Más menos le conté a Zukamane todo lo que estuve haciendo. "Creo que no me he dejado nada importante" Pensé con un fugaz pensamiento. Cuando le hablé del combate que mantuve con Uchiha Yota, a el tampoco le sonó el nombre de ese clan.
-No se, tiene pinta de ser muy importante.
Por último, pareció que le resultó gracioso todo lo que le conté, pues se echó a reír. Al parecer justifiqué con creces el por qué no me vio en tanto tiempo, asegurando que no había perdido el tiempo en absoluto.
-Y que lo digas jaja. Respondí sus risas con otra mía.
Zuka por otra parte, había permanecido en Kusagakure junto con su familia desde su graduación por que estuvo terminando de dominar el arte de su clan, el Nin-taijutsu, sonoba algo realmente interesante. Cuando me comentó esto, me hizo pensar en algo.
"Yotsuki Zukamane...el debe pertenecer también a un clan antiguo...le voy a preguntar a ver..."
-Debe ser super poderoso el nin-taijutsu. Y ahora que lo dices, Tu también perteneces a un clan muy antiguo... ¿Verdad Zuka?
Ahora Zuka que sabía dominar el estilo de pelea de su familia, me aseguró que ya podría al igual que yo, viajar y conocer mundo. -La verdad es que mola bastante viajar y descubrir cosas nuevas. Algún día haremos una excursión juntos ¿Te parece? Yo ahora voy a empezar a visitar el país de la Tierra que es donde están mis orígenes.
No tenía intención de encontrar nada en el país de la Tierra, pero tenía mucha curiosidad de conocer un poco la geografía del lugar, y quizás visitar lo que fue antaño Iwagakure. Aunque por lo que tengo entendido, es un lugar bastante peligroso.
El renombre de Uchiha quizás fue importante en la antigüedad, pero a día de hoy... no conocía a ninguno. Podía entender el Yotsuki que había pasado igual que con su linaje. Una familia importante, que se pierde por el mundo y se dispersa, desapareciendo casi por completo. Por suerte, hay quienes día a día luchan por preservar esa consideración y esos méritos. Al menos así lo había vivido el en su familia desde que nació.
El pelirrojo dejó caer que el Nin-taijutsu había de ser bastante poderoso, así como le preguntó a Zuka si su clan también era antiguo. La verdad, no podía estar mas de acuerdo con él. El estilo de peleas que mezcla en ninjutsu con el taijutsu normalmente es de los mejores, pues combinan las distancias con el cuerpo a cuerpo. Es un estilo de combate en el que estás protegido a distancias y sin éstas, no hay huecos.. es el estilo perfecto. Más aún si lo combinas con una buena velocidad de movimiento.
— Si, la verdad es que es muy poderoso el Nin-taijutsu. En mi opinión, es el estilo de lucha perfecto... lo tiene todo. Y sí, el apellido Yotsuki procede de la aldea oculta de la nube, no es lo que era antiguamente, pero sigue siendo heredero de mas de 200 años de historia. —
Cuando Yoshi mencionó que viajar es estupendo, sus ojos se iluminaron como dos luceros. Mas aún lo hicieron cuando escuchó que éste iría a visitar en algún momento el país de la tierra, aunque no tanto como cuando le propuso que algún dia viajasen juntos. Al chico casi le da un sopapo.
— Si, hermano! Eso estaría increíble! — Contestó sin pensarlo. — Sin embargo... eso de ir al país de la tierra suena peligroso. Tengo escuchado que por allí solo hay tierra abrasada y animales gigantes... ¿No te preocupa un poco? —
Si de algo pecaba, era de prudente. Ir a un sitio desconocido, podía terminar en una mala experiencia, sobre todo por su pésimo sentido de la orientación. Aunque pensándolo bien, yendo acompañado se libraba de ese pequeño inconveniente...
En efecto así era, el Nin-taijutsu era una forma de combate excepcional que el clan Yotsuki dominaba, y al igual que el clan Uchiha que perteneció a Konoha en la antigua era shinobi, los Yotsuki pertenecieron a la villa oculta de la nube también llamada Kumogakure.
Mientras escuchaba el argumento de Zuka me frotaba la barbilla mientras atendía a sus palabras, que solo hacían más que verificar lo que me imaginaba. Y en cierto modo, aunque de forma diferente, era algo que compartía en común con él, pues mi habilidad singular también se remontaba por lo que tenía entendido, a la anterior era shinobi, cuyo origen era Iwagakure.
-Justo lo que pensaba, entonces me abstendré de pelear contra ti. Para ahorrarme la humillación más que nada jaja. Le dije sonriente. Era bueno saber que tenía cerca un compañero verdaderamente poderoso que sin duda, en un futuro me sería útil, al igual que yo lo podría ser para él.
