El rastro de la Konoha perdida

[Eikyuu Juro]

— Con esto bastara... — murmuró Juro, mientras colocaba una pequeña nota en el frigorífico, lo suficiente grande como para que se pudiese ver.

En ella, había escrito una excusa de su ausencia, aunque esperaba no tener que necesitarla. Su hermana había partido un día atrás, en una misión en la aldea. Y aunque se sentía mal por irse a escondidas, era la única manera de que le dejase. Juro llevaba días queriendo ir al lugar donde antes había estado la villa oculta de la hoja, desde que su hermana le había contado que algunos de sus descendientes habían habitado ahí.

Pero claro, antes era un chiquillo inexperto. Ahora se había graduado como genin de Uzushiogakure. Era el momento perfecto.

Recogió su mochila. En ella había provisiones, y un mapa. El viaje no debería durar mucho. No estaba demasiado lejos de la la aldea, pero le gustaba prevenir cualquier situación, y teniendo en cuenta su mala orientación, no le vendría mal. Una vez listo, echó un último vistazo a la nota en su nevera, y rezó para estar antes de que Katsue volviese. Cogió su preciado látigo también, y su equipación, solo por si acaso. Salió por la puerta.

Paseó por las calles de la villa, con el objetivo de llegar a la salida. Había bastante gente, más aún cuando llego al centro de la villa. Desde ahí se podía ir a cualquier sitio, incluido su objetivo.

Juro quería creer que desde que se había vuelto ninja, las miradas habían cesado. A pesar de ello, aun notaba alguna de vez en cuando, o algún susurro. Tenía la impresión de que no querría oír lo que decían sobre él.

Pero antes de pasar por el centro, vio algo que le detuvo. O más bien, a alguien. Juraría ver a Sasagani Yota pasando por ahí. Juro no había hecho demasiados amigos por su condición, pero se las había arreglado para conocer a un circulo reducido. Y Yota era un de ellos.

"Me pregunto que habrá oído de mi..." — pensó, con amargura, consciente de su mala reputación.

A pesar de ello, quiso saludarle.

— ¡YOTA! — estaba un poco lejos, así que alzó la voz para que le escuchase. Con su piel pálida y el látigo enrollado en su cintura, era inconfundible, pero lo hizo solo por si acaso.

Provocó que la gente se fijase en él, pero le dio igual. Solo les daba una excusa para fijarse otra vez en él, más descaradamente. Empezó a caminar, tratando de llegar hasta él.

[Sasagani Yota]

Primavera. Hacia 14 de ellas que había nacido y siempre era la época del año más bonita, cuando la aldea se cubría del color rosado de los cerezos y sus aromas cubrían en su totalidad las calles del lugar.

Por todo ello, era la época del año en la que más me gustaba pasear, inmiscuirme entre la gente, ver lo que hacían y sentir el soplo de la brisa sobre mis mejillas. Me encontraba aquel preciso día en el centro, donde el bullicio era mayor, parado en la calle esperando a que mi madre saliese de aquel local. La acompañé de buena gana pero deseaba que alguien llamase mi atención para largarme de allí. Hasta que pude sentir aquel grito.

Caprichos del destino.

Me di la vuelta, algo sorprendido y a escasos metros de mí estaba un muchacho que conocía bastante bien, algo reservado y con su látigo atado en la cintura. quién sabe qué clase de macabras torturas habría hecho con semejante utensilio del demonio. Sonreí y alcé mi mano, saludándole.

-¡Hey, Jurete!- contesté, agradecido de aquel inesperado momento. -Por lo visto lo lograste ¡Enhorabuena!-

Claro, me había fijado en su bandana, era nuestro primer encuentro desde la graduación.

[Eikyuu Juro]

No tardó mucho en acercarse a Yota. Este lo recibió con un saludo y una sonrisa, que fue mutua. Supuso que estaría caminando un rato, o haciendo algun tipo de recado. No le había visto desde la gruduación, pero no había dudado en que seguramente conseguiría su bandana.

Y allí estaba, en su frente, al igual que la suya.

