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La Lealtad - Kaminari Kimi - 26/03/2022 Cuando Chika y Kimi volvieron a casa con la carta que habían recibido en Notsuba, la menor de las Kaminari fue enseguida a enseñársela a su padre, pues necesitaba que alguien le dijese lo que tenía que hacer. Por un lado, el remitente aseguraba saber algo de su madre ¡Y ella necesitaba verla! Pero por otro, quizás se trataba de algún tipo de trampa. De hecho, seguramente se trataba de algún tipo de trampa, porque su madre estaba muerta ¿verdad? Aunque nunca nadie encontró su cuerpo ni el de su padre biológico... Raijin, para la sorpresa de Kimi, no se lo pensó demasiado para decirles que las acompañaría hasta allí cuando reconoció la kunai de su madre. No lo había dicho en voz alta, pero él también deseaba que aquella carta fuese cierta y que al menos Mika estuviese viva, y si la cosa salía mal... al menos él estaría con ellas. Un día antes del día acordado, la familia Kaminari salió en marcha a Shinogi-To, que por suerte estaba más bien cerca de Amegakure. — Dejen que sea yo quien hable cuando nos encontremos con el informante ¿De acuerdo? —Les dijo Raijin, mientras andaban—. Y tengan los ojos bien abiertos cuando entremos mañana a la taberna. No se cuece nada bueno en las tabernas de Shinogi-To. Kimi asintió, mientras caminaba algo nerviosa a su lado, jugueteando con la desgastada kunai de su madre. RE: La Lealtad - Kaminari Chika - 26/03/2022 Chika no quería aguarles la fiesta. Pero era probable que fuese una trampa. Algún enemigo de la familia Minami que quería acabar con la última heredera o simplemente un idiota al que ella misma molería a palos si osaba poner una mano encima de Kimi, o ambas. En cualquier caso, Chika no abrió la boca al respecto. No opinó sobre si la madre de Kimi estaba viva o no. La seguiría a donde le llevase la nota, eso es más que evidente. Temerosa de que la nota mintiese y algo confundida respecto a cómo sentirse si era cierta. Estaría feliz por Kimi, claro, pero había algo más, de hecho, había varias cosas más. Le daba miedo que Kimi acabase descubriendo algo que le hiciese más daño o que no fuese como esperaba o cualquier cosa. Incluso le daba miedo que todo estuviese bien y decidiese quedarse con su madre y abandonarla a ella. En resumen, estaba demasiado preocupada para sentir nada más. Por la seguridad de Kimi, emocional y fisica, y por su fraternidad. — Dejen que sea yo quien hable cuando nos encontremos con el informante ¿De acuerdo? Y tengan los ojos bien abiertos cuando entremos mañana a la taberna. No se cuece nada bueno en las tabernas de Shinogi-To. Ambas chicas asintieron y emprendieron el camino. Chika iba detras de Kimi sin quitarle los ojos de encima mientras esta jugueteaba con el kunai de su madre. RE: La Lealtad - Kaminari Kimi - 26/03/2022 Raijin miró tras suyo, notando cómo Chika se había quedado atrás, así que estiró su mano para que se la diese y caminase a su lado. Eso de hablar y reconfortar a la gente no era una de las mejores habilidades de Raijin, pero desde que había adoptado a Chika y a Kimi tenía que esforzarse todo lo posible en ser alguien confiable para ellas, pues lo único que sabía ofrecerles era Karate y... poco más. — No te preocupes. Tranquila. —Le dijo, aunque sabía que decirle que no se preocupe probablemente no tendría un gran efecto—. En el peor de los casos serán unas cortas vacaciones para nosotros. Todo estará bien mientras estén conmigo ¿sí? — Sí... —Contestó Kimi, todavía mirando el kunai. RE: La Lealtad - Kaminari Chika - 26/03/2022 Raijin la cogió de la mano y Chika se dejó llevar, sintiendo que todas sus preocupaciones se diluian un poco. — No te preocupes. Tranquila.En el peor de los