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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#31
¿Kuu-chan? — dijo Ranko con un tono dubitativo, seguramente debido a su forma inusual de presentarse. Su hermana se comportó de lo más hostil posible, incluso anunció el posible inicio de una confrontación cuando su cuerpo empezó a verse rodeado por relámpagos.

«¿Un duelo de rayos?» pensé mientras hacía que el trueno se apoderase de mi también. Mi mirada estaba fija en Kuumi, en aquella máscara de rostro felino, en su cuerpo en general, mi mirada llena de determinación, no me dejaría achicopalar por ella.

Detrás del escritorio el muchacho empalideció y empezó a sudar tanto que su ropa empezaba a humedecerse con rapidez, victima de los nervios no tuvo más opción que disponerse a evitar un escandolo y daños en su lugar de trabajo, por lo menos no podía permitirlo en su turno ¡ALTO!— vociferó a la par que Ranko se interponía entre su hermana y mi persona, su voz llamaría la atención de todos los presentes, ¿quién pensaría que alguien tan menudo tendría tal vozarrón? Y aunque se encontraba temblando se acercó al trío.

Mi raiton desapareció cuando el muchacho se plantó en medio de todo, incluso mi rostro se ruborizó «¡Que verguena! Venir a hacer un escándalo tan lejos, por lo menos aquí nadie me conoce» aunque me gustaba llamar la atención, no era este el modo en que lo tenía pensado.

La de la clineja seguía intercediendo por mi ante su hermana, quien argumentaba que yo la había inducido bajo un genjutsu, no habría sido mala idea, claro sí pudiera manejar tales artes, pero con un manejo adecuado de las palabras me bastó para influenciar levemente en Ranko, claramente ella no tenía porqué saberlo, ni lo sabría. Finalmente los ánimos se calmaron con las palabras su hermana y quizá también con la presencia del encargado de turno de las termas, quien por fin pudo soltar un profundo y largo suspiro, se encontraba más aliviado, necesitaría un té después de esto, por lo que optó por volver a su lugar.

Por mi parte mis orbes seguían encima de la recién llegada, cuando descubrió su cara me fue difícil no notar la similitud que tenía con Ranko, tenía ciertos detalles diferentes, lo más notable era su cabello, pero sí se lo proponían podrían hacer pasar un mal rato a alguien; dejé que se reencontraran dándole la espalda a ambas y viendo al muchacho.

. No había de conejos. Por alguna razón venden casi todo de gatos o perros.

Las hermanas se unieron a nosotros, en ningún momento miré a Kuumi, pero pude sentir sus ojos sobre mi, al acecho, opté por ignorarla.

Aunque el revuelo había pasado y las hermanas se habían disculpado, el peliplateado escribía con un trazo rápido y casi inintendible, muy diferente al anterior, cosa que se darían cuenta sí se atrevían a echar un ojo al libro que llenaba —. Señoritas, me temo que si continúan con esa actitud dentro de las instalaciones nos veremos en la obligación de solicitar se retiren de las mismas— dijo serio paseando lentamente sus orbes purpuras por cada una de nosotras —. No está de más decir que sí ocurre algún incidente los causantes cubrirán los gastos de las reparaciones.

«Como sí la estadía no fuese suficientemente costosa, no me imagino cuanto podría costar reparar algo de aquí» el simple hecho de pensar que sí rompíamos algo tendríamos que pagarlo me hizo reparar en la situación, en cualquier lugar sí lo rompes lo pagas, pero en un lugar elegante como este saldría el triple de costoso, no sin antes considerar que todo era más caro por ser un lugar turístico...

M-Mei-san. E-ella es mi he... Hermana. Mi hermana Kuumi.

De no ser porque Ranko la presentó y porque yo me consideraba una persona educada, hubiese seguido ignorando a su hermana, no obstante, no me quedó más opción que virarme hacia ellas y posar mis orbes en Kuumi—. Un gusto— mi voz sonó sería, no dije más, ni reverencias ni nada.

¡Todo un placer, Mei-sama! Dígame, ¿Qué la trae a Yugakure? O más específicamente ¿a Owatatsumi?

—Mei-hime para ti— corregí con un tono entre serio y jocoso, ¿quería ella ser irónica y demás? Dos podrían jugar ese juego.

Justo antes de que me diera chance de seguir con el tema, el muchacho se aclaró la garganta para llamar la atención de nosotras —. Estoy casi seguro que han venido por le festival de perros y gatos— dijo mientras sacaba una máscara canina idéntica a la que Kuumi le dio a Ranko y la ponía en su rostro —. Es una tradición aquí en Yugakure, mañana será el gran día, y demostraremos que el Dios Perro saldrá victorioso— explicó brevemente.

Detrás del trío de chicas apareció una pareja, clientes potenciales, que debían ser atendidos como se lo merecían —.Aquí les dejo este folleto para que lean lo referente al festival, les recomiendo que no se lo pierdan, en la noche es la atracción principal, mañana por ser un día especial hay descuento en la estadía, un treinta por ciento de rebaja— lanzó el anzuelo para ver sí picábamos.

