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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#46
Nada, absolutamente nada se interpuso en el camino de los genins que ya se encontraban fuera del museo pero como bien dijo el chico, no podían relajarse aún. - Totalmente. - Respondió la pelirroja que había recuperado considerablemente la sensibilidad de la lengua y ya podía hablar normalmente.

Estarse ahí parados frente al lugar del incidente posiblemente terminaría dando como resultado lo mismo que si se hubiesen quedado dentro junto al matrimonio y Takeshi, así que como dijo Juro, lo mejor sería alejarse lo más posible en cualquier dirección. Siendo así, Ritsuko simplemente comenzó la marcha en dirección aleatoria.

- Lástima que no encontramos lo que buscabas. - Dijo como si realmente le importase, aunque tampoco sabía si la venía siguiendo o había decidido irse en la dirección contraria y… ~ Mejor… Guardo estas cosas… ~ ¿A qué se refería? Principalmente a la máscara, pero también optó por sacarse la gabardina quedando así con esas pocas prendas negras que dejaban en evidencia algunas válvulas de su espalda, suponiendo claro que la gente prestase la atención suficiente y eso.

La gabardina la llevaba ahora hecha un bollo en una mano, la hubiese metido en el portaobjetos pero ya suficientemente cargado estaba con el tamaño considerable de la máscara así que tendría que arreglárselas así y… ~ El maquillaje… ~ La pelirroja comenzó a buscar con la mirada alguna llave de agua o algo similar. - Juro… Necesito agua… - Dijo lastimosa mientras seguía la búsqueda sin éxito.

Podría removerse un poco la pintura con la gabardina, pero sin agua terminaría haciéndose terrible manchón como si hubiese estado lloriqueando. - ¿No sabes técnicas de agua o parecido...? -
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#47
La kunocihi pareció estar de acuerdo con Juro en el problema de la identidad. Tenían que moverse. Así pues, ella prefirió tomar la delantera y comenzar a andar en una dirección. Juro desconocía si ella sabía hacia donde iban o no, pero cualquier sitio era mejor, así que la siguió.

- Lástima que no encontramos lo que buscabas. - dijo la kunoichi, mientras procedía a quitarse la gabardina con la que Juro la había conocido.

- Tranquila, no tiene importancia - repuso, agitando su mano diestra. Prefería mil veces ponerse a salvo que eso.

No solo la gabardina. Pronto, la chica también se quitó la máscara que había asustado en un principio a Juro, y la guardó, al igual que arrebujó la prenda de ropa. Estaba tratando de protegerse, si por algún casual los pillaban. Era una buena idea. Sin embargo, Juro no tenía mucho que sacar...

Por el contrario, gracias a eso pudo ver mejor a su compañera. El maquillaje negro se extendía por toda su cara, formando una especie de triangulo por encima de la nariz, y unas líneas contorneadas por encima del labio, además de los ojos. En cierto modo, era hasta gracioso sin la máscara. Debajo de la gabardina tenía un top negro con algo menos de ropa, aunque Juro solo pudo verla de frente.

"Me pregunto por qué se escondera tanto..." - no era un bicho raro, ni un monstruo. Solo era una chica normal, incluso guapa, con sus ojos y su pelo rojizo.

- Juro… Necesito agua… - la voz de la chica le sacó de sus cavilaciones, tenía planeado quitarse el maquillaje - - ¿No sabes técnicas de agua o parecido...? -

Juro se preguntó si a su compañera le importaría que le tirase un mizurapa a la cara. Descartó mentalmente la idea, esa y la de azotarla con el látigo para usar el elemento y conseguir agua. No, tenía que haber maneras menos violentas.

Hurgó en su mochila y sacó una pequeña cantimplora. La abrió y sopesó su peso. Tal y como había imaginado. Al abrir su boquilla y suspenderla boca abajo, nada salió. Estaba completamente vacia.

- Mi hermana tenía la buena... - se lamentó, volviéndola a guardar en su sitio. Estaba sin ideas. - Puedo hacer salir agua, pero en una calle normal llena de gente lo único que conseguiríamos sería llamar la atención. Deberíamos buscar otro lugar...

Juro se paró durante unos momentos, pensando las opciones. No, definitivamente, una calle peatonal no era un buen lugar. Pero tenían que pensar algo... Y también estaba el hecho de que podían reconocerles.

