Este foro utiliza cookies
Este foro utiliza cookies para guardar tu información de inicio de sesión si estás registrado, y tu última visita si no lo estás. Las cookies son pequeños documentos de texto guardados en tu ordenador; las cookies establecidas por este foro sólo pueden ser utilizadas en este mismo sitio y no poseen riesgos de seguridad. Las cookies de este foro también llevan un registro de los temas que has leído y cuándo fue la última vez que los leíste. Los administradores NO tienen acceso a esta información, sólo TU NAVEGADOR. Por favor confirma si aceptas el establecimiento de estas cookies.

Se guardará una cookie en tu navegador sea cual sea tu elección para no tener que hacerte esta pregunta otra vez. Podrás cambiar tus ajustes sobre cookies en cualquier momento usando el link en el pie de página.
Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Suzume estaba a un paso de ponerse a hacerle pucheros si no aceptaba, y paso de mirar sus ojos a los de Shiba. Saki frunció el ceño desviando la mirada, pero no porque estuviera molesta con las dos, sino porque estaba pensando o más bien autoconvencerse ¿Que si quería que las acompañara un rato más? Bueno, ambas parecían estar disfrutando y si iban a bailar no armarían mucho barullo ni molestarían a nadie, por lo que si solo estaba un tiempo más con ellas no debería pasar nada.

Bueno... Si no se queda a dormir en la habitación y no es mucho tiempo, no debería pasar nada —respondió aun así algo preocupada por si ocurría algo.
¡Gracias a Ranko por el avatar!
Responder
Le dedicó los ojos más tiernos posibles a Saki, pero seguía sin dejar que Shiba se quedara. De cualquier manera, el corazón de Suzume se aceleraba.

Está bien, senpai —dijo con voz derrotada, pero pronto se le escuchó tan alegre como siempre —. ¡Yo también estoy deseosa de pasar más tiempo contigo, Shiba-san! ¡Cómo agradezco que hayamos coincidido tan preciosamente!

Suzume se lanzó para abrazar a Shiba, si ella se dejaba, sintiendo el intenso calor que desprendía, aunque en ese momento se le antojaba reconfortante. La soltó antes de que su ropa se incendiara. Su sonrisa era enorme.

¿Lista, Shiba-san? ¿Saki-senpai? —preguntó, ansiosa y alegre.
Responder
Bueno... Si no se queda a dormir en la habitación y no es mucho tiempo, no debería pasar nada

En la cabeza de Shiba, Suzume parecía un tesoro prohibido y Saki su guardiana. La pelirroja no dejaba de tentarla y la morena no dejaba de trazarle una línea que no podía traspasar. O por lo menos, eso sentía Shiba.

Sin embargo, ni siquiera Saki podía detener el ímpetu de Suzume. Pensó por un instante en ser ella la que se excusara, siendo la primera vez que se contenía. Pero la Idol suponía un peligro de esas magnitudes. No sabía qué podía pasar si iba a esa habitación.

¿Por qué estaba dudando tanto? Todas eran adultas allí. Había algo en la bella perfección de la chica que le impedía ser tan directa como solía ser. La hacía amedrentarse, tal vez por primera vez en su vida. Debía detener a Suzume, seguro que no era del todo consciente de lo que estaba ocasionando.

¡Yo también estoy deseosa de pasar más tiempo contigo, Shiba-san! ¡Cómo agradezco que hayamos coincidido tan preciosamente!

Eso fue antes de que la estrechará entre sus brazos sin otra cosa en su mente. Simplemente, no podía negarle nada.

¿Lista, Shiba-san? ¿Saki-senpai?

Sonrió cálidamente.

Claro, ahora os toca a vosotras enseñarme el camino.
1
Responder
¿Lista, Shiba-san? ¿Saki-senpai?

Claro, ahora os toca a vosotras, enseñarme el camino.