Miré a Ranko nuevamente sin saber que hacer ni decir, no saldría de mi paga.

— Entonces sería, acceso libre a todas las áreas, hospedaje, desayuno...— a la par que iba diciendo sumaba en una calculadora, él sabía el total, solo era parte de su plan convencer a la clientela el porqué los altos costos —. Un total de trescientos ryous, serían quinientos ryos sí deciden quedarse mañana también.
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#32
Los ojos de Kuumi ardieron con las llamas del desafío dos veces: una cuando Mei liberó una descarga también de Raiton, y la otra cuando le contestó a su insolencia. Ranko se notó preocupada al ver a Mei reaccionar con su propio elemento, pero afortunadamente no pasó a más.

Sí, sí, como sea. —le contestó Kuumi sin preocupaciones al recepcionista ante la advertencia de pagar lo que fuese que rompieran. Ranko, por su parte, aprovechaba cualquier momento para repetir "lo siento" al joven.

Las hermanas escucharon al recepcionista explicar a medias lo del festival. Ranko tomó el folleto y lo leyó con emoción, mientras que Kuumi le prestó muy poca atención. Cada dos tres, la pequeña le dirigía una mirada molesta a Mei.

¡Qué lindo suena este festival! C-creo que sí nos quedaremos. ¿Verdad, Kuu-chan? ¿Mei-san? —Realmente lamentaba que hubiese habido ese roce entre ellas, y rogaba porque Kuumi no quisiese empeorar las cosas. Su hermana no era en realidad una mala persona, pero podía ser muy terca y berrinchuda. Esperaría la respuesta de ambas.

Mmm… Claro. Hay que pasar tiempo de calidad. Juntas. Con nuestra nueva amiga. Anótame en todo —Antes de que las otras dos chicas pudiesen decidir, Kuumi buscó entre sus ropas y sacó de su monedero varios billetes doblados —. Dos noches de diversión total.

¡Kuu-chan! —Era muy raro que fuese Ranko la que regañase, pero esta vez le dirigió una mirada dura a Kuumi. Ésta chasqueó la lengua y fue a sentarse en uno de los muebles mientras se colocaba de nuevo la máscara de gatito. La de la trenza le ofreció a la chica una reverencia, bastante apenada —. M-Mei-san, di-disculpe a mi hermana. Kuumi e-es algo… algo terca. ¡Pero en el f-fondo es ma-maravillosa! ¡Y p-por supuesto que s-si Mei-san decide quedarse, y-yo le a-apoyaré con lo de la-la estancia!

Ranko se sentía terriblemente culpable, pues había sido ella quien decidió ir a Owatatsumi, y Mei había sido de lo más paciente y amigable con ella. No merecía pasarla mal debido a Kuumi.

"Aunque no deberíamos descartar lo del Genjutsu…" dijo su vocecita sensata.
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#33
Apenas y pude leer el folleto, primeramente por la incomodidad de la situación que acababa de ocurrir y segundo porque podía sentir la mirada de Kuumi taladrar mi nuca cada vez que me disponía a prestarle a atención suficiente al triptico. Al final sentí un poco, mejor dicho, bastante vergüenza, automencionarme princesa y no tener para pagar la estadía de las termas.

Mmm… Claro. Hay que pasar tiempo de calidad. Juntas. Con nuestra nueva amiga. Anótame en todo. Dos noches de diversión total.

«Parece que está disfrutando de todo esto»

El empleado dudó unos segundos sobre si agarrar los billetes, o no, a pesar de sus esfuerzos por calmar los ánimos, aún podía sentir la tensión en el ambiente.

¡Kuu-chan! M-Mei-san, di-disculpe a mi hermana. Kuumi e-es algo… algo terca. ¡Pero en el f-fondo es ma-maravillosa! ¡Y p-por supuesto que s-si Mei-san decide quedarse, y-yo le a-apoyaré con lo de la-la estancia!

—Tranquila, será un honor— sonreí y entonces lancé una mirada fulminantes hacia Kuumi, sí las miradas mataran... —. Tu hermana es un encanto, estoy segura que nos la pasaremos bien las tres.

El muchacho tomó la paga cuando escuchó aquellas palabras y le cedió a Ranko una llave con un llavero de madera que tenía la forma de un dragón, en el cuerpo del ser mitológico destacaba un cinco, estaba demás decir que era el número de la habitación —.Esperamos disfruten de su estadía— salió de su posición y abrió la puerta corrediza que se encontraba a su izquierda, justo frente a esta se encontraba otra —. Al final de este pasillo encontraran unas escaleras, en el segundo piso están las habitaciones, justo frente a las escaleras hay un pasillo que se divide en dos, ahí encontraran los vestidores y podrán acceder a las termas.— explicó brevemente para luego señalar con el índice la puerta del frente —. Por allá se encuentra nuestra más nueva adquisición, remodelamos el área del comedor, ahora hay un cafetin con varios articulos de todo Oonindo, es ahí en dónde recibirán sus desayunos, pero pueden solicitar cualquier otra cosa que deseen, está disponible hasta las doce de la noche, de día el sol hace resplandecer el jardín y de noche las estrellas brillan tan fuertes como el sol.

