Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
¿Qué hacíamos exactamente en el País del Fuego? Recapitulando. Había dejado Amegakure por fines personales: Quería encontrar algún tipo de información sobre esos malditos bandidos, ninjas, o lo que fuese, que destruyeron mi hogar. Hasta el día de hoy esos recuerdos demoniacos atormentaban mi mente. De alguna manera tenía que superar ese maldito pasado. Así es, tenía que enfrentarlo. ¿Y qué mejor manera que aplicarle la misma medicina a esos criminales?
Sin embargo no había tenido éxito en mi estadía dentro del País del Fuego. Descubrí algunos secretos de las personas que habitaban allí: Algunas infidelidades, que odiaban su propio Gobierno por razones personales, que no se habían atrevido a decirle a sus padres que eran homosexual... ¿Qué? Bueno. No eran secretos de mi incumbencia. Lo que realmente me interesaba no estaba en los alrededores. Incluso, me dirigí a los cuarteles policiacos de la villa para buscar sus rostros en los carteles de los más buscados, pero nada de nada.
Quizás mis días en el País del Fuego estaban terminando. No me quedaba mucho dinero. Tenía que regresar a Amegakure para estar a salvo, económicamente hablando. Lamentablemente ya las tripas empezaban a rugirle. "Ay, carajo..." - Y ella siguió caminando por las calles de la ciudad, pero cada vez lo hacía a paso más lento. Quizás la mochila que llevaba a sus espaldas empezaba a pesar más de la cuenta... ¡Imposible! "¿Dónde estará ese idiota...?" - No quería depender de Aoshin, pero fue la única persona que llegó a conocer en su estadía dentro del País del Fuego. Normalmente no lo hubiera buscado, pero ahora tenía una emergencia: ¡Tenía hambre! Y quería que le comprara algo de comer... Sushi, Sashimi, ¡lo que fuera, pero que la alimentara!
"Quizás regresó a su aldea, el idiota..." - Bah. ¿Para qué lo necesitaba? Ella bien podía... "...ir de pesca. Lo que no quería." - Genial. Ahora tenía que matar algunos pobres animales inocentes con tal de alimentarse. Que flojera.
Así fue como se dirigió al río. La necesidad la había empujado hasta allá. Internamente había estado peleando con sus deseos internos de robar algun pan, pero vamos. Ahora estaba viviendo en lo que los humanos llamaban "Una Sociedad Civilizada." Podía robar, pero moralmente no estaba aceptado. ¡Ugh! ¡Y entonces la que tenía que morir de hambre o pasar trabajo era ella! Bueno... Que mas daba. Estaba acostumbrada a la vida dura del pobretón. Por un lado extrañaba las tierras nevadas. Al menos ahí podía robarle a algún pobre diablo.
Finalmente llegó frente a un río. Era vasto y profundo, pero en la orilla pudo encontrar par de peces con caras de idiotas. ".... ¿Qué con ellos...?"
Como de costumbre, tiró su mochila debajo de un árbol. Su bandana ninja estaba dentro de sus pertenencias, así que de momento no se podía saber que pertenecía a Amegakure. Ella prefería ser cautelosa con decir su procedencia. Nunca se sabía que tipo de loco podría usar eso a su favor. Además de que, tal y como las sombras, prefería pasar por desapercibida. En esos momentos sacó dos kunais de su mochila y se dirigió frente al río. Alzó el kunai en brazos. Su mirada se clavó con la de los peces. Los peces clavaron su mirada en ella. Seguía mirando los peces a los ojos. Los peces la miraban a ella. ¡Ella miraba a los peces! ¡Su mano comenzó a temblar y...!
Cayó al suelo.
"Llegué a este lugar tan decidida, y al final no pude hacerlo, ¿huh...?" - Miró al agua y vió como los peces se acercaron a la orilla. La fémina llevó su mano a la cabeza de uno de ellos para acariciarlo. Sabía que podía capturarlos con su técnica de sombras y darle fin. Y no es que fuera la más vegetariana del mundo, pero entre matar un criminal a matar un inocente había un gran... Espera, un animal inocente... No era cualquier inocente. Era un animal inocente.
"Mejor me aguanto y como frutas. Al demonio con esto." - Pensó para levantarse molesta del lugar. Pero al darse la vuelta notó que estaba rodeada de... "¿Huh?"
???: Hasta que al fin notas nuestra presencia.
???: ¿Qué tenemos aquí, babe?
???: Pertenencias y carne fresca para la noche.
No eran los bandidos que estaba buscando, pero eran unos bandidos de relleno que no aportaban nada a la historia y que ahora estaban ahí, rodeándola. Ellos traían algunos sacos de quien-sabe-que-cosa. Alrededor de cinco tipos mal intencionados se habían encontrado con la fémina y aplicaban mas o menos su propia medicina: Iban a robarle y a tomarla de rehén, no, peor que eso. Iban a...
-Tsk... - Se puso en guardia mientras miraba y contaba con los ojos a cada uno de ellos. Observaba a su alrededor para planear rutas de escape o buscar algún tipo de... Escenario, cosa, o lo que fuera, que pudiera usar para su ventaja. Habían sombras, muchas sombras, y el sol iluminaba tenuemente el lugar. Sus rayos de luz pasaban por las hojas acariciando algunas partes del escenario. ¿A cuántos podría atrapar a la vez? Y de atraparlos, ¿por cuánto tiempo lo haría? ¿Cuál sería su plan de escape? Dependiendo de la velocidad de esos ladrones, o ninjas, o lo que fuera, ir por el río podría ser suicidio. La podían ahogar si les daba la gana. Mejor era no tentar la idea.