Con la afirmación de las dos, y tras darse un par de suaves golpes en la larga gabardina, pondría rumbo al hotel donde se hospedaban. Como era de esperar, la chica no fue muy habladora en todo el camino, pero esta vez fue porque sus pensamientos no estaban con ella. Algo en su interior anhelaba volver a aquel parque, y por ello fue la última que desvió la mirada del lugar antes de emprender la marcha, aunque no comprendía lo que estaba sintiendo como era habitual. Lo que tardasen en llegar hasta su objetivo, dependería de lo que las dos pelirrojas se distrajeran por el camino.

Tampoco quería retrasarse mucho, pues la noche ya era cerrada y quien sabía cuanto tiempo podría pasar Shiba con ellas antes de que se metiera en un problema si alguien en la recepción se fijaba.
¡Gracias a Ranko por el avatar!
Responder
¡Vamos, vamos! —canturreó Suzume en cuanto Saki se puso en marcha. Pasó un brazo por debajo del de Shiba, para llevarla de él, y a su vez se apresuró a pasar su otro brazo por debajo del de la morena, para que Saki le llevara.

Y así, caminando con una a la derecha y la otra a la izquierda, Suzume anduvo con suma felicidad de vuelta al hotel.

Quisiera haber tenido más trucos bajo la manga, pero no he desarrollado mis habilidades mucho... Y creo que la usé demasiado pronto, ¿No crees, senpai? ¡Y los golpes de Shiba-san sí que duelen! Espero crecer para resistirlos con el tiempo.

Le guiñó un ojo y soltó una risita. Parecía estar pasando el mejor día de su vida.
Responder
Y sin pensarselo dos veces, Suzume la agarró del brazo y aceleró hasta alcanzar a Saki e imitar el gesto. Shiba solía pecar de ser demasiado cercana y propensa al contacto físico, normalmente con gente conocida, pero Suzume le estaba adelantando a ritmo demasiado acelerado.

Sin embargo, estaba contenta. Era la primera vez que le pasaba algo así y le gustaba.

Creo que ha sido más cuestión de experiencia que de técnica. Necesitas afilar más esos sentidos, aparte de, obviamente, entrenar los músculos. El cerebro es un músculo más al fin y al cabo y lo necesitas tan entrenado como los demás. ¡Y los ojos! Es importante ver y saber qué estás viendo para poder reaccionar. Incluso yo casi caigo en el truco del beso. Muy buena distracción, Suzume-chan. Pero necesitaras mucho más para distraerme a mí.

Apretó el agarre e infló el pecho, orgullosa de haber podido esquivar ese ataque. Sin mencionar que lo había hecho en el último momento porque la distracción sí había funcionado.
Responder
Pero Suzume no dejó que la morena se alejara demasiado de ellas, ni estando delante ni detrás de ellas, obligándola a estar en uno de sus laterales mientras se aferraba a su brazo. Bajo la mirada en el momento, y no tardó en ser mencionada por parte de ella y luego a Shiba, a la que observó responder.

Creo que ha sido más cuestión de experiencia que de técnica. Necesitas afilar más esos sentidos, aparte de, obviamente, entrenar los músculos. El cerebro es un músculo más al fin y al cabo y lo necesitas tan entrenado como los demás. ¡Y los ojos! Es importante ver y saber qué estás viendo para poder reaccionar. Incluso yo casi caigo en el truco del beso. Muy buena distracción, Suzume-chan. Pero necesitarás mucho más para distraerme a mí.

Realmente poco más tenía que decir. Pues Shiba acertó en todo.

S-Si, tiene razón. Al fin y al cabo hasta hace poco eras otra civil más. Te llevará algo de tiempo, pero creo que puedes progresar con facilidad si sigues así

Ni mucho menos lo decía por qué ella estuviera entrenándola, sino porque aquella sencilla técnica que había podido observar en más de una ocasión era sorprendentemente ingeniosa. Si era capaz de aprovechar su capacidad especial de formas más creativas, podría llegar lejos.
¡Gracias a Ranko por el avatar!
Responder
¡Oh, ya veo! Entrenar mi cerebro, ¡Bien, bien! —dijo, asintiendo ante los comentarios de Shiba —. Oh, ¿Hace falta más? ¿Qué tal dos besos?

