8/08/2018, 01:08
No tuvo respuesta alguna esa vez. Su última frase comenzó a repetirse dentro de su cabeza, rodeado de silencio, hasta un punto en el que había perdido el significado. Sus manos seguían temblando levemente pero comenzaba a acostumbrarse a la sangre en sus piernas sabiendo que estaba dentro de un genjutsu.
Pero no paró de hundirse y cuando se empezó a mojar su pecho el nerviosismo volvió. Miró a su alrededor esperando que algo pasara, no se animó a gritar pero tenía unas ganas tremendas de pedir ayuda. Entonces la sangre llegó a su cuello sin que el calvo tenga lugar donde subirse para evitarla.
Se hundió, por completo e inevitablemente. Tuvo que contener la respiración, revolear los brazos para intentar sin éxito de mantenerse a flote lo más posible. No podía abrir los ojos y la molestia y la incomodidad lo dominaban hasta que un tirón lo rescató.
Sintió bajar, pero en realidad subía la sangre como si solo fuese una capa frente a sus ojos que su piel sentía. El panorama se aclaró, su cuerpo se acomodó solo a la última posición que recordaba del mundo real. Estaba perdido, no tenía donde poner la mirada, hasta que los ojos de la mujer fueron el objetivo provocado por su voz.
— No tengo nada que preguntar.— escuchó en silencio y con atención, firme, nuevamente a palabras reales del mundo real antes de contestar.
"Real" era la nueva palabra favorita en la mente del monje. Al final se terminó sintiendo feliz, cómodo, seguro en un ambiente que conocía y con una persona que lejos de hacerle daño lo protegería. Se miró sus manos ahora limpias y asintió confirmando lo dicho, preparado para seguir.
«¿Terminamos?»
Pero no paró de hundirse y cuando se empezó a mojar su pecho el nerviosismo volvió. Miró a su alrededor esperando que algo pasara, no se animó a gritar pero tenía unas ganas tremendas de pedir ayuda. Entonces la sangre llegó a su cuello sin que el calvo tenga lugar donde subirse para evitarla.
Se hundió, por completo e inevitablemente. Tuvo que contener la respiración, revolear los brazos para intentar sin éxito de mantenerse a flote lo más posible. No podía abrir los ojos y la molestia y la incomodidad lo dominaban hasta que un tirón lo rescató.
Sintió bajar, pero en realidad subía la sangre como si solo fuese una capa frente a sus ojos que su piel sentía. El panorama se aclaró, su cuerpo se acomodó solo a la última posición que recordaba del mundo real. Estaba perdido, no tenía donde poner la mirada, hasta que los ojos de la mujer fueron el objetivo provocado por su voz.
— No tengo nada que preguntar.— escuchó en silencio y con atención, firme, nuevamente a palabras reales del mundo real antes de contestar.
"Real" era la nueva palabra favorita en la mente del monje. Al final se terminó sintiendo feliz, cómodo, seguro en un ambiente que conocía y con una persona que lejos de hacerle daño lo protegería. Se miró sus manos ahora limpias y asintió confirmando lo dicho, preparado para seguir.
«¿Terminamos?»
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