Uno de los bandidos estaba completamente tapado y fue el primero en lanzarse hacia la fémina, quien en esos momentos se le olvidó hasta el hambre que tenía por la situación en la que estaba. Saltó hacia el lado izquierdo poco antes de que el bandido llegara hacia ella y lanzara un enorme zarpazo con una ... ¿¡Garra!? "¿¡Qué...!?" - Ella trataba de calcular el largo del alcanze de ese objeto nunca antes visto, entre las risas de los demás bandidos y uno de ellos recordándole que no la matara.
Fue cuando tropezó con una piedra y cayó de sentón. El bandido de la Garra estaba a algunos metros al frente. "Tsk... No quería usar "esa" técnica..." - Porque prefería mantener sus habilidades en secreto. Y sin embargo ahora se veía forzada a hacerlo para escapar a la ... Ciudad del País del Fuego o lo que fuera. ¡Solo por comer un poco ya se había metido en problemas! ¡Demonios! El agresor saltó en lo alto y denuevo, se dirigía con su enorme garra hacia ella. "¡C-Carajo...! ¡Hoy no es el día en el que pase a la otra vida! ¡Hijos de la...!"
Uchiha Datsue regresaba de una boda. Sí, de una boda, uno de los actos supuestamente más felices que podía darse en Oonindo. Alegría a raudales, alcohol y buena comida en abundancia, y música movidita para bailar. Pero cuando uno debía permanecer en su puesto, sin poder permitirse el lujo de disfrutar de uno solo de los placeres que ofrecía la celebración, la fiesta se convertía en un incordio. Era como estar hambriento, tener un plato de comida caliente sobre la mesa, y obligarte a ti mismo a no comerlo.
Así había permanecido Datsue ayer. Pues, para su desgracia, estaba de misión. Habían llegado ciertas amenazas, de cierto chico indignado cuya mano de la novia se le había sido prometida por el padre. La novia, sin embargo, tenía sus propios planes para ella. Para suerte de Datsue, a su vez, aquel chico era de los que solo ladraban. La boda se había celebrado con total normalidad, sin aparición del tercero en discordia, y no había tenido que intervenir.
Portaba orgulloso la placa de Chūnin al hombro derecho, el chaleco ninja que había obtenido por su ascenso, con las mangas cortadas, y un pantalón azul oscuro. La bandana ninja, al cuello. Sin más cosas aparte de sus habituales accesorios —pendiente y pulseras— y su ninjatō a la espalda. Datsue era un especialista fūinjutsu, lo que le ahorraba tener que llevar la pesada mochila a la espalda.
Creía haberse desviado de su camino, pero sabía que estaba yendo en la dirección correcta. La posición del sol así se lo decía. Caminaba entre los árboles, entre el susurro que el viento dejaba tras las hojas, el murmullo de un río lejano que llegaba a sus oídos, y…
.. unas voces. De forma inconsciente sus pasos torcieron en la dirección de la que provenían, intrigado. Fue entonces, tras asomarse de un árbol, que los vio. Contó a seis personas, cinco de ellas rodeando a la última, que acababa de tropezar y caer de culo al suelo.
«¿Qué coño?» ¡La estaban atacando! Se llevó una mano a la boca, con los ojos desorbitados y mirando a izquierda y derecha en busca de más personas. No las halló. «Joder, ¡esa chica necesita ayuda! ¿Dónde están los héroes cuando se les necesita?»
Uchiha Datsue podía ser muchas cosas, pero ser un héroe no era uno de sus defectos.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Ver a su agresor saltar hacia ella fue como ver la muerte besar sus labios... Denuevo. Denuevo. ¡Si, denuevo! Sintió como el tiempo se paralizó y como todo a su alrededor se quedó en blanco. En esos momentos eran solo ella y su verdugo. Sus ojos estaban fijos en esa Garra que tenía como arma. Tenía un alcance medio-largo, y cuidado que no estuviera ocultando aun más alcance por estar escondido bajo esas vestimentas. Observó de reojo el lugar donde él había impactado el suelo y pudo darse una idea del alcance por el rastro. Recapituló en su mente como atacaba, el momento en que ella esquivaba. El tipo solo hacía ataques frontales, quizás porque la subestimaba o porque la necesitaban viva a petición de sus compañeros, pero, ¿haría algo más? ¿Había algún truco bajo su manga? Por irónico que sonara esto.
Su corazón se detuvo. Escuchaba sus propios latidos como si esos momentos fueran los últimos segundos de su vida. En esos momentos todo vino a su cabeza de golpe. Todo, como si fuese el final de una película. Desde sus recuerdos de infancia hasta sus momentos más recientes. Desde su madre abrazándola, hasta ella rodeada de tantos cuerpos muertos y llena de sangre. Recordaba como tomaba los pergaminos de su clan y salía en busqueda de un nuevo futuro. No tenía nada, lo había perdido todo. La jóven sin brillo en los ojos ahora buscaba una nueva esperanza. Se vengaría de ellos. ¡Lo juraba!
"En esos momentos el brillo de su mirada se apagó..."
Juró venganza...
"Y recurrió a lo único que sabía hacer para vivir."
Pasado:
— Perdón, pero puedo preguntar qué es lo que estás haciendo, ¿Qué haces acá?
-¡Entrenando! - Mencionó sin voltear a mirarlo, sin dejar de imitar el patrón de los movimientos que había hecho antes ese ninja calvo cuyo nombre desconocía, un ninja que de alguna manera la había motivado a ir más allá. Con tan solo mirarlo por algunas horas, con tan solo observar como el susodicho no dejaba de entrenar ni aunque estuviera bajo las lluvias torrenciales a pesar de que los otros se alejaban a sus casas... -¿¡No lo ves!? - Dejaba salir su respiración por la boca. -¡Te estoy imitando para volverme fuerte, baka!