— ¡Hola! — repitio, devolviendole el saludo.— Oh, gracias. Pero no seas modesto. ¡Enhorabuena a ti también!

Señalo la bandana que llevaba en la frente, aun sonriendo, mientras le felicitaba con alegría.

Dudó en hacerle la suposición que pretendía, o simplemente pasar de largo. Es cierto que se había llevado muy bien con él, pero tampoco había llegado a mucho más de las clases y la academia. Al final, decidió seguir hablando con el, al menos un rato.

— ¿Como estas? ¿Has venido a dar un paseo? — trató de sonar cortes, y trató de olvidar su timidez normal. No era un desconocido. Era Yota.

Palpó inconscientemente su bufanda amarillenta. Quizá fuese extraña llevarla, pero le hacia sentir mejor, además de que ocultaba lo que no quería mostrar. Por el movimiento, agitó levemente la gran mochila verdosa que llevaba, provocando que las cosas que llevaba se agitaran levemente. No le pesaba, al menos no mucho.

[Sasagani Yota]

-Bueno, no fue muy difícil, la verdad.-

Solté una pequeña risilla mientras acariciaba mi nuca con mi mano zurda.

*En realidad fue coser y cantar. Una prueba de niños, vaya*

-¿Quién no sabría hacer un simple Bunshin? Espera.. ¿Sabes hacerlo, cierto?-

De pronto tuve la sensación de estar metiéndome de lleno en la boca del lobo. Tan solo esperaba que su respuesta fuese afirmativa para poder sentir alivio o confirmar mi metedura de pata. Aquellos nervios se trasladaron a mis dedos que ya revoloteaban por mi trenza, haciendo pequeños rebujitos. Por suerte el chico siguió hablando.

-Más o menos. Pasear por aquí en primavera es genial- apunté mi nariz con mi dedo índice derecho -¿Sientes el olor de los cerezos? Me encanta...-

Realmente lo era, si una cerraba los ojos sería capaz de ser teletransportado a un mundo imaginario de lo más placentero.

-¿Y qué hay de ti? ¿No arrastrarás esa mochila porque si, cierto?- Pregunté

[Eikyuu Juro]

Despues de todo, la modestia no parecia estar entre las cualidades de Yota. Asintio, indicando que habia sido bastante facil, incluso siguió, hablando sobre lo facil que era hacer un bunshin.

Juro se vio tentado de darle la razon, pero antes de esto, Yota le pregunto acerca de si sabia haceros. Pudo notar algo de nervios en el chico, mientras este empezaba a tocarse la trenza. No era algo nuevo, a veces lo habia visto hacerlo en clase delante de todos. Que indecente.

—Claro — asintió, conteniendo una sonrisa.

Tampoco le aclaro demasiado bien el motivo de estar por ahi, pero si le confeso que le gustaba mucho la primavera y el olor de los cerezos.

A Juro no le gustaba excesivamente, pero tampoco lo detestaba. No quiso disgustar a su acompañante, asi que trato de darle la razon. Antes, tambien pregunto acerca de su mochila.

— Si, la primavera embellece mucho la villa — eso al menos no era mentira, lo creia asi...— No, lo cierto es que planeaba hacer una pequeña expedicion.

Penso en seguir hablando, pero dudo. Quiza no le interesase. Espero para ver su reaccion.

[Sasagani Yota]

*Menos mal, empezaba a pensar que me había metido en la boca del lobo..*

Me relajé un poco, dejando mi trenza tranquila, dejándola caer por delante del hombro y recuperando aquella sonrisa natural. La mano diestra fue en busca del bolsillo en el cual reposaban mis caramelos. Los había de fresa, limón y naranja. No eran los únicos que me gustaban, claro que no, pero es que necesitaría un portaobjetos únicamente para todos los caramelos que me gustaban, un portaobjetos pero de los grandes, de esos que se atan a la cintura y son como las bolsas de dinero. en aquella ocasión sustraje uno de los de naranja y me lo llevé a la boca haciendo que el poder de aquel cítrico estimulase mi paladar.

