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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#75
Tomaron cuanto pudieron llevar consigo y se pusieron en marcha. Resultaba una verdadera ventaja que el Takanashi tuviera el don de orientarse en la espesura, pues sin el sendero que había encontrado, probablemente terminarán perdiéndose aún más en el bosque. Aunque a aquellas alturas, casi cualquier lugar de aquel criadero de hongos era mejor que esa tétrica cabaña en aquel perturbador claro.

«¿Ahora hacia dónde iremos?» —Se preguntó a sí mismo, mientras comenzaba a correr tras su compañero.

Parecía que habían sido horas las que llevaba corriendo entre aquellas setas de todos los tamaños. Si hubiese podido ver el sol se habría enterado de que hora del día era, pero lo denso del dosel sobre sus cabezas imposibilitaba aquello. Quizás fuera que las heridas que portaba le restaban energía, pero lo cierto era que extrañaba el camino creado por el jabalí que habían estado siguiendo hacia unas horas.

En cierto punto Tatsuya se detuvo a descansar, pues se estaba quedando sin aliento. En ese momento Kazuma se permitió caer sentado, pues hacía rato que ya sentía que no podía correr más. La única razón por la que pudo seguir el paso del chico de ojos dispares fue porque su voluntad lo motivó a no convertirse en una carga, pero aun así, hacía rato que ya no aguantaba el dolor en los pies.

Yo, lo siento, no me he recuperado del todo. —Se disculpó con palabras de enojo y frustración.

Tranquilo, de todos modos nos hacía falta un descanso —Dijo, disimulando su cansancio tras una respiración lenta y calmada.

Mientras recuperaba el aliento comenzó a mirar los alrededores y noto algo que le animó un poco. La vegetación en aquella zona resultaba mucho menos densa de lo que se pudiera esperar, y en cierto modo parecía tener la misma distribución del lugar en donde él y Tatsuta se encontraron, suceso dado en los bordes exteriores de aquel bosque.

¿Sabes? —Su compañero estaba del lado opuesto del árbol en el cual se reclinaba—. Creo que ya estamos cerca de abandonar este sitio, pero por hoy no creo que podamos movernos más.

Claro, estaba siendo tan optimista como le era posible. Después de todo el joven que le acompañaba parecía bastante preocupado. Kazuma también tenía problemas en los cuales pensar; Aquel horroroso lamento que resultaba imposible de ignorar aunque sonara muy lejano, aquel ardor en sus tobillo que parecía haber empeorado desde que comenzó a correr y sobre todo el misterio que se encontraba tras todo lo visto y lo ocurrido en aquel sitio.

A pesar de todo aquello, el muchacho de piel morena no sentía preocupación alguna sobre el hecho de salir o no con vida de aquel sitio. Después de todo era un ninja y para el era absolutamente seguro que podria sobrevivir a cualquier adversidad.
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RE: Un jabalí con guarnición de hongos y espadas - por Hanamura Kazuma - 17/04/2016, 20:54


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