Presente
¿Cómo olvidar cuando dijo esas palabras a un desconocido? ¿Cómo olvidar el por qué había llegado a Amegakure? ¿El por qué observaba a los demás entrenar? Ella sabía que algún día se encontraría en una situación donde se sintiera impotente. Pero jamás pensaba que ese día llegaría pronto.
"No pude..." - No. ¡Al diablo con el "No puedo"! "No... ¡¡¡YO DEBO...!!" - ¿¡Por qué lo sobre-pensaba tanto!? ¿¡Por qué sobre-analizaba!? ¿¡Por qué simplemente no lo hacia!? Ese escalofrío que recorría su cuerpo. ¡Ese sentimiento de miedo otra vez la invadía! "No quiero morir sin haber completado mis objetivos." No quería, no podía. No aquí, no ahora. No le daba miedo el peligro, no le daba miedo la oscuridad. A lo que si le tenía miedo era a no poder realizar sus metas. La niña maldita... A donde quiera que iba la muerte siempre iba a seguirla.
???: ¡Jiro! ¿¡Qué haces!?
-Lo siento... Lo siento...
???: ¡Ya la tienes frente! ¡Golpéala!
???: -¿¡!?
Entre los gritos y los ánimos de sus compañeros, el cuerpo del verdugo permanecía inmóvil frente a la indefensa mujer.
-Lo siento... Lo siento mucho... Pero tu comenzaste. Ustedes lo buscaron. Quiero vivir. Tengo que vivir. Lo siento. En serio, lo siento...
"¿Acaso ellos estaban haciéndo que yo...?
???: ¡Enséñale quienes somos, Jiro! ¡No te quedes ahí parado!
Levanté mi mano y la puse a la altura de mi cuello.
???: ¡¡¡!!!
"¿...reviviera mi pasado...?
[spoiler]¤ Sadismo (otorga 2 puntos)
Te excita bien causar dolor, bien recibirlo. En la mayoría de las situaciones, buscarás herir a alguien o ser herido por el mero motivo de sentir placer.
"Con el tiempo, la necesidad se volvió una afición."
¤ Venganza (otorga 2 puntos)
Tu personaje toma como su meta la venganza hacia cierta persona, ciertas personas, o ciertas organizaciones. Durante toda su vida como shinobi, dedicará todas o muchas de sus acciones a este propósito, y no hará nada que perjudique a esta meta. Cuando el personaje se ha vengado, puede decidir si bien mantener el defecto y seguir vengándose de otra persona (con justificación, a no ser que posea algún trastorno psicológico severo), o quitárselo. Si se lo quita, deberá escoger otros defectos para compensar si es que tiene más méritos que defectos.
"Akasha llegó a Amegakure con el fin de fortalecerse y controlar las técnicas de su clan, para así algún día encontrar a los renegados que asesinaron a sus seres queridos."
???: ¿¡QUÉ DEMONIOS!?
???: ¡MALDITA BRUJA!
"Estupefactos. Podía oír que me gritaban groserías, pero no sabía, no escuchaba, no prestaba atención. Solo sentía el cálido líquido carmesí cayendo sobre mi cuerpo. Yo... Había hecho que ese bandido se suicidara frente a mi con el uso del Kagemane. Mi mirada estaba entre el miedo y la satisfacción. Mis labios serios poco a poco ampliaban una sonrisa leve. Yo..."
-Heh...
"...esta vez no tenía un héroe y solo quería vivir."
???: ¡¡¡ES UN MONSTRUO!!!
???: ¡¡¡ES UNA PUTA!!!
???: ¿¡QUÉ LE HIZO A JIRO!?
???: ¡¡¡NO SE ACERQUEN, CHICOS!!!
No todos los bandido reaccionaron igual ante la muerte inexplicable de su amigo... O aliado, o lo que fuese. Dos de ellos actuaron enfurecidos, pero dos de ellos tenían miedo a lo que no sabían explicar. Quizás se acercarian con cautela o quizás querían salir corriendo. Yo solo se que ya no había vuelta atrás... Si no era fuerte, si no era astuta entonces me tocaría morir.
Llevé mi ahora enloquecida mirada a ellos mientras me levantaba del suelo lentamente, tambaleante por el shock emocional que había tenido. Puse mis manos como si simulara hacer sellos ninjas aleatorios.
???: ¿¡Qué hacen!? ¡Vuelvan aquí, panda de imbéciles! ¡Traidores! ¡Los mataré yo mismo cuando los encuentre!
???: ¡Jefeeeeeeeeeeeeeee!
"En esos momentos no sabía que era lo que estaba haciéndo... Si corría, me perseguirían. Y no podía rendirme tan fácil. Debía llevar mi cuerpo más allá de mi potencial. No... Yo solo estaba... Luchando por mi vida. Como pudiera..."
Ni los bandidos ni él mismo entendían lo que estaba sucediendo. De pronto, uno de los que atacaba a la chica se quedó paralizado, inmóvil, como si le hubiesen colocado uno de sus fuinjutsus. Pero entonces, con una calma y lentitud que le puso los pelos de punta, se rajó la puta garganta.
«La madre que me parió…»
Se produjo el caos más absoluto. Gritos de incomprensión. Miedo a raudales. Dudas. Y la chica lo aprovechó como nadie podía haberlo hecho.
—Técnica Prohibida...
«¿Técnica prohibida?» Se pegó más al árbol, afinando el oído. ¿Qué estaría a punto de ver? ¿Una técnica ígnea que lo arrasaría con todo? ¿Un fuuinjutsu que invocaría al Dios de la Muerte? Se acordó —tarde— de activar el Sharingan, y las tres aspas surgieron en un océano sangriento.
—¡Posesión de almas...!
«¡¿Posesión de almas?! ¡Esto va a ser la caña!» Y esperó.
Y esperó.
Y esperó. Pero nada épico sucedió.
