El acero peregrino

[Sama-sama]

Pronto fue evidente que no sólo Katsudon estaba dormido. Lo que antes era un solo de ronquido se había convertido ahora en toda una orquesta. Evidentemente, alguien debía estar al timón, pero si el muchacho deseaba encontrarlo tendría que salir a la cubierta.

...y allí estaba ella. Su cabello rubio ondeando al viento mientras danzaba. Un baile de acero. La espada trazaba arcos horizontales y verticales, Yuuna ejecutando movimientos que Reiji en su vida había visto. Dio un giro de ciento ochenta grados y una voltereta grácil hacia atrás. Y le vio.

—Oh. —Lentamente, Yuuna envainó a Tamashigiri—. ¿También saliste a tomar algo de aire? —Bonito eufemismo para huir de los ronquidos.

[Sasaki Reiji]

Había mas gente durmiendo que despierta, lo que antes era solo Katsudon roncando, en cuanto di unos pasos y me fui despertando mas, se convirtió en todo un coro de gente roncando.

¿Roncaria yo? La verdad es que por mi mismo no podía saberlo, pero podía preguntarle a Sakura.

La imagen que mis ojos y mi mente recibió nada mas salir me hizo dejar de pensar. Allí estaba la chica samurái, con su espada desenvainada, bailando con ella con movimientos con los que yo no había ni soñado.

Era evidente que debía ser la hija de un samurái experimentado. Aunque fui yo quien la había retado, era mas que evidente que su nivel de destreza con la espada superaba con creces al mio. Aún así, no pensaba retractarme.

—Oh. —Con una pirueta, se colocó de forma que miraba hacia donde estaba yo, luego, envainó su espada despacio.—. ¿También saliste a tomar algo de aire?

—Buenos días.— Lo primero era saludar. —Pues la verdad es que... Suelo levantarme temprano para entrar, y había pensado preguntarle al capitan donde podía hacerlo sin molestar a nadie, aunque veo que ya es encontrado tu el sitio...

Aunque había mucha gente durmiendo... Alguien tenia que estar llevando el barco ¿No?

[Sama-sama]

Yuuna sonrió, y desvió la mirada hacia el cinto del muchacho. Lentamente, volvió a desenvainar a Tamashigiri, y con un movimiento fluido y circular apuntó al pecho de Reiji con la punta de su filo.

—¿Querías enfrentarte a mí? —dijo—. Aquí hay suficiente sitio para que entrenen dos. Y veo que llevas tu espada encima.

[Sasaki Reiji]

La chica samurái sonrió al escucharme. Por un segundo pensé que le había hecho gracia, pero luego, cuando lentamente desenvainó su espada y apuntó hacía mi, supe que me había equivocado.

—¿Querías enfrentarte a mí? —pregunto. La respuesta era obvia—. Aquí hay suficiente sitio para que entrenen dos. Y veo que llevas tu espada encima.

Sonreí.

Después de verla moverse con la espada, sabia de sobra que mis posibilidades eran mínimas. Ella desde luego era mas diestra con la espada, seguramente era también mas rápida y mas fuerte. Y sin embargo, todo eso me daba igual.

Caminé hasta recortar lo suficiente la distancia que nos separaba y desenvainé, también lentamente, mi espada. Tsubame, la mejor hoja que había forjado mi padre. También portaba conmigo la wakazishi, y era lo suficientemente diestro para manejar dos espadas a la vez, pero hacía tiempo que había decidido que esa no era mi forma de pelear, y solo la llevaba por si quedaba desarmado.

Adopte posición de batalla, cogiendo la espada con ambas manos, la izquierda por encima de la derecha, y adelantando el pie izquierdo. Yo no era zurdo, diestro tampoco, pero solía utilizar la mano izquierda con mas frecuencia.

—Cuando quieras.

Estaba encantado con la idea de entrenar con alguien que no fuese mi madre. Lo poco que había visto de Yuuna no era suficiente para hacerme una idea de como peleaba, solo de su destreza, por eso no me atreví a dar el primer paso.

[Sama-sama]

Yuuna contempló a Tsubame como quien analiza a un desconocido que se presenta por primera vez. Asió su espada con determinación, entrecerró los ojos y comenzó a caminar en círculos alrededor de Reiji.