casos serán unas cortas vacaciones para nosotros. Todo estará bien mientras estén conmigo ¿sí? Chika asintió al mismo tiempo que Kimi verbalizaba la misma respuesta. Era raro que hiciesen algo juntos que no fuese entrenar, pero de eso va la familia. De juntarse en los momentos más duros y ayudarse a salir de ellos. RE: La Lealtad - Kaminari Kimi - 29/03/2022 El viaje a Shinogi-To no duró más que un par de horas en las que Kimi no habló mucho más que para decirle que estaba bien a su padre cuando le preguntaba. Raijin, por su parte, hacía lo mejor que podía por relajar el ambiente. Finalmente, cuando llegaron a la ciudad, la familia pudo pasar un agradable día, casi olvidándose por completo de sus preocupaciones mientras hacían algo de turismo. Pudieron comer pollo frito, atender a un concierto de una idol llamada Suzume, e incluso, cuando llegaron a la posada en la que dormirían, pudieron sorprender a la menor de las Kaminari con un pastel mientras le cantaban, haciéndola muy feliz. A la hora de dormir, Kimi insistió en compartir habitación con su hermana, aunque, como últimamente lo hacía, no parecía poder conciliar el sueño fácilmente. Aunque cabe decir que esta vez no era culpa suya. Raijin siempre se iba a dormir realmente temprano. — Ka-chan... ¿quieres salir a dar un paseo? —Le preguntó—. Papá me dio algo de dinero, así que podemos salir a hacer algo, si quieres. RE: La Lealtad - Kaminari Chika - 29/03/2022 Lo cierto era que preocuparse estaba bien. Era signo de que te importaba alguien y que querías que estuviese bien. Sin embargo, el pollo frito era otro rollo. Era el tipo de rollo que hacía a Chika olvidar por un instante por qué estaban fuera de la villa. Ahora bien, lo triste del pollo frito es que se acaba. Y si no se acaba, te llenas y ya no puedes comer más. Entonces solo te queda el camino de vuelta a la desidia y la preocupación. Por suerte, solo había una cosa que superaba al pollo frito para olvidarse de las cosas malas. Murakisho Suzume. La mejor Idol de todo el mundo, y si hay otros mundos también. Su voz era como una manta de terciopelo que te envuelve en un mar de seda y te deja disfrutar de esa suavidad hasta en tu corazón. Para alguien tan torpe y tosca como Chika, esa suavidad era algo ignoto y extraño que no podía sino admirar. Pero de nuevo, estaban ahí por un motivo. Y una vez Suzume tuvo que descansar y el pollo frito se acabó, tocaba enfrentarse a ese motivo. No sin antes hacer noche y dormir las ocho horas reglamentarias. Ah, Chika no era tan ingenua. Sí, ella estaba llena de pollo, con la mente en paz y el cuerpo preparado para dormir cuánto le permitiesen, pero ¿y Kimi? Estaba inquieta como una rata electrocutada. Así que solo tuvo que esperar. — Ka-chan... ¿quieres salir a dar un paseo? Papá me dio algo de dinero, así que podemos salir a hacer algo, si quieres. — Claro. ¿Quieres ir a algún sitio en especial? Ni siquiera se lo pensó. Y tenía algunas preocupaciones al respecto. Salir sin Raijin era un riesgo, salir de noche era un riesgo, pero quería dejar un mensaje claro para Kimi. No importaban los riesgos, ella estaría ahí para ella en cada uno de ellos. No quería que siquiera considerase hacer algo sola porque si se lo decía a Chika le fuese a soltar una retahíla de lo peligroso que era. Además, estaba convencida que Kimi ya tenía en mente cualquier cosa que pensase ella. RE: La Lealtad - Kaminari Kimi - 29/03/2022 Cuando Chika le preguntó, Kimi sonrió de oreja a oreja. — Hmmm... pues no sé. —Kimi se llevó un dedo a la mejilla, mientras pensaba a donde ir—. ¡Quizás haya una arcade por aquí cerca! ¿Y si buscamos una? Si su hermana aceptaba, la menor cogería una mochilita que había traído para guardar cualquier cosa que