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Ryoori esperaba con impaciencia, pensando con suma delicadeza cómo iba a ordenar aquel día la cocina, era cierto que contaba con un par de manos extras, pero era un par de manos de seguro inexpertas, por lo que tendría que encargarle un trabajo que no fuera demasiado complicado pero que aún así les diese ese oxígeno que necesitaban para llegar a sacar todas las comandas que le llegaran.
—Ya estoy listo
El castaño calvó sus ojos en los de Kuranosuke, dejando ver aquella impaciencia que tenía.
— Genial, mira, yo soy Ryoori y soy el jefe de cocina, soy el encargado de organizar todo por aquí, luego hay varias subsecciones; cortado, salsas, carnes y pescados. Para empezar trabajarás en la sección de cortado, dado que eres shinobi imagino que te manejarás bien con los cuchillos y demás, ¿cierto? — Preguntó esperando una respuesta afirmativa.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»
El llamado Ryoori le otorgó una breve explicación sobre el funcionamiento de la cocina. Para sorpresa de Kuranosuke, todo estaba más organizado de lo que habría deducido en primera instancia. Para todavía mayor fascinación del joven, su supervisor quería que comenzara trabajando en la sección de cortado.
El muchacho esbozó una sonrisa confiada.
—En primer lugar, mi nombre es Sakamoto Kuranosuke, un placer —expresó en pos de mantener su educación intacta— Y sí, podría decirse que se me da bien el arte de cortar.
«Si eso es todo lo que desean de mí, esta misión me resultará más sencilla de lo que esperaba. Aunque me ha indicado que empezaré por esa sección, lo cual significa que es posible que me cambien a otra eventualmente. Debo mantenerme alerta.».
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El hombre respiró algo aliviado ante la respuesta del chico, que aseguraba que se le daba bien el cortar, tal y como había supuesto, por lo que había sido una buena idea mandarle de inicio a la sección de cortado, allí podría agilizar lo que, en definitiva, era la primera parte de todo el engranaje de la cocina, por lo que era lo que tenía que salir con más velocidad y la ayuda extra que les proporcionaba Kuranosuke de un inicio era vital.
— Perfecto, pues tu zona es aquella, ve para allá y ve preparando todo lo que te digan. — El hombre señaló con su índice el lugar en el que el genin tendría que colocarse.
La cocina estaba muy bien estructurada, taal y como Ryoori había explicado, el proceso del cocinado estaba dividido en cuatro secciones y, para mayor organización, la cocina en sí estaba también organizada en cuatro partes, cuatro islas en las que podían encontrar todo lo necesario para el cocinado: tablas de cortar, cuchillos, ollas, fuegos, refrigeradores y hornos propios, todo organizado en sus correspondientes cajones.
— Ryoori-san, los comensales están empezando a llegar. — La camarera que había llevado allí a Kuranosuke entró para avisar a todo el mundo.
El hombre asintió, y su rostro cambió completamente, un gesto duro y serio se hizo dueño de él.
— ¡Vale muchachos! ¡Tenemos que sacarlo todo a tiempo, así que no quiero ver a nadie vagueando! ¡Sección de corte, empezar a prepararlo todo, lo quiero listo para cuando lleguen las primeras comandas!
En la mesa en la que se encontraba Kuranosuke había además otras tres personas más, todas mayores en edad y en altura que el genin.
— Bien muchachos, os quiero a todos concentrados. ¡Hebi empieza cortando el pescado en los tamaños habituales! ¡Kiba, las verduras! ¡Y tú, el nuevo, quiero que cortes todas esas tiras de carne en trozos de 3 centímetros de grosor! ¿Oído? — Aquel parecía ser el jefe de la sección, y, a pesar de parecer algo duro, aquella había sido su forma de presentarle a Kuranosuke al resto de integrantes de la mesa.
El genin entonces miraría a su izquierda, donde encontraría varias bandejas de plástico repletas hasta los topes de tiras de carne cruda, que tendría que cortar como le habían indicado y colocarlas en bandejas nuevas que se llevarían los de la sección de carnes.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»
La línea de producción del restaurante era una máquina eficiente y bien engrasada. No obstante, el muchacho no dispondría de tiempo para detenerse y observar sus fascinantes intrínsecos. Ryoori le indicó su puesto y el genin, ni corto ni perezoso, se colocó donde le correspondía.
Llegaba el momento de la verdad. La camarera que lo había atendido en la entrada irrumpió en escena y avisó a todos los presentes de que el restorán iba a abrir en breves. Kuranosuke crujió sus nudillos.
Ahora respondía al jefe de la sección de cortado. Sin preocuparse por la identidad del tuerto les dió ordenes a todos sus subordinados, el referido inclusive. Este asintió de manera enérgica.
Tomó uno de los cuchillos de cocina, hojas temiblemente afiladas a pesar de que eran fabricadas para tareas domésticas y no la guerra. Acto seguido agarró una de las múltiples ristras de carne que le esperaban y la depositó frente a sí, en la tabla de madera.
«Tres centímetros de grosor, está bien.», echando mano de su entrenamiento samurái, el genin comenzó a cortar en tacos del tamaño que se le había ordenado. Agarró el penacho con la mano izquierda y la derecha llevó a cabo mociones mecánicas, tajando una y otra vez. Era distinto al uso de una espada pero, al fin y al cabo no dejaba de ser cortar...
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Todos en la sección de cortado iniciaron sus tareas de forma enérgica y eficiente, bajo la atenta mirada de Ryoori, que inspeccionaba todo al milímetro, tratando que todo saliera en el mejor estado posible y, una vez se aseguró de que todo iba marchando como debía, se dirigió al resto de secciones, dando una serie de órdenes y pautas claras y concisas que el genin no pudo llegar a entender, y rápidamente el bullicio comenzó.
Kuranosuke cortaba carne, depositándola en las bandejas que le habían ordenado y éstas iban desapareciendo en cuanto se llenaban, siendo sustituidas por otras nuevas y, por más rápido que cortara parecía que el trabajo se le amontonaba, no parecía tener fin.
— Kuranosuke-kun, lo más importante en este trabajo es saber mantener la calma y la concentración, que todo este ir y venir no te descentre, ¿entendido?
Por el momento todo parecía estar coordinado y todo estaba yendo a tiempo, todo bajo la atenta mirada y la sonrisa de satisfacción del jefe de cocina, que iba de un lado a otro ayudando donde se le necesitaba.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»
Todos los presentes en la sala se enfrascaron en sus respectivas tareas. El genin no fue menos, cortando tira tras tira de carne como nunca había hecho. Se preguntó si una batalla campal resultaría similar a aquella situación: teniendo que derribar enemigo tras enemigo pero nunca parecía que se agotaran.
Su revisor le echó un vistazo al trabajo del ninja, a lo que le dedicó unas palabras sobre la calma y la concentración. Kuranosuke asintió, perfectamente consciente de lo que se refería.
—No se preocupe, mantener la calma es algo que se me da bien —expresó, neutral.
Sin perder un solo segundo continuó tajando más y más carne. Esperaba que la paga de los trabajadores del restaurante fuera buena, puesto que realizar a diario un trabajo así debía de ser, como poco, agotador.
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