Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Heishi les miró asintiendo, mientras comenzaba a subir escaleras edificio arriba lentamente. No parecía tener prisa y su expresión mostraba la intención de querer decirles algo y estar pensando en cómo hacerlo. Kisame observó a su compañero, parecía bastante entero después de todo. Aquella ninja era de un altísimo nivel y, no le importaba en absoluto haber sido salvado, simplemente agradecía que su padre se hubiera enterado de esto a tiempo gracias al clon que Roga había mandado en búsqueda de ayuda.
-Dejad esto en mis manos. Se fueron por la izquierda. No creo que hayan llegado demasiado lejos. -Comentó sin apartar su mirada de las escaleras, parecía pensando en otras cosas.
Entre tanto, el tanuki de Kisame volvió a su lado y este se dispuso a salir de la estancia no sin antes esperar por su compañero. Si su padre estaba al cargo del asunto, no le preocupaba que algo saliera mal, sin embargo, tras ver el potencial de aquella mujer simplemente deseaba que no le ocurriera algo irreparable a él mismo. El asunto le quedaba algo grande por el momento, aquellos ninjas eran demasiado fuertes para él.
-Vamos, no deberíamos perder mas tiempo aquí -Dijo Kisame apresurándose a salir por la puerta del edificio sin mirar atrás. Estaba claro que confiaba plenamente en Heishi.
—¿Dónde habías dejado esos huevos?— Se burló lanzando la puya al otro genin mientras sonreía de forma picaresca.
La sangre le hervía, quería desquitarse de esa mujer y terminar de apalizar al otro mamarracho. "No voy a permitir que nadie se atreva a pisotear de nuevo a Rey Colmillo de Lobo, no señor. Yo inicié esto y es mi deber terminarlo, no tendré cara para mostrarle a Kurozuchi-sensei si se entera de que fui incapaz de asumir las responsabilidades de esto." Tal vez la presa había esquivado el mordisco fatal al cuello, pero el lobo aún estaba en pie de guerra.
Se limitó entonces a seguir al mentado mapache, esperando que al menos le dejaran alguien a quién darle una paliza para descargar el mal humor que había agarrado. Sonreía al avanzar, esperando su tajo del pastel en aquella fiesta.
Kisame le miró sonriendo y comenzó a correr hacia la puerta. Si Roga le seguía, le contestaría a la pregunta, aunque podría ser perfectamente retórica, era necesario aclararlo, al menos para él. No quería que pensasen que es un cobarde.
-Siempre han estado ahí, pero me gusta pensar bien las cosas antes de hacerlas -Comentó mientras corría hacia la puerta junto a su compañero.
Las calles de la aldea estaban un tanto vacías, como si la gente se hubiera refugiado en sus casas por orden de algún ninja por la, más que obvia pelea que se estaría produciendo en las calles. Kisame corría con todas sus fuerzas, aunque no era demasiado rápido, seguramente tardarían un poco en llegar al sitio en cuestión, de cualquier manera, se escuchaban, no demasiado lejos, el chocar de dos espadas y un hombre gritar órdenes sobre colocación. Parecía un ninja de la aldea, porque lo que ordenaba era bloquear la puerta, entre otras cosas.
-Bueno, creo que pronto vas a conocer a mi padre -Comentó el amejin, dejándolo caer y no dándole demasiada importancia.
Pero el Yotsuki no era de los que dejaban de lado la oportunidad de indagar un poco si le daban la oportunidad.
—Tu padre, ¿eh?— Repitió las palabras. —Me dijiste que tu padre tenía muchos enemigos, pero me preocupa un poquito que se le hayan escapado con vida algunos— Sonrió filoso y desafiante. —Se que no es mi asunto pero me da muchísima curiosidad que clase de rencilla puede llevar a alguien a cometer una locura como esta en medio de la aldea. Ese otro grandulón te llevaba unas ganas enormes, pero por como se comportaba fácilmente puedes suponer que le lavaron la cabeza con promesas vacías— Guardó un largo silencio esperando que Kisame respondiera.