—Tu postura es buena —dijo—. No eres samurai, shinobi. Pero algo me dice que te están entrenando bien en el camino de la espada.

»No obstante.

Ocurrió tan sólo en un parpadeo. Ahora Yuuna estaba frente a él, el filo de su espada levantado y descendiendo sobre él, raudo como una centella. Al momento siguiente, la mujer había doblado las rodillas, agachándose, y con gran fuerza trató de golpearle en el estómago con la guarda de su espada. Dio un salto hacia atrás, dando dos cortes verticales, uno hacia arriba, otro hacia abajo, muy rápidos. Se deslizó por la cubierta con destreza y sonrió.

[Sasaki Reiji]

La mujer samurái empezó a dar vueltas a mi alrededor. La seguí con la mirada, no había que perder de vista al enemigo nunca, pero no me moví.

—Tu postura es buena —ella habló, pero no bajé la guardia—. No eres samurai, shinobi. Pero algo me dice que te están entrenando bien en el camino de la espada.

Que remedio. No había otro camino para mi. El ninja que no es ninja. Y como Ella decía, tampoco era un samurái.

»No obstante.

Ni siquiera tuve tiempo de abrir y cerrar los ojos. Antes si quiera de que pudiera parpadear Yuuna ya estaba sobre mi, con el filo de la espada levantando y cayendo sobre mi. Quería bloquear la espada, pero aquello no era mas que una finta, antes si quiera de que me diera tiempo a intentarlo, la guarda de su espada ya estaba dirigiéndose rápida y con fuerza hacia mi estomago.

Yo no era ni la mitad de rápido y aunque me hubiese dado tiempo a apartarme, hubiera sido golpeado igualmente, pero además, le hubiera dado distancia, y cuando el enemigo se movía tan rápido, era mejor tenerlo cerca.

Una cosa era cierta, no podía ganarle, por cabezota y persistente que fuera. Pero lo que si podía era darle guerra.

Lo que hice fue poner toda mi fuerza de voluntad en soportar el golpe para poder mantener a Yuuna cerca. No conocía su fuerza, y quizás no llegaba a aguantar el golpe, pero tenia que intentarlo.

Mi plan era el siguiente: Si podía soportar el golpe, pisaría su pie derecho con mi izquierdo, para evitar que se alejara, entonces intentaría golpearla con la espada, con un corte horizontal desde mi derecha hacia mi izquierda.

[Sama-sama]

Reiji aguantó el golpe de Yuuna con estoicismo, y antepuso su pie para bloquear la posición de la samurai. Una jugada inteligente, pero la muchacha se bastó únicamente de su mano izquierda para empuñar a Tamashigiri y bloquear el tajo que, presto, el shinobi de Uzushiogakure quería dedicarle como respuesta. Los aceros se besaron y se retuvieron momentáneamente.

Y lo peor es que con la derecha, la chica habia desenvainado la Wakizashi del propio Reiji, y la dirigía directa a su costado por la izquierda. Con esto, forzaba a Reiji a, o bien apartarse y dejarla libre, o recibir el corte...

...que no sería tan fácil de aguantar como un golpe con el mango de una espada.

[Sasaki Reiji]

Con una sola mano fue capaz de parar un golpe que yo había lanzado con ambas. Era evidente que era bastante superior en habilidad o velocidad, pero ahora dejaba claro que también lo era en fuerza.

Si, había aguantado el golpe con la empuñadura, y si, había conseguido atrapar su pie con el mio, pero eso no iba a detenerla. Yo tenía mis dos manos ocupadas y ella tenia una libre. Aprovecho esa ventaja para desenvainar mi wakizashi y blandirla contra mi.

Tenía dos opciones, o eso es lo que pensarían los demás, por que yo no solía hacerlo. Podía volver a recibir el golpe, que esta vez seria bastante mas doloroso. Algunos quizás hubiesen pensado que pensaba lo bastante poco para hacer esto.

Mi otra opción era apartarme y esquivarlo. La gran mayoría habría optado por esta otra opción. Era la mas segura. Pero no yo. Como decía mi madre, yo siempre tomaba la tercera opción aunque no la hubiera.

No intente recibir el golpe y tampoco alejarme. No. Cuando vi sus intenciones lo que yo tenia en mente era algo bien diferente y quizás tan arriesgado como intentar recibir el golpe, pero yo no solía pensar las cosas mucho antes de hacerlas.

