3/04/2016, 15:54
—Awwnnnn. —Se le escuchó exclamar con un tono lastimero.
Y ahí estaba Tatsuya, sosteniendo a aquella pequeña fiera no más grande que un conejo. Aquella escena extrañamente tierna resultaba bastante agradable luego de todos los horrores vistos en aquel bosque. La criatura se notaba enérgica y rebelde, pero seguía siendo un inocente lechoncito. Pese a lo agradable de lo ocurrido, el chico del ninjato parecía un poco triste al observar el cadáver del monstruo que con toda seguridad era el padre de la cría.
—No te aflijas, Tatsuya —la expresión de su compañero denotaba múltiples formas de culpabilidad—. En realidad creo que lo salvamos.
»Dentro de la cueva están los cadáveres de lo que seguramente eran la familia de aquella bestia —aseguro mientras comenzaba a caminar hacia él—. Al principio pensé que habían muerto de hambre, pero al ver las marcas de mordidas en sus huesos creo que en realidad fue el padre jabalí quien se los comió.
En una primera impresión parecía algo completamente monstruoso y antinatural, pero de cierta manera era bastante creíble que aquella fuera la naturaleza del jabalí con quien acababan de pelear. Tampoco sabía cómo explicar el que el lechoncito sobreviviera, pero lo más probable es que se escondiera entre los restos de su madre y hermanos para no ser devorado.
—Es una criatura bastante tierna —admitió cuando estuvo lo bastante cerca para observarla bien—. ¿Deberíamos llevárnosla? —Preguntó de repente—. Digo, ha perdido a su familia y dudo mucho que pueda sobrevivir solo en lugar como este.
Y ahí estaba Tatsuya, sosteniendo a aquella pequeña fiera no más grande que un conejo. Aquella escena extrañamente tierna resultaba bastante agradable luego de todos los horrores vistos en aquel bosque. La criatura se notaba enérgica y rebelde, pero seguía siendo un inocente lechoncito. Pese a lo agradable de lo ocurrido, el chico del ninjato parecía un poco triste al observar el cadáver del monstruo que con toda seguridad era el padre de la cría.
—No te aflijas, Tatsuya —la expresión de su compañero denotaba múltiples formas de culpabilidad—. En realidad creo que lo salvamos.
»Dentro de la cueva están los cadáveres de lo que seguramente eran la familia de aquella bestia —aseguro mientras comenzaba a caminar hacia él—. Al principio pensé que habían muerto de hambre, pero al ver las marcas de mordidas en sus huesos creo que en realidad fue el padre jabalí quien se los comió.
En una primera impresión parecía algo completamente monstruoso y antinatural, pero de cierta manera era bastante creíble que aquella fuera la naturaleza del jabalí con quien acababan de pelear. Tampoco sabía cómo explicar el que el lechoncito sobreviviera, pero lo más probable es que se escondiera entre los restos de su madre y hermanos para no ser devorado.
—Es una criatura bastante tierna —admitió cuando estuvo lo bastante cerca para observarla bien—. ¿Deberíamos llevárnosla? —Preguntó de repente—. Digo, ha perdido a su familia y dudo mucho que pueda sobrevivir solo en lugar como este.