Le miró brevemente mientras corría a su lado, intentando encontrar la procedencia de la pelea que estaba ocurriendo en las calles. Desde luego tenía bastante clara la respuesta, no iba a inventarse nada, el mismo Ichiro le había enseñado su sentido de la justicia, y eso pasaba por no asesinar indiscriminadamente a cualquier criminal que se le cruzara por delante, había unas ciertas pautas.
-Mi padre es un shinobi, no un asesino. Las condenas se cumplen y la justicia es quien tiene que decidir que hacer con el criminal. No todas las personas que cometen crímenes merecen morir, algunas pueden ser reinsertadas en la sociedad, pero hay otras que simplemente esperan el momento oportuno para actuar sin llamar la atención -Le respondió, quitándole importancia al hecho de que muchos de sus enemigos siguieran vivos.
Él tenía bien presente y grabado a fuego aquel sentido de la justicia, y probablemente nada que no fuese una orden directa de la Arashikhage le haría incumplirla.
Los gritos comenzaban a sonar más cerca, aunque ya no eran gritos, parecía que la cosa se había calmado bastante, ahora solo se escuchaba el choque de kunais y las pisadas de una evidente lucha en el terreno físico.
—No estoy muy seguro de que esa tipa sea del tipo que merezca una amnistía— Se limitó a decir ante la explicación de Kisame. En realidad, él mismo era mucho más blandengue de lo que alguien podría imaginar, pero aquello no aclaraba nada su asunto. "A eso le llamo contestar sin responder nada" Se resignó para sus adentros. Ahora su atención se centraba en el sonido de la batalla, siendo que al parecer se estaban enfrentando con armas.
—Creo que es nuestro turno de entrar nuevamente en escena— Sonrió llevándose la mano diestra al mango de su guitarra. —Vamos a aplicar un poco de la justicia que tanto dices— Dijo burlesco mientras aceleraba el paso en último momento.
19/11/2019, 00:26 (Última modificación: 19/11/2019, 00:30 por Taka Kisame. Editado 1 vez en total.)
Ahora que había llevado la conversación a donde quería, iba a darle su respuesta. Seguramente fuera uno de esos genin que se encontraría con frecuencia, por lo que veía importante que comprendiera su código moral antes de nada, para evitar confusiones o malentendidos.
-Seguramente estos no, de hecho buscaban venganza porque, al parecer mi padre mató al suyo porque lo vio justo . Probablemente esta gente no haya delinquido nunca hasta hoy, ya sabes como es Yui-sama con los traidores -Comentó, intentando dejar clara su postura y, a la vez, lo que él entendía del asunto.
No tenía intención de responder a sus provocaciones, tenía visto que era alguien fanfarrón y con alto ego, pero no le molestaba y tenía un especial "superpoder" para esquivar ese tipo de cosas. Quizás no fuera el mejor orador pero a veces sabía encauzar conversaciones por donde mejor le convenía.
Entre tanto, salieron a una calle ancha de la aldea, cerca de la puerta. En ella, justo en medio, pudieron ver a un hombre bajito y regordete con la indumentaria oficial de la aldea y una titulación de chuunin en su pecho. Parecía alguien algo canoso, de pelo extremadamente corto, casi calvo y una poblada barba que caía sobre su pecho. Mantenía el sello de la rata con las piernas abiertas justo delante de la señora que les había provocado el genjutsu. Una oscura sombra salía de bajo sus piernas y se juntaba con la de la mujer. Pasrecía obvio que la mantenía retenida por el momento. En otro lado del claro, un hombre de aspecto musculado, gran porte y brazos descubiertos, con una indumentaria prácticamente igual a la del chico con cara de niño que había intentado atacar a Roga, peleaba cuerpo a cuerpo contra un hombre delgado y esbelto, de gran altura. Con una larga coleta en la parte superior trasera de su cabeza y el uniforme de Amegakure, con una acreditación de jonin en su pecho. Prácticamente al lado del callejón del que habían salido, se hallaba una mujer que quizás podría tener tres o cuatro años más que el propio Kisame. Llevaba el uniforme ya mencionado y una acreditación de chuunin. Su cabello era rubio y tenía los ojos verde esmeralda. Estaba tirada en el suelo, apoyada sobre una pared de madera con los ojos en blanco, mientras el niño que les había atacado, sacaba unas esposas supresoras de chakra del cinturón de la chica y se las ponía.
