6/04/2016, 03:27
Ren Hiwatari negó suavemente ante las palabras de su interlocutor – No te preocupes, para nada es irrespetuoso – le parecía un muchacho bastante educado, el joven shinobi le había caído en gracia al mayor, que solo lo observaba en silencio esperando a que este terminase de hablar para así poder responder a sus preguntas – La verdad es que, fueron ellos quienes decidieron tomar ese camino –sonrió fugazmente – supongo que se encapricharon con la idea después de ver a sus hermanos mayores, aunque…en el caso de Nonoha no fue así ¿verdad? – Ren paso la vista de Tatsuya a su nieta un par de veces mientras hablaba, sabía que era ella la única que no parecía estar conforme.
- ¿Ustedes quieren ser shinobis reconocidos?-
¡Claro que sí! – Soltó Hiroshi absolutamente convencido en respuesta – ¡quiero ser un ninja tan genial como mi hermano! – solo tenías que verlo para darte cuenta, cuanta ilusión le causaba saber que quizás, algún día, se convertiría en un ninja tan capaz como lo era su hermano mayor.
¡Que pregunta más difícil! En ese preciso instante Nonoha se debatía entre decir lo que pensaba o callar, solo para evitar que su abuelo se molestara ¿desde cuándo se abstenía de decir lo que pensaba? La castaña se quedó en silencio meditando en aquella pregunta, una que se había hecho muchas veces – mmm – musito con una mano en el mentón – creo que la pregunta no es si quiero, si no ¿puedo lograrlo? – aparto aquella mano de su rostro y sonrió como siempre. El castaño que se encontraba a un lado suyo le señalo de forma acusadora, con el ceño fruncido, totalmente molesto por lo que acaba de decir
– ¡Es por eso que me molesta entrenar contigo! –
¿Que te pasa? -parpadeo rapídamente sorprendida por su reacción- No me señales, es de mala educación~ – comento igual de tranquila y risueña que siempre. Sus palabras no parecieron afectarle, ella sabía mejor que nadie lo frustrante que era entrenar. La pequeña kunoichi volvió su atención al joven, mientras veía de tanto en tanto por el rabillo del ojo a su abuelo que esperaba impaciente una respuesta de su parte -Mis notas nunca fueron las mejores, es claro que aunque quiera convertirme en un gran ninja no podre lograrlo – callo por algunos minutos- ¿Por qué esforzarme en algo que nunca podre conseguir? No vale la pena intentarlo, me resigne hace mucho ya – se sintió como si hubiera liberado una gran carga, casi podía jurar que se sentía más ligera. Mostro una gran sonrisa, pese a su corta edad, Nonoha hablaba con propiedad, claro; cuando no quería hacer el vago.
Deberías confiar más en ti misma, ser pesimista no te ayuda en nada –la enorme mano de Hiwatari se posó sobre su cabecita, despeinándola y quedándose allí por un largo tiempo, mientras ella intentaba apartarla. El hombre ya había visto esa actitud en alguien más: su hijo. Eran tan parecidos, demasiado, resultaba irritante tener que lidiar con él y con su “copia”. Le hubiera gustado que su nieta hubiera heredado la personalidad de su madre…
Hiroshi suspiro cruzándose de brazos mientras observaba a su prima, la conocían tan bien que ya nada les sorprendía – No creo que rendirse sin intentarlo siquiera sea la solución ¿verdad Tatsuya? – El niño clavo sus orbes marrones en los contrarios, tomándose el atrevimiento de llamarlo por su nombre. Solo buscaba que le diera la razon a sus palabaras – ¡dile tú también que no debe rendirse! Su único problema es que es una perezosa - dijo aquello último en un murmullo al extranjero, en tono burlón.
¡Abuelo, mi cabello! – exclamo la única señorita de los Hiwatari. Esa maraña marrón ahora lucia mucha más despeinada que antes y eso no le gustaba, era como un nido de pájaros ¡era horrible! Como pudo aparto la mano ajena de su cabeza y se alejó algunos pasos mientras intentaba remediar el caos que ahora era su cabellera. Ignoro las palabras de su primo, camino hasta donde él se encontraba y lo despeino, hubiera hecho lo mismo con Tatsuya pero simplemente era demasiado alto para siquiera intentarlo, además…no, no podía hacerle eso a un invitado.