—¿En serio?— pregunté con cierto entusiasmo y brillo en mis ojos —. Es un lugar que no deja de sorprenderme, ¡muero por ver las termas!— ahora sonreía sinceramente —. ¡Vamos!— me adelanté por el pasillo que dirigía a las termas, no era muy largo, ni muy ancho, ni especial, la pared tenía un estampado de claveles.

Para cuando Kuumi y Ranko llegasen hasta el segundo piso, me verían justo frente a la puerta número cinco.
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#34
Mei parecía no dejarse vencer por la actitud de Kuumi, y aceptó gustosa la invitación de Ranko. Después de entregarle a la de la trenza una llave con un ornamento draconiano, el recepcionista describió el camino a su habitación, así como los servicios de termas y de comedor, para terminar con una ilustración verbal de la beldad del lugar.

Sus palabras emocionaron mucho a Ranko y a Mei, y ésta última no tardó en ir a revisar el cuarto.

¡V-vamos en un momento! —dijo la kunoichi mientras veía a la chica alejarse. Ranko fue entonces a con su hermana y se sentó a su lado —. Kuu-chan… Sé que te molesta. Yo… Sabes lo que madre dice. Y yo quiero… yo quisiera ser tan confiada como tú. Ser tan asertiva y… y poder hablarle a cualquier persona. Pero no puedo. No sé por qué. Sé… Sé que me entiendes. ¿Me ayudarás a ser más fuerte de esta manera?

La presencia de Ranko no habría convencido a la mayoría, pero su hermana era su hermana. Kuumi respiró profundamente y levantó la máscara. Hacía un mohín, pero hablaba con honestidad.

Mmj. Bueno. Me sigue pareciendo bastante drástico haberme abandonado así.

Ahm… no fue en realidad…

Pero está bien. No seré una perra con esa tal Mei.

¡Kuu-chan! No digas eso. —Pero Kuumi rió mientras se levantaba. Ranko la imitó, algo aliviada.

Por cierto, creo que sin querer di más de lo que correspondía por nuestras noches. ¿Me das el cambio, por favor?

Aaahm… C-claro… —Ranko buscó dentro de su propio monedero y le dio a su hermana lo que había costado lo de Mei. Kuumi la miró algo confundida.

¿Ah? ¿Por qué lo tomas de tu dinero? Pero si… NO.

E-es solo que Mei-san no tenía mucho y-y-y… fue tan amable conmigo y-y-y… me ofrecí a pagar su parte y…

¡¿QUÉ?! —El grito de Kuumi resonaría en toda la recepción, poniendo en guardia una vez más al joven que les había atendido. La pequeña, al darse cuenta de que estaba a punto de revelarse otra escena, recuperó la compostura y tomó la mano de su hermana, dándole palmadas en el dorso con cierto dejo de molestia —... Maravilla. Qué bien que seas tan amable con ésa.

Ninguna de las dos dijo otra palabra más allí, y se dispusieron a subir a su habitación. Antes de subir el último tramo, Kuumi le susurró algo a su hermana.

Asegúrate de que no estés en un Genjutsu, o me aseguraré yo.

Al subir, Ranko con una sonrisa tímida y Kuumi con una sonrisa algo confiada, la de la trenza no tardó en abrir la puerta número cinco. Mientras tanto, la más pequeña se dirigiría a la Uzujin.

Siento lo de abajo, Mei. A veces no puedo evitar saltar al ataque, como un tigre. No es… personal. Si eres amiga de Ran-chan, no veo por qué no podríamos serlo tú y yo

Kuumi le tendió una mano de paz, aunque sus ojos seguían chisporroteando desconfianza.
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#35
¡V-vamos en un momento! alcancé a escuchar mientras me perdía por el pasillo.

La llegada a la habitación fue fácil, dificil fue esperar a que mis compañeras llegasen, normalmente tardarían unos escasos segundos, como me habia tomado a mi, pero a mi mente vino la idea de ir a buscarlas cuando pasaron los primeros minutos y aún no aparecían. Di media vuelta dispuesta a volver por el camino, pero no llegué a dar tres pasos cuando las hermanas finalmente hicieron acto de presencia, por lo que esperé.

—Subí tan rápido que me olvidé que tenías la llave.

Siento lo de abajo, Mei. A veces no puedo evitar saltar al ataque, como un tigre. No es… personal. Si eres amiga de Ran-chan, no veo por qué no podríamos serlo tú y yo — dijo Kuumi en tono conciliador a la par que extendía su mano, hubiese sido más creíble sí sus ojos no se clavasen en mi como sí de mil cuchillas se tratasen.

