5/04/2016, 05:43
Nonoha rodó los ojos una segunda vez. Allí estaban de nuevo, hablando de cosas innecesarias. Por su parte el mayor, aquel anciano de ojos negros y cabello cenizo mantenía la vista puesta en el joven pelinegro.
El hombre hizo un ademan con la cabeza en cuanto el muchacho se presentó. Era un joven educado, algo que al anciano parecía agradarle mucho – Hiroshi, Nonoha, deberían aprender de este chico, quiero que se conviertan en jóvenes educados y corteses como el – El niño se cruzó de brazos al escuchar las palabras de su abuelo y bufo molesto, la castaña por su parte conservo aquella actitud relajada y la sonrisa en su rostro – si si , seré toda una dama, ya verás~ -canturreo con una sonrisilla en sus labios, que a Ren Hiwataria no pareció convencerle completamente.
Efectivamente –Respondió primeramente a la interrogativa – Mi familia y yo, hemos vivido aquí desde que puedo recordar – sus pies comenzaron a moverse guiando a los otros tres por la plaza. La jovencita les seguía de cerca al igual que un molesto Hiroshi – oh vamos! - le pico una mejilla a su compañero de juegos, para luego adelantarse y caminar a la par de su abuelo, para así escuchar lo que este le decía a Tatsuya.
Había logrado dominar su caminar con aquella prenda con la que poco estaba familiarizada, aun le resultaba incomodo pero podía moverse con más facilidad que en un principio. La ojiazul observaba de vez en cuando a su invitado, sobre todo a la katana que se encontraba a un costado de su cuerpo, atada a su cintura. Quería preguntarle por dicha arma, pero la conversación que mantenía su abuelo con el muchacho se lo hacía imposible en ese momento.
La voz del shinobi volvió a escucharse y el señor Hiwataria tan solo le observo de reojo mientras negaba suavemente con la cabeza, pudo vérsele sonreír por cortos segundos – No realmente –paso su vista a los dos más pequeños – Solo los miembros más jóvenes, aunque a algunos les guste más que a otros – Nonoha se hizo la desentendida y continuo caminando pese a saber que se refería a ella.
Veras joven Tatsuya , mi familia siempre se ha distinguido por comercializar productos, se nos conoce únicamente por ello – se detuvo de pronto viendo nuevamente al chico – no me malinterpretes, estoy orgullosos de ser lo que soy, solo deseo un gran futuro para ellos–
Ambos niños se quedaron viendo al mayor con aires de confusión, casi sorpresa. Ahora podían comprender la razón por la cual se preocupaba tanto –Lo siento abuelo –se disculpó Hiroshi, arrepentido por su rabieta de hacia algunos minutos atrás, la morena hubiese deseado decir lo mismo, pero…la verdad era que, aun cuando se esforzara sabía que no lograría alcanzar las expectativas que su abuelo tenia ¿Por qué esforzarse entonces? ¿Por qué mentirse de esa forma? Solo pudo suspirar mientras mostraba una tenue sonrisa, no permitiéndose perder la calma.
El hombre hizo un ademan con la cabeza en cuanto el muchacho se presentó. Era un joven educado, algo que al anciano parecía agradarle mucho – Hiroshi, Nonoha, deberían aprender de este chico, quiero que se conviertan en jóvenes educados y corteses como el – El niño se cruzó de brazos al escuchar las palabras de su abuelo y bufo molesto, la castaña por su parte conservo aquella actitud relajada y la sonrisa en su rostro – si si , seré toda una dama, ya verás~ -canturreo con una sonrisilla en sus labios, que a Ren Hiwataria no pareció convencerle completamente.
Efectivamente –Respondió primeramente a la interrogativa – Mi familia y yo, hemos vivido aquí desde que puedo recordar – sus pies comenzaron a moverse guiando a los otros tres por la plaza. La jovencita les seguía de cerca al igual que un molesto Hiroshi – oh vamos! - le pico una mejilla a su compañero de juegos, para luego adelantarse y caminar a la par de su abuelo, para así escuchar lo que este le decía a Tatsuya.
Había logrado dominar su caminar con aquella prenda con la que poco estaba familiarizada, aun le resultaba incomodo pero podía moverse con más facilidad que en un principio. La ojiazul observaba de vez en cuando a su invitado, sobre todo a la katana que se encontraba a un costado de su cuerpo, atada a su cintura. Quería preguntarle por dicha arma, pero la conversación que mantenía su abuelo con el muchacho se lo hacía imposible en ese momento.
La voz del shinobi volvió a escucharse y el señor Hiwataria tan solo le observo de reojo mientras negaba suavemente con la cabeza, pudo vérsele sonreír por cortos segundos – No realmente –paso su vista a los dos más pequeños – Solo los miembros más jóvenes, aunque a algunos les guste más que a otros – Nonoha se hizo la desentendida y continuo caminando pese a saber que se refería a ella.
Veras joven Tatsuya , mi familia siempre se ha distinguido por comercializar productos, se nos conoce únicamente por ello – se detuvo de pronto viendo nuevamente al chico – no me malinterpretes, estoy orgullosos de ser lo que soy, solo deseo un gran futuro para ellos–
Ambos niños se quedaron viendo al mayor con aires de confusión, casi sorpresa. Ahora podían comprender la razón por la cual se preocupaba tanto –Lo siento abuelo –se disculpó Hiroshi, arrepentido por su rabieta de hacia algunos minutos atrás, la morena hubiese deseado decir lo mismo, pero…la verdad era que, aun cuando se esforzara sabía que no lograría alcanzar las expectativas que su abuelo tenia ¿Por qué esforzarse entonces? ¿Por qué mentirse de esa forma? Solo pudo suspirar mientras mostraba una tenue sonrisa, no permitiéndose perder la calma.