Unos instantes después de aparecer los dos genin, la joven chuunin volvió en si y se levantó del suelo, sacudiendo su ropa con la mano.
-Vaya, has venido, Kisame -Dijo con una sonrisa pícara mientras se acercaba al jóven y se aseguraba de que era totalmente inofensivo -Y has venido con un compañero... Bien, entonces supongo que os las arreglaréis aquí con Takato y tu padre. Yo voy a llevarle a este energúmeno a Amekoro-sama, a ver qué decide -Añadió con cierta amabilidad y unas maneras muy protocolarias. Casi sin dejarles tiempo para responder, tomó al chico del brazo y se alejó con él hacia el edificio de la Arashikhage.
El Yotsuki analizó la escena, dándose cuenta de que tomó la decisión correcta al solicitar refuerzos, puesto que la cantidad de enemigos les había superado, pero ahora ellos eran los de la ventaja numérica. Se permitió un poco ignorar a la chuunin, puesto que el de cabellos tricolor no era precisamente alguien acostumbrado a tratar a sus superiores con demasiado decoro.
—Roger that— Se limitó a decir mientras se tiraba a la acción sin esperar realmente a Kisame, pero no por ello quería decir que no tenía un plan.
Estaba consciente que la mujer del genjutsu al parecer estaba retenida por alguna técnica que no comprendía, pero dado a ello su prioridad era brindar apoyo al otro jounin que se hallaba en plena rencilla cuerpo a cuerpo. Su intención era acercarse y ver exactamente si podía interferir o no en la pelea para facilitarle las cosas al hombre que suponía era el padre del otro genin.
—Diría que lamento interrumpir su baile, pero no, no lo lamento— Anunció su presencia de forma ruidosa mientras tomaba dos shuriken que se envolvieron en un aura chispeante del color de la plata y las lanzaba en contra del sujeto grandulón, tratando a su vez de no impactar al jounin de la coleta.
"A ver que me ofreces..." Quiso tantear el terreno de su rival.
Estado de Rōga
Vida
200/200
– Chakra
202/220
–
-12
–
Inventario:
Bandana Ninja (Cuello)
Portaobjetos Básico (Pierna Derecha ~ 4/10)
Shuriken x0
Kunai x2
Hilo Shinobi (3 usos)
Otodama
Gun'yō Megane (cabeza)
Kusari (Cintura)
Juego de Ganzúas (2/3 ~ Bota Derecha)
Otome (Espalda)
¤ Raiton: Chakura Nagare no Jutsu ¤ Elemento Rayo: Técnica del Flujo del Chakra - Tipo: Apoyo - Rango: D - Requisitos: Raiton 15 - Gastos:
6 CK (divide regeneración de chakra)
(Raiton 30) (multiplicable x2)
- Daños: Daño del arma + 10 PV - Efectos adicionales:
Multiplicado, hace que un arma cuerpo a cuerpo sea capaz de cortar a cualquier otra.
(Raiton 40) La versión sin multiplicar puede usarse con armas a distancia.
Una de las ventajas del elemento Raiton es que puede ser conducido a través de las espadas y demás armas cuerpo a cuerpo para aumentar su capacidad de corte. Aunque tarda un poco en hacer efecto, si durante un choque de armas el oponente no se aparta, el filo del arma del ejecutor de la técnica acabará cortando por la mitad al filo de su contrincante. Por cada golpe, para mantener activo el flujo de chakra, el usuario debe volver a pagar el coste.
2 shuriken amplificadas por Chakura Nagare 18 PV/corte superficial, 22 PV/corte e impacto directo
19/11/2019, 01:59 (Última modificación: 19/11/2019, 02:04 por Taka Kisame. Editado 1 vez en total.)