—Disculpas aceptadas— sonreí con tanta amabilidad que podría ser perturbador para los ojos de de esta, en cuanto nuestras manos se estrechasen sería inevitable para ella sentir un corrientazo que se esparciría por todo su cuerpo, haría que su piel se erizase, pero sería tan débil y tan fugaz que podría ponerlo en duda, o mejor dicho yo esperaba que así fuese, lamentablemente para mi, no era solamente yo quien manejaba el rayo.

—Oh! Mira que bonita es la habitación— solté rápidamente nuestra unión para evitar una contraofensiva y me adelanté a entrar.

El suelo y el techo eran de madera, similar al de la recepción; nada más entrar te topabas con breve pasillo, en el mismo había dos puertas corredizas que me apresuré a abrir, se trataba de un amplio armario, unos pasos más adelantes se encontraba el ambiente principal, un espacio amplio en el cual se encontraban dos literas, o sea que era una habitación para cuatro personas, entre ambas había una mesa de noche con una lampara ornamental, y otra en el techo. Justo frente a las cámaras yacía otra puerta, también la abrí, se trataba de un baño, no tan amplio, pero estaba bien, la cerámica era oscura con azulejos vinotinto que hacían gala a las escamas de un dragón, y cada tanto de estos parecía surgir una cabeza reptiliana con unas llamas saliendo de sus fauces; la ducha tenía puertas de cristal, al igual que el lavamanos, todas las llaves eran de acero que brillaban, estaban tan limpias que podrías ver tu reflejo amorfo en ellas, además habían dos espejos, uno justo encima del lavamanos, y otro dentro de la regadera, un poco raro sí.

—El baño parece ser lo más elegante aquí, comparado con el resto de la habitación pareciera que te invita a quedarse en el, jajaja— ciertamente me parecía así, era lo más elegante del lugar, claro las lamparas del techo y de la mesita de noche no estaba mal, todo estaba hecho de madera, ¿qué más se podía esperar? Seguían demostrando una decoración tradicional pero un tanto más actualizada.
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#36
Mei aceptaría las disculpas de Kuumi y, al sentir la pequeña el agarre electrizante de la Uzujin, le devolvería un toque similar y una sonrisa que equilibraba reto y molestia. Parecía que ambas chicas querían derrotar a la otra con solo un gesto disfrazado de buenos modales. Pero Ranko no dejó que nada pasara, pues se apresuró a abrir la puerta de par en par.

E-entremos, entonces. ¿Sí?

Ranko y Mei se sorprendieron por lo pulcra y hermosa que estaba la habitación, mientras que Kuumi entró encogiéndose de hombros. La estancia, de piso y techo de madera, con un armario enorme, un baño elegantísimo que contrastaba con lo tradicional de la pieza principal, y adornos sencillos pero de mucha clase, sí se le hacía bastante bien, pero la pequeña no quería expresarlo. Se sentía demasiado genial como para mostrárselo a Mei.

¡S-Sí! ¡Son hermosos! —respondió Ranko al comentario sobre los baños —. ¡La-las aguas termales deben d-d-de estar maravillosas!

Pues claro. Hay que lavarse bien antes de entrar a las aguas, ¿No? —soltó Kuumi, mientras iba al armario y acomodaba sus cosas —. ¿Saben? No he comido nada, así que iré un rato al comedor ése. Adelántense si quieren. Chaíto~

Kuumi les dedicó una sonrisita y un gesto con la mano y salió de la habitación sin dar tiempo a Ranko de decir nada. La mayor tragó saliva.

A-a-acomo.. acomodaré m-mis cosas… —dijo tímidamente, mientras llevaba su mochila al armario.

"No puedo dejar de pensar en ello… ¿Podría ser un Genjutsu? No recuerdo haberla visto hacer un jutsu alguno… a menos que lo haya hecho cuando se lanzó al suelo en el restaurante… No, Mei no sería capaz. ¿O sí? ¿Cómo lo sabes, Ranko?"

Al terminar, regresó a la pieza principal y se sentó en una de las camas. Suspiró con una sonrisa sincera y miró a Mei. Realmente estaba alegre de estar allí. Sin importar lo del roce entre su hermana y su nueva amiga, o si estaba en un Genjutsu o no, o si…

"O si voy a estar en un una piscina con una desconocida, completamente DESNUDAS. AAAAAAH" Aunque ya lo había pensado antes, no lo había asimilado del todo. Un vistazo rápido a Mei, y el corazón se le aceleró y su rostro enrojeció bastante. Era una chica muy atractiva y lo dejaba ver con su atuendo. Ranko en realidad no era muy agraciada físicamente, pero su cuerpo mostraba los frutos de un entrenamiento intenso, en especial en su parte inferior. "¡NO, RANKO! ¡NO PIENSES EN ESO!"