Estaba claro que le entusiasmaba la idea de viajar y de poner el práctica las habilidades y técnicas que su familia había enseñado con orgullo a Zukamane. Solo había que verle la cara, era todo un libro abierto. -Eso es la actitud, !si señor! Pero parece que rectificó cuando escuchó lo de ir al país de la Tierra, como si por un instante pensase que era algo que le venía grande, algo que me hice responder para quitar hierro al asunto.
-¿Tienes miedo a los animales gigantes? Ya sabes el dicho "Cuando más grandes son, más duro caen" Además yo tengo experiencia matando bichos grandes, como bien dije antes, maté una hormiga enorme en el bosque de la Hoja. Comenté terminando la frase con una sonrisa pícara y levantando el pulgar hacía arriba.
No sabía a ciencia cierta si mis palabras serían suficientes como para inspirar la suficiente confianza a Zukamane, por lo que le expliqué que tenía en mente con respecto a mi viaje al país de la Tierra. -Pero bueno no te preocupes, en realidad tenía intención de ir a la capital del país. La ciudad conocida como Notsuba, dicen que es una ciudad impresionante que yace en un risco entre montañas, además de ser un sitio estupendo porque hay muchos locales que están destinados al ocio. Además de que es ahí donde está el palacio del Señor Feudal.
Desde nuestra posición, mirando hacía el interior del establecimiento, se podía ver como aquel señor que nos tomó nota ya tenía nuestra comanda preparada y la colocaba con cuidado en una bandeja para después, traerla y servirla.
-Parece que ya van a traer nuestros tés. Comenté mientras me frotaba las manos.
El pelirrojo se lo tomó bastante a pecho, con el mero hecho de informarle de que el Nintaijutsu era potencialmente difícil de afrontar, se vio dispuesto a evitar una supuesta derrota asegurada. Bueno, tampoco era para mal, a Zuka no le gustaba enfrentarse a sus hermanos. Por un lado ésto le aliviaba. Aunque por otro le asustaba la idea de que su compañero le pillase recelo a sus habilidades, o incluso miedo.
— Nah, ni te ralles. Tampoco es que el Nintaijutsu no tenga huecos, simplemente tiene buenas respuestas en largas y cortas distancias. Además, jamás lo usaría contra un hermano. —
Pareció contento con la actitud de Zuka, Yoshi comentó que esa era la actitud, pero realmente se asombró de que éste le tuviese algo de "miedo" a los animales grandes. La verdad, nunca se había enfrentado a ninguno, no era como pelear contra humanos... esos bichos se mueven por instintos. Contra personas civilizadas sabes qué pueden hacer mas o menos, pero contra un animal... nunca sabes por donde te puede salir.
— Bueno... si, tienes razón. Pero no es lo mismo una hormiga gigante que un tigre gigante o una serpiente.... ¿no crees? — Respondió ante su afirmación.
Por otro lado, el pelirrojo afirmó que no pretendía ir realmente a la antigua aldea oculta de la tierra, si no mas bien a la urbe donde residía el señor feudal. La capital del país de la tierra, llamada Notsuba al parecer. Bueno, ésto no sonaba tan mal después de todo. Una visita a una capital podía acabar en un estupendo viaje. Había de lanzarse a la aventura, y éste podía ser un buen comienzo.
— Oye, pues no suena mal. Ese sitio tiene que ser increíble... una ciudad construida sobre un río. Creo que hasta he leído sobre ella. —
Al rato, su compañero comentó que el té parecía que iba a llegar en breve. Así fue, casi al instante, el anciano tomó una bandeja y la cargó con el pedido. Sin demora alguna, se dirigió hacia la mesa y lo depositó ante sendos comensales. Tras dejarlos ahí, hizo una pequeña reverencia y tomó camino hacia otro cliente.
— Muchas gracias. — Agradeció el chico antes de que el anciano se fuese. — Que aproveche. —
Dicho ésto, el rubio pilló la tetera frente a él del asa, y se sirvió una taza de su bebida. El intenso olor se hizo casi palpable, y el color esmeralda inundó el fondo de aquella taza de cerámica blanca. Tras ello, daría un primer sorbo a su té.
-Oh! no digas eso Zuka, la vida a veces da tantas vueltas. Contesté a su comentario, Zukamane no quería luchar contra "hermanos" era una postura muy loable, pero sabía que él en el fondo, también sabía que por algún motivo u otro, pelearíamos.
-Yo me refería si se diera el caso de un combate amistoso de entrenamiento, o incluso alguna prueba para ascender de rango o algo así. Es cierto que acabamos de graduarnos como quién dice, pero algún día tendremos que llegar a chunin ¿no?
"O incluso mucho más allá"
-Si algún día luchamos, seré cauto contigo. Y eso que me gusta ser agresivo en los combates jaja. Es una manera rara de decirte que te aprecio "hermano" Sonreí.