Curiosamente, otro hombre quedó paralizado. Estaba claro, aquella era una técnica de la mujer. ¿Cómo lo había hecho? No tenía ni idea, pero dos de los bandidos habían preferido no descubrirlo, huyendo a todo lo que daban sus piernas. «Uno paralizado, otro distraído… Parece un riesgo asumible». ¿No era él Datsue el Intrépido? ¿El Matakages? ¿El Devora-Bijuudamas? Un rápido vistazo le había permitido saber que la joven no poseía gran chakra, ni muy potente. Seguramente le viniese bien que alguien le echase una mano.
Tomó un kunai del portaobjetos, y tras atarle un hilo metálico a la anilla la lanzó a la espalda del que parecía ser el jefe.
—¡Buenos días! —exclamó, saliendo al fin de su escondite.
1 AO
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¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
-¡Aaaaagh! ¿¡Qué diablos!? - El grito del hombre había llamado la atención de los que estaban allí presentes y él se encargó de girar para ver al vagabundo que estaba trepado sobre la rama del árbol. -¿¡Qué demonios quieres, maldito!?
Pero esto eran malas noticias para Akasha, o eso fue lo que pensó. El nuevo aparecido podría significar un nuevo enemigo a vencer, y ya había gastado chakra en esos dos individuos. Si seguían añadiéndose más enemigos se quedaría sin energías para escapar. ¡Demonios! Se había metido a un lugar peligroso sin pensar en las consecuencias. Escogió un mal día para regresar a casa.
Este recién-aparecido parecía ser un ninja... Un verdadero ninja, a diferencia de esos bandidos que no portaban placas por ningún lado. Este otro era diferente. Traía consigo un chaleco de ascenso Chuunin o Jounin, una bandana ninja de una aldea no-identificada al cuello -por la distancia-, y una placa en el brazo que le diferenciaba de ninjas de altos cargos, por lo que era un Chuunin. "Dime que es alguien de Ame que me llevará a casa..." - Pensó esperanzada a la vez que liberaba discimuladamente al segundo bandido para que ni Datsue ni los bandidos pudieran ver de que se trataba.
-¡Así que estás del lado de la Bruja! - Mencionó tratándo de quitarse el kunai de la espalda. El dolor era mucho, pero dada la situación en la que estaba prefería aguantárselo a estar doblegado en el suelo. Sin embargo su compañero seguía inmóvil pensando que aún seguía bajo los efectos de la técnica, más bien, era por el miedo a lo ocurrido que otra cosa.
"No se conocen... Lo que significa que vino a hecharme una mano, o a empeorar la situación." - Observó de reojo su mochila en la lejanía. "De alguna forma debo salir de aquí. Pero el Bosque sigue siendo un lugar peligroso y los que escaparon podrían encontrarme... Demonios."
-Bien. - Se arrancó el kunai de la espalda. -Si no bajas del árbol, cobarde, entonces ¡yo iré por ti! - Se había quedado con el arma en la mano y salió corriendo al árbol del Chuunin para atacarlo. Para él, ese kunai que le habían aventado era ahora su nueva arma. "¿Huh? ¿Y esta arma qué tiene...?"
Datsue había aprendido algo de su combate contra Ayame. Varias cosas, en realidad. La primera, que era fácil aprovecharse del que hablaba demasiado. De interrumpir sus palabras con acciones de verdad. El hombre le chillaba improperios. Le echaba en cara estar al lado de la bruja. Se quitaba el kunai…
… y lo usaba a su favor. Pronto descubriría que aquel había sido un grave error. Pero no, cuando miró el kunai, no halló nada demasiado sospechoso. Solo un kanji del elemento katon inscrito en rojo en el filo, así como… un fino hilo atado a la anilla.
El Uchiha formó unos rápidos sellos, lanzando cinco bolas flamígeras que se precipitaron hacia el bandido.
—¡Estoy al lado de la justicia! —Nunca había soltado una mentira tan gorda.
¤ Katon: Hōsenka no Jutsu ¤ Elemento Fuego: Técnica de Fuego del Sabio Fénix - Tipo: Ofensivo - Rango: C - Requisitos: Uchiha 20 - Gastos: 6 CK por bola (máximo 5) - Daños: 10 PV por bola - Efectos adicionales:(Uchiha 50) Pueden esconderse shurikens en las bolas - Sellos: Buey → Conejo → Tigre - Velocidad: Rápida - Alcance y dimensiones: Las bolas de fuego miden 0'5 metros de diámetro, aproximadamente, y alcanzan los 8 metros antes de disiparse
El usuario dispara desde la boca, una detrás de otra, una serie de pequeñas bolas de fuego que avanzan en línea recta hacia su objetivo y estallan al entrar en contacto con algo. Al tratarse de una técnica múltiple, y resultar impredecible por poder ir variando la dirección en la que se lanzan moviendo la cabeza, es fácil crear una situación en la que se complique el poder esquivarlas todas.
Con una mayor maestría, es posible ocultar shuriken en el interior de las esferas ígneas, creando una inesperada ofensiva secundaria.
Katon Hosenka no Jutsu: 10PV por bola
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Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Esta vez la pelinegra había decidido quedarse como observadora. Frente a sus ojos estaba la batalla de un Chuunin contra un bandido enojado. "Será idiota..." - La pelinegra no solo había pensado eso porque el bandido no respetaba una insignia ninja, sino porque ese quedó con el arma enemiga en manos... El arma enemiga... Arma... Enemiga. ¡Vamos!
-Un Kanji. - Nada raro para él. ¡Vamos! ¡Era solo un Kanji!
Por otro lado, Akasha no sabía lo que había escrito en el mango del kunai, pero sabía que no era buena idea tomar armas ajenas a no ser que la situación le ameritara -es decir, que se tomaran las medidas precavidas para ello-. Y dudaba que, por la actitud de Datsue... Esa actitud tan "ligera" de hacer su aparición y saludar como si nada, éste no hubiera preparado algo, a no ser que el tipo fuera un idiota.
