tengo nada de lo que arrepentirme

«Aunque está claro que hubiese preferido tomar parte del maldito examen»

— Tan solo... — bajé la mirada al océano, reflexivo y algo más relajado — Solo quería saber donde se habían llevado a Ayame esos cabrones de Uzushiogakure. Datsue optó por no escucharme, así que tuve que hacer que me escuchase. No sirvió de nada, pero tuve que hacerlo


RE: ¡Lechugos a la mar! - Eikyuu Juro - 9/09/2018

Kumopansa, al lado de Yota, empezaba a sentir preocupación por lo lejos que estaban llevando la discusión. Si, la verdad es que era cierto. Juro, en un estado normal, se habría horrorizado de decir cosas así a su amigo. Pero ahora mismo, estaba frustrado, estresado, y porque no decirlo, asustado. Asustado de que le pillaran.

La araña le recomendó a Yota contarle porque se había marchado de la villa durante un tiempo. Sin embargo, Juro decidió que no era el momento oportuno para preguntarle.

« Él también tiene sus secretos » — Reflexionó Juro.

Juro decidió controlarse. No por Yota, que en ese momento le estaba sacando de quicio, si no por la imagen de Ayame poniéndose de los nervios. La imagen de Ayame descontrolándose y dejando que el bijuu tomara su cuerpo para destruir la villa. Él no podía perder los nervios, por muy seguro que estuviera de que su sello estaba bien puesto.

Por eso, al igual que Yota se relajó por sus razones, Juro se animó a respirar fuerte y contar hasta diez.

— No le ataqué... y tampoco estoy frustrado. No tengo nada de lo que arrepentirme. Tan solo... Solo quería saber donde se habían llevado a Ayame esos cabrones de Uzushiogakure. Datsue optó por no escucharme, así que tuve que hacer que me escuchase. No sirvió de nada, pero tuve que hacerlo

— Mira, estamos muy nerviosos, y no quería decir esas cosas. Sé que no tenías mala intención, pero... — Juro tragó saliva, y luego fue sincero — Debes tener más cuidado. Quizá si nos hubiéramos marchado, no habríamos sabido lo de Ayame-san, y todo habría sido diferente, te lo puedo admitir. Pero no me importa. Cuenta con nosotros la próxima vez, ¿vale?

« Somos amigos, ¿no? Daigo y yo te habríamos ayudado sin pensarlo. No saltes al peligro tú solo. Vamos a estar detrás de ti, quieras o no.


RE: ¡Lechugos a la mar! - Sasagani Yota - 10/09/2018

Quién iba a decirme a mi que un día Kumopansa iba a ponerse seria e iba a reconducir una situación como aquella. Enfin, todo aquel percal era de lo más surrealista. No solo me abrió los ojos ante mi tozudez a mí, sino que también logró que Juro bajase velas. Era simplemente alucinante. Todavía con la mirada perdida, repasando en mi cabeza lo que había sucedido en aquel estadio, todo aquel caos, trataba de reconstruir lo que mi cabeza me iba escupiendo.

— Mira, estamos muy nerviosos, y no quería decir esas cosas. Sé que no tenías mala intención, pero... — Juro tragó saliva, y luego fue sincero — Debes tener más cuidado. Quizá si nos hubiéramos marchado, no habríamos sabido lo de Ayame-san, y todo habría sido diferente, te lo puedo admitir. Pero no me importa. Cuenta con nosotros la próxima vez, ¿vale?

« Somos amigos, ¿no? Daigo y yo te habríamos ayudado sin pensarlo. No saltes al peligro tú solo. Vamos a estar detrás de ti, quieras o no.


El tipo seguía con su testarudez, y se pensaba que tan solo era un maldito loco que me tiraba de frente sin pensar en nada. Joder, fue tan sencillo como que hubo que actuar rápido. Que si era un alma libre que no pensaba en nada más que en mi mismo, sin siquiera pensar que tenía unos compañeros en los que apoyarme. Que no, que yo lo que quería er saber donde narices se habían llevado a Ayame y Daruu.

«Y dale»


— Mira que te lo tengo dicho, ¿eh, Yota?

— No soy un loco descerebrado, a ver si os enteráis los dos. No había tiempo para pensar un plan. Había que hacer algo y rápido. Lo siento si os sentisteis excluidos — dije mientras seguía ordenando las imágenes de mi cabeza — ¿qué habría pasado si hubiéramos hecho como si nada? ¿estarían Ayame-san y Daruu-kun vivos? Disculpadme pero tengo mis dudas y Datsue no me escuchó, tuve que obligarme a que me escuchase, aunque no salió como esperaba. Ese maldito Nabi tuvo que meterse en medio... ¡No pretendía hacerle daño a Datsue!

«Tan solo evitar que se produjera un altercado como el que tuvo lugar..»


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