Luego transcurrió una curiosa conversación, Zuka se puso a clasificar y a diferenciar las posibilidades de pelear contra ciertos tipos de animales gigantes. Tigres, serpientes, estaba claro que no tenía nada que ver con una hormiga. Pero es que la hormiga era grande no, lo siguiente. No sabía que pensar de la serpiente, pero un tigre se que se les da muy bien acechar y si te embosca un tigre normal se que puedes empezar a rezar, uno gigante sería una muerte asegurada. La única manera de abatir una bestia enorme, es sin duda, atacar por sorpresa.
-La lógica me dice que tienes toda razón. Pero en una situación en la que no te queda más remedio que pelear por tu vida, esas cuestiones quedan en segundo plano, hay veces que huir no es una opción a considerar. En mitad de un lugar inhóspito, hábitat natural de grandes bestias, muy pocos pueden darse el lujo de evadir una bestia que acostumbra a rastrear a sus presas a kilómetros de distancia.
De todos modos, cuando le informé que mi intención era visitar Notsuba, capital del país de la Tierra, un lugar civilizado en donde residía el Señor Feudal le pareció una idea más que aceptable. -Pues no se hable más, tenemos que organizarnos para ir hacía allá, y si alguien más se quiere venir, pues bienvenido sea. Cuantos más seamos, más divertido será ¿No crees?
Finalmente llegó el regente del local, nos sirvió nuestra comanda sin perder tiempo, y siguió atendiendo a los demás clientes con rigor. Sin duda sabía atender debidamente a sus clientes, ninguno podría tener queja de su impecable servicio. Nadie quedaba desatendido, todos consumían sus deliciosos tés con satisfacción.
-Muchas gracias. Respondí al unísono con Zukamane antes de que se marchara.
Zukamane tomó la tetera que contenía su té verde y yo cogí la tetera oscura que contenía mi té rojo y al igual que él, me serví en mi taza. Dejé que se aireara el té debidamente y de mientras, comencé por tomar un palillo de dangos y dar cuenta de ellos.
-Hmm deliciosos. Dije con la boca llena.
Zuka tenía bien claros sus propósitos, aunque en la mente de su compañero no circundaban de igual manera. Éste insistió en que la vida siempre da muchas vueltas, y nunca se sabe qué depara el futuro. Esto era bien cierto, pero la familia siempre seguirá siendo la familia, y eso era Kusagakure para él. Pensar de otro modo le era imposible, para él, traicionar a la familia era lo peor de lo peor. Aunque bien cierto es que no era así para todos, como para el chico de aquella tarde...
"Bueno... en parte tiene razón. Pero... ¿esa gente también han de ser tomados como hermanos? Si hacen daño a los de Kusa, es mejor abatirlos... pues no son de kusa, van contra ella. ¿No?"
Sin embargo, los pájaros no fueron en la dirección del rifle. Yoshi le dio la vuelta a la mesa, y la puso boca abajo. Al parecer, a lo que él se refería era a que en algún momento podrían querer un enfrentamiento amistoso, un combate de entrenamiento. También podía ser que se encontrasen alguna vez en mitad de un ascenso, y les tocase competir. Era algo lógico.
Por último, acabó teniendo en consideración las habilidades del rubio, añadiendo que sería cauto en un posible encuentro, y que le apreciaba. Incluso terminó llamándole hermano. El pelirrojo consiguió sacarle una radiante sonrisa al Yotsuki, natural e intensa como el mismo sol.
— Si, quizás en algún momento tengamos que competir, pero igualmente nunca iría mas allá de lo necesario. A un hermano nunca se le hace daño... jajajaja. — Acompañó a su igual.
La charla prosiguió, y ante el comentario de Zuka, el pelirrojo no dudó en su respuesta. El chico no pecaba de cobarde, ni de prudente. Aunque tampoco le podía negar su legítima firmeza, así como parte de su razón. Si uno se ve en un aprieto, lo mínimo que puede hacer es luchar por su vida, cueste lo que cueste. Huir y morir es cosa de cobardes, y una de las peores muertes posibles.
El chico se llevó la diestra al cogote, mientras dejó caer un suspiro. Agitando la cabeza levemente, dejó caer la razón sobre el comentario del pelirrojo. Entre tanto, volvió a mirar si ya estaba en camino su infusión. Así era, ya estaba a punto de llegar. De nuevo, llevó su mirada a Yoshi.
— Ahí me pillas. Mejor morir luchando, a morir con los pantalones bajados, como quien dice. Creo que en una situación así, yo también preferiría dar la cara, a intentar huir como un cobarde. Aunque me llevase una paliza... jajajaja. —
Entre tanto, la conversación fluyó de nuevo, y ambos terminaron coincidiendo en algo, debían organizar el viaje. Se veía un viaje curioso, interesante, y seguramente lleno de aventuras. Para nada pintaba mal. Además, era un sitio curioso, la sede del señor feudal del país de la tierra. Ese sitio había de ser genial.
