16/04/2016, 13:10
Como la velocidad del rayo - nunca mejor dicho -, la kunoichi de Taki alcanzó el lugar donde se encontraba Kuro siendo malherido por los bandidos, sin embargo, y haciendo gala de su posición de kunoichi, intimidó como ella al parecer sabía, sin dañar más de lo necesario a los maleantes. —¡Váyanse ahora mismo o no respondo! — Eri escuchó aquella frase mientras propinaba un puñetazo en la cara a uno de los dos hombres que con anterioridad habían retenido a la rubia, sin embargo el otro, aprovechando su posición de dos contra una pequeña niña, la tomó desprevenida y la retuvo pasando uno de sus brazos por el cuello, casi tomándola la respiración a la fuerza.
—Si siguen jodiendo no dudaré en matarlos. — un escalofrío recorrió la espalda de la peliceleste al escuchar esas palabras, o bien porque sentía que su respiración se escapaba por momentos, no lo sabía, solo actuaba por inercia al intentar deshacerse del hombre que prácticamente quería hacerla abandonar el mundo de los vivos por la fuerza. Sin embargo, ante tales palabras de la de Taki, el bandido se asustó y deshizo el agarre, haciendo a Eri caer sobre sus rodillas y toser abiertamente, mientras tomaba bocanas de aire descontroladas.
-Joder, Akuma, tío, vámonos, estas dos saben lo que hacen, y antes de que nos pillen prefiero salvar mi pellejo. - Aseguró el bandido que se encontraba en el suelo, aquel que había barrido Eri de una patada baja, mientras que los dos que se estaban encargando de la huérfana asentían con avidez. El que recibió el choque eléctrico, sin embargo, no parecía tan dispuesto a irse tras recibir un golpe así, la furia carcomía su mente y su cólera cegaba su visión, mientras que el otro había salido por patas de allí ante la advertencia de la rubia.
Entonces el espectáculo se convirtió en un bandido contra la joven de Takigakure, mientras que los demás, pavoridos, abandonaban el restaurante por donde habían venido.
Eri se levantó como buenamente pudo y se acercó a Kuro lentamente, le tocó la cara y observó que no se encontraba en tan mal estado como había imaginado, además, Noemi había demostrado ser una de las mejores kunoichi que la de ojos verdosos había podido espectar en mucho tiempo, se alegraba de haberse encontrado con ella, si no, seguramente la pequeña no hubiera podido deshacerse de aquellos bandidos.
-Tranquilo Kuro, soy médica, podré curarte mientras Noemi-neesan acaba con todos ellos - explicó con una sonrisa, y pronto sus manos se embadurnaron de una luz verdosa sobre el cuerpo del moreno.
-Noemi-san... - susurró el empleado, divisando con dificultad a la rubia. -T-ten cuidado.
El bandido, mientras tanto, había cargado con todas sus fuerzas hacia la rubia, con el puño en alto, buscando una abertura de la kunoichi para dejarla fuera de combate y saquear el establecimiento.
• PV:–
• CK:– -
Objetos:
Kit médico [Cintura]
Hitai-ate [Frente]
Portaobjetos [Cintura] [8/10]
—Si siguen jodiendo no dudaré en matarlos. — un escalofrío recorrió la espalda de la peliceleste al escuchar esas palabras, o bien porque sentía que su respiración se escapaba por momentos, no lo sabía, solo actuaba por inercia al intentar deshacerse del hombre que prácticamente quería hacerla abandonar el mundo de los vivos por la fuerza. Sin embargo, ante tales palabras de la de Taki, el bandido se asustó y deshizo el agarre, haciendo a Eri caer sobre sus rodillas y toser abiertamente, mientras tomaba bocanas de aire descontroladas.
-Joder, Akuma, tío, vámonos, estas dos saben lo que hacen, y antes de que nos pillen prefiero salvar mi pellejo. - Aseguró el bandido que se encontraba en el suelo, aquel que había barrido Eri de una patada baja, mientras que los dos que se estaban encargando de la huérfana asentían con avidez. El que recibió el choque eléctrico, sin embargo, no parecía tan dispuesto a irse tras recibir un golpe así, la furia carcomía su mente y su cólera cegaba su visión, mientras que el otro había salido por patas de allí ante la advertencia de la rubia.
Entonces el espectáculo se convirtió en un bandido contra la joven de Takigakure, mientras que los demás, pavoridos, abandonaban el restaurante por donde habían venido.
Eri se levantó como buenamente pudo y se acercó a Kuro lentamente, le tocó la cara y observó que no se encontraba en tan mal estado como había imaginado, además, Noemi había demostrado ser una de las mejores kunoichi que la de ojos verdosos había podido espectar en mucho tiempo, se alegraba de haberse encontrado con ella, si no, seguramente la pequeña no hubiera podido deshacerse de aquellos bandidos.
-Tranquilo Kuro, soy médica, podré curarte mientras Noemi-neesan acaba con todos ellos - explicó con una sonrisa, y pronto sus manos se embadurnaron de una luz verdosa sobre el cuerpo del moreno.
-Noemi-san... - susurró el empleado, divisando con dificultad a la rubia. -T-ten cuidado.
El bandido, mientras tanto, había cargado con todas sus fuerzas hacia la rubia, con el puño en alto, buscando una abertura de la kunoichi para dejarla fuera de combate y saquear el establecimiento.
• PV:
160/160
• CK:
116/140
24
–Objetos:
Kit médico [Cintura]
Hitai-ate [Frente]
Portaobjetos [Cintura] [8/10]
- ¤ Veneno común
¤ Shuriken x3
¤ Comunicador básico
¤ Kunai x2
¤ Veneno común mejorado
¤ Veneno genérico