Me dejaría caer hacia detrás, mi espalda contra la madera del barco. Queria que la wakizashi me pasara por encima. Si, estaba dejando libre de nuevo el pie de la Samurái, pero eso no significaba que fuese a dejarla escapar. No.

Mientras caía, aprovecharía para usar mi pie derecho para intentar golpear su espinilla izquierda. Si todo iba bien, cosa que dudaba, tendría que rodar antes de que ella me cayese encima.

[Sama-sama]

Reiji se dejó caer hacia atrás, al suelo, y su wakizashi, empuñada por Yuuna, pasó por encima. En ese momento su pie quedó libre, y en ese momento Yuuna se retiró. Dos pasos rápidos hacia atrás, firmes, convencidos y prudentes. Uno siempre hacía bien en no subestimar a un rival, por mucho que dicho rival fuera menos fuerte, diestro y ágil que él. Y había hecho bien, porque el muchacho quiso golpearla —torpemente, dicho sea— mientras caía.

Claro que, el muchacho no había pensado tanto como él se creía. Repasemos los acontecimientos: uno se deja caer con todo el peso hacia atrás con el único apoyo de una de sus piernas. Porque claro, con la otra está intentando patear a un rival. Ambas manos están concentradas en hacer fuerza contra su hoja, por tanto no hay mano que puedas usar para... parar el golpe de tu espalda contra la madera de un barco, quizás.

Y tristemente Reiji no era lo suficientemente diestro como para que la artimaña le saliera bien. Su espalda chocó contra la madera y también su cabeza.

—Eh, ¿estás bien? —rio Yuuna, quien ahora empuñaba a Tamashigiri... y la wakizashi de Reiji.

[Sasaki Reiji]

Sucedió tal y como esperaba. Un fracaso. Si, logre evitar el corte, que también podía evitar simplemente apartándome de ella. Lo demás... Pues obviamente salió bastante mal.

No solo no la golpee, si no que además me llevé un esperado golpe en la espalda y la cabeza al aterrizar sobre la fria madera del barco. Y ese golpe fue peor que el que había recibido de ella, por que esta vez no estaba preparado.

Y por si fuera poco, ahora ella tenía mi wakizashi. Ademas, lo peor de todo es que seguramente la utilizaría mejor yo.

—Eh, ¿estás bien?

Me preguntó mientras me ponía en pie. Se reía de mi torpeza. Normal, yo también lo haría.

—Mmm veamos...-- dije mientras me daba un par de golpecitos suaves con el puño en la cabeza—Todo perfecto, sigue igual de hueca que antes, podemos seguir.

Sonreí mientras levantaba de nuevo la espada con mi zurda y apuntaba con la punta en dirección a la Samurái.

[Sama-sama]

Yuuna rio, pero sin embargo se acercó a Reiji lentamente con la guardia de las espadas baja. Le tendió su wakizashi para devolvérsela.

—Mejor lo dejamos por ahora —dijo—. Oye, tus espadas. ¿Cómo se llaman? Porque tendrán un nombre, ¿no? —Yuuna movió el filo de su espada trazando un arco y la enfundó—. Los nombres son importantes. Las espadas son nuestras mejores compañeras, y sólo pueden ser compañeras de verdad si las llamamos por su nombre.

[Sasaki Reiji]

—Mejor lo dejamos por ahora

Yuuna se había acercado y mi había tendido la wakizashi que se había llevado en mitad de nuestro breve encuentro. Breve, pero lo suficientemente largo para demostrar que yo no estaba preparado para enfrentarla a ella. Y si todos los samuráis eran así, a ninguno de ellos.

—Oye, tus espadas. ¿Cómo se llaman? Porque tendrán un nombre, ¿no?

Oh si, claro que si, todas las espadas que forjaba mi padre tenían un nombre. Normalmente era el dueño quien le ponía nombre al arma, pero si se negaba, era mi padre quien las bautizaba.

Aunque en el caso de Tsubame había sido diferente. Yo no me negué a ponerle nombre, pero mi padre me entrego la espada ya bautizada. Dijo que el día que comprendiera por que el guerrero del tatuaje miraba la golondrina, seria el día en el que me habría convertido en un gran guerrero.