— Pues si, ésto pinta genial, y cuanto mas seamos, mejor. Aunque bueno, tampoco es cosa de que vayamos cien genins... ¿no? En fin, con que seamos tres o cuatro va bien. Cinco ya son multitud. — Confesó llevándose la mano al mentón.
Al fin, el té y los dangos llegaron. Sendos shinobis le agradecieron el producto al dueño del establecimiento, y ambos llenaron casi a la par sus tazas. Una infusión verde, mientras que la otra roja. Por su parte, Yoshi decidió esperar a que el té se aireara debidamente, mientras que comía el primer dango. Por su lado, el rubio decidió dar un primer sorbo, mas que nada por complacer a su sed en un día tan caluroso como el resto de verano.
El pelirrojo no pudo evitar dejar escapar lo que pensaba. Tampoco era para menos, éste sitio tenía unos dangos realmente deliciosos. El rubio entrecerró los ojos, y asintió con una sonrisa entre dientes.
— Si, realmente ésta cocina sabe aprovechar el espacio. No sé como lo hacen, pero siempre está riquísimo todo. —
Tras de ello, pasaría a probar un dango.
La respuesta de Zuka fue esclarecedora, estaba claro que no era un extremista con respecto a sus opiniones. Se refería que jamás haría daño a un hermano por muchos méritos que este hiciera, supongo que según la circunstancia un escarmiento si se podría llegar a considerar. Sin embargo, cuando me expliqué, lo comprendió al instante y lo vio como algo factible, siempre y cuando las cosas no se tornaran en palabras mayores.
-A veces hay hermanos muy cabrones y un pequeño escarmiento les viene de maravilla para que se puedan encauzar por la senda de lo correcto... ¿No crees? Decía con cierta inseguridad, las palabras de Zuka me hacían dudar.
"Digo yo que si, vamos, que tiene sentido"
Quizás Zukamane hubiese llevado más allá en concepto que le expuse con respecto a las bestias. Le intenté explicar tomando como base mi experiencia en el país del Bosque, en un primer momento no tuve más remedio que enfrentarme a la hormiga gigante y matarla porque venía a por mi. Pero después, cuando vino el enjambre, no tuve más opción que huir, no había ninguna posibilidad de que saliera vivo enfrentándome contra diez de esas monstruosas hormigas a la vez.
-Bueno, la verdad que es un tema complejo. Yo no considero que huir sea de cobardes, debe prevalecer la supervivencia. Cuando un desafío te sobrepasa, es absurdo enfrentarse a el. Di un sobre a mi té pensativo, buscando la palabras adecuadas para que se me entendiera bien lo que trataba de expresar. -Vale la pena vivir, para intentarlo otro día ¿No crees? Me refiero viajando solo, porque si un amigo estuviera en peligro me enfrentaría al peligro sin duda con tal de ayudarlo. Soy de esos que no sería capaz de soportar la carga de saber que no hice fui capaz de ayudar a un amigo. Eso si es de cobardes, eso si....
"De solo pensarlo, ya me hace sentir mal..."
Ya todo estaba bastante aclarado, era bueno dejar esas cosas claras. Puesto ¿Quién sabe? quizás en un futuro comparta importantes misiones con Zukamane y no esta mal saber como pensamos, así cuando llegue el momento, sabremos como actuaríamos. -Ostras! cien genins de Kusagakure en Notsuba sería épico haha. Reí con solo imaginarlo. -Se pensarían que querríamos invadir su país y derrocar a su Señor Feudal jaja. Era puro cachondeo imaginárselo, pero quién sabe su algún día viviríamos una experiencia así.
-De momento tu y yo, podríamos formar un equipo para ya sabes. Hacer misiones en un futuro y esas cosas. Creo que tenemos bastante en común y pienso que sería muy beneficioso para ambos que nos hiciéramos socios ¿Que me dices? Eso si, lo ideal sería fichar a un tercero, pero no tengo nadie en mente. Quizás tu si conozcas a alguien, estaría bien.
Finalmente Zuka probó los dangos y al igual que yo le parecieron un manjar de Dioses. ¿Como algo tan sencillo, podía provocar un sensación tan agradable? Sin duda, estaba muy agradecido por el esfuerzo que se tomó el dueño del local en elaborarlos, tanta exquisitez solo podía ser debida por un shinobi cocinero.
-Y que lo digas.