Pero la espera le dejaría saber que Datsue no era ningún idiota. Notó como el contrario estaba haciéndo unos sellos rápidos. No pudo seguir con la vista todos los sellos utilizados, pero reconoció la maniobra.
Poco después el tipo lanzó cinco bolas de fuego... "¡Demonios!" - La kunoichi tomó este ataque en serio y saltó hacia atrás para mantenerse alejada de las llamas. No quería ser calcinada en medio del combate.
-¡Aaaagh! - El bandido vió aquellas esferas ígneas bajar hacia él. -¡Ja! - Y comenzó a dar saltos hacia atrás en un intento para esquivar las esferas, sin soltar el kunai. Pero sus intentos serían inútiles. Una de las esferas le rozó el cuerpo, la otra golpeó su brazo izquierdo. -¡Aaarrrgh! - Pero el hombre no se rendía. ¡Era el líder de una banda, vamos! Eso era lo que decía su orgullo. ¡No podía morir calcinado por una maldita técnica ninja!
-J-Jefe... - El otro hombre restante miraba atónico lo que sucedía y cayó de rodillas al suelo. Los deseos de tomar venganza en contra de la bruja se iban apagando al ver ese ataque tan catastrófico, claro, a sus ojos.
—¡Estoy al lado de la justicia!
"Justicia..." - Por un momento la kunoichi bajó la guardia. Entonces ¿él estaba ahí para ayudarla? ¿O había dicho palabras que representarían un arma de doble filo para ella?
-¡¡¡ME LAS PAGARÁS, MALDITO NINJAAAAAAA!!! - Pero al parecer el hombre... Se encontraba en aprietos cuando gritó a los cuatro vientos aquella maldición. Parte de su cuerpo ya estaba quemado y él por alguna razón seguía sin soltar el arma. Quería herir o matar al ninja con ese kunai.
"¿Qué está pasando...?" - Bueno, obviamente el bandido se estaba quemando, pero Akasha no se refería a la situación que se veía a simple vista.
-¡Ríndase, Jefe! ¡Por favor!
-¡¡¡EL LEGADO DE LOS BANDIT NO FUE CONSTRUÍDO PARA ESTO!!! - Gritó dejando salir toda la baba de su boca ante el llamado de atención a su subordinado.
Tac. Tac. Tac. Sus bolas flamígeras rozando el cuerpo de su contrincante. Algunas impactando en él. Otras perdiéndose en el aire tras una buena maniobra de esquive. Aquello no le gustó a Datsue. Sus ataques acertaban siempre en la diana. Siempre. Especialmente cuando su oponente sostenía el imán que las atraía.
Porque eso era lo que estaba haciendo aquel hombre. El Uchiha formó dos rápidos sellos, y el kanji de fuego inscrito en el kunai hizo su efecto. De pronto, las bolas flamígeras que había evadido cambiaron su rumbo, dando media vuelta y atacando al pobre infeliz por la espalda, atraídas como la miel al oso por el sello que había colocado. Gracias a una de sus técnicas estrella: el Sello Magnético de los Cinco Elementos.
—¡Al puto suelo y de rodillas, joder! —gritó al subordinado que no paraba de chillar—. ¡Y tú también, hostia! —gritó al líder del grupo—. ¡No me obligues a matarte, imbécil! —Si la cosa se ponía fea y se sentía en peligro, el Uchiha no iba a dudar ni por un segundo en terminar aquello. La seguridad de su propia vida era, siempre, lo primordial.
PV:
230/230
–
CK:
234/310
–
-10
–
-18
–
regen. dividida
–
*Sharingan activado*
AO revelada: Colocar un Jishaku Gogyō Fūin de 18CK
¤ Jishaku Gogyō Fūin ¤ Sello Magnético de los Cinco Elementos - Tipo: Apoyo - Rango: S - Requisitos: Fūinjutsu 70 - Gastos: X CK preparar, 10 CK activar, X: gasto de la técnica a atraer - Daños: - - Efectos adicionales: Atrae un Ninjutsu Elemental de tipo Ofensivo - Sellos: Carnero → Serpiente (activar) - Velocidad: Instantánea (preparar), Muy Rápida (atraer) - Alcance y dimensiones:
Cuerpo a cuerpo (preparar), 20 metros (activar), 10 metros (atraer)
(Fūinjutsu 80) 15 metros (atraer)
(Fūinjutsu 90) 20 metros (atraer)
(Fūinjutsu 100) 25 metros (atraer)
Sello que se coloca cuerpo a cuerpo, sobre el cuerpo de uno mismo, o sobre un arma u objeto. El sello es perfectamente visible, tomando la forma y color del kanji elemental elegido en el momento de su colocación.
Una vez activado, el sello atraerá automáticamente cualquier Ninjutsu de su elemento a 10 metros a la redonda (siempre y cuando se haya gastado tanto o más chakra que la técnica atraída), haciendo que la técnica original recorra un máximo de 25 metros y haciéndola inesquivable, que no contrarrestada. El sello pierde su efecto una vez recibido cualquier daño por su elemento.
Esta técnica solo puede ser usada cada cuatro turnos.
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Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Denuevo, dos sellos rápidos. ¿Y ahora qué tramaba...? Notó como las bolas de fuego que fueron evadidas cambiaron de rumbo como si de telequinesis se tratase y regresaron para darle un golpe -probablemente- mortal hacia el bandido. La batalla se había tornado explosiva, literalmente hablando, dejando a la fémina con la boca semi-abierta por la impresión. "¿Qué se supone que deba hacer si este tipo decide atacarme a mi con eso?" - Se preguntaba mientras intentaba preparar un plan de escape en su mente. El lago a sus espaldas probablemente fuera una buena opción ante ataques de fuego, pero ¿tendría él otros juguetes bajo su manga?