Ichiro pareció reparar en la presencia de su hijo sin siquiera mirarle, quizás por haber escuchado a su compañera, o quien sabe por qué, pero lo sabía. El tipo contra el que luchaba el jonin parecía que ya estaba bastante herido y jadeaba ante el recién llegado, llevándose la mano a las costillas. Sin embargo, aún tenía energía para combatir. Con un rápido gesto con su mano derecha, se apoyó sobre ella como si fuera un gorila y se echó hacia un lado, mirando a ambos combatientes y luego a la mujer atrapada en la técnica de Takato. No dudó demasiado en lanzar una potente ofensiva hacia Roga. Hizo girar sus muñecas y las vendas que las apretaban comenzaron a desatarse y a colgar de sus brazos mientras este corría hacia el genin, su piel comenzó a enrojecerse. Parecía que estaba echando su último aliento vital. Ichiro sonrió ante esto y alzó la voz de forma imperiosa.
-Takato no aguantará demasiado, ayudadle. Yo me encargo de este -Comentó mientras de sus manos comenzaban a salir unas garras, al tiempo que el pelo de su coleta se volvía puntiagudo. Su rostro tomó un aspecto parecido al de un mapache -Lo siento -Dijo girando su cabeza hacia Roga y prácticamente desapareciendo ante sus ojos como un chorro de viento frente a él. Apareciendo en un costado del atacante y asestándole un garrazo fatal con su mano derecha, calculadamente en el mismo lugar que ya estaba herido, rápidamente hizo que se desplomara y mirase con ojos inyectados en sangre al genin de cabello tricolor. Su mirada reflejaba ira e impotencia, estaba bastante claro.
-Vamos Roga, es el momento! -Gritó Kisame mientras hacía una serie de sellos con toda la destreza que podía -Doton, Doryūheki! -Dijo, para después posar sus manos en el suelo al tiempo que la sombra de Takato comenzaba a alejarse de la chica, retrocediendo el barbudo lentamente hacia atrás, jadeante.
Un muro de piedra se formó tras la chica que, algo desorientada no sabía muy bien que hacer. Parecía desgastada por la batalla, y algo descentrada, una ocasión perfecta para un contraataque.
-Es tu momento, King Roga -Animó el escuálido amejin acto seguido.
Kia Kiroga
Vida
120/200
– Chakra
80/340
–
¤ Doton: Doryūheki ¤ Elemento Tierra: Muro de Estilo Tierra - Tipo: Defensa - Rango: B - Requisitos: Doton 20 - Gastos:
16 CK
(Doton 40) (multiplicable x2)
(Doton 60) (multiplicable x3)
(Doton 80) (multiplicable x4)
(Doton 100) (multiplicable x5)
- Daños: - - Efectos adicionales: Defiende 40 PV - Sellos: Tigre → Liebre → Jabalí → Perro - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: La barrera mide 2 metros de ancho y 3 de alto (aumenta con la multiplicación)
El usuario crea una pared sólida de tierra como forma de defensa. El ejecutor de la técnica puede convertir su chakra en tierra dentro del cuerpo y escupirlo para formar la barrera, o manipular la tierra frente a él con el mismo objetivo. Entonces, la tierra se levanta y se endurece de forma casi instantánea, protegiéndolo. Dadas las propiedades especiales de la tierra, la pared es altamente resistente al agua, pero es débil a ataques de elemento rayo. Los usuarios pueden personalizar la apariencia de la barrera, a efectos totalmente interpretativos.
La primera es una supuesta evolutiva del senjutsu de los mapaches. Algún día la crearé, pero como aún no la tengo, la he incluído de modo interpretativo, sin incluir detalles técnicos.
¤ Sunshin no Jutsu ¤ Técnica del Parpadeo Corporal - Tipo: Apoyo - Rango: D - Requisitos: Ninjutsu 40 - Gastos:
14 CK/20 metros
52 CK para huir de un combate
- Daños: - - Efectos adicionales: Cada uso restará 10 puntos de aguante durante los próximos 5 turnos - Sellos: Carnero/una mano - Velocidad: Instantánea
El Sunshin no Jutsu es una técnica basada en un movimiento ultrarrápido, permitiendo a un ninja moverse de cortas a largas distancias a unas velocidades casi imperceptibles. Para un observador cualquiera, resulta como si el usuario se hubiera teletransportado. En ocasiones, se utiliza una pequeña señal para camuflar los movimientos iniciales del usuario. Esta técnica se basa en el uso del chakra para vitalizar temporalmente el cuerpo y moverlo a velocidades extremas. La cantidad de chakra requerida depende en la distancia total y la elevación entre el usuario y el destino. La técnica puede usarse, además, para escapar del campo de batalla. Las diferentes villas tienen variaciones de esta técnica, e incluyen un elemento extra para distraer al oponente. En Konoha, se utiliza un rastro de hojas.
