Antes de que pudieran darse cuenta ambos shinobis se estaban durmiendo, Tatsuya estaba cabezeando pero lograba espabilarse de rato en rato. No tenía hambre después de ver el putrefacto cuerpo, tampoco tenía energía para levantarse a acomodar el sitio, ya le daba igual dormirse en ese rústico tronco bajo el cobijo de los sombreros de los hongos. Sin embargo por muy cansado que estuviera no era capaz de conciliar el sueño debido a la espectativa de que algo los estaba acechando, no lo podía pasar por alto.
-Kazuma-san, ¿sigues despierto?- Preguntó en voz alta en caso de que no fuera así. -Creo, que deberíamos hacer guardia, turnarnos para vigilar en caso de que algo aparezca y que así no nos tome por sorpresa-
Le parecía la mejor opción, si ambos intercalaban vigilia y sueño podrían estar más atentos a lo que pudiera ocurrir. Además alguien tenía que estar pendiente de que el jabato no se fuera por ahí sólo en medio de la noche, aunque por ahora el animalito se les había adelantado en ese asunto de dormir, un instinto se sobrepuso al otro.
-Talvez dormir con el sueño cortado no nos permita reponernos del todo, pero no quiero correr riesgos sabiendo que hay una fiera afuera- Dijo Tatsuya para luego bostezar.
Cuando estas cansado el tiempo pasa volando, y una vez más la oscuridad reinó, no podían saber si habia luna o estrellas. Se escuchaba a los grillos cantar armoniosamente en la noche, en esa parte del bosque había mas vida que en las profundidades, lo cual significaba también que había mas peligros. Aunque ya habían sobrevivido a lo peor, sólo les quedaba salir de ahí de una vez por todas.
"¿Qué serán esos misteriosos hongos negros...?" Meditaba mientras su mente se iba perdiendo en el mundo de los sueños.
Ni siquiera el ardor en los dedos de sus pies sería suficiente para mantenerlo despierto. A lo lejos se escuchaba el hulular de un búho, cuyo cantar parecía una canción para arrullarlos. El jabalí bebé emitía un ronquido tierno que se mezclaba con los demás sonidos del bosque, alguno que otro ratón correteaba alegremente entre los hongos. Aunque todo parecía tranquilo, una sensación de peligro llegaría hasta los shinobis, algo acechante, algo rondaba entre la maleza....
-Kazuma-san, ¿sigues despierto?- Preguntó en voz alta en caso de que no fuera así. -Creo, que deberíamos hacer guardia, turnarnos para vigilar en caso de que algo aparezca y que así no nos tome por sorpresa-
Le parecía la mejor opción, si ambos intercalaban vigilia y sueño podrían estar más atentos a lo que pudiera ocurrir. Además alguien tenía que estar pendiente de que el jabato no se fuera por ahí sólo en medio de la noche, aunque por ahora el animalito se les había adelantado en ese asunto de dormir, un instinto se sobrepuso al otro.
-Talvez dormir con el sueño cortado no nos permita reponernos del todo, pero no quiero correr riesgos sabiendo que hay una fiera afuera- Dijo Tatsuya para luego bostezar.
Cuando estas cansado el tiempo pasa volando, y una vez más la oscuridad reinó, no podían saber si habia luna o estrellas. Se escuchaba a los grillos cantar armoniosamente en la noche, en esa parte del bosque había mas vida que en las profundidades, lo cual significaba también que había mas peligros. Aunque ya habían sobrevivido a lo peor, sólo les quedaba salir de ahí de una vez por todas.
"¿Qué serán esos misteriosos hongos negros...?" Meditaba mientras su mente se iba perdiendo en el mundo de los sueños.
Ni siquiera el ardor en los dedos de sus pies sería suficiente para mantenerlo despierto. A lo lejos se escuchaba el hulular de un búho, cuyo cantar parecía una canción para arrullarlos. El jabalí bebé emitía un ronquido tierno que se mezclaba con los demás sonidos del bosque, alguno que otro ratón correteaba alegremente entre los hongos. Aunque todo parecía tranquilo, una sensación de peligro llegaría hasta los shinobis, algo acechante, algo rondaba entre la maleza....