llegasen a comprar durante su viaje. Al salir ambas de la habitación, antes de salir de la posada, Kimi fue a la habitación de su padre y tocó la puerta dos veces para avisarle que habían salido, pero no hubo respuesta. — Supongo que ya se habrá dormido. —Respondió Kimi, riéndose un poco. Su padre siempre se dormía temprano—. ¿Salimos? Las calles de Shinogi-To estaban llenas de gente celebrando el año nuevo con sus familias y amigos, esperando juntos la llegada de la nueva década. Las plazas estaban a reventar, haciendo difícil andar por ellas, y la mayoría de negocios estaban cerrados, pero incluso si estuvieran abiertos no habrían encontrado una arcade, pues aunque Shinogi-To estuviese tan cerca de Amegakure, ambos lugares no podían ser más distintos. Aún así, Kimi no planeaba desanimarse por no encontrar lo que buscaba, por lo que se dejó llevar por la festividad y decidió, en un momento dado, separarse de su hermana para ir a un puesto que le había llamado la atención. Chika no la perdió de vista durante mucho tiempo, pues si la seguía, le encontraría frente a un puestecito, probándose unas orejas de gato rosadas. — ¿Qué piensas, me quedan bien? —Le preguntó, moviendo su mano hacia ella como si fuera una patita—. ¿Ka-nyan? RE: La Lealtad - Kaminari Chika - 30/03/2022 Como la última vez que Kimi la había secuestrado cuando ya se habían jurado irse a dormir, el cuerpo de Chika estaba en otra dimensión. Mientras su hermana comprobaba que su padre estaba dormido, o muerto, Chika estiró todas sus extremidades concienzudamente. —. ¡Quizás haya una arcade por aquí cerca! ¿Y si buscamos una? — Eso estaría bien, pero no más comida. No sé si podría con otro trozo de pollo frito... Ahora me apetece probarlo. — gruñó de tristeza confusa mientras se masajeaba los hombros. Finalmente, y como era de esperar, no encontraron ningún arcade. Desde luego, Amegakure estaba demasiado avanzada para su propio bien. Por suerte, Kimi mantuvo el tipo y siguió adelante por las celebraciones. Y menos mal, porque Chika no tenía las fuerzas para ser ella la que encabezase el rumbo. Siguió a su hermana a un puestecito y ésta se estaba probando unas orejitas de gato. Aunque en su inocencia infantil cogió el color que peor combinaba, a pesar de que había unas negras justo al lado. Pero Chika no estaba atenta a eso, Chika sonreía con total sinceridad a su hermana. — ¿Qué piensas, me quedan bien? ¿Ka-nyan? La pobre peliazul tuvo que soportar tal ataque de adorabilidad. Su hermana era más bien una persona seria que antes que ser adorable te revienta la puta cabeza entrenando. Y, sin embargo, ahí estaba, con unas orejitas rosadas haciendo de gatita. Chika se llevó una mano a la cara, intentando ocultar el sonrojo, pero no apartó la mirada. — Te quedan genial, pero ¿no crees que sería mejor coger las negras? Así pegan con tu pelo. — Chika ya había asumido que iban a comprarlas. RE: La Lealtad - Kaminari Kimi - 30/03/2022 Kimi rio y dejó las orejas rosas para coger las que le había apuntado su hermana y comprarlas, antes de ponérselas y sonreírle. — ¿Estas me quedan mejor? —Le preguntó, aunque lo cierto es que ya sabía que le diría que sí. Luego de aquello, Kimi se dejó las orejas puestas toda la noche mientras llevaba a su hermana a ver cosas. No parecía que hubiese mucho que hacer para ellas, pero estaba bien. La menor estaba contenta solo con pasear. — Me gustó mucho el concierto de esta tarde... —Le comentó a su hermana mientras andaban—. No te lo había contado nunca, creo, pero antes de ser ninja, mi sueño era ser... Mientras estaba hablando, su mirada se fue hacia una esquina que daba a otra calle. Fue solo durante un instante, pero si chica miraba hacia allí también la vería. Una