—Fuh...— Sonrió desafiante. —Supongo que a nadie le gusta que le arrebaten la presa— Sonrió filoso cuando el mentado Ichiro decidió rematar al grandulón. —No es digno de un lobo actuar como una hiena carroñera, pero que se le va a hacer— Se volteó de inmediato en cuanto Kisame levantó un muro de piedra, avanzando y acorralando a la misteriosa fémina que ahora parecía desconcentrada y fatigada. Entre sus garras y la pared
"Esta puta me las debe." Se giró con los ojos brillantes, enseñando la dentadura.
Más pronto que tarde su brazo se recubrió de un relámpago platinado, dando un único salto a velocidad abrumadura con tal de no dejarle tiempo a su contrincante de formar algún posible sello. Porque justo cuando le viera de cerca....
—Howdy~
Saludaría, y le soltaría un tremendo puñetazo que llevaba guardándose para borrarle aquella cínica sonrisa por el resto de su vida.
"A ver si vuelves a cantar luego de eso, perra. Que yo soy la única estrella ninja musical de Amegakure."
- Daños: 40 PV - Efectos adicionales: Deja inconsciente al oponente bajo ciertas condiciones (ver descripción) - Sellos: - - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: El usuario puede saltar hasta 3 metros.
Jutsu insignia original de Shishio y heredado a Rōga, dotado de gran peligrosidad pese a su simpleza. La técnica concentra una gran cantidad de chakra raiton en un sólo puño, para que luego el ejecutante de un veloz salto con el fin propinar un brutal puñetazo a su rival que además le electrocutará. Esta técnica resulta especialmente efectiva si se busca golpear en la cara al oponente.
La versión multiplicada al máximo, si da de lleno en la cabeza, dejara inconsciente al objetivo durante los siguientes tres turnos, víctima del impacto y la descarga eléctrica. Esto sólo ocurrirá media vez su PV sea igual o inferior al 40%. En el caso de un civil este podrá ser noqueado únicamente con recibir de lleno la versión multiplicada x2 sin cumplir la regla de PV.
19/11/2019, 18:05 (Última modificación: 19/11/2019, 18:06 por Taka Kisame. Editado 1 vez en total.)
La mujer masculló algo entre dientes y miró con aires de superioridad a un Roga que se le acercaba con todo lo que tenía. Takato parecía bastante cansado y era claro que no podía continuar, mirando a Ichiro en espera de órdenes. Este simplemente, volviendo a su forma normal le dedicó una sonrisa mostrando sus colmillos aún no desaparecidos, en señal de victoria e intentando tranquilizarlo. Él sabía que aquella mujer, aún estando en sus plenas capacidades, no podría asumir un enfrentamiento contra cuatro personas.
La mujer comenzó a hacer una serie de sellos, mientras el genin de la guitarra se acercaba a ella ferozmente. El cansancio y los nervios se apoderaron de ella, viendo que no le daba tiempo a terminar su técnica, intentó dar un largo salto hacia atrás para esquivar a su atacante, golpeándose con la nuca en la pared de piedra y, menos de un segundo después, recibiendo un fatal puñetazo completamente cargado de electricidad en la cara. Su cuerpo quedó completamente rígido por la gran descarga que había recibido durante unos segundos, y luego cayó desplomada al suelo.
La tensión del momento terminó con una leve carcajada de Ichiro, el señal de triunfo, parecía alguien jovial y vacilón, básicamente lo contrario que su hijo. Miró hacia Roga con su sonrisa en la cara y le dedicó unas palabras.
-Tienes madera, chaval. A ver si le enseñas como usar sus puños a mi Kisame, es un negado para eso -Comentó, humillando a Kisame, como era habitual, y dándole una de esas clases de humildad, respeto y paciencia a las que tanto le tenía acostumbrado desde niño.
