16/04/2016, 01:11
Tatsuya llevaba una plática muy amena con el señor Ren, primera vez en mucho tiempo que podía tener una buena conversación con alguien, hasta que de repente notaron que Nonoha había desaparecido. La niña había logrado escabullirse bajo sus narices mientras dialogaban, el anciano parecía estar molesto y Tatsuya por su lado estaba preocupado por ella, si po que le habían dicho era cierto, sería fácil que se perdiese por algún lado.
-No se preocupe Ren-san, iré a buscar a su nieta- Le dijo al anciano.
Tatsuya partió en busca de la kunoichi, aunque tenía un par de problemitas para ello, en primer lugar el no conocía para nada la ciudad de Yamiria, y segundo, no tenía ni la más remota idea de a donde su pudo haber ido Nonoha. Empezó a preguntarle a varias personas del lugar si habían visto a la niña, describiendósela a los transeuntes y siguiendo las direcciones que le indicaban; aún así le estaba costando al no conocer ciertos lugares que le indicaban, deseaba tener un mapa en esos momentos.
"¿Se habrá molestado por no incluirla en la conversación?" Meditaba el joven.
Tatsuya pensaba que talvez se sintió ofendida por el hecho de que él se había dedicado a hablar más con el abuelo que con la propia Nonoha. Quería remediarlo, no le gustaba tener problemas con la gente a causa de malentendidos, aunque por alguna razón siempre se las arregla para que pase eso.
…
Los dos jóvenes que hace no mucho estaban dando un espectáculo ahora se encontraban contando el dinero fruto de sus danzas. Se trataba de dos hermanos, una chica y un chico. Por la cara de alegría de la muchacha parecía que habían conseguido una buena ganancia, se dirigireron a una cafetería cercana, pero debido a sus ropajes no los dejaron pasar. El chico se enojó, consideraba que más que discriminarlos por su vestimenta era por vivir en la calle, pero no dijo nada. Se resignó a irse de ahí junto a su hermana.
Ambos jóvenes decidieron a ir a comprar algunos dulces a un lugar donde no les hicieran caras, ya con ello siguieron su rumbo, aunque a la muchacha de repente le llamó la atención una niña de kimono rosa y cabellos rebeldes de color café, murmuró algo a su hermano al oído. Parecían reconocer a la chica que les había dejado algo de dinero, así pues la hermana tenía algo en mente y se acercó a aquella chica que no era otra sino la mismísima Nonoha.
-¡Hey hey!, ¡Tú! Sí, tú- Dijo la muchacha para llamar su atención. -Veo que se te acaban los dulces, ¿quieres que te comparta de las mios?-
-Tómalos sin pena- Interrumpió el muchacho sin dar tiempo a contestar.
Ambos eran de tez morena, cabellos castaños y rizados, con ojos color de jade. El muchacho estaba cruzado de brazos parado con confianza mientras la muchacha le ofrecía su bolsa de caramelos a Nonoha.
…
Tatsuya seguía dando vueltas, cada vez que preguntaba le indicaban lugares distintos, empezaba a creer que estaba dando vueltas en círculos. Talvez se debía al hecho de que Nonoha siguió una ruta errática, de ser así era normal que estuviera siguiendo un rastro sin aparente sentido. Pensó incluso en gritar su nombre a ver si respondía pero no quería armar semejante borchorno en plena plaza pública.
"¿Que tan lejos pudo haber ido?