Ya la mano donde el bandido sostenía el kunai comenzaba a temblar. El cuerpo del enemigo estaba lleno de quemaduras, ensangrentado, y sus vestimentas estaban calcinadas y en algunas partes de su cuerpo la tela que le cubría ya habían desaparecido. El hombre tenía quemaduras serias y triste sería su final si no era atendido como se debía, si prefería seguir luchando antes de rendirse como lo ordenaba el ninja.
—¡Al puto suelo y de rodillas, joder!
- Pero si ya toy' en el suelo... - Mencionó con una voz temblorosa.
. ¡Y tú también, hostia! ¡No me obligues a matarte, imbécil!
-Jejejeje. - El hombre dejó salir una carcajada baja con lo que ahora era un tono de voz ronco. -Coff... Coff coff... M-Malditos ninjas. Siempre interfiriéndo en donde no deben. - Alzó su mano izquierda temblorosa para limpiar la sangre que ahora bajaba de sus labios. -Kenishi, te has atrevido a arrodillarte ante un ninja. - Hizo una pausa antes de seguir hablando. -Me has decepcionado.
Akasha negó con la cabeza para salir del leve estado de shock, y aun con las kunais en manos decidió hacer algo: Tenía que vigilar que el aliado del bandido no fuera a hacer nada gracioso fingiendo la rendición. Guardó uno de los kunais y sostuvo el otro en su mano para ir a tomar éste hombre como rehén, por si acaso. Dió algunos pasos hacia el subordinado.
-No hace falta que lo hagas, Bruja. El orgullo de ese hombre ha desaparecido. - Dió un respiro profundo. -Él ya está... Muerto. - Se había quedado con las ganas de clavar ese kunai en Datsue por pura venganza, así que alzó su brazo con intenciones de lanzar el kunai a la cabeza de su subordinado y asesinarlo, por patético.
-!!! - Akasha vió esto y pensó interferir tirándo el kunai contra el otro kunai si éste bandido llegara a tirarlo, pero quien sabe que tipo de acción tomaría Datsue tan pronto viera como el líder de los bandidos levantara su brazo para darle fin a su igual.
Pero, ¿de qué iba aquel tipo? ¿A qué venía aquel orgullo desmesurado? Le recordaba mucho a algún amejin que él se conocía, pero sustituyendo la inteligencia que poseían por estupidez. Y, lo más impresionante de todo, es que se volvió contra su propio compañero —aquello también le recordaba a algún amejin—. Y todo por simplemente rendirse.
Era alucinante, un caso digno de estudio.
Cuando el bandido lanzó el kunai, Datsue movió un dedo. Sí, un solo dedo. Con aquello bastaba para detener el kunai y devolverlo contra su lanzador. Todo gracias a haberle colocado un hilo previamente, y a conocer la Técnica de la Manipulación de Shuriken. El kunai hizo un giro brusco de 180 grados, antinatural, a medio camino, precipitándose sobre el pecho de aquel hombre.
Solo entonces, el Sharingan se desvió hacia la joven, y luego hacia el tal Kenishi.
—Pero, ¿qué coño ha pasado aquí? —preguntó con voz exageradamente aguda. Se podía hacer una idea, pero agradecería que alguien le pusiese en situación.
¤ Sōshuriken no Jutsu ¤ Técnica de la Manipulación de Shuriken - Tipo: Apoyo - Rango: C - Requisitos: Shurikenjutsu 15 - Gastos: 10 CK - Daños: - - Efectos adicionales:
Redirige hasta en 90 grados la dirección de un arma.
(Shurikenjutsu 30) Redirige hasta en 180 grados la dirección de un arma.
- Sellos: - - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: -
Mientras que otros ninjas son capaces de hacer girar un arma atada un hilo una dirección máxima de 45 grados, y con giros graduales, los ninjas que se especializan en Shurikenjutsu, con la ayuda de una ráfaga de chakra a través de la fibra del hilo, son capaces de hacerlas girar 90 y 180 grados. Además, se trata de un auténtico giro brusco, por así decirlo (no es instantáneo pero el arma se mueve de forma antinatural) con el movimiento de sólo la punta de uno de sus dedos, no uno gradual. Es una técnica muy útil tanto para atacar en ángulos muy cerrados o a puntos ciegos como para distraer.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Y con eso terminó todo... Eso creía... No. Eso esperaba. El error del bandido fue probablemente no haberse rendido antes. En esos momentos y por alguna razón su orgullo estaba muy por encima de las razones. Akasha lo había visto todo. Desde como el kunai regresaba hacia el hombre como si fuese telequinesis-sin saber que traía un hilo fino amarrado a si-, hasta como el hombre dejaba salir su último aliento de vida. La mujer cerró los ojos, suspiró, y pensó.
Pensaba en... Muchas cosas. Ese bandido decía odiar a los ninjas por alguna razón. ¿Acaso los deseos de venganza que ella misma tenía le nublarían el juicio tan pronto se encontrara con las personas que quería matar...? ¿Acaso ella se volvería justo igual a ese bandido...? Cegada por la ira de buscar venganza... Una parte de sí tenía miedo a perder por completo la razón y fallar en su misión, pero había una parte de si que estaba... ansiosa por terminar con la vida de esos seres. Abrió los ojos al escuchar como el bandido en el suelo comenzaba a sollozar, y poco después escuchó al ninja-héroe dirigirse a ellos.
Lo había visto a los ojos.
"¿Qué...?" - Talló sus propios ojos para asegurarse que no estaba alucinando.
—Pero, ¿qué coño ha pasado aquí?
-Ella... - El bandido del suelo se había atrevido a levantar su brazo para señalar a la fémina. -Ella intentó robarme.
-¿Qué...? - Tic en el ojo.