- Un momento - Juro respiró, tomo aire y lo soltó. Y tras ello se quitó al bufanda amarilla, inseparable de él, la arrebujó y la guardó en su portaobjetos. Su pequeña colaboración a la ocultación -- Ya... esta.

No le gustaba, pero no podía quitarse el resto de su ropa ni ponerse nada más. Acababa de revelar la continuidad de su cicatriz en la mejilla, un mapeado mal tejido de cicatrices por su garganta y su cuello. Suspiró, tomo aire, y volvió a seguir el camino con la chica. Si ella podía, él también.
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#48
Aunque se alejaran del museo, era demasiado fácil reconocerles y fácilmente serían localizados por los guardias así que lo mejor era esconderse de alguna manera como la que Ritsuko estaba pensando. Sacarse aquellas cosas que la convertían en algo realmente llamativo era lo ideal, la cosa era que Juro no tenía mucho para hacer.

De cualquier manera, el maquillaje de la pelirroja seguía siendo una característica más que llamativa pero el de Uzushio lo único que tenía a mano era una cantimplora vacía y por ende no serviría de nada.

- Espera -

Dijo el chico haciendo que la kunoichi se ilusionara suponiendo que tendría alguna cosa útil para quitarse la pintura de la cara pero no. El chico simplemente se sacó la bufanda dejando a la vista unas cicatrices algo… ¿Grotescas? Nah, no es la palabra pero a la chica poco le importaba. - Lindas cicatrices. - Le comentó con mínimo interés para luego devolver la mirada al rostro ajeno.

- Vamos fuera del pueblo entonces, ya luego podemos devolvernos si quieres. - Daba lo mismo si el chico le tiraba encima un tsunami, lo único que quería era sacarse la pintura y con un poco de suerte librarse de cualquier tipo de llamado de atención. El lado positivo era que nadie llegó a verle las válvulas cuando iba con la gabardina y no podrían decirle nada al respecto. - Venga. - Dijo tomando al chico por la muñeca para meterle prisas en lo que recorrían calles en línea recta.

No tardaron prácticamente nada en llegar a un descampado donde la hierba había crecido lo suyo y a Ritsuko al menos le llegaba un poco más alto de las rodillas. Un lugar perfecto para comerse un suiton en toda la cara. - Espero que con uno sea suficiente… - Decía la chica que había soltado a su compañero para alejarse unos pasos y agacharse levemente como para soportar el golpe que podría llegar a llevarse. - ¡Usa la técnica más débil que conozcas! - Chilló con el ceño fruncido en lo que esperaba el tsunami que le lavaría la cara y puede que las ideas también.
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#49
- Lindas cicatrices. - Le comentó con mínimo interés para luego devolver la mirada al rostro ajeno.

Juro se contuvo para no decir una grosería en ese momento. Lo que le faltaba ya, que alagaran las marcas que tanto le han traumado desde su niñez.

"Vamos, vamos, ya sabes que para un ninja, las cicatrices suelen ser marcas normales. No lo dice con esa intención..."

Si, se calmaba así mismo. Quizás el trauma le afecto mas de lo que él mismo hubiese esperado...

- Vamos fuera del pueblo entonces, ya luego podemos devolvernos si quieres. -

- Vale...

A Juro no le pareció muy seguro salir del pueblo con aquella chica. Era maja y todo eso, sin mencionar la calavera, la guadaña y esas minucias, pero era una desconocida y se lo estaba llevando fuera. Su hermana se enfadaría mucho si lo hacía. Sin embargo, estaba metido en el ajo tanto como ella...

Resignado, comenzó la caminata, que para su sorpresa, duró muy poco tiempo. Pronto, se encontraron en un descampado de hierba, que le llegaba hasta parte de sus piernas. Era bastante inquietante...

- ¡Usa la técnica más débil que conozcas! - Chilló la kunoichi, lista para recibir.

Con esa proposición, la chica pracitcamente bajo la guardia, se agachó a una distancia producencial, y se quedó esperando a que Juro la atacase. Era una actitud muy imprudente. No quiso pensar lo que podría haber pasado si en vez de él mismo, otra personas con peores intenciones hubiese sido el elegido...

