La respuesta de Kisho no sorprendió a la joven lo más mínimo; el aspecto del Hyuga denotaba una afinidad por las artes físicas. Escucharlo de sus propios labios solo confirmaba sus sospechas.
—Lo he probado, Kisho-san. Me hacía falta para graduarme en la Academia —explicó con indiferencia—. Al menos así es en Uzugakure. Por eso mismo sé que no me gusta.
La joven sonó más tajante de lo que le habría gustado.
Acto seguido, el mozo de ojos grises preguntó a la kunoichi si deseaba sentarse y ponerse más "cómoda". Karma tragó saliva. «¿Qué le digo? No me gusta la dirección que está tomando el asunto...». La pelivioleta buscó fuerzas para exhalar un no rotundo, pero no dio con ellas. Por ello, pasó al plan B.
—Se supone que hay una playa por aquí, ¿no? Podemos buscarla y sentarnos allí si damos con ella —sugirió con un falso ademán de amabilidad.
Karma contaba con que no diesen con la dichosa playa y vagar por las cuevas hasta toparse con una oportunidad que le permitiese escabullirse...
Al ver lo amable que era karma, kisho se convenció aun mas de su belleza, por que la amabilidad y la cortesia hacen a las personas aun mas lindas.
Kisho quedo con muchos deseos de entrar con ella a buscar la dichosa playa, el problema es que aunque le habian dicho la aproximación de donde estaba la playa el no creia que iva a poder lograr encontrarla.
<<Que ella quiere entrar conmigo hay adentro, pero y si despues no logro encontrar esa playa, ella se va a decepcionar y tal vez pierda mi unica oportunidad de lograr que me quiera un poco mas, pero por otro lado devo ariesgarme por ella si no nunca lo conseguire.>>
• --!CLARO que si karma¡ mi linda karma.
Bueno si vamos a entrar entonces, pero las damas primero--
Entonces puso una gran sonrisa, y la miro fijamente a los ojos
Kisho la llamó "linda" una vez más, ¿cuántas veces iban ya? ¿Cuatro, cinco? Karma no supo cómo lidar con los sentimientos enfrentados que nacieron en su pecho. Se le hizo un nudo en la garganta. Por un lado era agradable, sin lugar a dudas, pero por otro no le gustaba. Al fin y al cabo no lo conocía de nada, por no mencionar que no estaba en absoluto habituada a tales ocurrencias. Las sensaciones enfrentadas le removían el estómago.
—No, no, insisto, Kisho-san, como dama que soy, que mejor que sea el hombre el que entre primero —argumentó, temerosa de recibir un ataque por la espalda—. Como seguro que te habrás fijado, soy muy débil. Necesito que un chico fuerte como tú despeje el camino, no vaya a ser que nos topemos con un oso o algo.
Una mentira piadosa, nada de lo que lamentarse. Los ninja debían de ser maestros del engaño, ¿no? Karma no era una maestra, ni por asomo, pero lo intentaba.
El pobre de kisho se quedo observandola mientras ella hablaba, el seguia queriendo que fuera ella que entrara de primero pero ella queria que fuera el, y kisho no iva a desaprovechar la oportunidad de hacerse ver como un hombre fuerte y valiente, para el era su oportunidad de lucirse delante de ella. Asi que kisho se acerco y le dijo.
• --Bien entonces yo ire primero y me voy ha asegurar de que todo este bien para ti y después saldre a buscarte.--
Entonces kisho entro de primero y aseguro que todo estaba bien y despues de un momento salio y fue a donde karma y le hizo una señal con la mano para que ella fuera y entrara con el.
La treta surtió efecto, el joven se internó en la caverna y Karma quedó sola, con vía libre para escapar. Pero la muchacha dudó; un grave error. Kisho apenas tardó cinco minutos en regresar a la entrada, asegurando que estaba todo bien. La pelivioleta no pudo evitar alzar una ceja.
—Wow, eso ha sido rápido. ¿Estás seguro de que no hay nada peligroso, Kisho-san? —cuestionó de forma genuina, ni siquiera era una excusa para seguir distrayendo al kusajin—. No esperaba que fueses a comprobar hasta el último pasaje, pero vaya...
