18/04/2016, 05:58
Tatsuya se recostó en un árbol de frente en dirección a Kazuma, respiraba agitado por el exceso de esfuerzo. Se dejó deslizar lentamente por el tronco hasta terminar sentado. Soltó al pequeño jabalí que aunque lo estuvo cargando durante todo el trayecto también parecía fatigado, el animalito simplemente se quedó ahí planchado en el suelo con las patitas estiradas. Le causó gracia al genin de Takigakure ver al jabato ahí echado de esa manera, una leve sonrisita se dejó ver en su rostro a causa de ello. Poco a poco su respiración se normalizaba, pero el resto de su cuerpo no daba para más.
—¿Sabes? —Tatsuya levantó su mirada para poner atención al ninja de Uzushio—. Creo que ya estamos cerca de abandonar este sitio, pero por hoy no creo que podamos movernos más—.
-Ya había notado que nos encontrábamos en los lindes del bosque, por eso quería acelerar el paso- Pausó y respiró hondo. -Pero tal y como dices, no creo que ninguno de nosotros este en condición de seguir- Añadió molesto.
En medio de todo eso Tatsuya hizo algo que parecería sin sentido en esos momentos, sí, tomó su katana y la desenvainó, sacó aquel pañuelo que suele cargar y se puso a frotar suavemente el filo de la espada. Ponerse a limpiar su arma cuando acababan de huir de una posible bestia hambrienta en medio de una jungla donde quizás hubieran más peligros no era algo muy lógico que se diga, pero era una maña que no podía controlar. Estaba estresado y para aliviarse recurría a ello, con cada pasada por el plateado metal se tranquilizaba un poco más. Esta costumbre suele relajarle cada que se ve envuelto en situaciones tensas, pero de no poder hacerlo termina estresándose más empeorando su estado, es una costumbre tan arraigada en él que difícilmente podría dejarla.
Se quedó en silencio un rato, aquella costumbre ya era normal para él, aunque sus padres le suelen decir que debe dejarla. Si bien ya le había comentado la noche anterior a Kazuma sobre su "condición" no sabía como reaccionaría el peliblanco ante la situación. Aunque el ninja de Uzushio por suerte no vería su peor cara. Después de un rato se permitió suspirar y guardar el arma cuando su inexplicable necesidad se vió satisfecha.
-No creo que esta noche logremos dormir tranquilamente- Rompió el silencio. -El animal que escuchamos nos ha de estar persiguiendo- Aseveró.
Aún no anochecía, pero la oscuridad del lugar provocaba que se le antojara cerrar los ojos, aunque le costaba mantenerlos cerrados sin que la imagen cadavérica de aquella sombría cabaña invadiera su mente. Aquella bestia atormentada debía estarles pisando los talones, probablemente se encontraba desesperada por comer algo. El ninja de Takigakure no tenía muy claro que podrían hacer al respecto.
—¿Sabes? —Tatsuya levantó su mirada para poner atención al ninja de Uzushio—. Creo que ya estamos cerca de abandonar este sitio, pero por hoy no creo que podamos movernos más—.
-Ya había notado que nos encontrábamos en los lindes del bosque, por eso quería acelerar el paso- Pausó y respiró hondo. -Pero tal y como dices, no creo que ninguno de nosotros este en condición de seguir- Añadió molesto.
En medio de todo eso Tatsuya hizo algo que parecería sin sentido en esos momentos, sí, tomó su katana y la desenvainó, sacó aquel pañuelo que suele cargar y se puso a frotar suavemente el filo de la espada. Ponerse a limpiar su arma cuando acababan de huir de una posible bestia hambrienta en medio de una jungla donde quizás hubieran más peligros no era algo muy lógico que se diga, pero era una maña que no podía controlar. Estaba estresado y para aliviarse recurría a ello, con cada pasada por el plateado metal se tranquilizaba un poco más. Esta costumbre suele relajarle cada que se ve envuelto en situaciones tensas, pero de no poder hacerlo termina estresándose más empeorando su estado, es una costumbre tan arraigada en él que difícilmente podría dejarla.
Se quedó en silencio un rato, aquella costumbre ya era normal para él, aunque sus padres le suelen decir que debe dejarla. Si bien ya le había comentado la noche anterior a Kazuma sobre su "condición" no sabía como reaccionaría el peliblanco ante la situación. Aunque el ninja de Uzushio por suerte no vería su peor cara. Después de un rato se permitió suspirar y guardar el arma cuando su inexplicable necesidad se vió satisfecha.
-No creo que esta noche logremos dormir tranquilamente- Rompió el silencio. -El animal que escuchamos nos ha de estar persiguiendo- Aseveró.
Aún no anochecía, pero la oscuridad del lugar provocaba que se le antojara cerrar los ojos, aunque le costaba mantenerlos cerrados sin que la imagen cadavérica de aquella sombría cabaña invadiera su mente. Aquella bestia atormentada debía estarles pisando los talones, probablemente se encontraba desesperada por comer algo. El ninja de Takigakure no tenía muy claro que podrían hacer al respecto.