Juro pensó durante unos segundos lo que hacer. El latigazo sería muy violento, pero tirarle directamente un chorro de agua a presión... ¿Por qué tenía que ser tan masoca la chica?

- V-Voy a ello. Mira hacia arriba, ¿Vale? - murmuró, listo para lo que iba a hacer. Tras ello, comenzó la secuencia de sellos - ¡Suiton: Mizurappa!

Lo cierto es que Juro no pensaba darle un golpe directo. Ejectuó los sellos y lanzó el chorro hacia el cielo. No avanzó muchos metros, pero estuvo seguro de que con eso, perdería parte de su fuerza ofensiva. Total, el agua seguía siendo agua, con o sin chakra, y no se iba a evaporar.

Como si lloviese, el chorro caería en un radio pequeño, de metro y medio, con el centro en la chica, quien si hacía lo que Juro le había dicho, podría lavar la cara facilmente con ello y ya de paso, evitarse algun moratón. Se iba a mojar, pero carecía de cualuqier técnica que lanzase el agua de forma tan concetrada que solo le diese en la cara - y aunque la tuviera, probablemente por el bien de la chica no la habría hecho. Quizás aun sintiese algo del impacto, pero Juro puso suspirar tranquilo, no tendría que golpearla después de todo...
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#50
Sacarse el maquillaje era lo único que le quedaba pendiente y si, resultaba más que extraño que una chica que no conoces de nada se desnude frente a ti y de paso le pida que la agredas abiertamente de tal manera como para echarle una técnica de ninjutsu en toda la cara pero así era Ritsuko cuando se ponía pendeja. No pensaba en las consecuencias.

Ante el pedido de la técnica más débil que conociera, el chico le dio una indicación de que mirase al cielo. - ¿Eh...? - Y así lo hizo Ritsuko suponiendo que algo debía de ver. - ¿El cielo? ¿Qué tiene...? - Consultaba algo 'ansiosa' por ver ese algo que Juro le dijo pero nada aparecía, salvo por un torreón de agua que pasó por encima suyo y cayó al mejor estilo lluvia. - ¡Ah! - Soltó antes de que el agua le cayera encima empapándola totalmente y de paso sacándole parte del maquillaje del rostro. El resto lo removería con sus propias manos tras frotarse un poco.

El maquillaje no tardó nada en salir y como extra la chica no se llevó un golpazo, solo estaba empapada que incluso con la primera opción habría pasado. - ¡Ahora si! - Exclamó en lo que se ponía de pie antes de sacudirse como perro para secarse aunque sea un poco. - Bueno, creo que ya está ¿No...? - Agregó a los segundos mientras se escurría un poco el cabello.

Ya con su 'disfraz' listo Ritsuko retomó la marcha en dirección a Juro que vendría siendo hacia el pueblo. - No sé que vayas a hacer tú, yo iré a buscar una posada a ver donde me quedo. - Y sin más, la pelirroja siguió su camino, luego de tantas emociones no tenía ni ganas de seguir su viaje, además que nada le aseguraba que fuese a encontrarse con otro pueblo donde pasar la noche.
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#51
La técnica empapo de lleno a la kunoichi sumisa, llenándole la cara y el cuerpo por completo de aquella sustancia líquida. Tras ello, la utilizo para limpiarse la cara, y se sacudió para alejarla de su cuerpo, aunque aún perduro parte en ella. También se escurrió el cabello lo mejor que pudo, para no dejar restos.

Una vez hubo recuperado la compostura, se dio media vuelta y comenzó a marcharse.

- No sé que vayas a hacer tú, yo iré a buscar una posada a ver donde me quedo. - - dijo, sin volverle la vista. Algo que parecía normal en ella.

Juro corrió a su lado, como muchas veces había hecho ya. Se había acostumbrado en tan poco tiempo... Mirándola, era mucho más agradable ir con una chica pelirroja a acompañar a un cadáver viviente.

- Entonces vuelvo contigo a la ciudad, no me voy a quedar aquí - dijo, conforme con la decisión.

Realmente Juro se acercaba a un clavo ardiendo. Era una chica extraña, pero no peligrosa. Y no sabía cómo volver a la ciudad él sólo sin perderse... En ese momento, se dio cuenta de todo el rato que llevaba de "aventura" con la chica. ¿Cuanto había pasado? Se rasco la nuca, nervioso.