Ante la respuesta de Zuka a lo de no golpear a un hermano, Yoshimitsu quiso esclarecer un pequeño detalle. Algunas veces, los hermanos han de ser corregidos, puestos de nuevo en su sitio a base de un escarmiento. La verdad, razón no le faltaba. Habían ejemplos vivos, como el chico que había robado a su madre, que así lo demostraban día a día. Un buen escarmiento podía hacerles pensar dos veces sus acciones antes de volver a cometer una atrocidad.
— Si, es cierto... — Confirmó su lógica. — Pero también es cierto, que aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Darle un escarmiento a un hermano, a veces lo pone en su sitio... pero en otras ocasiones es una perdida de tiempo. Quien nace con malas intenciones, muere con malas intenciones. No sé si me entiendes... pero quien peca, tiende a volver a pecar.—
Cuando Yoshimitsu empezó a explicar su modo de ver los enfrentamientos o desafíos, el rubio quedó impresionado. Bueno, mas que impresionado, a gusto con lo que éste decía. Para él, esa era la lógica dominante, la realidad del día a día. Difícilmente podría haberlo expresado mejor que el pelirrojo. Sus palabras había sido bien premeditadas, o simplemente puestas en un orden casi perfecto. Desde principio a final, así como ese añadido de que dejar atrás a un aliado era una carga difícil o imposible de llevar sobre los hombros.
En la escuela no habían coincidido demasiado, pero a cada minuto que pasaba con él, mas agradable lo encontraba. Quizás éste era el principio de una amistad algo mas afianzada, algo mas que un simple conocido, como siempre había sido hasta ahora.
"Éste tío es genial... no sé como no congeniamos antes."
Sin nada mas que poder añadir, el rubio afirmó con un simple movimiento de cabeza. Afirmó con rotunda energía el comentario de su aliado, no podía estar mas de acuerdo con él.
— Tienes toda la razón del mundo. —
Mas tarde, la conversación fue tirando hacia algo divertido. Yoshi comentó que sería gracioso ver a cien genins de Kusa en la capital del país de la tierra. Que incluso creerían que iban a derrocar al señor feudal, conquistar la urbe, o a saber qué podían pensar. La situación no sería para menos, sería algo más que disparatado. El Yotsuki ni se lo podía imaginar... le entró una risa tonta, más aún cuando hasta Yoshi empezó a reír. Fue entonces que el rubio estalló. Su risa desbordó, terminando por convertirse en una incontrolable carcajada.
— JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA! Dios! Imagínate! JAJAJAJAJAJA! Cien genins en la capital.... y ellos... JAJAJAJAJ. POR DIOS! QUE BUENO! JAJAJAJAAJAJA! — Intentó de concluir siquiera la frase, evidentemente sin éxito.
Tras una larga carcajada, el chico consiguió calmarla, y se secó las lágrimas que ya asomaban por los bordes de los ojos.
Yoshimitsu hizo una pequeña gran proposición tras las risas. Tenía sentido, y era algo que beneficiaba a ambos. Podían formar un equipo, y así compartir misiones, así como un futuro que a sendos genin esperaba. Congeniaban bien, y tenían unos pensamientos realmente similares. No era para nada una idea disparatada. Lo único que faltaba era un tercer miembro.
— Ummm.... pues no, la verdad es que llevo una temporada casi de ermitaño. Me llevo bien con muchos, pero tampoco es cosa de amistad siquiera... Por otro lado, sí que sería interesante formar equipo contigo. Como bien dices, tenemos pensamientos muy parecidos. Creo que ese barco iría hacia buen puerto, aunque también dependerá bastante del tercer miembro... —
Finalmente, sendos shinobis llegaron a la misma conclusión. Los dangos de ese local eran realmente buenos. Un pequeño sorbo de té, le dio el toque perfecto al manjar.
-Bueno, pienso que todo el mundo deber tener al menos una oportunidad para redimirse. Y si no desea hacerlo, pues se deben llevar a cabo otras medidas, eso creo. Zuka pensaba que aquel que nace para ser malvado, siempre lo será, pero en el fondo yo deseaba pensar, que todos podían cambiar. Pero mi razonamiento era para ambos sentidos, si no, no tendría sentido alguno.
Definitivamente, compartía muchos de mis razonamientos. Estaba claro que era de fiar, nos podríamos apoyar el uno al otro para proyectar nuestras carreras como shinobi, para llegar a ser lo que quisiera que nos propusiéramos y mucho más. Sonreí cuando me dio la razón, aunque desde mi punta de vista, como lo dije, le había dejado pocas opciones para pensar lo contrario. Solo esperaba que a la hora de verdad, las palabras concordaran con los hechos, puesto que aún eramos jóvenes y nos quedaba mucho camino por recorrer.
-¿De verás?, Gracias Zuka. De repente hice un pequeño inciso, abrí mi portaobjetos e introduje mi mano en su interior. Tomé un poco de arcilla que saqué y comencé a manosearla con la mano sobre la mesa. Algo que no podía evitar hacer de vez en cuando, era algo que me hacía sentir cómodo y me relajaba.