«Bah... me rindo, lo seguiré. Espero que mi cadáver no aparezca enterrado en alguna parte de aquí a unos meses tras desaparecer hoy», masculló en su fuero interno, algo indiferente frente a su mortalidad. Al fin y al cabo era un miembro de otra aldea que no conocía de nada y había sido capaz de rastrearla, ¿qué podía salir mal?
Karma siguió a Kisho, pero dejando que él caminase delante con el objetivo de cubrir su retaguardia.
Ella estava un poco sorprendida por la velocidad de el Hyuga pero este en verdad mas que revisar lo que habia hecho fue solamente entrar y mirar, por que no queria descuidarla ni un segundo tenia miedo de que ella se arrepintiera y se le escapara de la mano la oportunidad de enamorarla.
--Claro que si, claro que estoy seguro soy el mejor, en asegurar areas. --
El joven no estaba seguro de si era seguro o no entrar a la cueva pero no iva a dejar pasar la oportunidad de estar a solas con tan linda kunoichi.
• --Waoo esto es una caverna maravillosa, es un buen lugar para despejar la mente. --
—Sí, sí que lo es... —afirmó en voz baja, tratando de enmascarar su preocupación con un falso tono de fascinación.
El ambiente era húmedo e inhóspito. Karma no estaba gozando de la experiencia, precisamente. «Kojima Karma y sus grandes ideas. ¿Quién me mandaba meterme en este fregado? ¡Nadie! ¡Solo mi propia estupidez! ¡Y como soy estúpida, le hago caso a mi estupidez!».
La caverna no tardó en dividirse en varios túneles. La joven se paró en seco frente a ellos.
—¿Por dónde se supone que tenemos que ir, Kisho-san? —preguntó, casi temiendo la respuesta.
Kisho estaba observando que la caverna estaba humeda lo que le hacia pensar que estaba cerca de la playa, por lo que queria apresurarse aun mas pero miraba hacia atras de el y veia que ella se estaba quedando atras y cuando la caverna se divide en varios tuneles.
• --Pues eso es facil solo devemos ir siempre con orientacion hacia la derecha y hacia abajo, asi que creo que la de la derecha es la mejor opcion.
El joven gennin se acerco de nuevo a karma y extendio su mano hacia ella sin tocarla pero en simbolo de invitacion a entrar con el en aquel tunel de la derecha.
• --Karma ven toma mi mano y vamos a entrar juntos descuida yo te voy a cuidar, no dejare que nada te pase, recuerda que soy el mejor gennin de mi aldea.
Entonces kisho puso una gran sonrisa y se quedo esperando su respuesta.
La muchacha alternó su mirada entre el rostro de Kisho y su mano repetidas veces. Finalmente se decidió —aunque con claro desasosiego— a tomarla. Una sensación extraña se apoderó de ella. Nunca le había dado la mano a nadie, ni siquiera a uno de sus progenitores. Se sonrojó sin percatarse de ello.
«Bueno, al menos parece que sabe llegar hasta la misteriosa playa, O ESO ESPERO». Se dejó llevar y dirigir, aunque todavía se mantenía atenta a sus alrededores.
—Bueno, pues... protégeme y eso, Kisho-san.
Entonces me voy con karma por aquel tunel de la derecha mientras la tomo de la mano, y le digo con mucha suavidad y tenura mientras caminamos.
--¿Hace mucho frio aqui? Creo que deve ser por la humedad de la cueva, si sientes mucho frio podria abrazarte para que te calientes un poco mas.
Es... Po. ''por aqui o por la otra'' hay que seguir y seguir, pero no te preocupes pronto llegaremos esta muy cerca, es un lugar muy lindo.--
Mientras caminaban cada vez mas la cueva se empezaba a poner mas y mas oscura hasta que llego el momento en el cual ya no se podia ver y kisho encendio una linterna y se podia ver un poco mas pero mientras mas entraban mas tenebrosa se empezaba a poner la cueva, de repente algunos murciélagos aparecieron de la nada y se precipitaron y se alborotaron saliendo volando y en direccion hacia a ellos.