Juro sabía que el camino les había costado entre poco y nada. Pero aún así...

- Supongo que no sabrás la hora... - mencionó, con algo de angustia - Mi hermana estará buscándome, seguramente...
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#52
¿Quedarse atrás? Ella por lo menos nunca, siempre termina por adelantándose y Juro siguiéndola al rato como si él tuviese cierto 'delay' y reaccionase más tarde pero que tanto, siempre terminaba por alcanzarla y así era como la pelirroja lograba mantenerse hablando con una persona y no con su madre. Alias, sola.

- Estabas de camino al museo ¿No? - Decía la kunoichi que se atado la gabardina a la cintura por las mangas. - Supongo que tendrás que seguir con lo siguiente en tu lista de cosas por hacer. - Agregó sin darle tiempo a responder en lo que se llevaba ambas manos a la nuca mientras seguía la marcha a paso algo lento por aburrimiento.

De cualquier manera, aunque Juro decida devolverse Ritsuko no lo haría, prefería seguir con su vida y si era posible secarse un poco que estaba dejando cierto rastro con cada pisada que daba, especialmente porque la gabardina y su pelo habían retenido bastante agua a comparación de las prendas negras que traía y si vamos al caso, el portaobjetos probablemente estaría lleno de agua también. - Nop, ni idea que hora será. Solo sé que es de día - Respondió la chica aunque si vamos al caso el sol ya había comenzado a ocultarse y por ende poco a poco las calles se iban tornando más y más oscuras.

~ Más razón para llegar a la posada. ~ Pensaba la kunoichi que no prestaba ni la más mínima atención a su alrededor, o mejor dicho no dedicaba ni un segundo a mirar cada edificio ya que estaba buscando donde pasar la noche. - ¿Sabes donde encontrar a tu hermana? Digo, por si arreglaron de verse en algún lugar particular. - Consultaría al de Uzushio si es que la seguían aún claro.
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#53
- Estabas de camino al museo ¿No? - le preguntó su compañera, tras volverse a escuchar sus palabras.. - Supongo que tendrás que seguir con lo siguiente en tu lista de cosas por hacer. -

Juro asintió, aunque no hizo ninguna broma sobre el tema. Aun era muy pronto, supuso.

La kunoichi tampoco tenía ni idea de la hora, solo sabía que era de día. Y eso tampoco era una gran ayuda, ya que el día tampoco tardaría mucho en irse. Y entonces si que estaría muerto. Enfadada o no, su hermana le iba a matar si tardaba tanto en llegar seguro.

- ¿Sabes donde encontrar a tu hermana? Digo, por si arreglaron de verse en algún lugar particular. - - le preguntó, mientras seguía caminando.

Pronto, ya se habían introducido en lo que era la ciudad, otra vez. Juro trató de ver, o escuchar a su alrededor, lo que fuese que le llamase la atención.

- Pues... Recuerdo que iba en dirección contraria al museo, y antes de eso... Había una gran plaza, si... Era enorme... Seguí por uno de sus caminos y llege aquí - explicó, utilizando las manos para mostrar el ancho de las calles, por alguna razón, como si fuese a ayudar - Y mi hermana... me dijo que estaría ahí en un par de horas. Seguramente ya habrán pasado...

Siguió a la kunoichi, tratando de no sentirse como un niño perdido en el basto océano de gente que era el mundo abierto. No, no debía desfallecer. Tenía que encontrar una salida, una solución...

- Una plaza así debería descatar mucho... - murmuró, un poco más nervioso. Miro a la kunoichi, en busca de alguna señal de que ella sabe donde se encuentra. Después de todo, era su guía por la ciudad...
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#54
Así que si, habían arreglado de encontrarse en algún lugar en particular pero no tenía idea de como llegar al igual que la pelirroja que se frenó en seco para justamente comenzar a buscar con la mirada a ver si llegaba a localizar esa plaza que mencionaba su compañero.

- No podemos ir al museo para orientarnos, seguro nos reconocen. - Dijo la kunoichi mientras analizaba los alrededores con la mirada. No veía nada que se le pareciera a una plaza pero si que recordaba la dirección por la que se habían alejado del museo. - Si el museo quedaba por ahí… La plaza debería de estar en algún otro lado que no sea esa dirección… - Deducciones obvias si.

