12/04/2016, 05:14
Existía algo raro en el ambiente, un primitivo instinto le decía a Tatsuya que había algo malo en el lugar y no era bueno que se quedara ahí. No era su imaginación, el pequeño cerdito de comportaba de manera extraña, no curioseaba el aire como lo había hecho en los otros lugares del bosque, además la hierba tenía una extraña coloración que era imposible no notarla. Kazuma se dispuso a inspeccionar más de cerca el lugar mientras el joven de Takigakure simplemente observaba con la vista cada posible pista que se le pudiera haber pasado por alto en un inicio.
Kazuma le advirtió que tuviera cuidado con lo que había en el suelo, aunque ya era demasiado tarde, el tiempo que estuvo ahí parado fue suficiente para que sintiera una extraña molestia en los dedos de sus pies y talones. Le sería muy difícil evitar rozar la vegetación al llevar sandalias ninja abiertas, trató de moverse hacía alguna parte donde no estuviera tan alta la hierba para evitar que empeorase la situación.
"Confirmado, este lugar es peligroso"
El Ishimura estaba revisando minuciosamente cada detalle, el joven de Taki se veía como podía los pies sin soltar al jabato para evitar que terminara igual, sólo podía distinguir una coloración rosácea provocada por algún tipo de inflamación. La casa era lo que más le llamaba la atención, estaba casi seguro de que estaba recién construida, pero, era extraño considerando que según las palabras de los aldeanos nadie se había atrevido a entrar al bosque por la amenaza del jabalí. Pronto el ninja de Uzushiogakure dió su veredicto.
—Esto es muy, pero muy extraño —Tatsuya pensó que quizás aquellas palabras no eran suficientes para describir lo que tenían entre manos—. La tierra está muerta, la yerba está muerta y parece que todo lo que entre en este claro muere —prueba de ello fueron los muchos insectos muertos que encontró en el borde—. Lo único que se mantiene con vida son esos extraños hongos que se camuflan con el césped que crece de sus propios tallos.
-Mmmmm... Es... Tétrico- Y la forma de de relatarlo de Kazuma había hecho que Tatsuya se pusiera más nervioso.
Una misteriosa casa en medio de un tenebroso bosque, alejado de la civilización y que estaba rodeado de muerte a su alrededor, material perfecto para un relato de terror con la diferencia de era una situación real. Todo apuntaba a que en cualquier momento algo malo podía pasar, su intuición se lo decía pero era mejor replantearse las cosas.
"Maldita sea Tatsuya eres un ninja, no te puedes dejar amedrentar por esto" -Se reprendió a sí mismo.
Una idea escabrosa se le vino a la mente, quizás esa peste de muerte tendría algo que ver con esa casa, y de ser así sería algo malo, raro y feo. Sus ojos mostraban miedo aunque su cara de indiferencia dijera todo lo contrario, era chistoso que luego de haber estado cara a cara con la muerte se sintiera intimidado ante aquella choza; pero era un temor diferente, no es lo mismo estar consciente del peligro al que te enfrentas que la incertidumbre de no saber que es lo que está pasando. Pero aún así, era un shinobi, probablemente tendría que estar en situaciones iguales o peores en el futuro.
-No sacaremos nada de andar haciendo conjeturas, quizás las respuestan están ahí adentro- La verdad Tatsuya no estaba tan seguro como sus palabras indicaban. -Sí indagamos podremos salir de dudas- Concluyó.
Se pusó en marcha en dirección a la casa, sujetaba al jabato que se quedó petrificado como sí hubiera visto algo aterrador, caminaba con cuidado para no meterse más hierba entre los dedos y aunque tenía determinación no pudo evitar que una gota de sudor rodara por su mejilla. Al acercarse a la choza vió que las cortinas negras no dejaban ver hacía el interior, la puerta no tenía un picaporte, no sabia siquiera sí había alguien adentro. Se acercó a la entrada para llamar pero luego de un par de toques la puerta se abrió un par de centímetros, en esos momentos al Takanashi se le aceleró el pulso y sus ojos se dirigieron al poco espacio que había entre la puerta y marco, pero lo único que diviso fue un color negro profundo en el interior.
Kazuma le advirtió que tuviera cuidado con lo que había en el suelo, aunque ya era demasiado tarde, el tiempo que estuvo ahí parado fue suficiente para que sintiera una extraña molestia en los dedos de sus pies y talones. Le sería muy difícil evitar rozar la vegetación al llevar sandalias ninja abiertas, trató de moverse hacía alguna parte donde no estuviera tan alta la hierba para evitar que empeorase la situación.
"Confirmado, este lugar es peligroso"
El Ishimura estaba revisando minuciosamente cada detalle, el joven de Taki se veía como podía los pies sin soltar al jabato para evitar que terminara igual, sólo podía distinguir una coloración rosácea provocada por algún tipo de inflamación. La casa era lo que más le llamaba la atención, estaba casi seguro de que estaba recién construida, pero, era extraño considerando que según las palabras de los aldeanos nadie se había atrevido a entrar al bosque por la amenaza del jabalí. Pronto el ninja de Uzushiogakure dió su veredicto.
—Esto es muy, pero muy extraño —Tatsuya pensó que quizás aquellas palabras no eran suficientes para describir lo que tenían entre manos—. La tierra está muerta, la yerba está muerta y parece que todo lo que entre en este claro muere —prueba de ello fueron los muchos insectos muertos que encontró en el borde—. Lo único que se mantiene con vida son esos extraños hongos que se camuflan con el césped que crece de sus propios tallos.
-Mmmmm... Es... Tétrico- Y la forma de de relatarlo de Kazuma había hecho que Tatsuya se pusiera más nervioso.
Una misteriosa casa en medio de un tenebroso bosque, alejado de la civilización y que estaba rodeado de muerte a su alrededor, material perfecto para un relato de terror con la diferencia de era una situación real. Todo apuntaba a que en cualquier momento algo malo podía pasar, su intuición se lo decía pero era mejor replantearse las cosas.
"Maldita sea Tatsuya eres un ninja, no te puedes dejar amedrentar por esto" -Se reprendió a sí mismo.
Una idea escabrosa se le vino a la mente, quizás esa peste de muerte tendría algo que ver con esa casa, y de ser así sería algo malo, raro y feo. Sus ojos mostraban miedo aunque su cara de indiferencia dijera todo lo contrario, era chistoso que luego de haber estado cara a cara con la muerte se sintiera intimidado ante aquella choza; pero era un temor diferente, no es lo mismo estar consciente del peligro al que te enfrentas que la incertidumbre de no saber que es lo que está pasando. Pero aún así, era un shinobi, probablemente tendría que estar en situaciones iguales o peores en el futuro.
-No sacaremos nada de andar haciendo conjeturas, quizás las respuestan están ahí adentro- La verdad Tatsuya no estaba tan seguro como sus palabras indicaban. -Sí indagamos podremos salir de dudas- Concluyó.
Se pusó en marcha en dirección a la casa, sujetaba al jabato que se quedó petrificado como sí hubiera visto algo aterrador, caminaba con cuidado para no meterse más hierba entre los dedos y aunque tenía determinación no pudo evitar que una gota de sudor rodara por su mejilla. Al acercarse a la choza vió que las cortinas negras no dejaban ver hacía el interior, la puerta no tenía un picaporte, no sabia siquiera sí había alguien adentro. Se acercó a la entrada para llamar pero luego de un par de toques la puerta se abrió un par de centímetros, en esos momentos al Takanashi se le aceleró el pulso y sus ojos se dirigieron al poco espacio que había entre la puerta y marco, pero lo único que diviso fue un color negro profundo en el interior.