-¿Una expedición dices? ¿Te refieres a una especie de misión?- Pregunté, ciertamente muerto de curiosidad

-¡Oh! ¿Quieres uno?-

Obviamente hacia referencia a los caramelos.

*Lo cierto es que si voy, mamá se va a cabrear.*

Pero me moría de ganas de irme de aventuras con Jurete

[Eikyuu Juro]

Yota pareció recuperar la compostura en cuanto Juro aclaro la situacion. Como otras veces, supuso que lo de la trenza era algun tipo de mania que tendría. No quiso indagar en el tema.

Entonces, sacó de su mochila varios caramelos, de los que cogio uno y se lo llevo a la boca, mientras le preguntaba acerca de su expedición.

Fue a contestar, pero no tuvo tiempo. Yota le tendió la mano, ofreciendole un caramelo. Juro no supo que hacer ante la ofrenda. No quiso ofenderle, asi que opto por coger uno.

Gracias — exclamo, mientras lo cogia. Se lo llevo a la boca, sonriendo. Un caramelo de limon, que no estaba mal — Veras, pensaba visitar el lugar donde antaño estuvo la vila de la hoja.

Dudo durante unos momentos en hacer lo que habia planeado desde que se habia cruzado con el. Finalmente, se decidio.

— Es mas bien como un reto personal. — aclaro, al escuchar su simil con la mision — Te gustaria venir?

Se mantuvo estatico, sin desviar la mirada a su acompañante, esperando una respuesta. Quiza fuese muy repentino, pero...Habia que intentarlo.

[Sasagani Yota]

-Konoha...- Musité a medida de que el gennin se iba a explicando.

Sin lugar a dudas que sería un lugar la mar de curioso de visitar. En la academia nos hablaron de aquella aldea, incluso de las otra 4 que conformaban las 5 grandes naciones antes del incidente de los bijuu. fue antes de que Uzushiogakure, Kusagakure y Amegakure se alzasen como las emergentes naciones shinobi a tener en cuenta. Pero el muchacho tan solo pretendía ir allí por placer ¿O quizás era otro el motivo? Lo que está claro es que no se trataba de una misión cualquiera. Nadie le había ordenado ir hasta aquel lugar, fue él quién se lo propuso.

-Joder ¡Pues claro que me gustaría!- dije alzando mi brazo para acabar rodeando su cuello y con mi mano libre agitar sus cabellos con la palma de mi mano, moviéndola de lado a lado por encima de su cabecita -¡Sasagani Yota y Eikyu Jurete de aventuras por Konoha!-

Alcé ligeramente mi voz haciendo que algunos de los transeúntes más cercanos se girasen para ver de donde provenía aquel grito, pero volvieron a lo que les atañía al ver que solo se trataba de dos críos.

-Pero... Tienes que explicarme eso del reto personal. ¿Hay algo que quieras confesar antes de partir? Venga, puedes confiar en el tito Yota-

Mi mirada, amistosa y de complicidad se fijo en la del muchacho, librándo al muchacho de la atadura que instantes antes había hecho con mi brazo.

*¿Qué te traes entre manos, Jurete?*

[Eikyuu Juro]

Mientras se explicaba, pudo ver a un Yota pensativo. Esto le llamo la atencion, el Yota que conocía siempre habia sido tan impulsivo...

Pero solo duro unos segundos. Repentinamente, saltó velozmente hacia el, y puso una mano en su cuello, mientras agitaba su pelo.

"Si, esto me suena mas" — penso, divertido.

Algunas personas miraron en su direccion. Casi se asusto cuando grito su nombre, pero pasaron de ellos. Por una vez, no le importaron las miradad ajenas.

¡Si, genial! —exclamo, casi emocionado. Su alegria era contagiosa.

Pero antes de ultimar los detalles, Yota quiso saber mas acerca de su reto personal. Sus palabras le hicieron reflexionar.

"Puedes confiar..."

Sin quererlo, esas palabras evocaron a él recuerdos malos, que uno querría olvidar. Penso en su padre, hablandole, con aquella sonrisa de loco y el cuchillo, alguien en quien confiaba.