-Lo siento padre, debí avisarte -Comentó Kisame sin mirar a nadie, solo al suelo. Se hacía muy obvio que le tenía una curiosa mezcla de miedo y respeto a su padre.
El jounin le ignoró y comenzó a acercarse a la mujer con unas esposas supresoras en la mano, para comprobar su aún seguía viva.
-Takato, Informe de situación a la Arashikhage, En un rato volverá Heishi y nos encargaremos de estos dos -Ordenó con voz potente y segura. El nara asintió y desapareció rápidamente saltando entre los tejados hacia el edificio de la khage.
El propio Kisame, por su parte, se apresuró a ayudar a su padre con los que, ahora eran cadáveres para ver como, al cabo de unos instantes el mentado Heishi se acercaba a la escena desde lejos él solo. La familia Taka podría adivinar que venía de casa de la anciana Kata por la dirección desde la que se acercaba, al igual que para el propio Roga si tenía buena orientación. Volvía caminando, al parecer ya estaba informado de lo ocurrido.
El Yotsuki simplemente le dio la espalda a la mujer y procedió a pasar los dedos entre sus cabellos con gesto altanero mientras escuchaba las palabras del mentado Ichiro. No se le pasó por alto las extrañas técnicas de este, pero a su vez le pareció alguien jovial y con una personalidad que podía compararse al propio Yotsuki. "Vaya, ¿de verdad esos dos son familia? Bueno, yo quizá sea el menos indicado para hablar de eso." Él mismo también era bastante diferente a su propio padre, aunque compartía más rasgos con su madre.
—Aunque quisiera, el nintaijutsu Yotsuki no es para cualquiera— Dijo arrogante el Yotsuki para luego relajar la postura.
Se encaminó un poco sin prestar demasiada atención a la escena pues para él, todo había terminado. "Verga, que cuando regrese a casa y le cuente a mis padres se van a poner histéricos." Se rascó la nuca y rió sólo.
Tras notar que Heisihi volvía, dio por sentado que la víctima principal estaba a salvo. Simplemente se limitó entonces a cruzarse de brazos y caminar hasta Kisame.
—Yo ya no pinto ni rosca aquí. Esta bronca es suya y sinceramente no tengo mucho tiempo para seguir indagando. Creo que les dejará a ustedes el trabajo de hacer el reporte de lo sucedido, sólo no olviden poner mi nombre y cómo mis valientos esfuerzos ayudaron a resolver la situación. Que suene bonito— Le guiñó el ojo al flacucho ojeroso. —Por ahora es un adiós, pero si algún día quieres venir a buscarme puedes ir a preguntar por mí en los karaokes del Distrito Comercial— Esperaría por una súltimas palabras de su interlocutor antes de marcharse, sonriendo como siempre enseñando su blanca dentadura.
20/11/2019, 15:00 (Última modificación: 20/11/2019, 15:02 por Taka Kisame. Editado 1 vez en total.)
Fué bastante sorprendente que su compañero no hubiera aprovechado aquella situación para lanzarle un pequeño vacile, sin embargo, estaba centrado en otros asuntos. Heishi casi había llegado y estaban disponiendo los cuerpos para recogerlos al sitio pertinente. Obviamente lo harían su padre y el mapache ya que él mismo apenas podía levantarles las piernas.
En cuanto el genin del pelo tricolor se le acercó, supuso que era el momento de despedirse, ya había acabado todo y... Supuso bien. Se despidió ofreciéndole ayuda para lo que necesitara. Al fin y al cabo, aunque fuese alguien altivo y con bastante ego, no dejaba de ser una buena persona. Se separó un poco de su padre mientras este tomaban unas notas y esperaba la llegada de su invocación.
-Me encargaré de eso -Respondió el amejin ante la petición de poner su nombre -Muchas gracias por todo y... -Hizo una breve pausa para coger aire -Ahora te debo una así que... Si alguna vez necesitas algo, búscame, no será muy difícil encontrarme en la biblioteca o en casa de Kata-sama. -Asintió ante sus propias palabras y se despidió de él con su habitual y educada reverencia formal, con un gesto mezclado entre felicidad y agradecimiento en el rostro.