-Yo estaba en el río cuando de momento esa mujer... ¡Esa Bruja, intentó hacerme daño! Ella trató de seducirme, pero así como la vez ella es una mujer peligrosa. Mis amigos intentaron socorrerme. - Señaló el cuerpo del hombre que había muerto antes. -Jiro murió intentando protegernos.
-¿¡PERO QUÉ COSAS DICES!? - Se acercó para empezar a patear el cuerpo del tal Kenishi. -¡¡¡MALDITO MENTIROSO!!! - Ella no era de perder fácilmente la calma, pero con todo lo que había pasado en esos últimos días... -¿¡POR QUÉ DIABLOS MIENTES!? ¡¡¡DI LA VERDAD!!! ¡¡¡YO ESTABA TRATANDO DE ENCONTRAR COMIDA, CUANDO DE LA NADA TU Y TU BOLA DE INEPTOS...!!!
-¡Ayudaaaa, hermanoooooooooooo! - Alza el brazo para pedirle ayuda a Datsue. Ya traía el ojo morado.
-¡¡¡...ME ATACARON, ME QUERÍAN VIVA, ME QUERÍAN VENDER A NO SE DONDE DIABLOS Y TRATAR COMO UNA PROSTITUTA!!! ¡¡¡ANIMAL!!! - Agarra a Kenishi del cuello de la camisa. -¿¡Y AUN ASÍ TE ATREVES A MENTIR!? - Finalmente desquitó su furia con el pobre... Diablo. Lo volvió a tirar al suelo y masajeó su frente para tranquilizarse.
-Iba de regreso a casa... - Mencionó ya estando más calmada. -...cuando me dirijo al río a intentar matar unos peces que no pude porque vi la inocencia en sus ojos...
-¿Puedes matar un hombre pero no un animal?
-No mato animales, mato monstruos como los tuyos. - Mencionó dirigiéndo una mirada feroz al hombre. -...así que decidí ir a buscar frutas, y me encuentro con esa pandilla rodeándome y diciéndo estupideces sobre capturarme viva y venderme.
-Somos inocentes. No cambies la historia.
-Estoy a punto de comerme a tu amigo... - Señaló el cuerpo de Jiro. -...por el hambre que tengo, así que no jodas más y cállate. - La fémina caminó hacia Datsue e inclinó su cuerpo hacia al frente en señal de reverencia.
-Muchas gracias por haberme ayudado. Le debo una. - Se mantendría así en señal de agradecimiento hasta que él se hartara y la mandara a quitar esa posición. Bueno, era lo menos que podía hacer.
-Te va a traicionar, hermano... Ten cuidado.
"¿Acabo de ver lo que pienso que vi en su bandana...? Ese símbolo... ¿Y por qué sus ojos son rojos? ¿Drogas...? ¿La habilidad de telequinesis...? Bueno... Meh, como sea. Me salvó la vida. Le debo una."
Lo que vino a continuación fue una obra digna de su imaginación. Burdas mentiras, excusas y una historia mínimamente convincente para salir del paso. Lo que no sabia ninguno de los dos, es que Datsue, gracias a su Sharingan, había desarrollado una habilidad para saber cuándo alguien le estaba mintiendo. Y no creía que ninguno de los dos tuviese la destreza suficiente como para reventar su suerte de detector de mentiras. Él lo llamaba el Reflejo del Alma.
Alterador (El Reflejo del Alma): Debido a la visión otorgada por el Sharingan, Datsue puede percibir los detalles más sutiles del lenguaje corporal de las personas, e incluso la más leve contracción muscular (incluida la pupila). Gracias a esto, ha desarrollado la habilidad de deducir con elevado grado de precisión cuando una persona le está mintiendo.
Para que dicha habilidad surja efecto, Datsue deberá tener mayor Percepción que el Carisma de su objetivo. Cuanta mayor sea la diferencia, más fácil le resultará discernir entre la verdad y la mentira.
Y, aun sin hacer uso de su habilidad, lo que el Uchiha había visto era a una chica siendo atacada. No sabía si realmente para venderla, simplemente robarla o algo más. Pero la víctima, a todas luces, era ella.
—Muchas gracias por haberme ayudado. Le debo una.
—No hay de qué. Era mi deber, después de todo —respondió, hinchando el pecho. Por una vez que había realizado un acto heroico, iba a saborearlo—. Mi nombre es Uchiha Datsue, aunque mis amigos me conocen como Datsue el Intrépido. —Y esperaba que lo comentado por la chica de comerse a su amigo quedase en una broma.
»Sé cuando alguien me miente, Kenishi. Así que ni lo intentes. Además, odio a los mentirosos.
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Suspiró ya más relajada. Al parecer éste tipo era de los ninjas buenos. Ya no tenía por que temer. De momento él decía llamarse Uchiha Datsue. -El placer es mio. - Volvió a retomar su compostura. -Soy Akasha. - Prefería no mencionar su apellido por obvias razones. No quería que descubrieran sus técnicas por su apellido, aunque su clan había sido masacrado por allá en las Tierras Nevadas. ¿Acaso habrían más Nara en algún lugar del mundo ninja o ella era la única? Y de ser así, ¿cuántos ninjas realmente conocían de su habilidad?
»Sé cuando alguien me miente, Kenishi. Así que ni lo intentes. Además, odio a los mentirosos.
De momento la fémina pensaba que él tenía un sexto sentido, o quizás su experiencia como ninja le había ayudado a saber cuando alguien le mentía o no. Nada sabía de que era la habilidad del Sharingan lo que le ayudaba a conocer esos detalles.
-Y entonces ¿qué harás conmigo? - Preguntaba tirado en el suelo. -¿Encerrarme en la prisión? ¿Asesinarme? ¿Me calcinarás como calcinaste al Jefe? ¿Cuál será mi destino, jóven ninja? - Preguntaba resignado. Ya no había nada más por hacer.