La sola idea de abrazar al de Kusagakure desagradaba a Karma. «¡Bastante es que te estoy dando la mano, amigo! ¡Menudo descaro! Empiezo a pensar que este chaval no busca hacerme daño, si no bajarme los pantalones. Por un lado me tranquiliza, pero por otro me perturba...», caviló la joven con ánimo recriminatorio.
—No gracias, estoy bien... —contestó con indiferencia.
El pasaje se iba ennegreciendo según la pareja avanzaba. Finalmente alcazaron un punto en el que sus ojos humanos no les permitían ver ni lo que tenían frente a la nariz. Kisho procuró una fuente de luz, pero ni por esas podían ver la totalidad del túnel.
Sin previo aviso el lugar se inundó de chillidos, los sonidos de unos murciélagos que, perturbados por la repentina invasión de luz antinatural, salieron pitando de allí. Karma se asustó, lo repentino del acontecimiento la pilló con la guardia baja.
La kunoichi chilló, soltó a Kisho y se agachó, cubriéndose la cabeza con los brazos.
Al ver que la niña karma se agacho y se cubrio la cabeza, este se puso delante de la joven recibiendo todos los murciélagos por ella, kisho uso su cuerpo de barrera y recivio todos los murciélagos por ella, cuando tos los murciélagos terminaron de salir las ropas de kisho quedaron todas aruñadas y estropeadas, pero kisho aun asi no le importaban sus ropas lo unico que le importaba era que esa niña estuviera a salvo.
--Karma no te preocupes yo no pienso dejar que nada te pase, y esas ratas voladoras no son nada contra mi, yo estoy bien aunque tu grito por poco me rompio los oidos pero estoy bie
¿Tu estas bien?
La joven alzó la mirada y se topó con la figura de Kisho frente a ella, protegiéndola. Se incorporó, sorprendida. «Vaya... al menos es caballeroso, no puedo negarlo», concendió.
—Sí, estoy bien, gracias, Kisho-san —afirmó con un tono suave como la brisa—. ¿Estás herido? Puedo vendarte si lo necesitas, o coserte la ropa.
Karma se mostró verdaderamente preocupada, a pesar de que todavía desconfiaba del Hyuga. Portaba consigo aguja e hilo en el kit médico; este combo servía tanto para suturar como para coser, y la kunoichi no solo era algo diestra en el arreglo de heridas, si no también en el de ropajes.
Entonces kisho se estaba apenando por que ella le decia que queria curar sus heridas, pero el insistia que no.
--Karma quieres curarme, pe.. pero estoy bien no nesecito nada, pero muchas gracias.
Al momento de kisho decir eso casi al instante, mientrad kisho presumia de que era fuerte, sin querer trompezo con una pequeña roca y cae al suelo, y grita fuertemente por que cae encima de sus heridas.
--!Hay, hay haaaay. Ha aaaa hay hayyyyyyy, roca de la mier... Este lugar de la put... Madre.
Hay perdon karma por decir esas cosas delante de ty pero es que, esta roca es muy imprudente.
Pero estoy bien no nesecito nada tu no te preocupes.--
Pero al momento de intentar pararse este lo hace quejandose, y cuando se logra parar se le ven unas heridas muy graves en el brazo. Pero el vuelve y le dice a karma. -- todo esta bien. --
Kisho denegó el apoyo que su acompañante le ofrecía, alegando que estaba bien. A Karma le pareció pura bravuconería, pero si el joven quería comportarse así, a ella no le iba a arrebatar el sueño.
Casi inmediatamente después el Hyuga se tropezó de una forma bien cómica, a lo que —comprensiblemente— espetó unos cuantos improperios. Karma se rió por lo bajo, entretenida con el espectáculo improvisado del que el kusajin era la estrella.
—Ten cuidado, Kisho-san, está muy oscuro por aquí —le dijo.
Karma observó por el rabillo del ojo, de casualidad, el deplorable estado de la extremidad del muchacho. Su sonrisa se apagó como una llama indiscreta en la profundidad de la noche.
—¿Seguro que no quieres que le eche un vistazo a eso? No tiene buena pinta —consultó, esta vez con seriedad.
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