22/04/2016, 22:43
Los minutos y los segundos seguían transcurriendo, Tatsuya tenía la suerte de que no hubiera un reloj cerca para desesperarlo con un incesante tic-tac. Pero aún así se le hacia tortuoso esperar a que la hoja roja por fin se safara del árbol. Por momentos su mente divagaba en el porqué de todo este entrenamiento, a su vez esas razones le llevaban a recordar vivencias pasadas, pero debía dejar a un lado los momentos filosóficos para concentrarse en su labor de observar hasta la mas mínima agitación que la hoja mostrase.
"Ya han pasado veinte minutos y sigue ahí, si tan sólo hubiera un poco de viento"
Pero el aire no soplaba, las aguas del lago estaban tranquilas y de seguir así la hoja podría caerse ya sea en unos minutos o en días venideros. El árbol en el que estaba no tenía ninguna otra hoja, todas se habían caído ya. Tatsuya estaba impaciente, pero al darse cuenta de su propio estado entendió para que era el entrenamiento, era justamente para corregir esa actitud. Respiró hondo y se dispuso a enfocarse de nuevo en su objetivo, pero no pudo hacerlo por mucho tiempo al notar cómo una chica de cabellos blancos caminaba por la orilla.
"¿Será de por aquí?"
En medio de su distracción a la hora de observar a la chica la hoja se safó de la rama, Tatsuya volteó de inmediato al darse cuenta y sacó rápidamente una shuriken de su portaobjetos, lanzándola igualmente de rápido. Aquella arma era distinta, era más delgada y de siete puntas, viajó en línea recta a una velocidad mayor que una normal, pasó cortando un poco la hoja hasta clavarse en el tronco del árbol mientras la hoja terminaba de caer suavemente al suelo.
-Ahrg, demonios- Maldijo mientras se dejaba caer sentado al suelo. -No logré cortarla en dos-. Pensó en voz alta.
Pudo darse cuenta que la shuriken apenas pasó rozando la hoja, en vez de dar en el centro como debía. Las piernas se le habían entumecido y sólo deseaba descansar. Por unos instantes se olvidó de la chica que había visto acercarse, quién probablemente vió y escuchó lo que había ocurrido, cuando se acordó se puso a buscarla con la mirada para ver donde se hallaba.
"Debo dejar de expresarme de esa manera, se me ha pegado la forma de hablar de mi hermano, espero que la muchacha no me haya escuchado"
"Ya han pasado veinte minutos y sigue ahí, si tan sólo hubiera un poco de viento"
Pero el aire no soplaba, las aguas del lago estaban tranquilas y de seguir así la hoja podría caerse ya sea en unos minutos o en días venideros. El árbol en el que estaba no tenía ninguna otra hoja, todas se habían caído ya. Tatsuya estaba impaciente, pero al darse cuenta de su propio estado entendió para que era el entrenamiento, era justamente para corregir esa actitud. Respiró hondo y se dispuso a enfocarse de nuevo en su objetivo, pero no pudo hacerlo por mucho tiempo al notar cómo una chica de cabellos blancos caminaba por la orilla.
"¿Será de por aquí?"
En medio de su distracción a la hora de observar a la chica la hoja se safó de la rama, Tatsuya volteó de inmediato al darse cuenta y sacó rápidamente una shuriken de su portaobjetos, lanzándola igualmente de rápido. Aquella arma era distinta, era más delgada y de siete puntas, viajó en línea recta a una velocidad mayor que una normal, pasó cortando un poco la hoja hasta clavarse en el tronco del árbol mientras la hoja terminaba de caer suavemente al suelo.
-Ahrg, demonios- Maldijo mientras se dejaba caer sentado al suelo. -No logré cortarla en dos-. Pensó en voz alta.
Pudo darse cuenta que la shuriken apenas pasó rozando la hoja, en vez de dar en el centro como debía. Las piernas se le habían entumecido y sólo deseaba descansar. Por unos instantes se olvidó de la chica que había visto acercarse, quién probablemente vió y escuchó lo que había ocurrido, cuando se acordó se puso a buscarla con la mirada para ver donde se hallaba.
"Debo dejar de expresarme de esa manera, se me ha pegado la forma de hablar de mi hermano, espero que la muchacha no me haya escuchado"