6/04/2016, 20:11
Tatsuya escuchó con gran atención cada palabra de Kazuma, aunque sintió algo raro en su forma de hablar, como sí el Ishimira mismo se mostrase desconcertado por lo que narraba. A decir verdad lejos de responder generaba más incógnitas en el ninja de Taki, pero se quedaría con las dudas pues ni el mismo Kazuma estaba seguro de la razón por la cual su técnica era de esa manera. Tal y como lo suponía aquello era un tipo de ninkenjutsu que no se relacionaba a ningún elemento, pero eso no hacía que dejara de parecer aterrador.
-Hmmmm... Por lo que me dices, he llegado a pensar que talvez, sólo talvez, la espada este relacionada de alguna manera a la forma en que se manifiesta el chakra- Comentó, mientras su mirada se perdía en unas flores que habían en el sendero.
»Creo que no me he explicado bien, quiero decir... Según tus palabras sólo tú padre ha tenido técnicas similares a las tuyas, entonces, ¿será posible que la espada tenga una conexión con el linaje de tu familia?-
Tatsuya no sabía como decirlo, el lo que pensaba es que el arma más allá de ser un tesoro heredado tenía alguna característica especial que la unía a su portador, otorgándole esa extraña cualidad de chakra y que eso era la causa de que Kazuma no posea un elemento afín. Aquello sonaba como una teoría descabellada, digna de libros de aventuras y misterio, pero bueno, en un mundo donde existen personas que escupen fuego por la boca (o que tiran rayos con las manos como él) la línea entre lo que es normal y lo que no era muy difusa.
Pronto salieron de ese túnel, la luz del sol nuevamente los saludaba con sus rayos amarillentos y blancos, el pequeño jabalí se inquietó un poco y se intentó sacudir, Tatsuya tuvo problemas para que no se cayera. Había una cascada frente a ellos, pura y limpia a diferencia del ríachuelo shuco que habían visto antes, de la alegría una sonrisa enorme se dibujó en el rostro del Takanshi, le dieron ganas de ir a tirarse un chapuzón al agua así tal cual pero sólo se quedó en eso, en las ganas, tenía que guardar la compostura.
—Que buen sitio, justo lo que necesitábamos. —Sonrió mientras observa el primer lugar agradable en aquel bosque hostil.
-Me has quitado las palabras de la boca- Tatsuya pensaba exactamente lo mismo.
Tatsuya se agachó para dejar que el bebé jabalí fuera a beber, la criatura corrió rápidamente hacía la orilla mientras él se acercaba lentamente a la fuente de agua, dejó los honguitos que había envuelto previamente en hojas cerca bajo un gran hongo que había por ahí. El pudo ver que se había manchado las manos con su propia sangre, la verdad es que había pasado ya dos malos ratos en dos días, y quién sabe hasta cuando seguría así.
-Hmmmm... Por lo que me dices, he llegado a pensar que talvez, sólo talvez, la espada este relacionada de alguna manera a la forma en que se manifiesta el chakra- Comentó, mientras su mirada se perdía en unas flores que habían en el sendero.
»Creo que no me he explicado bien, quiero decir... Según tus palabras sólo tú padre ha tenido técnicas similares a las tuyas, entonces, ¿será posible que la espada tenga una conexión con el linaje de tu familia?-
Tatsuya no sabía como decirlo, el lo que pensaba es que el arma más allá de ser un tesoro heredado tenía alguna característica especial que la unía a su portador, otorgándole esa extraña cualidad de chakra y que eso era la causa de que Kazuma no posea un elemento afín. Aquello sonaba como una teoría descabellada, digna de libros de aventuras y misterio, pero bueno, en un mundo donde existen personas que escupen fuego por la boca (o que tiran rayos con las manos como él) la línea entre lo que es normal y lo que no era muy difusa.
Pronto salieron de ese túnel, la luz del sol nuevamente los saludaba con sus rayos amarillentos y blancos, el pequeño jabalí se inquietó un poco y se intentó sacudir, Tatsuya tuvo problemas para que no se cayera. Había una cascada frente a ellos, pura y limpia a diferencia del ríachuelo shuco que habían visto antes, de la alegría una sonrisa enorme se dibujó en el rostro del Takanshi, le dieron ganas de ir a tirarse un chapuzón al agua así tal cual pero sólo se quedó en eso, en las ganas, tenía que guardar la compostura.
—Que buen sitio, justo lo que necesitábamos. —Sonrió mientras observa el primer lugar agradable en aquel bosque hostil.
-Me has quitado las palabras de la boca- Tatsuya pensaba exactamente lo mismo.
Tatsuya se agachó para dejar que el bebé jabalí fuera a beber, la criatura corrió rápidamente hacía la orilla mientras él se acercaba lentamente a la fuente de agua, dejó los honguitos que había envuelto previamente en hojas cerca bajo un gran hongo que había por ahí. El pudo ver que se había manchado las manos con su propia sangre, la verdad es que había pasado ya dos malos ratos en dos días, y quién sabe hasta cuando seguría así.