Pero fue inevitable, así que la mirada de la morijin bajó en picado hasta el suelo de madera perfectamente pulido. Toda su vida se había enfocado en su arte marcial, y nunca, que recordase, había sentido atracción hacia nadie. ¿Dónde estaba madre para aconsejarla?

¿L-l-li-li-lista, M-Mei-san? ¿Q-qué ha-hará ahora?

Ranko se aferró a sus rodillas como esperando que una guillotina cayera sobre su cuello justo allí en esa cama.
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#37
Mis esfuerzos por evitar un corrientazo por parte de Kuumi fueron en vano, demostró que también podía jugar al mismo juego.

«Es buena...»

. ¡La-las aguas termales deben d-d-de estar maravillosas!

—Estas termas son bastante reconocidas aquí, imagino que es por eso— no sabía sí ya había dicho eso, pero me sonaba repetido, quizá en el local donde comimos, no le di mucha vuelta, tampoco tenía gran relevancia.

Kuumi anunció que se marchaba así repentinamente, era un poco abrupta su despedida, por un momento creí que no se separaría de su hermana, sí yo desconfiara de alguien trataría de no dejarla a solas «Está tramando algo...»

—Provecho— dije sin saber sí me escuchó.

—Sigo creyendo que no le caigo muy bien a tu hermana— dije unos segundos más tarde —. Creo que es mejor que estemos así, solas, será más divertido así, ¿no crees?— imité a Ranko y me dispuse a organizar mis pertenencias.

Correspondí a su mirada y sonreí de igual forma —¿Por qué sonreimos?— simplemente le imité, pero no sabía el porqué.

—¿Qué pasa ahora?— indagué al ver que los colores tomaban su rostro —. No me digas que tienes fiebre— me apresuré a poner una mano en su frente, ¿qué otro motivo podría ser? No había nadie más, no había multitud de gente, extraños ni nada por el estilo.

¿L-l-li-li-lista, M-Mei-san? ¿Q-qué ha-hará ahora?

—Realmente me gustaría descansar un poco, pero también muero por probar las termas, estoy pensando en sí dormir un rato o ducharme y e ir a probar la áreas que tienen para ofrecer— respondí mientras dejaba que mis cuerpo descansara en la cama frente a Ranko —. ¿Y tú, qué harás?
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#38
E-e-es sólo la s-situación. En otra ocasión t-tal vez serían mu-muy buenas amigas —Intentó Ranko excusar a su hermana, acompañándose de un gesto con la mano, como intentando convencer a la chica de no darle tanta importancia. Aunque parecía eso, una excusa, Ranko sabía que tal comportamiento por parte de Kuumi no era habitual, sino fruto de la serie de eventos de ese día —. ¿S-s-solas?

”Solas. Será más divertido. Solas. Será más divertido.

Solas. Será más divertido.

S O L A S.

SERÁ. MÁS. DIVERTIDO.”


Aunque su mente se escandalizó y sus mejillas parecían estar a punto de estallar, no dijo más que una palabra.

Claro.

Luego, Mei hizo algo que hizo que Ranko gritara como loca. En su mente, por supuesto. La Uzujin sentiría un calor proporcional al rojo del rostro de la Kusajin.

¡N-n-n-n-n-no! ¡N-n-no es f-f-fiebre! E-e-es… Es… E-es… —Pensó en un montón de excusas que pudiese dar.

”¡Son los nervios por estar en un lugar tan hermoso! ¡Es mi primera vez en unas termas de Yugakure! ¡Me emociona estar de paseo con mi hermana y Mei-san! ¡Es una condición médica que me sucede cuando estoy muy relajada!”

Pero todas eran mentira, pues ninguna era la razón de su pena. Y sabía que se sentiría mucho peor si mentía. Ni siquiera en una situación tan bochornosa perdería el honor de la verdad que portaba tan fielmente. Suspiró los dedos de sus manos se entrelazaron con fuerza, intentando controlar los temblores nerviosos de sus manos. Su mirada ascendió un instante a los orbes esmeraldas de Mei, solo para bajar de nuevo.

C-creo que estoy n-nerviosa. P-por Mei-san. ¡D-digo! No me lo tome a mal. E-e-es solo que… N-no sé qué hacer. En esta… En esta situación. E-en las termas. ¡Oh, qué pena, disculpe tanto! —se cubrió el rostro de repente con las manos. Nunca le había dado un ataque tan fuerte. Pero nunca había estado a punto de entrar a un baño con un desconocido. Las palabras se enredaron en su garganta, y no supo cómo explicarse con propiedad. Ranko no se dio cuenta en el momento, pero sus ojos también comenzaban a ganar un color rojizo, además de humedecerse —. S-siento que tenga que lidiar c-conmigo.