Le resultó muy gracioso a la broma de los cien genins en Notsuba, se rió tan fuerte que la gente de las demás mesas no pudieron evitar lanzarnos una mirada furtiva para tratar de averiguar que era aquello tan gracioso. Pero algo me dijo que no entenderían la broma, o quizás si ¿Quién sabe?. La risa de Zuka me resultó contagiosa, no esperaba que reaccionara de aquella manera, me pilló desprevenido dando un sorbo a mi té que estuve a punto de escupir, porque estuvo a punto de contagiarme su potente carcajada pero, conseguí resistir, pero no impidió que me cayera un reguero de té por la comisura de mis labios.
-Dios, que bestia eres riendo jaja. Dije sonriente mientras me limpiaba el té de la cara.
Y tras mi propuesta, parecía que a Zukamane le resultó buena idea pero, no tenía ni idea de quién podría ser el tercer integrante de nuestro equipo. Es cierto que en nuestra promoción nos graduamos muchos, pero no todos nos conocíamos lo suficiente como para ir pidiéndoles que se unieran a nosotros, además, por mi parte sería muy exigente con el tercer miembro de nuestro selecto y reciente equipo.
-Bueno entonces, tendremos que hacer una pequeña selección. Podríamos espiar a nuestros compañeros o algo así jajaja. Dije entre risas. -Era broma jeje.
Zukamane escuchó cómo Yoshi entendía quizás algo mal el propósito de sus anteriores palabras. No lo había entendido mal del todo, pero si que lo había derivado demasiado quizás. Él no se refería a tomar a miembros de Kusa y discriminarlos sin derecho a una segunda oportunidad. No del todo al menos.
— Bueno... me refiero a quienes no tienen remedio. Quien nace con malas intenciones, muere con malas intenciones. Simplemente eso. No es ser rudo y no dar una segunda oportunidad... todo el mundo tiene derecho a una segunda oportunidad. Pero si faltas en una segunda, e incluso una tercera oportunidad... macho. Aprieta los dientes, y que ese bastardo salga de nuestra aldea. No necesitamos a gente para hacer bulto. —
La conversación transcurrió mas tarde acerca del auxiliar a un compañero. Zuka le dio la razón a Yoshimitsu, y éste se lo agradeció. Realmente encajaban bien. Si formaban un equipo, sin duda iría de cabeza al estrellato. No había forma de que el grupo fuese malo con ambos shinobis. Fuere como fuere el tercero, con tan solo esos dos ya iban a destacar. E incluso se podía deducir que sus habilidades se compenetraban, pues el Yotsuki se especializaba en cortas y medias distancias, mientras que su compañero en largas. El futuro diría.
Tras ello, sus carcajadas atrajeron las miradas de cientos. No era para menos, su risa había sido tan basta como un bocadillo de gambas. Le había faltado tan solo aporrear la mesa mientras apoyaba la cabeza en su otro brazo. De hecho, casi lo hace... pero se había dignado a contenerse un poco.
El pelirrojo hizo muestra de lo conocido, le dijo que era un bestia riéndose... pero hasta él se había sumido en esa absurda carcajada. Se había contagiado por la dantesca carcajada del rubio. No era de extrañar... cuando uno ríe de verdad, tiende a ser contagiosa.
— Ufff.... lo siento.... jajajajaja.... — Se disculpó quitándose de los ojos las lágrimas. — Dios... es que me ha venido la imagen mental de cien genins en la puerta de la mansión del señor feudal... y todos diciendo a la vez "Hola, venimos a invadir"... jajajaja... la hostia jajajaja. —
Dicho eso, el chico se quedó mas pancho que ancho. No tardaron en continuar la charla, saltando al tema de ese tercer miembro que necesitaban. Era cierto, debían encontrar al tercer mosquetero. Aunque la idea de Yoshi era algo disparatada, una bombilla se encendió al escuchar su broma. Se llevó la mano al mentón, y tras unos segundos tomó un sorbo de té. Dejó reposar la taza de nuevo, y se aclaró un poco la voz.
— Tu broma me ha dado una idea... — Comenzó a entrabar. — ¿Por qué no ponemos carteles en la academia? Podríamos hacer una búsqueda del tercer miembro del equipo. No es algo tan disparatado. Cuando alguien nos contacte, simplemente le ponemos una prueba. No tiene porqué ser un combate, simplemente pondremos a prueba su forma de ser, su determinación. No estaríamos haciendo nada malo. —
Dicho ésto, estiró el brazo para pillar un dango, al cuál daría un bocado.
