31/03/2016, 14:44
Tatsuya observó como la chica rápidamente le siguió el hilo de la conversación, además pudo ver a sus acompañantes que la niña idicó que eran sus primos y su abuelo. La gente pareció dejar de prestar atención a lo que sucedía al ver que no era nada del otro mundo y mejor siguieron viendo el espectáculo de baile, el joven se sintió un poco aliviado por ello. Aunque aún seguía incómodo por lo que pudiera pasar, en especial porque ahora la niña volvía a observarlo directamente a los ojos, parecía ser una chica muy curiosa.
- mmm ¿estás bien? –se atrevió a preguntar, tomándose el atrevimiento de acercarse un poco para verle mejor.
-Este, si, si, estoy bien... Creo- Respondió nervioso.
- Es curioso, es una linda combinación – espeto la jovencita con sinceridad mientras esbozaba una sonrisa.
Eso sí que le tomo por sorpresa a Tatsuya, entre sus sirvientes y las pocas personas que lo conocían ya estaban acostumbrados a sus ojos, mientras los extraños casi siempre indicaban lo raro que resultaba que sus ojos fueran de distintos colores, pero nadie antes le había dicho que fueran bonitos, así que se lo tomó como un halago.
-Gracias, es la primera vez que me dicen algo así- Contestó estando ya un poco más relajado.
La madre sonrió al ver que su hijo ya estaba entablando conversación, talvez si lo dejaba con la pequeña y su familia podría socializar algo mejor, además tenían unos cuantos días libres. Sería bueno para conocer mejor la capital del País de la Espiral, era un buen lugar turístico, aunque sabía que su hijo se sentiría incómodo si ella se la pasase supervisando cada cosa que él hiciera, así que para que situación se diera de manera más espontánea lo dejaría sólo por el momento.
-Tengo una idea, Tatsuya quédate con la señorita y su familia un rato, yo debo retirarme por ahora, regresaré al hotel- Indicó con su melodiosa voz.
-Hmm, lo que ordenes Okāsama- Si bien no estaba de acuerdo, en estos momentos era incapaz de contradecir a su madre, siempre acataba las indicaciones de sus padres.
-Entonces me despido, mucho gusto Nonoha-chan- Dijo para luego marcharse.
-Y... Entonces- El muchacho no sabía que decir.
A Tatsuya le preocupaba el exceso de confianza que su madre mostraba para con los demás, ¿y si la familia de ella no quería?, le preocupaba como su madre venía y tomaba desiciones por los demás, según el no era prudente actuar de esa manera, aunque quizás era esa manera de pensar del joven tan precavida lo que no tuviera muchos conocidos. Sea como sea ahora el muchacho se las tenía que ingeniar.
- mmm ¿estás bien? –se atrevió a preguntar, tomándose el atrevimiento de acercarse un poco para verle mejor.
-Este, si, si, estoy bien... Creo- Respondió nervioso.
- Es curioso, es una linda combinación – espeto la jovencita con sinceridad mientras esbozaba una sonrisa.
Eso sí que le tomo por sorpresa a Tatsuya, entre sus sirvientes y las pocas personas que lo conocían ya estaban acostumbrados a sus ojos, mientras los extraños casi siempre indicaban lo raro que resultaba que sus ojos fueran de distintos colores, pero nadie antes le había dicho que fueran bonitos, así que se lo tomó como un halago.
-Gracias, es la primera vez que me dicen algo así- Contestó estando ya un poco más relajado.
La madre sonrió al ver que su hijo ya estaba entablando conversación, talvez si lo dejaba con la pequeña y su familia podría socializar algo mejor, además tenían unos cuantos días libres. Sería bueno para conocer mejor la capital del País de la Espiral, era un buen lugar turístico, aunque sabía que su hijo se sentiría incómodo si ella se la pasase supervisando cada cosa que él hiciera, así que para que situación se diera de manera más espontánea lo dejaría sólo por el momento.
-Tengo una idea, Tatsuya quédate con la señorita y su familia un rato, yo debo retirarme por ahora, regresaré al hotel- Indicó con su melodiosa voz.
-Hmm, lo que ordenes Okāsama- Si bien no estaba de acuerdo, en estos momentos era incapaz de contradecir a su madre, siempre acataba las indicaciones de sus padres.
-Entonces me despido, mucho gusto Nonoha-chan- Dijo para luego marcharse.
-Y... Entonces- El muchacho no sabía que decir.
A Tatsuya le preocupaba el exceso de confianza que su madre mostraba para con los demás, ¿y si la familia de ella no quería?, le preocupaba como su madre venía y tomaba desiciones por los demás, según el no era prudente actuar de esa manera, aunque quizás era esa manera de pensar del joven tan precavida lo que no tuviera muchos conocidos. Sea como sea ahora el muchacho se las tenía que ingeniar.