23/04/2016, 03:03
La caminata al final comenzaba a dar sus frutos, en la lejanía pudo divisar a alguien que parecía estar contemplando un árbol. Desde la distancia, no podía estar segura de si era o no un peligro, pero por su actitud contemplativa casi podía parecer un heremita dedicado a la observación de la naturaleza.
La chica poco a poco iba avanzando, pero el chico de pelo azabache que comenzaba poco a poco a definirse más no se movía ni un ápice. Una vez estuvo a una distancia relativamente corta, Mitsuki pudo observar que era bastante más alto que ella y por la apariencia de su rostro aparentaba serlo también en edad. Ataviado con ropas bastante tradicionales, en tonos de negro y azul oscuro, pudo notar que la manga izquierda era ligeramente más larga y que en su cuello parecía llevar algo parecido a una bandana ninja, pero no podía verlo muy bien pues el sol incidía sobre la placa de metal creando un brillo molesto a la vista, de hecho incluso le costaba observar el rostro del chico.
De repente, el chico se agitó volteando la mirada para aparla de la peliblanca antes de lanzar un shuriken contra el árbol que estaba mirando o eso es lo que le parecío la de Uzushio que no pudo evitar alterarse un poco ante aquella repentina actividad.
El chico se dejó caer al suelo como derrotado. Mitsuki no entendía bien que estaba pasando pero bastante tenía con reponerse del susto, por un momento pensó que podía atacarla sin prevío aviso.
Estaba segura que el chico había dicho algo, pero no había logrado escucharlo con claridad, aunque seguramente debía de haber sido algún tipo de lamento por el tono.
La Hyuga se había detenido en el lugar en el que estaba a causa del sobre salto, no tenía muy claro como debía de actuar. No era la primera vez que se encontraba a alguien de otra aldea. Tras un instante de duda, la chica se armó de valor para tomar la iniciativa
—¡Disculpa! ¡Estoy perdida y necesito ayuda para encontrar el camino que lleva hacia el sur! ¡¿Sabrías decirme por donde qeuda?!— pregunto la joven desde la distancia, pues aún mantenía cierto recelo por la situación.
La chica poco a poco iba avanzando, pero el chico de pelo azabache que comenzaba poco a poco a definirse más no se movía ni un ápice. Una vez estuvo a una distancia relativamente corta, Mitsuki pudo observar que era bastante más alto que ella y por la apariencia de su rostro aparentaba serlo también en edad. Ataviado con ropas bastante tradicionales, en tonos de negro y azul oscuro, pudo notar que la manga izquierda era ligeramente más larga y que en su cuello parecía llevar algo parecido a una bandana ninja, pero no podía verlo muy bien pues el sol incidía sobre la placa de metal creando un brillo molesto a la vista, de hecho incluso le costaba observar el rostro del chico.
De repente, el chico se agitó volteando la mirada para aparla de la peliblanca antes de lanzar un shuriken contra el árbol que estaba mirando o eso es lo que le parecío la de Uzushio que no pudo evitar alterarse un poco ante aquella repentina actividad.
El chico se dejó caer al suelo como derrotado. Mitsuki no entendía bien que estaba pasando pero bastante tenía con reponerse del susto, por un momento pensó que podía atacarla sin prevío aviso.
Estaba segura que el chico había dicho algo, pero no había logrado escucharlo con claridad, aunque seguramente debía de haber sido algún tipo de lamento por el tono.
La Hyuga se había detenido en el lugar en el que estaba a causa del sobre salto, no tenía muy claro como debía de actuar. No era la primera vez que se encontraba a alguien de otra aldea. Tras un instante de duda, la chica se armó de valor para tomar la iniciativa
—¡Disculpa! ¡Estoy perdida y necesito ayuda para encontrar el camino que lleva hacia el sur! ¡¿Sabrías decirme por donde qeuda?!— pregunto la joven desde la distancia, pues aún mantenía cierto recelo por la situación.