1/04/2016, 23:55
Finas gotas de lluvia empezaron a descender unos pocos segundo después de que me agaché en su rescate, en el momento en que intentaba levantar o abrir un espacio para darle alguna oportunidad a la rubia mis manos resbalaban, haciendo un esfuerzo y gasto en vano, aquel hombre literalmente dormido sobre ella y mis manos simplemente estaban empezando a sudar, al igual que todo mi cuerpo.
La tempestad no tardó en desatarse, mis posibilidades iban disminuyendo poco a poco al ver que la chica dejaba de moverse. —¡AUXILIO! ALGUIEN VENGA POR FAVOR ESTA SIENDO APLASTADA!!!— Grité con un tono de desesperación al mismo tiempo en que buscaba a mi alrededor alguna persona, pero lo más seguro es que hubieran buscado refugio ante el fenómeno acuático.
Mientras seguía intentando moverlo su esfuerzo era mucho menor, ahora casi no veía efecto ya que sus manos deslizaban con mayor facilidad y aquello le aterraba, no podía imaginar cómo se encontraba ella allá abajo y sabía que tenía poco tiempo. Una idea voló a mi mente, no sabía lo que hacía pero podría funcionar, en un santiamén agarró su abanico y , así cerrado, lo empujé entre el espacio de ambos cuerpos, exactamente en donde debería estar el abdomen de la rubia, aquello seguro le dolería un poco más a ella que a él, pero debía aguantar si quería vivir para contarlo, además con el efecto del agua debería lubricar el paso el objeto metálico entre ambos, así que una vez que lograse introducirlo intentaría palanquear teniendo como soporte el suelo del borde lateral de Noemi, apliqué la fuerza que mi cuerpo me permitía, sobre esforzándome más de lo común; se podía notar en mi cuerpo el sudor y mi rostro revelaba un cierto tono rojizo acompañado que alguna que otra vena brotada en las cercanías del hueso temporal.
Seguí aplicando la mayor fuerza que pude, sin embargo, aquella posición no me permitía ver si la mujer seguía moviéndose, lo único que pude hacer era esperar y emitir palabras, necesitaría un poco más de tiempo si es que pretendía quitarle a aquel obeso de encima. — ¡NOEMI SAL DE AHÍ!— Exclamé cuando sentí que el cuerpo del hombre empezaba a moverse gracias a mi palanca.
La tempestad no tardó en desatarse, mis posibilidades iban disminuyendo poco a poco al ver que la chica dejaba de moverse. —¡AUXILIO! ALGUIEN VENGA POR FAVOR ESTA SIENDO APLASTADA!!!— Grité con un tono de desesperación al mismo tiempo en que buscaba a mi alrededor alguna persona, pero lo más seguro es que hubieran buscado refugio ante el fenómeno acuático.
Mientras seguía intentando moverlo su esfuerzo era mucho menor, ahora casi no veía efecto ya que sus manos deslizaban con mayor facilidad y aquello le aterraba, no podía imaginar cómo se encontraba ella allá abajo y sabía que tenía poco tiempo. Una idea voló a mi mente, no sabía lo que hacía pero podría funcionar, en un santiamén agarró su abanico y , así cerrado, lo empujé entre el espacio de ambos cuerpos, exactamente en donde debería estar el abdomen de la rubia, aquello seguro le dolería un poco más a ella que a él, pero debía aguantar si quería vivir para contarlo, además con el efecto del agua debería lubricar el paso el objeto metálico entre ambos, así que una vez que lograse introducirlo intentaría palanquear teniendo como soporte el suelo del borde lateral de Noemi, apliqué la fuerza que mi cuerpo me permitía, sobre esforzándome más de lo común; se podía notar en mi cuerpo el sudor y mi rostro revelaba un cierto tono rojizo acompañado que alguna que otra vena brotada en las cercanías del hueso temporal.
Seguí aplicando la mayor fuerza que pude, sin embargo, aquella posición no me permitía ver si la mujer seguía moviéndose, lo único que pude hacer era esperar y emitir palabras, necesitaría un poco más de tiempo si es que pretendía quitarle a aquel obeso de encima. — ¡NOEMI SAL DE AHÍ!— Exclamé cuando sentí que el cuerpo del hombre empezaba a moverse gracias a mi palanca.