Suzume rió mientras avanzaban. El brazo derecho le sudaba por el calor de Shiba, pero no le importó.

Aaw, ¡Tienes razón, Saki-senpai! Comencé desde abajo, ¡Me tomará esfuerzo subir hasta tu nivel, o el de Shiba-san!

Les sonrió a ambas, tan alegremente como podía.
Responder
¡Oh, ya veo! Entrenar mi cerebro, ¡Bien, bien! . Oh, ¿Hace falta más? ¿Qué tal dos besos?

Shiba rio alegremente ante la propuesta de Suzume.

Pues si hubieses lanzado dos besos seguramente me hubieses dado. Me hubiese quedado embobada un segundo más y entonces sí que no tendría manera de esquivarlos. Menos mal que solo lanzaste uno.

S-Si, tiene razón. Al fin y al cabo hasta hace poco eras otra civil más. Te llevará algo de tiempo, pero creo que puedes progresar con facilidad si sigues así

Shiba señaló a Saki sin ningún pudor para darle la razón.

Sí, se ha notado un montón, la verdad. Menos mal que me he contenido, si te daba un mal golpe podría haberte partido un hueso. Aún así, has aguantado más de lo que pensaba. Puede que no tengas mucho músculo, pero tienes lo más importante, ¡la actitud!

Apretó el agarre de nuevo para intentar inspirar a la idol, que empezaba a sudar demasiado. Sin embargo, Shiba no la soltaría a menos que ella lo hiciese o lo pidiese.
Responder
Ambas seguían igual de animadas que al principio de la tarde, ni el tiempo ni el ejercicio parecía haberles pasado factura a ninguna de las dos. Lo cual era sorprendente sobre todo en Suzume, quien carecía de un claro fondo físico, pero no parecía haberle afectado mucho. Tal vez era por los ánimos que Shiba le transmitía y ese ímpetu ardiente que no parecía tener fondo.

Era justo como decía la kusajin, Suzume tenía la actitud de seguir adelante. ¿Y de qué sirve el talento innato si no posees dicha actitud? Eso simplemente es echarse a perder, pues el que ponga más empeño y esfuerzo en ello, llegará más lejos que el que tiene esa capacidad de nacimiento. En cualquier caso, Shiba era sin lugar a dudas una buena fuente de inspiración y en quien podría apoyarse para avanzar. Saki decidió entonces que era una buena influencia para Suzume, por lo que no le importaría volver a verla en otra ocasión.

Finalmente, a un par de metros de ellas, podría vislumbrarse el lugar donde se hospedaban.
¡Gracias a Ranko por el avatar!
Responder
¡Pues intentaré lo de los dos besos la próxima vez! —dijo con suma alegría y una risita. Y lo que le hizo reír más fue lo de poder partirle un hueso. Y no era que Shiba no pudiera, era sólo que le daba un poco de gracia ver a tal hada flamígera hablar de destrucción. —. ¡Oh, ahora que Shiba-san y Saki-senpai me lo han dicho, nada me detendrá!

La noche cayó como un manto, pero ellas ya estaban en su hotel. Movieron las camas hacia un lado de la habitación para dejar todo el espacio libre posible para bailar.

Y bailaron.

Suzume le enseñó a Shiba algunos pasos, y Saki otros, más elegantes, como los haría un noble. Las chicas se divirtieron, aunque Saki no lo demostrara en su expresión, y Suzume insistió en que siguieran bailando hasta tan tarde en la noche que concluyó que "¡No podían dejar a la pobre Shiba ir sola tan tarde!" Insistió tanto que Saki no tuvo más opción que aceptar, ante los gritos emocionados de las dos pelirrojas.

Y siguieron bailando.
Responder



This forum uses Lukasz Tkacz MyBB addons.