No sabía cómo se sentía, y mucho menos que haría en ese momento, por lo que no contestó a la última pregunta de Mei. Ranko temía haber arruinado la estancia de las chicas, incluso más que Kuumi.
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#39
Por más que Ranko intentase excusar a su hermana se veía a leguas que no le caía bien, y ella a mi tampoco, había dado una mala impresión, muy mala; por lo que no podría disculparla y olvidarme así por así.

. ¿S-s-solas? — asentí en silencio.

Al colocar mi palma en su frente sentí un poco de calor, pero no lo suficiente como para decir que tenía fiebre, no obstante, mi compañera seguía ruborizada casi en toda su cara.

¡N-n-n-n-n-no! ¡N-n-no es f-f-fiebre! E-e-es… Es… E-es…

—¿Es?— sonreí nuevamente, esta escena se me hacía tan tierna —. Eres muy inocente Ranko-san— mi indice buscó su mentón y lo elevé, quería que me viera los ojos, no me gustaba que evadieran mi mirada, también me acerqué, lo hice tanto que sus fosas nasales pudieron percibir esa fragancia que utilizaba —Eso te hace ser una persona muy dulce— dije en tono meloso.

«Espero que Kuumi no entre ahora»

Ella se puso más seria y solté una risilla repentina, luego me senté en la cama del frente, por lo que esa escena no duraría mucho más. Pero no duró mucho tiempo, el tartamudeo volvió y entonces intentó explicar el porqué de su actitud, aunque cuanto más decía los colores más de intensificaban e incluso sus orbes aguados se ponían.

—Respira profundo e intenta relajarte, no tienes de que preocuparte— dije suvamente —. Ni de que avergonzarte, es como cuando te bañas en la playa, bueno similar.
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#40
"¿Inocente?"

Ver su rostro forzado a mirar las esmeraldas de Mei no hizo más que hacer que su cabeza diera mil vueltas. Y el que Mei se le acercara tanto no ayudó mucho. Ranko se intoxicó con un aroma a rocío de rosas, dulce como la voz de Mei.

"¿¿Dulce??"

Su garganta se cerró por completo. Nunca había tenido a nadie tan cerca de sí. Nunca nadie le había dicho esas palabras, o al menos no en ese tono. La mente de la chica se puso en blanco y a la vez se llenó de mil pensamientos. No lo sabría, pero Ranko se diría exactamente lo mismo que Mei.

¡AAAH! ¡ESPERO QUE KUUMI NO ENTRE AHORA!"

En el piso de abajo, Kuumi estornudaría levemente, antes de continuar con su desayuno.

Cuando Mei se alejó y se sentó en la cama de enfrente, Ranko se sintió a la vez aliviada y confundida, como si una parte de sí quisiera seguir viendo sus ojos y oliendo su perfume. La risita de la Uzujin la confundió aun más. Su estómago era un revoltijo y su mente estaba peor. Su corazón estaba tan acelerado como si estuviese frente a una multitud. Sin embargo, las palabras de su compañera le hicieron calmarse lentamente.

Ranko cerró los ojos detrás de sus manos, y recordó la técnica de relajación que Inuzuka Etsu le había recomendado una vez.

"Imagina que todos son conejos."

En su mente, caótica por el momento, aquella habitación comenzó a tomar forma. Estaba sentada en una cama con sábanas de figuritas de conejos. Las lámparas tenían forma de conejo. Las paredes mostraban imágenes de conejos saltando, comiendo y bailando. El suelo era suavecito, como el pelaje de un conejo (aunque hecho de material sintético, y no de pelaje animal, por supuesto). Y, saltando y jugando por todo el cuarto, la rodeaban decenas de conejos de todas edades, tamaños, colores y personalidades.

Gracias, Mei-san —Quitó las manos de su rostro, aunque sus ojos seguían cerrados. Las lágrimas que amenazaban con caer ya habían sido limpiadas, y el color de su rostro pronto decayó, acercándose un poco a su natural tono morenito. No se veía relajada al cien por ciento, pero se notaba mucho menos agitada. "¡Una vez más, la técnica de Inuzuka-san ha funcionado!". ¡Ti-tiene razón! Es como ir… ir a la playa. Será muy… —Se imaginaba ver a Mei como un conejo gigante, algo gracioso con esos adornos de calavera tan extraños que la chica portaba. Pero al abrir los ojos, vio algo un tanto diferente —. ¡RELAJANTE!

Mei estaba disfrazada de conejo: una diadema con orejas largas, un payasito negro muy escotado, y pantimedias a juego. Había visto ese conjunto tan atrevido hacía un tiempo, cuando Kuumi le hizo una broma. "¿Te gustan los conejos, Ran-chan? ¡Te regalo un conejito!" pero, para decepción de su hermana, la caja que la pequeña le pasó contenía sólo una historieta en cuya portada se mostraba una tipa muy atractiva con el mencionado atuendo. Ranko se la lanzó a la cabeza mientras Kuumi reía.