-Hmmm. Pensaba ante las palabras de Zuka, mientras me frotaba la barbilla. -Tema difícil eso de expulsar de la aldea, sería un riesgo de que después el exiliado filtrara información...¿No crees?. Quedó más que claro que en ese aspecto Zukamane era más benevolente que Yoshimitsu, para mi ese tipo de especímenes merecían un castigo ejemplar, un castigo que desembocaba en mucho dolor físico. -El tema que comentas sería un caso muy extremo, porque una persona que le dice un superior que lo que está haciendo está mal, y sigue haciéndolo...Pues desde mi punto de vista merece un castigo ejemplar, para que sirva de ejemplo, y evitar así que nadie haga lo que le venga en gana. Vivimos en jerarquía y hay que cumplir las ordenes para que haya una buena convivencia. Expulsarlo no sería una opción por el riesgo de que ese individuo aflojara la lengua para vengarse. Yo en ese aspecto soy más severo que tú. Afirmé convencido. -Me pone de muy mala leche gente así, que hace lo que le viene en gana por pura cabezonería, poniendo en riesgo a compañeros o incluso la misma aldea.
La cosa fue que las risas y bromas fueron útiles para concebir una idea factible para localizar un tercer miembro para nuestro grupo. -¿Carteles dices? Quedé sorprendido, no sabía si daría resultado, me imaginé que la gente se lo tomaría a cachondeo o algo por el estilo, a veces el orgullo de la gente dejaba mucho que desear. -Bueno, podríamos probar...si no intentamos nada seguro que no aparecerá nadie, eso seguro. Después de aquello apuré mi té.
-Bien entonces, haremos unos carteles entonces, y de mientras por si nos planteamos viajar al país de la Tierra...quería preguntarte, ¿Hacemos alguna misión o algo? Lo digo porque con un poco de dinero extra, los viajes se hacen más llevaderos, ya sabes.
Yoshi realmente sabía de qué hablaba. Su lógica no le dejaba pensar en dejar escapar a un exiliado, pues obviamente se vengaría, tarde o temprano. No era de extrañar, dejarlo libre así como así era una auténtica locura, pero el rubio no había dado a relucir toda su intención. Tras haber escuchado a su compañero explicando su manera de ver esa acción, el Yotsuki afirmó un par de veces con la cabeza.
— Tienes toda la razón, dejar suelto a un individuo de esa calaña es un auténtica locura. — Comenzó a entretejer. — Pero no estoy hablando de dejarlo libre así como así. En la aldea sería un peligro, fuera lo sería aún mas, y matarlo... lo veo excesivo. Hay un termino medio entre esas 3 opciones. La cuestión sería afectarlo con alguna técnica mental, tipo genjutsu de alto rango. Se le haría olvidar todo lo relacionado con el ninjutsu, así como a todo quien le pueda decir sobre éste mundo. Entonces, y solo entonces, se le libera. Obviamente, se le deja bien lejos de la aldea, y sin conocimiento de dónde se encuentra. Éste tipo, quedaría en un exilio perfecto, no saldría herido, y nadie se vería implicado. ¿No crees? —
Dicho ésto, el rumbo de la conversación continuó hacia lo del aspirante. Su compañero no estaba del todo convencido, incluso pensaba de que podrían ser víctimas de mofa o burla... pero solo hay una gran verdad en éste tema. Quien no arriesga, no gana. Hasta Yoshi se dio cuenta, y terminó por aceptar el invento.
— Si, exactamente... si no se arriesga, no se gana. —
Y hablando del tema del viaje... la cosa fue dirigiéndose a un sentido un tanto divertido. Le estaba proponiendo hacer una misión conjunta, entre una cosa y otra, era una opción mas que agradable. Además, como bien decía Yoshi, esos ingresos extra podían ser muy beneficiosos para un viaje de esa índole. El chico de cabellera rubia apenas pudo contener su entusiasmo, tomó el último dango que tenía en el plato, y lo alzó cual espada, agarrado del pincho.
SIIIIII! Eso suena genial! — Vociferó a los cuatro vientos.
Inconscientemente, volvió a acaparar las miradas de todo el establecimiento. Dandose cuenta de ésto, el chico se retrajo un poco, y le pegó un bocado a los dangos. Algo mas calmado, mostró una sonrisa y un poco sonrojado el rostro.
— Bueno... se me ha ido un poco de las manos.... jejejeje.... —
"Joooder"
Pensé ante la respuesta de Zukamane, la opción intermedia era más retorcida a mi entender que la misma muerte. Conforme expuso su idea mis ojos se abrieron como platos, flipando en colores me hallaba. -Ostias Zuka, yo para eso, preferiría morir sin duda... No se, ¿Te refieres dejar al sujeto en estado vegetal o algo así? que chungo.
-Aunque hablamos de casos extremos, en plan alta traición y cosas de ese calibre. Creo recordar que delitos así se pagan con la vida. Aunque me gustaría conocer a un shinobi que pudiera hacer eso que dices, tiene que ser impresionante de poderoso.
