16/04/2016, 17:38
El Ishimura observó con atención a su compañero, sintiendo un poco de pesar por el fuerte impacto que aquella escena le provocó. Por su parte, el peliblanco se encontraba más incómodo por el olor que por la imagen misma. De cierta manera le costaba vincular a aquel montón de carne en descomposición con una persona que habla y vive. Quizás fuera porque en su mente los cuerpos eran solo recipientes que dejaban de tener cualidades humanas en cuanto expiraban.
«Es normal reaccionar así luego de ver algo tan desagradable.»
Luego de recuperarse de la sensación inicial, el Takanashi regreso a observar el interior de la choza. Kazuma también se dispuso a observar con atención cualquier detalle que pudiera darle alguna pista.
—A simple vista parece que sobrevivió al jabalí para venir a morir aquí, pero hay tantas cosas que no encajan —Dijo pensativo—. Esos hongos en la herida, no sé... Pero no me atrevo a acercarme.
—La cuestión es que… Este tipo de heridas provoca la muerte a través del desangramiento —dijo, mientras observaba minuciosamente aquel agujero—. Pero en este sitio no hay ni un rastro de sangre.
Aquello era bastante extraño, pues las ropas de la mujer si mostraban algunas manchas marrones del momento en que fue herida. Sin embargo, en ningún lugar de aquella cabaña se podía apreciar huellas de sangre.
—Kazuma-san, ven a ver esto. —Indicó con tono serio al ninja de Uzu.
Aquel de ojos dispares encontró lo que parecían ser las notas de algún tipo de investigación. Entre ellas estaba lo que parecía ser un diario de registro con muchas entradas, pero cuyas palabras resultaban incomprensibles. Probablemente un código para mantener algo en secreto. Tatsuya se mostraba interesado por el posible contenido de aquel librito, pero al mismo tiempo se sentía inseguro sobre lo que pudieran descubrir.
—Aunque detrás de esto exista una verdad terrible y aunque no sea de nuestra incumbencia —se separó del cuerpo y se encaminó hacia el estante—. Es posible que sea de suma importancia para los habitantes del Bosque de hongos y ahora que lo hemos encontrado creo que tenemos el deber de averiguar qué es lo que sucede.
»Lamentablemente, no tengo ni idea de que pueden significar todas estas cosas que hemos encontrado —admitió un poco decaído—, pero si mal no recuerdo, en el pueblo vive un herborista muy sabio —tomo uno de los frasco que tenía especímenes de hongos para llevarlo consigo—. Si le mostramos estas cosas puede que nos dé la suficiente información para deducir que es lo que está ocurriendo.
«Es normal reaccionar así luego de ver algo tan desagradable.»
Luego de recuperarse de la sensación inicial, el Takanashi regreso a observar el interior de la choza. Kazuma también se dispuso a observar con atención cualquier detalle que pudiera darle alguna pista.
—A simple vista parece que sobrevivió al jabalí para venir a morir aquí, pero hay tantas cosas que no encajan —Dijo pensativo—. Esos hongos en la herida, no sé... Pero no me atrevo a acercarme.
—La cuestión es que… Este tipo de heridas provoca la muerte a través del desangramiento —dijo, mientras observaba minuciosamente aquel agujero—. Pero en este sitio no hay ni un rastro de sangre.
Aquello era bastante extraño, pues las ropas de la mujer si mostraban algunas manchas marrones del momento en que fue herida. Sin embargo, en ningún lugar de aquella cabaña se podía apreciar huellas de sangre.
—Kazuma-san, ven a ver esto. —Indicó con tono serio al ninja de Uzu.
Aquel de ojos dispares encontró lo que parecían ser las notas de algún tipo de investigación. Entre ellas estaba lo que parecía ser un diario de registro con muchas entradas, pero cuyas palabras resultaban incomprensibles. Probablemente un código para mantener algo en secreto. Tatsuya se mostraba interesado por el posible contenido de aquel librito, pero al mismo tiempo se sentía inseguro sobre lo que pudieran descubrir.
—Aunque detrás de esto exista una verdad terrible y aunque no sea de nuestra incumbencia —se separó del cuerpo y se encaminó hacia el estante—. Es posible que sea de suma importancia para los habitantes del Bosque de hongos y ahora que lo hemos encontrado creo que tenemos el deber de averiguar qué es lo que sucede.
»Lamentablemente, no tengo ni idea de que pueden significar todas estas cosas que hemos encontrado —admitió un poco decaído—, pero si mal no recuerdo, en el pueblo vive un herborista muy sabio —tomo uno de los frasco que tenía especímenes de hongos para llevarlo consigo—. Si le mostramos estas cosas puede que nos dé la suficiente información para deducir que es lo que está ocurriendo.