"¡GENJUTSU! ¡DEFINITIVAMENTE ES UN GENJUTSU!" gritó mentalmente, mientras cerraba los ojos y agitaba la cabeza. Al abrirlos, Mei vestía de nuevo su atuendo normal. Todo había sido imaginario. El color regresó a las mejillas de Ranko, aunque esta vez fue de manera menos drástica, y más como le pasaría a una persona normal. "¡Estoy segura! ¡No hay otra razón por la que pueda estar viendo y sintiendo esto! Ahora… ¿Cómo deshago un Genjutsu? Yota-san utilizó uno en nuestro combate, pero no lo supe sino hasta que me lo dijo. Y para entonces ya lo había desactivado… Recuerda tus estudios, Ranko, ¿Qué puedes hacer contra esto?"

¡Ejem! Muy… ehm.. muy relajante. ¿Qui-quiere Mei-san, entonces, u-un baño y-y-y revisar las ins... instalaciones? —sugirió, recordando que era una de las opciones que la chica había dado.
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#41
¡RELAJANTE!

El grito repentina de Ranko me alarmó, todo mi cuerpo se puso alerta en un instante y mis ojos se abrieron de par en par, realmente era algo que me tomó de sorpresa, ¿cómo podía pasar de un estado de ánimo a otro tan abruptamente? Entonces me sentí un poco culpable, a lo mejor era yo quien le había tensado un poco más de lo habitual la soga.

¡Ejem! Muy… ehm.. muy relajante. ¿Qui-quiere Mei-san, entonces, u-un baño y-y-y revisar las ins... instalaciones?

Me relajé al escuchar la voz habitual y su tartamudeo característico, eso me decía que no había estropeado su psiquis.

—Claro, sí no te molesta me ducharé primero— comenté a la par que me levantaba y me dirigía hacia mis pertenencias, saqué una toalla azul y una muda de ropa y entonces me metí en el baño.

Ay! AY AYAYAYAYA! QUEMA QUEEEEMAAA!

20 minutos más tarde

La puerta del baño se abrió lentamente dejando escapar el vapor del agua y posteriormente a mi persona, lucía un yukata blanco con estampado floreado en escala de negro y gris, con algunos matices rosa pálido, mi piel estaba un poco más rosada de lo normal, era fácil deducir que se debía a la ducha caliente.

—Ya puedes entrar, ten cuidado, no vaya a ser que tengamos Ranko cocida para la cena— reí y me dispuse a guardar mi ropa.
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#42
La Uzujin pareció alarmarse por el cambio repentino de voz de Ranko, pero pronto se tranquilizó.

P-por supuesto que n-no. V-ve, Mei-san.

Ranko soltó un suspiro al verla entrar a la ducha, pero se puso de pie como un relámpago cuando escuchó su grito. Soltó un segundo suspiro al oír que había sido por la temperatura del agua. La chica pasó su mano por su rostro y luego por su cabello, como intentando quitarse la pena de la cara.

"Tranquila, Ranko, tranquila" pensó, mientras llevaba sus manos al final de su trenza para desatarla y comenzar a deshacerla "¿Cómo me aseguro que no es un Genjutsu? ¿Cómo puedo salirme de uno? Era… Era… ¡Hay un jutsu para salirse! Pero ¿Cómo era? No lo conozco…"

La chica terminó de soltarse el cabello y se puso de pie para preparar su cambio de ropa. Al terminar, se quedó de brazos cruzados, mirando su yukata doblada sobre la cama. Se perdió entonces por un buen rato, divagando mentalmente sobre qué podía hacer.

"Obviamente no puedo preguntarle directamente. Tal vez si lo menciono casualmente como 'Hola, Mei-san, ¿Qué tanto sabes de Genjutsu?' No, sería tonto. Tal vez… ¿Tal vez haya una biblioteca en Yugakure? No, sería tonto también. Creo. Tal vez…"

Entonces hubo un golpe en la puerta. Antes de que Ranko pudiese preguntar algo, se escuchó una voz aguda.

¿Ran-chan? Abre.

Un instante después, Kuumi entraba a la habitación, con un palito de dango, sin dango, entre los dientes.

¿Qué pasa? ¿Ya averiguaste si estás en un Genjutsu o no? —Susurró la pequeña, antes de mirar en derredor, mas sólo vio a su hermana —. ¿Dónde está?

N-no. No sé todavía. Mei-san está en la ducha.

Ajá.

Kuumi miró fijamente a los ojos de Ranko, quien le devolvió una mirada confusa.

¿Q-?

Antes de que pudiese reaccionar, Kuumi tomó el palillo y punzó fuertemente con él a su hermana, justo debajo de las costillas.

¡AAAY! —La chica se apartó de Kuumi, tallándose el costado. No estaba herida, pero sí le había dolido bastante —. ¿¡Pero qué…

Tranquila, eso seguro te sacó del Genjutsu. De nada.

