26/07/2015, 14:43
— ¿Y bien, que te parece?
— No esta mal, pero...¿No crees que sería más bonito si estuviesen en flor?
Los hermanos Eikyu se encontraban paseando tranquilamente por el jardín de los cerezos. Su hermana había estado especialmente amable con él hoy. Pero bueno, era lógico, después de todo, hoy era su cumpleaños.
— No es mi culpa que tu cumpleaños sea justamente en invierno — protestó, ofendida por su comentario — Además, no conozco algún sitio mejor para llevarte en la villa...
Juro la miró durante unos segundos. Por primera vez, sintió culpabilidad por haberse puesto así. Por una vez, parecía querer actuar de hermana mayor.
— Tienes razón, siento haberme puesto así... — comentó, mirando los cerezos, deteriorados por el invierno — ya sabes que no me gusta este día...
Su hermana guardó silencio, y le miró con lastima. Era obvio que a ella tampoco. Más que el aniversario de su nacimiento, para él era el aniversario de la muerte de su madre. A veces pensaba en ella, miraba fotografías de como fue, o incluso recordaba lo poco que había sacado de su padre o su hermana....
— Creo...que voy a dar un paseo —su voz casi fue su susurro, por temor a que se quebrase por los sentimientos de tristeza que invadían su mente. Empezó a caminar y a caminar, alejándose de su hermana...
El joven marionetista caminó sin detenerse. Poco a poco, dejó atras los cerezos que daban nombre al lugar, y siguió por otra ruta, sin llegar a salir. Cuando se dio cuenta, los cerezos se veían a lo lejos, y próximo a él, parecía haber una especie de ruta, con varios templos a su alrededor. Estos tenían la forma de distintos animales, ciervos, leones...Incluso uno que parecía tener la forma de una araña.
"Es raro que aquí convivan tantas cosas" — pensó, intentando despejarse, sin éxito aparente.
Respiró profundamente, y intento serenarse. Había estado al borde de las lagrimas, pero ahora estaba medianamente bien, al menos de momento. Pensó en volver, pero no tenia fuerzas ni le apetecía volver a confrontar a su hermana, y explicar porque había salido corriendo.
Como tampoco podía quedarse quieto en medio de la calle, decidió que era mejor seguir, le llevase a donde le llevase. Aún algo decaido, decidió ponerse en marcha, y caminar hasta los templos...
— No esta mal, pero...¿No crees que sería más bonito si estuviesen en flor?
Los hermanos Eikyu se encontraban paseando tranquilamente por el jardín de los cerezos. Su hermana había estado especialmente amable con él hoy. Pero bueno, era lógico, después de todo, hoy era su cumpleaños.
— No es mi culpa que tu cumpleaños sea justamente en invierno — protestó, ofendida por su comentario — Además, no conozco algún sitio mejor para llevarte en la villa...
Juro la miró durante unos segundos. Por primera vez, sintió culpabilidad por haberse puesto así. Por una vez, parecía querer actuar de hermana mayor.
— Tienes razón, siento haberme puesto así... — comentó, mirando los cerezos, deteriorados por el invierno — ya sabes que no me gusta este día...
Su hermana guardó silencio, y le miró con lastima. Era obvio que a ella tampoco. Más que el aniversario de su nacimiento, para él era el aniversario de la muerte de su madre. A veces pensaba en ella, miraba fotografías de como fue, o incluso recordaba lo poco que había sacado de su padre o su hermana....
— Creo...que voy a dar un paseo —su voz casi fue su susurro, por temor a que se quebrase por los sentimientos de tristeza que invadían su mente. Empezó a caminar y a caminar, alejándose de su hermana...
El joven marionetista caminó sin detenerse. Poco a poco, dejó atras los cerezos que daban nombre al lugar, y siguió por otra ruta, sin llegar a salir. Cuando se dio cuenta, los cerezos se veían a lo lejos, y próximo a él, parecía haber una especie de ruta, con varios templos a su alrededor. Estos tenían la forma de distintos animales, ciervos, leones...Incluso uno que parecía tener la forma de una araña.
"Es raro que aquí convivan tantas cosas" — pensó, intentando despejarse, sin éxito aparente.
Respiró profundamente, y intento serenarse. Había estado al borde de las lagrimas, pero ahora estaba medianamente bien, al menos de momento. Pensó en volver, pero no tenia fuerzas ni le apetecía volver a confrontar a su hermana, y explicar porque había salido corriendo.
Como tampoco podía quedarse quieto en medio de la calle, decidió que era mejor seguir, le llevase a donde le llevase. Aún algo decaido, decidió ponerse en marcha, y caminar hasta los templos...
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60