9/04/2016, 05:41
La peliceleste no paraba de demostrar su alegría y emoción ante la situación en la que se encontraban además de que habían sido invitadas de forma gratuita, mejor imposible aunque claro, cualquiera sospecharía aunque sea un poco respecto de tan generosa oferta. ~Mejor no digo nada. ~Pensaba Noemi incapaz de atacar el torrente de energía positiva que irradiaba la pequeña kunoichi.
—Bien entonces. —Respondió a Kuro justo antes de voltearse a ver cual sería una buena mesa, en primera instancia no vio a Eri pero ella le atrapó la mano y comenzó a tirar obligándola a avanzar entre mesas comentando acerca de su deseo por una ubicación en particular. —Claro que si, donde quieras. —Respondió con una sonrisa incapaz de darle una negativa a la más joven.
Al final llegaron a una mesa obviamente vacía justo al lado de la ventana y algo alejada del mostrador y la cocina, pero que tenía bonita vista al exterior que seguramente era el motivo por el que Eri quería sentarse por allí. —¿Segura? Creo que no estamos lo suficientemente lejos. —Dijo con aire bromista mientras tomaba asiento con cierta delicadeza y acto seguido atrapaba un par de mechones de su cabello para comenzar a hacer una pequeña trenza la cual desharía y volvería a armar constantemente.
Estar juntas en un restaurante desconocido era algo bastante curioso para dos desconocidas, aunque a la rubia lo que le preocupaba era lo que pasaría ahora, después de todo habían estado hablando con Kuro y seguramente se mantendría algo más al margen dejando a ambas féminas relativamente solas y por ende, tendrían que hallar algún tema de conversación aunque… ~Lo del torneo queda descartado. ~Pensaba la rubia.
En eso uno de los empleados del restaurante llegó al fin tras la señal de Eri, con los pedidos de ambas. —Fue más rápido de lo que imaginé… —Comentó en lo que se acercaba un poco el pote con el postre helado. —Muchas gracias. —Diría a Kuro antes de darle la primera probada al postre que tenía delante y llevarse una grata sorpresa. —¡Está bueno! —
—Bien entonces. —Respondió a Kuro justo antes de voltearse a ver cual sería una buena mesa, en primera instancia no vio a Eri pero ella le atrapó la mano y comenzó a tirar obligándola a avanzar entre mesas comentando acerca de su deseo por una ubicación en particular. —Claro que si, donde quieras. —Respondió con una sonrisa incapaz de darle una negativa a la más joven.
Al final llegaron a una mesa obviamente vacía justo al lado de la ventana y algo alejada del mostrador y la cocina, pero que tenía bonita vista al exterior que seguramente era el motivo por el que Eri quería sentarse por allí. —¿Segura? Creo que no estamos lo suficientemente lejos. —Dijo con aire bromista mientras tomaba asiento con cierta delicadeza y acto seguido atrapaba un par de mechones de su cabello para comenzar a hacer una pequeña trenza la cual desharía y volvería a armar constantemente.
Estar juntas en un restaurante desconocido era algo bastante curioso para dos desconocidas, aunque a la rubia lo que le preocupaba era lo que pasaría ahora, después de todo habían estado hablando con Kuro y seguramente se mantendría algo más al margen dejando a ambas féminas relativamente solas y por ende, tendrían que hallar algún tema de conversación aunque… ~Lo del torneo queda descartado. ~Pensaba la rubia.
En eso uno de los empleados del restaurante llegó al fin tras la señal de Eri, con los pedidos de ambas. —Fue más rápido de lo que imaginé… —Comentó en lo que se acercaba un poco el pote con el postre helado. —Muchas gracias. —Diría a Kuro antes de darle la primera probada al postre que tenía delante y llevarse una grata sorpresa. —¡Está bueno! —