Repentinamente, un escalofrío recorrio su cuerpo, provocando que apartara la mirada. Traro de controlarse y volvio a mirarle, consciente de que sus actos no pasarian desapercibidos.

— No es nada grave, mi familia desciende de ahi, quiero ver lo que queda con mis propios ojos — su voz fue cogiendo fuerza, a pesar de su debilidad inicial. Se aferro con mas fuerza a la bufanda — Imagino que tendras que preparte.

Su tono fue dubitativo, y quiza el cambio de tema muy abrupto, pero no supo que hacer en esos momentos.

[Sasagani Yota]

No pudo haber una mejor respuesta que al felicidad del muchacho. Estaba todo decidido y pronto nos embarcaríamos en nuestra particular aventura para conocer la tierra de los ancestros de mi interlocutor.

Pero algo sucedió.

Algo provocó primero que apartase su mirada, incapaz de mantenerla y luego con aquella debilidad en su voz. Hasta un gilipollas se daría cuenta de que había sucedido algo pero... ¿El qué? No era el momento de preguntar, debíamos apurarnos para que mamá no me pillase y pudiésemos llevar a cabo aquello.

-¿Prepararme? ¿Para qué?- respondí dubitativo pero pronto caí en al cuenta -¡Ah, calla! ¿Te refieres a provisiones, cierto? Vale, vale... Iré a casa a ver que encuentro. ¿Quedamos en las puertas de la aldea?-

De nuevo volví a fregarme la nuca con la palma de mi mano zurda. A veces era demasiado despistado..

[Eikyuu Juro]

Yota pareció quedarse atontado al ver su reacción. Cuando le preguntó acerca de su preparación, él no entendió lo que decía. Segundos después su mente pareció iluminarse, y aseguró que pasaría por su casa, antes de preguntar el lugar donde se reunirían, sugiriendo el que ya tenía en mente.

Juro se preguntó durante un momento si sus padres se lo tomarían bien, pero alejó los pensamientos.

— Perfecto, allí nos vemos — asintió Juro, tratando de volver a sonreír. Yota no tenía la culpa de su problema — Iré dirigiéndome hacia ahí.

Con un gesto indicando que luego se verían, se volvió y se dirigió hacia el lugar acordado, consciente de que Yota estaría haciendo lo propio. No le importaba perder algo de tiempo, si iba a ganar un compañero de viaje.

"Espero que su casa no pille muy lejos..."

Silenciosamente, se dirigió hacia la puerta, y apoyó la espalda contra una de las paredes, tratando hacer la espera más amena. No sabía cuanto tardaría Yota, pero no quería esperar demasiado. A pesar de ello, no tenía otra opción.

[Sasagani Yota]

-Vale, no tardaré-

Me di media vuelta y agité mi mano por encima de la cabeza indicando un "hasta luego" para luego echarme a correr, emocionado, hasta mi casa. Pero había olvidado algo. Al salir de casa con mamá, olvidé coger las llaves y solos disponíamos de las que cogió ella. ¡Menuda cagada! Afortunadamente era un ninja y pronto recordé que aquel tipo de limites los podía gestionar con facilidad.

Simplemente debía escalar la apred aplicando una fina capa de chakra en mis pies.

así fue como llegué hasta mi habitación, colándome por la ventana. Fui a la despensa para ver qué podía coger. Por supuesto, no podía faltar un paquete de caramelos o lo iba a pasar mal. Rebuscando encontré algunas galletitas y comida preparada que siempre dejaba mamá por si tenía que partir de misión. La verdad es que estaba bastante mimado. Pero a veces iba genial. Lo puse todo en una mochila que me puse a cuestas y tomé también los pocos ahorros que tenía.

*Joder.. En cuanto vuelva tengo que ponerme a hacer misiones... Ya casi no queda nada*

¡Ah, si! También tomé las llaves de casa y esta vez salí por la puerta. Las iba a necesitar al volver. También necesitaría algo de suerte para que la bronca de mamá fuese lo más suave posible. Por que se iba a cabrear mucho.