"Es más misericordioso morir, seguro"
Dejando el tema por zanjado, puesto que a nosotros nos llevaría muchos años a alcanzar la responsabilidad para ajusticiar a nadie, quedó sobre la mesa como mejor idea, poner carteles para buscar a alguien que estuviera interesado en formar parte de nuestro grupo.
-Bien entonces, esta tarde haré algún boceto de cartel, a ver que sale.
Seguía dando pequeños sorbos a mi delicioso té, con ese sabor amargo que tanto me agradaba, ese que te ponía la piel de gallina. Cuando de repente, la idea que le planteé a mi compi de llevar a cabo una misión le pareció fabulosa, tanto fue que gritó con tanta euforia que me provocó un sobresalto, haciendo que emitiera un movimiento brusco a causa del susto, y eso ocasionó que el té saliera endemoniado de la taza y fuera a parar a mi cara.
-Zuka!, me vas a matar de un infarto! que loco estás jaja. Me reí cuando reconoció que se le iba un poco de las manos su entusiasmo. -Un poco dice el tío.
Dejé la taza en la mesa, me limpié con una servilleta. Después saqué mi monedero y dejé sobre la mesa dinero suficiente para pagar lo que pedimos. -Bueno, ¿vamos al edificio del Honorable Morikage para pedir una misión ya?
Al escuchar la respuesta de Yoshi, se dio cuenta inmediatamente del hecho. Su compañero había entendido mal su razonamiento. Terminó de escucharlo pese a ello, era interesante su punto de vista. Pero cuando éste terminó, no se demoró un solo segundo en arreglar el malentendido.
— No, Yoshi... no me he explicado bien quizás. No me refiero a dejar a una persona en estado vegetativo. Me refiero a dejar a una persona como un civil mas. Ofrecerle un trabajo fuera, haciéndole olvidar todo lo que sabe del ninjutsu. Éste individuo tendría una vida normal, pero fuera de nuestro mundo. Sería como empezar de nuevo, una nueva oportunidad donde no estropee lo que tenemos aquí. ¿Me entiendes? — Argumentó el rubio. — Y si... alguien capaz de hacer eso debe de ser realmente poderoso... casi temible. —
Aclarado el asunto, Yoshimitsu se ofreció a hacer él aquel cartel de búsqueda de compañero. La idea no era mala, pues al Yotsuki esas cosas tampoco se le daban del todo bien. Había tenido la idea, eso ya era bastante... aunque ayudaría a Yoshi en todo lo posible. Alzó su pulgar en modo de respuesta, evidentemente afirmativa.
Tras las risas, y las evidentes miradas, hasta hizo que a su compañero se le escapase un trago de té. El chico realmente se había pasado, y su compañero bromeó con que le iba a hacer tener un infarto o algo parecido. Por suerte, no se lo tomó a mal... hasta él se había terminado riendo. Era una suerte llevarse así de bien con él.
Cuando todo parecía mas calmado, y sus dangos habían desaparecido, su compañero propuso algo realmente inesperado. Propuso que podían ir ya al edificio del Morikage en busca de esa misión. Ésto llamó bastante la atención del rubio. ¿Ya? ¿Estaba preparado para afrontar su primera misión? Bueno, al menos tenía como apoyo a Yoshi, eso ya era bastante. Tomó sus últimos sorbos de té de una tajada, y dejó la taza sobre la mesa. Tras limpiarse la boca, alzó de nuevo su pulgar.
— Me parece bien. Estoy preparado! —
Evidentemente, aún les quedaba pagar, y un pequeño trayecto de ida. El resto, solo el tiempo diría...
Zuka intentó aclarar cómo ajusticiaría aquellos shinobis que no tenían remedio, sonaba muy complicado, con lo fácil que era la sentencia de muerte y punto. Y para mi entender mucho más misericordioso que cambiar la identidad a una persona en contra de su voluntad, violar su mente y esas cosas me daban mucho reparo.
-Yo preferiría morir...sin duda. Ya lo sabes, si algún día me descarrío, prefiero que me mates antes de que me hagan eso. ¿Vale? Dije con tono bromista, pero en realidad, era la verdad.
Habiendo comido y bebido todo lo que nos sirvieron, y habiendo pagado, ya no había nada que nos retuviera en aquel lugar. Zuka estaba listo para ir al edificio del Morikage y en yo en parte también lo estaba. Pero antes quería ir a casa a por unas cosas y avisar a mi familia de que quizás estaría ocupado más de lo habitual.
-Muy bien pues, antes voy a ir a casa para avisar de que no me esperen. Y después iré para allá, si quieres quedamos dentro un rato allí. No creo que tarde mucho más de treinta minutos. Afirmé
"Si aviso en casa de que estaré ocupado, me quedaré más tranquilo"
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