25/03/2016, 09:32
El joven Takanashi se encontraba hecho una manojo de nervios contrario al genin de Uzushio que lucía calmado a pesar de escuchar los posibles pisotones del jabalí, Tatsuya en esos instantes deseaba que se le contagiase esa tranquilidad que reflejaba Kazuma. Este último propuso ir a un lugar alto para resguardarse y observar, de inmediato se subió a lo alto del árbol haciendo gala de su control de chakra para poder treparse, el ninja de Taki hizo lo mismo para poder seguirle, no tenía planes de quedarse ahí abajo para ver de cerca a la bestia cuando llegase.
"Por el amor de los dioses..." Pensó para sí al llegar junto a Kazuma y voltear a ver hacía abajo.
Ya estando "seguros" en lo que parecía una muesca tallada por un ave pudieron observar como el jabalí salía de la nada, menos mal se habían refugiado o no lo hubieran visto venir. Kazuma no pudo evitar mostrar su asombro, y no era para menos pues aquella bestia era realmente impresionante, lo primero que sintió Tatsuya al ver al jabalí fue repulsión, la verdad es que la apariencia que tenía le resultaba grotesca; aquel no era un animal común y corriente, hasta los búhos y serpientes gigantes eran pasables comparados a ese puerco sacado desde el mismísimo infierno.
—Ojos rojos como una tormenta de sangre, colmillos largos y afilados cual espadas, una espuma amarilla que mana de su hocico cual cascada y un rostro deforme por las venas hinchadas de ira —repitió con fidelidad las palabras dichas por los aldeanos—. Esto… Esto es un poco más abrumador y anormal de lo que esperaba… Dime ¿Qué opinas tú, Tatsuya? ¿Esperabas ver algo asi?
-Para serte sincero, esperaba que la historia de los aldeanos no fuese más que una exageración... Veo que me equivoqué-- Respondió con una expresión de asco en el rostro.
El jabalí los observaba con una mirada de furia, sacudió la cabeza como intentando desafiarlos mientras con una pata pisoteaba el suelo como un toro preparándose para embestir, de hecho el animal cargó a toda marcha contra el árbol dándole un cabezazo al tronco que sin importar lo grueso que era terminó sacudiéndose. Tatsuya se tambaleó un poco, le tomó por sorpresa la fuerza del animal, que dió un nuevo cabezazo, estaba claro, estaba tratando de hacer que cayeran del tronco. Aparte de ser veloz tenía una gran fortaleza, aún siendo dos shinobis corrían un gran riesgo si intentaban plantarle cara directamente.
-No podremos ir frente a frente contra esa cosa, aún con nuestras espadas estaríamos en desventaja en una lucha cuerpo a cuerpo- Exclamó para luego sobresaltarse de nuevo por una tercera embestida del jabalí. -No se me ocurre ningún plan decente, pensé en bunshins para distraerlo pero eso no elimina el riesgo a la hora de tener que acercarnos para atacar- Agregó.
No podrían quedarse de brazos cruzados ahí arriba, tarde o temprano tendrían que bajar pero no sin un plan eficiente. Para su suerte el grueso tronco del árbol no cedería tan fácilmente, cualquier otro árbol ya habría sido derribado. Tatsuya no tenía su habitual equipo ninja, una vez más se lamentó al pensar en varias ideas que tenía sobre como manejar a la bestia, pero todos esos planes grandiosos requerían de las armas que no poseía en esos momentos.
"Bonito día para olvidar el portaobjetos, soy un shinobi de lo más mediocre..."
"Por el amor de los dioses..." Pensó para sí al llegar junto a Kazuma y voltear a ver hacía abajo.
Ya estando "seguros" en lo que parecía una muesca tallada por un ave pudieron observar como el jabalí salía de la nada, menos mal se habían refugiado o no lo hubieran visto venir. Kazuma no pudo evitar mostrar su asombro, y no era para menos pues aquella bestia era realmente impresionante, lo primero que sintió Tatsuya al ver al jabalí fue repulsión, la verdad es que la apariencia que tenía le resultaba grotesca; aquel no era un animal común y corriente, hasta los búhos y serpientes gigantes eran pasables comparados a ese puerco sacado desde el mismísimo infierno.
—Ojos rojos como una tormenta de sangre, colmillos largos y afilados cual espadas, una espuma amarilla que mana de su hocico cual cascada y un rostro deforme por las venas hinchadas de ira —repitió con fidelidad las palabras dichas por los aldeanos—. Esto… Esto es un poco más abrumador y anormal de lo que esperaba… Dime ¿Qué opinas tú, Tatsuya? ¿Esperabas ver algo asi?
-Para serte sincero, esperaba que la historia de los aldeanos no fuese más que una exageración... Veo que me equivoqué-- Respondió con una expresión de asco en el rostro.
El jabalí los observaba con una mirada de furia, sacudió la cabeza como intentando desafiarlos mientras con una pata pisoteaba el suelo como un toro preparándose para embestir, de hecho el animal cargó a toda marcha contra el árbol dándole un cabezazo al tronco que sin importar lo grueso que era terminó sacudiéndose. Tatsuya se tambaleó un poco, le tomó por sorpresa la fuerza del animal, que dió un nuevo cabezazo, estaba claro, estaba tratando de hacer que cayeran del tronco. Aparte de ser veloz tenía una gran fortaleza, aún siendo dos shinobis corrían un gran riesgo si intentaban plantarle cara directamente.
-No podremos ir frente a frente contra esa cosa, aún con nuestras espadas estaríamos en desventaja en una lucha cuerpo a cuerpo- Exclamó para luego sobresaltarse de nuevo por una tercera embestida del jabalí. -No se me ocurre ningún plan decente, pensé en bunshins para distraerlo pero eso no elimina el riesgo a la hora de tener que acercarnos para atacar- Agregó.
No podrían quedarse de brazos cruzados ahí arriba, tarde o temprano tendrían que bajar pero no sin un plan eficiente. Para su suerte el grueso tronco del árbol no cedería tan fácilmente, cualquier otro árbol ya habría sido derribado. Tatsuya no tenía su habitual equipo ninja, una vez más se lamentó al pensar en varias ideas que tenía sobre como manejar a la bestia, pero todos esos planes grandiosos requerían de las armas que no poseía en esos momentos.
"Bonito día para olvidar el portaobjetos, soy un shinobi de lo más mediocre..."