7/04/2016, 17:28
Nonoha empuño las manos, Tatsuya dedujo que quizás sus palabras le habían infundido determinación, ahora sólo faltaba que él mismo se las creyera. La nieve seguía cayendo suavemente y Hiroshi se había marchado diciendo que buscaría a "los demás", Tatsuya imaginó que se trataba del resto de la familia. El anciano elogió las palabras del muchacho, a decir verdad era raro, normalmente el no suele encontrar la manera correcta de decir las cosas, aún había muchas cosas que quería decir pero no sabía como expresarlas.
-Agradezco el cumplido, Ren-san-
La habitación era de las más lujosas que ofrecía el lugar, adornos tradicionales y muebles importados, todo combinado para mostrar la mayor elegancia posible. La dama se encontraba sentada mientras leía algunos papeles importantes, información sobre la mentada familia Hakaze que se había apoderado de la compañia de metales y de algunas otras, la mujer mostraba preocupación mientras analizaba, se le hacía raro que en tan poco tiempo hubieran adquirido tantas empresas. Mientras se concentraba en el papeleo el shoji se abrió y cerró de repente, provocando que se asustara cuando al voltear a ver hacia dentro había un hombre ahí.
-TAKARA-SAMA, me alegro de haberla encontrado.- Dijo el ninja arrodillado ante ella.
-¿¡Pero qué crees que haces Shunsuke!?, entrar a mi habitación de esa manera, exijo explicaciones ahora-
El hombre pronto sintió el regaño mostrando cara de nerviosismo, se trataba de un sujeto de unos 28 años, tenía un parche sobre el ojo derecho, bandana de Takigakure atada al brazo y vestido con el típico chaleco militar ninja. Aquel era un jounin promedio, era miembro del clan Takanashi y guardaespaldas personal de la familia. Muy allegado al jefe de la familia era el hombre en quienes más confiaban, aunque a veces actuaba de manera rara en el sentido de que sus acciones resultaban extrañas, quizás le faltaba una pizca de sentido común.
-Perdone mi falta de respeto, he venido a decirles algo muy importante, por cierto ¿dónde está Tatsuya-sama?-
-Él no se encuentra en estos momentos, ahora dime el porqué de tu presencia-
-Ahh, sí sí, poco después de que se marcharan el proveedor que los citó acá en Yamiria envió una carta, no pude alcanzarlos para entregárselas antes, lo lamento-
La mujer tomó la carta con intriga y la leyó, cada palabra, cada línea que avanzaba acentuaba la preocupación en su rostro. El jounin se sentía nervioso pues no sabía que era lo que decía el papel, la mujer al terminar de leer suspiró, era probable que los planes de hacer negocios en Yamiria se vieran truncados, y con ello la adquisición del Tamahagane también.
-Retírate-
El jounin obedeció y salió tan rápido como entró.
Tatsuya sentía que había que animar el ambiente, además tenia curiosidad de cómo era la vida cotidiana en el País del Remolino, sin contar que la nevada empezaba a arreciar un poco, era un frío al que no estaba acostumbrado, le agradaba pero no era lo típico. Sentía mucha curiosidad por los negocios de la familia Hiwatari, había muchas cosas que deseaba preguntarle al anciano.
-Ren-san, ¿qué clase de productos son los que vende su familia?- Cambió de tema repentinamente -En una ciudad comercial como esta imagino que deben tener mucha competencia-
-Agradezco el cumplido, Ren-san-
Mientras tanto en el hotel
-TAKARA-SAMA, me alegro de haberla encontrado.- Dijo el ninja arrodillado ante ella.
-¿¡Pero qué crees que haces Shunsuke!?, entrar a mi habitación de esa manera, exijo explicaciones ahora-
El hombre pronto sintió el regaño mostrando cara de nerviosismo, se trataba de un sujeto de unos 28 años, tenía un parche sobre el ojo derecho, bandana de Takigakure atada al brazo y vestido con el típico chaleco militar ninja. Aquel era un jounin promedio, era miembro del clan Takanashi y guardaespaldas personal de la familia. Muy allegado al jefe de la familia era el hombre en quienes más confiaban, aunque a veces actuaba de manera rara en el sentido de que sus acciones resultaban extrañas, quizás le faltaba una pizca de sentido común.
-Perdone mi falta de respeto, he venido a decirles algo muy importante, por cierto ¿dónde está Tatsuya-sama?-
-Él no se encuentra en estos momentos, ahora dime el porqué de tu presencia-
-Ahh, sí sí, poco después de que se marcharan el proveedor que los citó acá en Yamiria envió una carta, no pude alcanzarlos para entregárselas antes, lo lamento-
La mujer tomó la carta con intriga y la leyó, cada palabra, cada línea que avanzaba acentuaba la preocupación en su rostro. El jounin se sentía nervioso pues no sabía que era lo que decía el papel, la mujer al terminar de leer suspiró, era probable que los planes de hacer negocios en Yamiria se vieran truncados, y con ello la adquisición del Tamahagane también.
-Retírate-
El jounin obedeció y salió tan rápido como entró.
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Tatsuya sentía que había que animar el ambiente, además tenia curiosidad de cómo era la vida cotidiana en el País del Remolino, sin contar que la nevada empezaba a arreciar un poco, era un frío al que no estaba acostumbrado, le agradaba pero no era lo típico. Sentía mucha curiosidad por los negocios de la familia Hiwatari, había muchas cosas que deseaba preguntarle al anciano.
-Ren-san, ¿qué clase de productos son los que vende su familia?- Cambió de tema repentinamente -En una ciudad comercial como esta imagino que deben tener mucha competencia-