Aquella familia de renegados estaba fuera de juego. El pequeño había sido llevado ante la justicia, la madre había tomado el mismo camino que su difunto marido, y aquel joven musculado parecía algún tipo de tío, hermano mayor o algo así. En cualquier caso, su padre no le daría demasiada información sobre el asunto, todo lo contrario, seguramente se llevara una buena bronca por no avisar, aunque en lo más profundo de su corazón el propio Ichiro estuviera orgulloso de su hijo.
Ayudaría a su padre con el reporte hasta que todo acabara, y se aseguraría, como bien había prometido, de que el nombre de su compañero figurara entre las personas que ayudaron a resolver el asunto. Al menos, ahora ya estaba tranquilo. Esa noche cenaría con la anciana Kata, necesitaba volver a verla después de todo aquello.
—Oye, fui yo primero el que se despidió dejando un mensaje misterioso para que me busques, no me copies— Levantó la mano y le apuntó con el dedo. —Como sea— Se llevó las manos a la cintura y suspiró, estaba, ¿alicaído? —Hasta luego....— Pasó a su lado, mientras caminaba y levantaba la mano diestra y la sacudía, sin voltear a verle. ¿Que estaría pasando por su cabeza? Tal vez parecía un tipo rudo, pero en realidad el Yotsuki era mucho más sensible de lo que aparentaba.
El regreso a casa sería silencioso, además que tendría que dar algunas explicaciones por la suciedad en sus ropas luego de la pelea. Pero no parecía estar de humor para preocuparse por su impecable look cómo de costumbre.
Luego de un rato, se paró frente a la puerta de su progenitor, tocando para poder pasar.
—Papá, ¿puedo hablar contigo un momento?— Dijo con voz lago baja.
—¿Huh?— El hombre abrió la puerta y parpadeó extrañado mientras se ajustaba las gafas. —¿Como es que no has entrado sin permiso como de costumbre?— Exclamó ante lo cuál el de cabellos tricolor no respondió y se limitó a encogerse de hombros. —Y ahora qué habrás hecho, niño idiota...— Dejó que el menor entrara primero y luego cerró la puerta tras de sí.
El genin se sentó sobre el borde de la cama y agachó un poco la cabeza, pensativo. Minamoto se acercó y se sentó a su lado, colocando su mano en su hombro en señal de solidaridad. Rōga le vio de reojo, pero apartó la vista nuevamente hasta el piso.
—Estoy molesto conmigo mismo... Siempre dejaba que los demás hicieran el remate por mí, pero desde un punto de vista más crítico, yo siempre estuve involucrado en el desenlace. Aún cuando yo siempre quise pensar y escudarme en que yo no fui el que se manchó de sangre las manos, cuando no es así...
Minamoto no respondió, pero a pesar de que el muchacho no estaba siendo muy específico, sabía muy bien por dónde estaba llevando la conversación.
—Unos traidores secuestraron a una anciana y logramos rescatarla, pero a un precio alto. Estaban dolidos por la pérdida de un ser querido, y me aterra... Me aterra no sentirme mal por matar a alguien— Hubo un silencio largo. —Durante mucho tiempo lo evité lo evité y me decía que yo no era cómplice de nada en las otras misiones, pero cada vez que voy dando cuenta más y más de lo fácil que es arrancar una vida, en como de manera fugaz todo se puede acabar. Y se supone que debería preocuparme, porque ahora un chico que había perdido a su padre ahora también ha perdido a los seres amados que le quedaban... Pero, realmente no sé si me preocupa eso....
Minamoto entreabrió un poco la boca, cerró los ojos y suspiró.
—¿Cuál crees que fue la razón por la que nunca me alisté como ninja?— Soltó al aire. —No tengo corazón para eso— Agachó también la mirada y sonrió triste. —Creo que por una vez en la vida no podré aconsejarte por esto., pero si mis palabras sirven de algo, déjame decirte una cosa: Cada vez que arrancas una vida, arrancas una parte de ti como persona. No dejes que te quiten todo y olvides quién eres...
El genin cerró los ojos y se abrazó de su progenitor, como un niño que ya no era.