—Los nombres son importantes. Las espadas son nuestras mejores compañeras, y sólo pueden ser compañeras de verdad si las llamamos por su nombre.

—Tienen nombre. Esta es Tsubame. —Dije mientras envainaba la espada mas larga de las dos. —Es la mejor espada que ha forjado mi padre, lo sé por que puedo sentir como si estuviera a mi lado, apoyándome, aunque nos separé una larga distancia. La wakizashi es Ichiko. —La guarde también en su vaina. —Es la primera espada que yo forjé.

Puede que no fueran espadas legendarias o forjadas con metales rarísimos que les otorgaban propiedades mágicas, pero eran armas muy especiales. Su valor sentimental era incalculable.

[Sama-sama]

Yuuna, complacida, asintió a las explicaciones de Reiji. Cuando habló sobre la wakizashi, dirigió toda su atención hacia ella. Parecía fascinada.

—¿En serio, ya tan joven y has forjado una espada? —dijo—. ¡Eso es genial! —Le dio una palmada en el hombro con confianza, y luego se dio la vuelta, caminando hasta la barandilla. Allí se apoyó, viendo las olas del mar. El amanecer—. Reiji-kun... tú que puedes, valora a tu familia. Cuando la pierdes, te das cuenta de que las pequeñas diferencias que tenías con ella no eran más que idioteces.

»¿Te llevas bien con tus familia, Reiji-kun?

[Sasaki Reiji]

—¿En serio, ya tan joven y has forjado una espada? —dijo, al parecer, asombrada—. ¡Eso es genial!

—Soy mas herrero que shinobi, si es que puedo considerarme esto ultimo...

Dije mientras caminaba hasta ponerme junto a ella en la barandilla del barco y contemplar el mar. No era mi primera vez, en uzushiogakure teníamos una playa preciosa, y ahora que caia, también un puerto... Con barcos que iban a las islas del té...¿Por que no habíamos cogido esa ruta?

Aunque ya daba un poco igual. Era mejor no pensar en eso. Katsudon y Hanabi tendrían sus motivos.

—Reiji-kun... tú que puedes, valora a tu familia. Cuando la pierdes, te das cuenta de que las pequeñas diferencias que tenías con ella no eran más que idioteces.

Ah. La familia. La familia era mi razón para seguir llevando la bandana. Sakura también, pero ella y su familia siempre habían sido como parte de la nuestra.

—¿Te llevas bien con tus familia, Reiji-kun?

—Pues si, les debo mucho mas que la vida que me dieron. —Cuando era un niño considere culparlos por mis defectos, pero ¿Que control tenían unos padres sobre como iba a nacer su hijo? —Mi madre no tenia ni idea de manejar una espada, aunque mi padre se dedicara a forjarlas, pero su único hijo, incapaz de utilizar ninjutsu, estaba encabezando en conseguir una placa de metal.

No sabía si debia de contarle aquello, pero desde luego si aquella mujer hubiese querido matarme, me habían sobrado oportunidades. No necesitaba ninguna información, le sobraba con su habilidad.

—Ella aprendió a usar una espada para luego enseñarle a su hijo y que así este tuviese alguna oportunidad. Y mi padre... Nunca ha sido un guerrero, pero hubiera forjado una espada con su propia sangre su eso hubiese ayudado.

»Daría mi vida por proteger a mi familia.

La verdad es que no quería preguntar sobre su familia, sabia que había perdido a su padre, y bueno... Ya había aprendido durante aquel viaje que lo mejor, a veces, era callarse.

[Sama-sama]

Yuuna se dio la vuelta, apoyándose en la barandilla con los codos y torció la cabeza con una mueca triste.

—Todo el mundo dice que daría su vida por los demás, pero a la hora de la verdad, es más complicado que eso —dijo—. El miedo, el instinto de supervivencia... puede superar hasta a los más preparados. Nunca sabes cómo actuarás hasta que no estés en esa situación.

»Yo quise hacerlo. Quise lanzarme frente a ese hombre y evitar que matara a mi padre. Pero las piernas me fallaron. Su presencia...

»Su presencia era aterradora. Como si... fuera un demonio, más que un humano. —Yuuna desvió la cabeza, apretando los dientes con rabia—. Y te diría que me arrepiento de no haberlo hecho... pero sé que hubiéramos muerto los dos.