Juro tuvo que esperar unos 15 minutos en total, más o menos, y pronto aparecí por la puerta de entrada y salida a la aldea.

-¡Hey! Ya podemos irnos. Espero que tengas un mapa o te sepas el camino..-

[Eikyuu Juro]

Afortundamente, su compañero no tardó, al menos, no demasiado. No tenía forma de controlar la hora, pero supuso que no había pasado más de media hora, seguramente menos.

Le saludó con un gesto, acompañado de sus palabras.

— Muy bien, pues adelante — exclamó, ya mejor. En ese tiempo había logrado calmarse y controlarse un poco.

Las palabras de Yota le recordaron algo. Hurgó en su mochila verdosa y sacó el mapa. ¿Como no se había acordado antes de revisar si estaba? Tuvo ganas de darse un golpe en la cabeza. Afortunadamente, se encontraba en un sitio. Casi da un suspiro de alivio, pero se contuvo.

Le echó un rapido vistazo. Estaba igual que siempre. La distancia no era excesiva, y seguramente podrían llegar, después de pasar un rato a pie claro.

Le tendió el mapa a su compañero.

— Echa un vistazo — comentó, mientras se lo tendía — No se me da muy bien la orientación, así que quizá deberías revisar tu también el camino que tomamos, solo por si acaso.

Si, alguien de su calibre no debería viajar en solitario, por lo que se alegró de tener acompañante. No le importaba perderse si iba solo, pero ahora que viajaba con alguien, tendría que ir con mayor cuidado.

Si su compañero no ponía ninguna traba más, ambos empezarían a caminar, pasando por la puerta de la aldea. Tomarían rumbo al este, en dirección hacia las masas boscosas que podían apreciar.

[Sasagani Yota]

Lo que no sabía Juro es que fuera de las murallas de la aldea yo también sufría horrores para orientarme. Sabía donde estaban los puntos cardinales y podía llegar a entender un mapa, pero traspasarlo a la realidad, me costaba horrores, tanto era así, que era del todo inútil que tratase de comprender el mapa que me acababa de tender para que lo interpretase y llegásemos a Konoha de una sola tirada.

Aún así, tome el pergamino y di un vistazo rápido.

-Bueno, por ahora hay que ir al este, ¿No? Ya habrá tiempo de mirar mapas-

Hice como si tal cosa, probablemente no fuese ni lo mejor ni lo más inteligente, pero era lo que me pareció idóneo en aquel instante.

*Ya llegaremos algún día, supongo*

Me metí de nuevo aquel caramelo que ya estaba en los últimas en la boca, pero esta vez ya estábamos caminando en dirección al exterior, dispuestos a adentrarnos a los bosques que se divisaban a lo lejos.

-Ya guardo yo el mapa- le dije a mi acompañante -Por ahora mantengamos los ojos bien abiertos, quién sabe lo que podríamos encontrarnos dentro del bosque..-

[Eikyuu Juro]

Juro asintió inocentemente, seguro de que con otra cabeza pensante, no se perderian.

Asi pues, tomaron la ruta del este, por donde se podia ver facilmente las masas boscosas, que probablemente les llevarian a su destino.

Yota lr advirtio sobre los peligros del bosque, algo que Juro ya habia tenido en cuenta. Acerco una mano disimuladamente al látigo, y trató de no moverla mucho. Solo por si acaso.

— Lo se, es mejor no hacer mucho ruido — contesto, pensando en la posibilidad de ser emboscados por bandidos y animales salvajes.

Poco a poco, el sendero empezo presentar signos de vegetacion, puesto que se estaban acercando a los bosques. Aun se podía distinguir el sendero, a pesar de la hierba y de los arboles.

— Ahora ya sabemos porque la aldea se llamo asi —comento Juro, al ver el panorama mientras se adentraron en el bosque.

Despues de estar varios minutos caminando por el sendero de vegetación, encontrarian una especie encrucijada. Tres caminos diferentes, separados por la vegetación y los arboles, que bien podrian llevarles a la aldea, u otro lugar.

Juro miraria a Yota dubitativo, preguntandose si en el mapa aparecia aquello.