17/04/2016, 09:50
El chico había pasado toda la mañana yendo de aquí para allá por todos los dojos del combatiente, practicando distintas artes marciales, con alguno nombres que no sabia ni pronunciar. La verdad es que se había cansado bastante, pero aun así estaba muy feliz, sobre todo porque su maestro le había permitido ir a practicar con otros maestros a aquel lugar, lo que significaba o que eran buenos maestros o que Shu quería quitárselo de encima, o quizá ambas. En cualquier caso, ahora mismo Rin se moría por ir a comer algo y así reponer fuerzas.
Tras andar buscando entre las callejuelas algún lugar donde comer, Rin por fin encontró un pequeño restaurante, en el cual pidió arroz para llevar. Ya con su comida decidió salir del lugar, para comer mas tranquilo. Si salia encontraría un lugar con menos gente y así le seria mas fácil comer, sin tener miedo de chocarse con alguien mientras lo hacia.
El rubio al final salio, sin llamar demasiado la atención, seguramente por el hecho de que no llevaba ni la mascara, ni la capa ni las armas. Tras salir y observar que solo había unos guardias, así como una persona encapuchada que parecía uno de estos mimos, a los cuales les echabas una moneda y ellos hacían su espectáculo antes de volver a quedarse quietos, Rin deicidio que comería mientras veía al mimo, siempre le había sorprendido su habilidad de estar totalmente quietos, el no podía para ni una milésima de segundo.
El chico se acerco a la personas encapuchada y le dejo una moneda en los pies, antes de separase un poco para que empezara el espectáculo, mientras comía su bol de arroz.
Tras andar buscando entre las callejuelas algún lugar donde comer, Rin por fin encontró un pequeño restaurante, en el cual pidió arroz para llevar. Ya con su comida decidió salir del lugar, para comer mas tranquilo. Si salia encontraría un lugar con menos gente y así le seria mas fácil comer, sin tener miedo de chocarse con alguien mientras lo hacia.
El rubio al final salio, sin llamar demasiado la atención, seguramente por el hecho de que no llevaba ni la mascara, ni la capa ni las armas. Tras salir y observar que solo había unos guardias, así como una persona encapuchada que parecía uno de estos mimos, a los cuales les echabas una moneda y ellos hacían su espectáculo antes de volver a quedarse quietos, Rin deicidio que comería mientras veía al mimo, siempre le había sorprendido su habilidad de estar totalmente quietos, el no podía para ni una milésima de segundo.
El chico se acerco a la personas encapuchada y le dejo una moneda en los pies, antes de separase un poco para que empezara el espectáculo, mientras comía su bol de arroz.