Pero la pelirroja no se sentía nada cómoda con eso, no quería perder tanto tiempo así que se acercó al primer ente que parecía medianamente coherente y no era una anciana. - ¡Disculpe! - Exclamó enérgica la kunoichi con una ligera sonrisa en el rostro. Se había dirigido a un hombre bastante más alto que ella y considerablemente ancho pero de puro músculo. - ¿Podría decirme como llegar a la plaza central? - Con un poco de suerte no habían más plazas o mismo los de Uzushio habían arreglado para verse en esa plaza y ya.

Lo que menos ganas tenía Ritsuko era de seguir perdiendo el tiempo, encima que tenía que conseguirse un lugar donde pasar la noche aún o de lo contrario tendría que seguir su viaje sin dormir. Pero bueno, era lo que le tocaba por relacionarse con gente que ni conocía como lo era Juro, aunque dentro de todo era agradable compañía pese a apenas hablar.
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#55
- Si el museo quedaba por ahí… La plaza debería de estar en algún otro lado que no sea esa dirección… - Dedujo hábilmente la kunoichi.

Juro asintió, asombrado ante tanta sabiduría. Estaba claro que la kunoichi que le acompañaba era experta en orientación, de cualquier otra manera, sin ella se habrán expuesto a vagar por la ciudad sin un rumbo claro, a la espera de un milagro o de la buena voluntad de alguien. Era una suerte tenerla de su lado...

Sin embargo, a pesar de su habilidad, decidió ir a lo seguro. Corrió y avanzó hasta cruzarse con la primera persona que pasó a su lado, en esta ocasión, un hombre musculoso gigante, que le sacaba más de una cabeza a Juro, y algo de altura también a la atrevida chica. El hombre tenía un rostro totalmente cuadrado, pelo en punta marrón, y una camiseta negra que marcaba sus enormes musculosos.

- ¡Disculpe! - Exclamó enérgica la kunoichi , con una sonrisa. - ¿Podría decirme como llegar a la plaza central? -

El hombre agachó la cabeza y miró a la chica que le hablaba. Luego, también se fijó en Juro, aunque su mirada volvió a posarse sobre dicha chica.

Pues claro, preciosa - dijo este, con una sonrisa seductora - Se por donde ir, pero... Alguien como tu no debería ir sola por ahí., ya casi es de noche y las calles son peligrosas. ¿Por qué no dejas que te acompañe?

- Tenemos pri...

El hombre se pusó justo en frente de Ritsuko, apartando de un disimulado empujón a Juro, quien no pudo resistir la enorme fuerza del hombre, y por poco se come el suelo. Nada de esto le importó al hombre, que siguió con su mirada clavada en la kunoichi, ignorando completamente al muchacho.

- Aunque, pensandolo bien, podríamos ir a algún sitio antes... Ir a cenar, un restaurante de lujo, un paseo bajo la luna... - el hombre le guiñó el ojo - ¿Qué te parece?
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#56
Para su sorpresa el desconocido resultó ser más buena gente de lo que se esperaba, puede que demasiado, suficiente para incomodar levemente a la pelirroja que se quedó boquiabierta un rato en lo que el grandote le hablaba. ~ Me descalabra toda… ~ Pensó mientras analizaba la diferencia volumétrica entre el cuerpo de ambos.

- Pues… ¿Nos acompañas entonces...? - Consultó mientras intentaba encontrar a Juro pero había desaparecido detrás de los musculotes del otro. - No me lo descalabres por favor… - Le pidió al musculoso estirando un brazo para atrapar a Juro por la muñeca. La idea de ir a la plaza era justamente para que él pudiese reencontrarse con su hermana.

