16/04/2016, 22:06
- Si el museo quedaba por ahí… La plaza debería de estar en algún otro lado que no sea esa dirección… - Dedujo hábilmente la kunoichi.
Juro asintió, asombrado ante tanta sabiduría. Estaba claro que la kunoichi que le acompañaba era experta en orientación, de cualquier otra manera, sin ella se habrán expuesto a vagar por la ciudad sin un rumbo claro, a la espera de un milagro o de la buena voluntad de alguien. Era una suerte tenerla de su lado...
Sin embargo, a pesar de su habilidad, decidió ir a lo seguro. Corrió y avanzó hasta cruzarse con la primera persona que pasó a su lado, en esta ocasión, un hombre musculoso gigante, que le sacaba más de una cabeza a Juro, y algo de altura también a la atrevida chica. El hombre tenía un rostro totalmente cuadrado, pelo en punta marrón, y una camiseta negra que marcaba sus enormes musculosos.
- ¡Disculpe! - Exclamó enérgica la kunoichi , con una sonrisa. - ¿Podría decirme como llegar a la plaza central? -
El hombre agachó la cabeza y miró a la chica que le hablaba. Luego, también se fijó en Juro, aunque su mirada volvió a posarse sobre dicha chica.
Pues claro, preciosa - dijo este, con una sonrisa seductora - Se por donde ir, pero... Alguien como tu no debería ir sola por ahí., ya casi es de noche y las calles son peligrosas. ¿Por qué no dejas que te acompañe?
- Tenemos pri...
El hombre se pusó justo en frente de Ritsuko, apartando de un disimulado empujón a Juro, quien no pudo resistir la enorme fuerza del hombre, y por poco se come el suelo. Nada de esto le importó al hombre, que siguió con su mirada clavada en la kunoichi, ignorando completamente al muchacho.
- Aunque, pensandolo bien, podríamos ir a algún sitio antes... Ir a cenar, un restaurante de lujo, un paseo bajo la luna... - el hombre le guiñó el ojo - ¿Qué te parece?
Juro asintió, asombrado ante tanta sabiduría. Estaba claro que la kunoichi que le acompañaba era experta en orientación, de cualquier otra manera, sin ella se habrán expuesto a vagar por la ciudad sin un rumbo claro, a la espera de un milagro o de la buena voluntad de alguien. Era una suerte tenerla de su lado...
Sin embargo, a pesar de su habilidad, decidió ir a lo seguro. Corrió y avanzó hasta cruzarse con la primera persona que pasó a su lado, en esta ocasión, un hombre musculoso gigante, que le sacaba más de una cabeza a Juro, y algo de altura también a la atrevida chica. El hombre tenía un rostro totalmente cuadrado, pelo en punta marrón, y una camiseta negra que marcaba sus enormes musculosos.
- ¡Disculpe! - Exclamó enérgica la kunoichi , con una sonrisa. - ¿Podría decirme como llegar a la plaza central? -
El hombre agachó la cabeza y miró a la chica que le hablaba. Luego, también se fijó en Juro, aunque su mirada volvió a posarse sobre dicha chica.
Pues claro, preciosa - dijo este, con una sonrisa seductora - Se por donde ir, pero... Alguien como tu no debería ir sola por ahí., ya casi es de noche y las calles son peligrosas. ¿Por qué no dejas que te acompañe?
- Tenemos pri...
El hombre se pusó justo en frente de Ritsuko, apartando de un disimulado empujón a Juro, quien no pudo resistir la enorme fuerza del hombre, y por poco se come el suelo. Nada de esto le importó al hombre, que siguió con su mirada clavada en la kunoichi, ignorando completamente al muchacho.
- Aunque, pensandolo bien, podríamos ir a algún sitio antes... Ir a cenar, un restaurante de lujo, un paseo bajo la luna... - el hombre le guiñó el ojo - ¿Qué te parece?