Ranko le lanzó una mirada muy molesta, pero Kuumi sonrió burlonamente. Entonces, la puerta del baño se abrió y Mei salió. Ranko se volteó, como un reflejo, y suspiró una tercera vez. El color volvió a su rostro y la duda a su voz al ver a la Uzujin en un yukata blanco, con la piel enrojecida por el agua caliente. Soltó una risita claramente nerviosa ante el chiste de Mei.

E-e-esperemos… Esperemos q-q-que n-no. Ahora… A-ahora me d-ducharé yo. —La chica tomó su ropa y fue al baño.

"AAGH. ¡NO FUNCIONÓ! ¡Debe ser un Genjutsu de alto nivel! ¡De altísimo nivel! ¿Qué puedo hacer? ¿¿Qué puedo hacer??"

El agua de la ducha le pareció helada contra el calor de su rostro.


Hey, Mei —Kuumi se dejó caer sobre la cama de Ranko —. Te ves bien. ¿Qué cuentas?

Se cruzó de piernas y la miró con una expresión neutra, esperando tanto su respuesta como a que su hermana saliera de la ducha.
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#43
Mi sorpresa fue que al abrir la puerta Kuumi ya había vuelto, al parecer habían estado hablando de algo puesto que el suspiro de Ranko no escapó de mis ojos; la de la trenza, quien ahora no la tenía, se adentró en el baño para ducharse también, poco después escuché el ruido del agua caer.

Hey, Mei. Te ves bien. ¿Qué cuentas?

—Gracias, este yukata me lo regaló mi mamá, es muy lindo, ¿no?— dije para sentarme en la cama del frente —. Pues no mucho, di un par de vueltas por la villa, aparte de las termas y del festival de mañana no he visto nada más turístico, no sé sí no haya ido a los lugares indicados...

Me levanté y fui a mi mochila, se me había olvidado algo.

El sonido de un atomizador siendo presionado llegaría a los oídos de Kuumi, el ruido se repitió dos o tres veces más, luego volví con ella, ahora con una fragancia a rosas —. ¿Tú que cuentas?— también tenía un peine en mi mano, desabroché aquellas falanges de mi cabellera y entonces comencé a cepillarlo.
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#44
Sí, es lindo. Tu mamá tiene buenos gustos.

La voz de Kuumi no sonaba agresiva, sino monótona. Al ir a su mochila, la pequeña entrecerró los ojos, buscando cualquier indicio, algo que delatara las malvadas intenciones de Mei. Al volver, la Uzujin comenzó a peinarse. La pelirroja no quitaba los ojos de su interlocutora, mientras el ruido de la ducha llenaba el silencio entre ellas.

Sí, lo mejor son las termas, por eso la aldea se llama así. Y pues se ven… bien. Dime —Se inclinó hacia adelante, con el palillo entre los dientes y los codos sobre las rodillas. Lo que parecía ser una sonrisa de complicidad apareció de repente en su rostro, como si cambiase de personalidad —, ¿Qué piensas de Ran-chan? Se llevaron muy bien muy rápido, ¿No?

Ranko, por su parte, dejaría fluir sus pensamientos, y pronto el agua caliente le relajaría. La ducha se llevaba cualquier impureza de su cuerpo, como si sus nervios hubiesen salido en forma de sudor y hubiesen empapado su piel y cabello, y ahora fuesen lavados.

"Creo… Creo que veo un poco mejor ahora… Creo que me he dejado llevar un poco. No creo que Mei-san sea un engaño, es solo falta de perspectiva, sí. Eso es. Eso debe ser. Sí."

El agua se llevó un suspiro más.
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#45
Seguí cepillando mi cabello con naturalidad, la voz de mi interlocutora sonaba neutra, sin malicia, sin alegría, era simple, por decirlo de alguna manera.

¿Qué piensas de Ran-chan? Se llevaron muy bien muy rápido, ¿No? — algo en su voz cambió, podía sentir la insinuación, podía sentir cierta perversión en su sonrisa, en su aproximación.

«¿Qué buscas? ¿Algo para desconfiar?»

Me mantuve con naturalidad, desviando mi mirada hacia las puntas de mi cabello —. Es difícil no llevarse bien con tu hermana, es un pan de dios— dejé el cepillo a un lado y entonces nuestros orbes se verían —. Es una buena chica, aunque tiene un gran problema de confianza y seguridad— hice una breve pausa, no sabía sí estaba bien lo que iba a decir, pero ahí iba yo, con tono suave dije: —. Me sorprende que ustedes dos sean tan diferentes; Ranko es toda dulce, tierna, amable, introvertida y tú...— sonaría un poco más seria ahora, o mejor dicho un poco más seca —. Tú eres lo contrario, ruda, altanera, tosca.

Relamí mis labios —. Aunque bueno, es mi primera impresión, a lo mejor me estoy equivocando, y es malo juzgar a las personas sin conocerlas bien, ¿no?— esperé su respuesta. Mis esmeraldas seguían fijas en sus luceros.
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