Akasha le miró de reojo y prefirió dejarle el bandido a las autoridades, es decir, a Datsue. Quizás él tenía algo más en mente. -El líder dijo formar parte de los Bandits. Quizás hayan más como ellos haciéndo daño a personas inocentes. Podríamos interrogarlo y que nos diga donde está su guarida. No se, es solo una idea. - Por fin pudo acercarse a sus hermosas y preciosas pertenencias: Su mochila debajo del árbol, la tomó y la puso sobre su espalda.
-Yo prefiero comer algo antes que me desmaye. - Y diciéndo estas palabras, se acercó a un arbusto a sacar frutos. Los olió y observó para asegurarse de que no eran venenosos y empezó a comer. -.... - Y comió más, y siguió buscando por la vegetación de los alrededores a ver que más encontraba. Se le hizo la boca agua pensando en una jugosa carne.
—Y entonces ¿qué harás conmigo? ¿Encerrarme en la prisión? ¿Asesinarme? ¿Me calcinarás como calcinaste al Jefe? ¿Cuál será mi destino, jóven ninja?
«Joder, ¡cuántas preguntas!» Desvió la mirada hacia el jefe. Parecía mentira, pero sí, lo había matado. Con tal facilidad que asustaba. Un hombre más muerto bajo sus manos, y al Uchiha empezaban a faltarle dedos para contarlos a todos. ¿Llegaría el día en que perdiese la cuenta? ¿En que ya no le importase en lo más mínimo?
Dada su profesión, seguro que sí.
—El líder dijo formar parte de los Bandits. Quizás hayan más como ellos haciéndo daño a personas inocentes. Podríamos interrogarlo y que nos diga donde está su guarida. No se, es solo una idea.
—Ehmm… —Más problemas. Más tiempo perdido. Y sin recompensa, que al final era lo más importante. Sin Kage o cliente que le pagasen por hacerlo, ¿para que iba a arriesgar su vida y tiempo en buscarles?
Mientras se perdía en sus pensamientos, la chica se dirigía hacia una mochila que había tirada en el suelo y se ponía a buscar comida, totalmente despreocupada por el tema. Aquella actitud tan indiferente le hacían pensar que no era la primera vez que se había enfrentado a una situación violenta como aquella. Que estaba acostumbrada. Tenía que ser una kunoichi. Sino, ¿cómo había paralizado a aquellos dos hombres? Una mera civil no podría hacerlo.
—Oye, y… ¿Akasha? Eres una kunoichi, ¿me equivoco? ¿De alguna Villa en concreto? —preguntó con interés. Todavía no había decidido qué hacer con aquel tipo. Si la chica era kunoichi, seguramente lo mejor sería dejárselo a ella. Al fin y al cabo, era a ella a quien habían atacado.
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De poquito en poquito, la fémina había logrado reunir comida. Un poco de aquí, un poco de allá... Ahora tenía menos hambre que antes, pero al menos había logrado calmar el dragón que había en su estómago. Ella había dado por loco al bandido, es decir, se lo había dejado al Chuunin que había venido al rescate. Aunque se mantenía en alerta, pues. No vaya a ser que el traidor les atacara en la guardia baja. Así que prácticamente buscaba comida y de a ratos miraba al bandido y los cuerpos muertos para asegurarse que todo estaba en su lugar. Su búsqueda por la comida fue interrumpida por lo que eran ahora preguntas de su salvador.
—Oye, y… ¿Akasha? Eres una kunoichi, ¿me equivoco? ¿De alguna Villa en concreto?
-¿Kunoichi...? Si se le puede llamar así a lo que viste, si. Supongo... - Bajó la mirada. -Aunque yo no me considero como tal. De hecho, nunca pensé en ese título. - Ella se consideraba más una... Vengadora. Se encogió de hombros, sonriéndole con dulzura.
-En cuanto a tu próxima pregunta. ¿Villa...? ¿Qué decirte? El único lugar de donde realmente me considerada fue atacado y destruído salvajemente. Pero es buena pregunta la que has hecho. Yo... - Se miró ambas manos. ¿Realmente se consideraba de Amegakure? Había llegado hace poco porque no encontró ningún lugar a donde ir, pero todo lugar que pisaba era destruído vilmente. Todo lugar que comenzaba a amar, se le era arrebatado, y así mismo, toda persona que empezaba a querer también se le iba la vida. Por eso quizás no se consideraba de ningún lugar en específico, o no quería admitirlo. Eso, y por la regla básica de los ninjas: No revelar nada de ti.
-Vivo en una villa, si. - Siguió buscando frutos. -Pero prefiero no entrar en esos detalles. No quiero ir a los cuatro vientos ventilando información personal. Disculpa si no es la respuesta que buscabas. - Suspiró. -Sin embargo, no deberías preocuparte. No haré nada que atente contra tu vida, a menos que hayas sido tu una de las personas que participó en la destrucción de mi antigua aldea. ¿Entendido? - Levantó su dedo pulgar y guiñó su ojo. Esperaba que con esa respuesta él encontrara calma o algo así. De por si había mucho paranoico por las calles, incluyéndola a ella.
Fue cuando lo miró fijo a los ojos, y con seriedad...
-.....
Y seguía mirándolo...
-......
Y se acercó para seguir mirándolo hasta que infló las mejillas.
-Bonitos ojos. - Mencionó sin saber lo peligroso que podían ser. -...pero... - Empezó a jugar con sus dedos y bajó la mirada, sonrojándose levemente por lo que iba a preguntar a continuación. Sus tripas gruñeron un poco. -¿Tienes... Comida? - Llevó su mano detrás de su nuca sonriéndo con nervios. -¿O al menos sabes la dirección más rápida y segura para salir de este lugar? - Tic en el ojo.