mujer que debería estar en sus treinta, muy alta y de tez muy oscura, los ojos morados y una cola de caballo alta que le llegaba hasta la espalda baja. Aquella mujer llevaba un Yukata negro que no le llegaba a las rodillas con el kanji de Sur (南) en azul eléctrico en la espalda rodeado por un círculo dorado y unos pantalones azules también cortos por debajo, a pesar de que todavía estaba lloviendo tan fuerte como siempre. Por sus fuertes piernas estaba claro que estaba mucho más que entrenada, y por su actitud también era obvio que no estaba allí precisamente por las festividades. Miró a un lado y a otro antes de desaparecer de la vista de ambas chicas. No parecía haberse percatado de la presencia de las hermanas. — ¿Mamá? —Los ojos de Kimi se abrieron como platos y se iluminaron antes de que la chica saliese corriendo hacia allí—. ¡Era cierto, está aquí! RE: La Lealtad - Kaminari Chika - 30/03/2022 — ¿Estas me quedan mejor? Chika asintió sonriente. — Mucho mejor. Kimi estaba radiante. Feliz, animada, sonriente. Tal vez era porque aquello se parecía mucho a unas vacaciones familiares o tal vez era por saber que existía la posibilidad de que su madre estuviese viva. Fuese como fuere, Kimi estaba contenta y Chika más. Kimi se quedo a medio decir algo y Chika siguió su mirada hasta una mujer a la que su hermana había reconocido. — ¿Mamá? En cuanto a reconocimiento, Kimi claramente tenía ventaja. Chika apenas había visto a la madre de Kimi en una foto antigua de cuando era joven. Sin embargo, Chika sabía reconocer a alguien sospechoso y aquella mujer lo era. Mirando a todas partes preocupada de que la siguiesen es que a donde sea que fuere había problemas. — ¡Era cierto, está aquí! Kimi fue detrás suyo como la niña ilusionada que era y Chika no tuvo el coraje de detenerla, pero se mantuvo bien cerca. — Ten cuidado, Mi-chan. No parece que quiera ser vista. RE: La Lealtad - Kaminari Kimi - 31/03/2022 Pero Kimi corrió hacia adelante con más esperanza que cualquier otra cosa. Quizás demasiada, pues cuando las chicas giraron la esquina se encontraron con un callejón completamente vacío que avanzaba varios metros hasta dar con otra calle. — ¿Dónde...? De nuevo, no llegó a terminar la frase, cuando un hombre que sujetaba un sospechoso pañuelo le tapó la boca y la nariz con él. Alguien intentó hacer lo mismo con Chika al mismo tiempo, pero ella tuvo mucha más suerte, pues su captor se había resbalado con un charco de agua, cayendo al suelo justo detrás suyo. La mayor de las Kaminari pudo ver a su hermana perder la conciencia poco a poco mientras intentaba estirar la mano para alcanzarla, pero no pudo, pues el hombre enmascarado y encapuchado la estaba arrastrando. ¿Qué haría Chika para salir de esta? RE: La Lealtad - Kaminari Chika - 1/04/2022 Chika pudo presenciar en directo lo mucho que le afectaba ese tema a Kimi, se lanzó al callejón sin pensarselo dos veces. Al final, su madre había desaparecido, seguramente había saltado a algún tejado y hecho un shunshin. La peliazul extendió el brazo para darle consuelo a su hermana cuando dos figuras misteriosas aparecieron de la nada. Ella había tenido la mirada clavada en Kimi y Kimi en su madre, claramente faltando a la atención de los alrededores. Por suerte, su asaltante se resbaló con su vergüenza, que escapaba su cuerpo, porque había que ser sinvergüenza para atacarlas. Y Chika no tuvo que hacer un segundo pensamiento, levantó la pierna y cargó chakra, estampandola en el costado del atacante de su hermana. Esperaba mandarlo a volar sin afectar demasiado a Kimi. RE: La Lealtad - Kaminari Kimi - 1/04/2022 ¡BOOM! La patada recta de Chika impactó directamente en el costado del hombre, que salió volando a toda velocidad antes