- Como puedes ver, mis nietos son…un poco inquietos... - Y tras aquello solo pudo suspirar.
- ¿Ustedes quieren ser shinobis reconocidos?-
¡Claro que sí! – Soltó Hiroshi absolutamente convencido en respuesta – ¡quiero ser un ninja tan genial como mi hermano! – solo tenías que verlo para darte cuenta, cuanta ilusión le causaba saber que quizás, algún día, se convertiría en un ninja tan capaz como lo era su hermano mayor.
¡Que pregunta más difícil! En ese preciso instante Nonoha se debatía entre decir lo que pensaba o callar, solo para evitar que su abuelo se molestara ¿desde cuándo se abstenía de decir lo que pensaba? La castaña se quedó en silencio meditando en aquella pregunta, una que se había hecho muchas veces – mmm – musito con una mano en el mentón – creo que la pregunta no es si quiero, si no ¿puedo lograrlo? – aparto aquella mano de su rostro y sonrió como siempre. El castaño que se encontraba a un lado suyo le señalo de forma acusadora, con el ceño fruncido, totalmente molesto por lo que acaba de decir
– ¡Es por eso que me molesta entrenar contigo! –
¿Que te pasa? -parpadeo rapídamente sorprendida por su reacción- No me señales, es de mala educación~ – comento igual de tranquila y risueña que siempre. Sus palabras no parecieron afectarle, ella sabía mejor que nadie lo frustrante que era entrenar. La pequeña kunoichi volvió su atención al joven, mientras veía de tanto en tanto por el rabillo del ojo a su abuelo que esperaba impaciente una respuesta de su parte -Mis notas nunca fueron las mejores, es claro que aunque quiera convertirme en un gran ninja no podre lograrlo – callo por algunos minutos- ¿Por qué esforzarme en algo que nunca podre conseguir? No vale la pena intentarlo, me resigne hace mucho ya – se sintió como si hubiera liberado una gran carga, casi podía jurar que se sentía más ligera. Mostro una gran sonrisa, pese a su corta edad, Nonoha hablaba con propiedad, claro; cuando no quería hacer el vago.
Deberías confiar más en ti misma, ser pesimista no te ayuda en nada –la enorme mano de Hiwatari se posó sobre su cabecita, despeinándola y quedándose allí por un largo tiempo, mientras ella intentaba apartarla. El hombre ya había visto esa actitud en alguien más: su hijo. Eran tan parecidos, demasiado, resultaba irritante tener que lidiar con él y con su “copia”. Le hubiera gustado que su nieta hubiera heredado la personalidad de su madre…
Hiroshi suspiro cruzándose de brazos mientras observaba a su prima, la conocían tan bien que ya nada les sorprendía – No creo que rendirse sin intentarlo siquiera sea la solución ¿verdad Tatsuya? – El niño clavo sus orbes marrones en los contrarios, tomándose el atrevimiento de llamarlo por su nombre. Solo buscaba que le diera la razon a sus palabaras – ¡dile tú también que no debe rendirse! Su único problema es que es una perezosa - dijo aquello último en un murmullo al extranjero, en tono burlón.
¡Abuelo, mi cabello! – exclamo la única señorita de los Hiwatari. Esa maraña marrón ahora lucia mucha más despeinada que antes y eso no le gustaba, era como un nido de pájaros ¡era horrible! Como pudo aparto la mano ajena de su cabeza y se alejó algunos pasos mientras intentaba remediar el caos que ahora era su cabellera. Ignoro las palabras de su primo, camino hasta donde él se encontraba y lo despeino, hubiera hecho lo mismo con Tatsuya pero simplemente era demasiado alto para siquiera intentarlo, además…no, no podía hacerle eso a un invitado.
- Como puedes ver, mis nietos son…un poco inquietos... - Y tras aquello solo pudo suspirar.