Ante la otra propuesta que para la pelirroja era más que obvia sencillamente soltó una risita nerviosa pero luego miró por un instante al de Uzushio. - Puede ser… - Respondió para devolver la mirada al mastodonte. - Pero después de llevarlo a la plaza. ¿Te parece? -

Podría decirse que la chica se estaba sacrificando… Luego de dejar a su compañero en la plaza tendría que ingeniárselas para sacarse de encima a la enorme masa de músculos que tenía delante, puede que no sea tarea fácil… Pero tendría que arreglárselas si o si o de lo contrario no podría buscarse una posada u hotel. ~ Seguro y me termina proponiendo que le acompañe a su casa o compartir habitación… ~ Era obvio, esas intenciones tenía el gigante para con Ritsuko que para colmo es demasiado joven para esas cosas. Además, la atención de la kunoichi estaba centrada justamente en ese que le había regalado el colgante que traía consigo en todo momento, es más, cualquiera podría ver la gema roja en su pecho.
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#57
Perdido y desorientado, Juro apoyó en el suelo su cuerpo, esperando una reacción por parte de la pelirroja. Que le golpease, sacase su mascara, le escupiese en la cara. Sin embargo, la respuesta de la chica fue algo que no se habría esperando en la vida de alguien como ella.

- Pues… ¿Nos acompañas entonces...? - - preguntó esta.

Casi no sintió cuando una mano tiró de él. Ritsuko se había acordado de él, al parecer. Juro se recompuso, repentinamente avergonzado de estar ahí.

- No me lo descalabres por favor… -

Juro estuvo a punto de abrir la boca. Quizás sus palabras hubiesen hecho algun efecto, hubiesen servido para algo. Pero murieron en su garganta, mientras el hombre le proponía una cena lujosa.

- Puede ser… - dijo Ritsuko - Pero después de llevarlo a la plaza. ¿Te parece? -

Solo le faltaba apretarse a él y lucir carne. El hombre, sin embargo, sonrió gratamente al ver que sus encantos de hombre musculoso habían funcionado. Que sencillas eran las mujeres a veces...

- Claro, preciosa, os llevare sanos y salvos ahí. Dejamos al crío y ya podemos... - dejo la frase en el aire, con otro guiño. Se acercó un poco más a la kunoichi, saboreando quizás el ambiente, y luego se dio la vuelta y comenzó a caminar.

Juro se puso rojo de la verguenza. Eso era para esos dos, un crío que estorbaba en esos momentos. Sintió ganas de correr y mandarlos a freir esparragos, pero tuvo que aguantarse. Después de todo, dependía de ellos.

- Pues vamos rápido, venga - le dijo al hombre, con frialdad.

Este le dirigió una mirada asesina, pero no hizo nada. Ventajas de que la chica que le gustase le quisiera defender, que no podía hacerle nada. El hombre comenzó a caminar, aunque se detuvo a mitad de camino, haciendo que Juro estuviera a punto de chocarse con él.

- Espera, preciosa. Aun no se tu nombre. ¿Como voy a llevarte a cenar sin saberlo al menos? - exclamó, con deseos de saberlo - A mi puedes llamarme Ryu, campeón en levantamiento de pesas en esta ciudad. Dime tu nombre también, mocoso.

- Juro... - bufó este. Como si le estuviese preguntando a él en realidad.

Ryu se quedó quieto, esperando a que la chica le dijese algo. Miró también a Juro, sin demasiado interés. Como si le importase de algo un crió como él. Le vería más bien como un obstáculo.
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#58
El mastodonte por fortuna se movió antes y Ritsuko pudo aprovechar para atrapar a Juro y decirle rápido algunas palabras. - Cuando encuentres a tu hermana avísame así me escapo. - Lo dijo lo suficientemente bajo como para que el otro no la escuchase, después de todo lo que menos quería era perderse al guía.

Hecha la aclaración la pelirroja se aseguró de ubicarse entre el genin de Uzushio y el grandote, cosa de disminuir la tensión del ambiente y que no haya accidentes de por medio o de lo contrario tendría que vomitarle algo de lava a alguien. - Claro… - Respondió al primer comentario para luego soltar una risita nerviosa.

~ No quiero… ~ Pensaba la chica a sabiendas de lo que seguía en esa oración. Pero no podía tirarle las ilusiones o se quedarían sin la ayuda.

Y así por un buen rato siguieron caminando, la tensión se sentía claramente y seguro que si Ritsuko desaparecía los otros dos o bien se separaban o se apalizaban, así que tendría que estarse sumamente atenta a comentarios y acciones por el bien de ambos. - Tatsuko. - Respondió al instante. ¿De dónde le salió el nombre? A saber, pero le servía bien hablar tan segura sin siquiera dudar un segundo. - Así que... Ryu… ¿Falta mucho para llegar...? Así podemos irnos a hacer lo nuestro y tal… - Consultó con tonito agradable pero desviando levemente la mirada a Juro como si estuviese sufriendo.