de impactar contra la pared del callejón, quedando inmediatamente inconsciente mientras Kimi caía directamente al suelo donde estaba, inconsciente también. La Kaminari pudo escuchar el inconfundible chisporroteo de la electricidad desde un costado. — ¡Raiton: Lightning Lariat! Un tercero, también enmascarado, apareció repentinamente al lado de Chika, completamente envuelto en electricidad mientras lanzaba su brazo con una fuerza descomunal directo hacia las costillas de la Kaminari (40 PV). Tanto si la chica esquivaba el ataque como si era golpeada (en cuyo caso, saldría volando varios metros dentro del callejón), el atacante daría una orden al único otro secuestrador que quedaba allí consciente. — ¡Date prisa y llévatela! —Dijo, poniéndose en guardia entre Kimi y Chika. Su voz sonaba a la de alguien relativamente joven—. No podemos echar a perder la misión. El hombre que se había resbalado asintió mientras se levantaba, apresurándose a coger a Kimi como si fuera un balón de fútbol americano e intentar llevársela corriendo. RE: La Lealtad - Kaminari Chika - 1/04/2022 La ira había cegado a Chika por completo, ni siquiera se había dado cuenta de que había un tercero hasta que escuchó la electricidad tomar forma alrededor del brazo de un nuevo enemigo. Tuvo el tiempo justo de interponer sus brazos para no recibir el golpe de lleno, retrocediendo varios metros pero consiguiendo mantenerse en pie. — ¡Date prisa y llévatela! No podemos echar a perder la misión. Y Chika sonrió. Tenía algo de sangre en la boca, no había podido absorber todo el impacto con los brazos y parte de él había llegado a sus costillas. Tal vez algo se había roto, pero no era ninguna de sus costillas, ninguno de sus huesos, ninguno de sus dientes, su autocontrol se había roto. Algo dentro de ella estaba cantando una canción, la canción de la muerte. Deshizo la guardia, sacudió los brazos e hizo un único sello. En menos de un parpadeo, Chika apareció al otro lado de la batalla, interceptando al que intentaba huir con Kimi. — ¿Llevartela? No mientras yo esté en pie. Lo único que sentía Chika en ese instante era ira. Completamente descontrolada. Quería destruir a esos bastardos sin ningún miramiento. Estaba acostumbrada a pelear con un control inaudito, pues normalmente lo hacía sin intención real de hacer daño, por lo que ahora, peleando sin ese control, se sentía mucho más salvaje. Tras aparecer al lado del asaltante que estaba intentando llevarse a su hermana, por el lado por el que no la cargaba, cargó contra él con toda su ira canalizada en su brazo. Solo quería una cosa, destruir. Se lanzaría intentando asestarle el lariat en el pecho con su brazo izquierdo y mandarlo a su casa con una buena dosis de perforaciones pulmonares por fragmentos de costilla. RE: La Lealtad - Kaminari Kimi - 1/04/2022 Última norma del código moral del Dojo Kaminari: La Serenidad. Chika se vio completamente cegada por la ira y corrió instantáneamente hasta Kimi y su captor, alcanzándolos, por supuesto, pero no sin darle antes un pequeño aviso al enmascarado, que reconoció la técnica inmediatamente y se agachó sin detener su carrera, esquivándola por completo. Entre los varios errores que había cometido Chika en su carrera desesperada, quizás el más grave fue darle la espalda a su atacante, pues apenas un segundo después de fallar el ataque recibió desde atrás una patada en la cabeza extremadamente fuerte, justo antes de recibir una patada en las piernas que la tiró al suelo, extremadamente malherida (100 PV, Contusión). Ahora desde el suelo, la Kaminari pudo ver al chico, que la observaba desde arriba sin rematarla. — Ríndete. Todo estará bien. Mientras tanto, el otro corría como si su vida le fuera en ello. |