~ Pedófilo… Se nota de lejos que soy menor, plana, cara de niña, baja… Soy una puta nena… ~ Razonaba la kunoichi en lo que intentaba entender por qué le coqueteaba y luego cayó en cuenta que su ropa habitual mostraba puede que demasiada carne sin la gabardina. ~ Eh… Tendría que ver de hacerme un cambio de look… ~
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#59
En cuanto el hombre se volvio, la kunoichi le agarró y le susurró unas dulces palabras, que reconfortado a Juro más de lo que se habría imaginado.

- Cuando encuentres a tu hermana avísame así me escapo. -.

Estuvo a punto de contestarle acerca de cómo su hermana podemos matarle si se lo decía, pero no tuvo tiempo, el hombre queria saber su nomre, aunque la kunoichi no se dejó engatusa y le dio un nombre falso, llamándose "Tatsuko". Juro supuso que quería que ese sujeto supiese lo menos posible de ella.

- Tatsuko... Un bonito nombre... - contesto, con la tipica frase.

- Así que... Ryu… ¿Falta mucho para llegar...? Así podemos irnos a hacer lo nuestro y tal… - - mientras lo decía no le miraba a el, si no que lanzó una mirad de sufrimiento a Juro.

" ¿Por que justamente tuvimos que cruzarnos con él? Por gente no será "

- Tranquila, esta muy cerca. Normalmente tardaríamos quince minutos en rodear todas calles, pero conozco un atajo que nos llevará en cinco. Sólo tenéis que seguirme por aquí...

Ryu se metió por la derecha, y luego giro a la izquierda. Poco a poco, la gente iba disminuyendo en las calles. Juro imaginó que se habían metido en alguna clase de calle secundaria para atajar. El suelo apestaba, había restos de comida, latas... Hasta la luz del sol parecía brillar con menos intensidad por ahí.

Al cruzar una esquina para bordear la calle, la tres pasaron cerca de un grupo de mujeres que se estacionan ahí. Estas estaban vestidas de manera provocativa, examinando a la gente. Al pasar, lanzaron un par de piropos a Ryu. Juro escuchó cosas como: "Ven aquí guapo, a ti no te cobraría" y cosas así, que no entendió.. Una duda rondo su mente .

- ¿No tienen frío? -preguntó a la kunoichi, en un susurro.

Mientras, Ryu seguía a lo suyo, pasando por más calles.

- Ya casi estamos en el atajo - Fomento, mientras seguía el camino - Y dime. ¿Que hace una chica como tú en un sitio como este?
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#60
Era bastante normal lo que el grandote decía, en el sentido de que estaba usando frases y palabras más que usadas a la hora de intentar ligarte a alguien pero con la pelirroja no servía de nada ya que su autoestima la protegía de una manera fenomenal.

No dijo nada, sencillamente una fugaz sonrisita y devolvió la mirada al centro, es decir, al camino que estaban siguiendo hasta que Ryu los comenzó a guiar por unas calles que poco a poco se iban vaciando hasta que pasaron por un sector que curiosamente era más oscuro de los demás en el que la pelirroja aprovechó para volver a ponerse tanto la gabardina como la máscara.

A la hora de regresar con los otros dos, se ubicó a la derecha del de Uzushio justo para escuchar la pregunta sobre un grupo de mujeres vagamente vestidas. - Son prostitutas. - Le respondió en un susurro mientras seguía la caminata.

- Había venido a ver el museo de armas únicamente. - Respondió con un tono algo más seco que el que había estado utilizando hasta ese entonces. - ¿Se puede saber qué pretendes...? - Soltó dedicándole una fulminante mirada a través de las cavidades de la máscara.

Era obvio, la estaba llevando a un lugar donde posiblemente terminaría drogada y/o violada, puede que incluso secuestrada y obligada a trabajar de algo adicional. Se encontraban justamente en el sector más bajo de la ciudad, donde solamente los de turbios negocios se reunen y los delitos se llevan a cabo incluso a la luz del día.

- Si se va a mayores nos iremos por los techos. - Le dijo en un tono más bajo de voz a Juro que debería de estar a su izquierda si no había cambiado su ubicación.
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