23/04/2016, 16:37
(Última modificación: 23/04/2016, 16:37 por Eikyuu Juro.)
Ritsuko se quedó callada durante unos segundos, hasta que al final, pareció decidir que hacer.
- Juro… Mátalos . - Dijo como si eso fuese suficiente instrucción para su compañero.
"Creo que no me ha entendido..." - Reflexionó Juro, viendo la situación en la que estaban.
Sin embargo, antes de que pudiese hacer nada por evitarlo, la chica salto a primera linea, se dirigió hacia el callejón, y tras unas palabras - palabras que un menor no debería escuchar - escupió una bola de fuego, en dirección al callejón.
- ¡Imposible! - exclamó la mujer, al ver como ejecutaba los sellos y lanzaba la técnica - ¡Una ninja! ¡Es una trampa!
Mientras esto pasaba, los dos de detrás se prepararon. La mujer se quitó la capa negra, revelando una vestimenta igual de negra, y lo más importante, sus brazos. En su brazo derecho lucía una gran garra metálica, de triple hoja. Sin embargo, el segundo hombre simplemente retrocedió más, por alguna razón.
La bola de fuego tapo el callejón, no dejando escuchar nada más de esos dos, y después, explotó. Pero antes de ello, para sorpresa de Juro, la chica ejecutó otra cadena de sellos y escupió un hilo de lava, que lanzó a bocajarro hacia todos los enemigos que pudo encontrar a su paso.
Juro se arrojó al suelo, junto con Ryu, para evitar ser dañado por la lava. Admiró como esta viajaba de forma horizontal, y hacía de la suyas. La lava avanzó e hirió a la mujer de la garra, quien se había lanzado hacia ellos sin pensarlo tras ver como herían a su jefa. Esta chilló por las quemaduras que acababa de recibir, y tras revolverse, cayó derrumbada al suelo. El otro hombre recibió la lava mientras trataba de retroceder, cayó al suelo.
- Lo has conseguido... - murmuró Juro, igual de sorprendido - ¡Usas lava!
Estaba más que sorprendido. Era la primera vez que veía a alguien usar un elemento así para atacar. Estaba claro que la chica era mucho más fuerte de lo que aparentaba.
Ryu trató de levantarse, casi al borde del llanto.
- Gracias... Muchas Gracias... - dijo entonces, lloroso - ¡Me has salvado la vi...!
En ese momento, cinco senbons volaron directamente hacia Ryu y hacia Juro. Ninguno pudo advertirlos a tiempo, dos se clavaron en las piernas de Ryu, y otros tres en la espalda de Juro. Este puso una mueca por el dolor, conteniendose de gritar. Al volverse, pudo ver al hombre que creía caido, con la mano derecha fuera de la capa. Sostenía en su brazo derecho un lanzador de senbons. Tras lanzarlos, este mismo cayó al suelo, esta vez parece que si inconscientemente.
Juro los extrajo de su espalda, preguntandose así mismo si estarían envenenados. Ryu ya no se levantó. Pero no hubo tiempo para comprobaciones. Una kusari voló en dirección hacia el tobillo de la kunoichi, con el objetivo de enredarse en él. Si le piilló, la arrojaría contra el suelo.
El humo provocado por la técnica se desvaneció de pronto, revelando a los dos de antes. El hombre de la kusari mostraba la mayor parte de la piel ennegrecida y algunas quemaduras, aunque la mujer estaba casi bien.
- ¡Aun no has terminado con nosotros, bonita!
Los dos habían avanzado hasta salir del callejón, para no verse en la situación de antes. Ahora estaban frente a frente de Juro y Ritsuko.
Juro sacó el látigo y lo lanzó en dirección hacia el hombre de la Kusari. Este restalló violantamente en su brazo, obligandole a retroceder, y a soltar a la chica, si es que ella no había podido esquivarlo. La mujer, aprovechando esto, lanzó un dardo disimuladamente hacia Ritsuko en cuanto tuvo la ocasión...
- Juro… Mátalos . - Dijo como si eso fuese suficiente instrucción para su compañero.
"Creo que no me ha entendido..." - Reflexionó Juro, viendo la situación en la que estaban.
Sin embargo, antes de que pudiese hacer nada por evitarlo, la chica salto a primera linea, se dirigió hacia el callejón, y tras unas palabras - palabras que un menor no debería escuchar - escupió una bola de fuego, en dirección al callejón.
- ¡Imposible! - exclamó la mujer, al ver como ejecutaba los sellos y lanzaba la técnica - ¡Una ninja! ¡Es una trampa!
Mientras esto pasaba, los dos de detrás se prepararon. La mujer se quitó la capa negra, revelando una vestimenta igual de negra, y lo más importante, sus brazos. En su brazo derecho lucía una gran garra metálica, de triple hoja. Sin embargo, el segundo hombre simplemente retrocedió más, por alguna razón.
La bola de fuego tapo el callejón, no dejando escuchar nada más de esos dos, y después, explotó. Pero antes de ello, para sorpresa de Juro, la chica ejecutó otra cadena de sellos y escupió un hilo de lava, que lanzó a bocajarro hacia todos los enemigos que pudo encontrar a su paso.
Juro se arrojó al suelo, junto con Ryu, para evitar ser dañado por la lava. Admiró como esta viajaba de forma horizontal, y hacía de la suyas. La lava avanzó e hirió a la mujer de la garra, quien se había lanzado hacia ellos sin pensarlo tras ver como herían a su jefa. Esta chilló por las quemaduras que acababa de recibir, y tras revolverse, cayó derrumbada al suelo. El otro hombre recibió la lava mientras trataba de retroceder, cayó al suelo.
- Lo has conseguido... - murmuró Juro, igual de sorprendido - ¡Usas lava!
Estaba más que sorprendido. Era la primera vez que veía a alguien usar un elemento así para atacar. Estaba claro que la chica era mucho más fuerte de lo que aparentaba.
Ryu trató de levantarse, casi al borde del llanto.
- Gracias... Muchas Gracias... - dijo entonces, lloroso - ¡Me has salvado la vi...!
En ese momento, cinco senbons volaron directamente hacia Ryu y hacia Juro. Ninguno pudo advertirlos a tiempo, dos se clavaron en las piernas de Ryu, y otros tres en la espalda de Juro. Este puso una mueca por el dolor, conteniendose de gritar. Al volverse, pudo ver al hombre que creía caido, con la mano derecha fuera de la capa. Sostenía en su brazo derecho un lanzador de senbons. Tras lanzarlos, este mismo cayó al suelo, esta vez parece que si inconscientemente.
Juro los extrajo de su espalda, preguntandose así mismo si estarían envenenados. Ryu ya no se levantó. Pero no hubo tiempo para comprobaciones. Una kusari voló en dirección hacia el tobillo de la kunoichi, con el objetivo de enredarse en él. Si le piilló, la arrojaría contra el suelo.
El humo provocado por la técnica se desvaneció de pronto, revelando a los dos de antes. El hombre de la kusari mostraba la mayor parte de la piel ennegrecida y algunas quemaduras, aunque la mujer estaba casi bien.
- ¡Aun no has terminado con nosotros, bonita!
Los dos habían avanzado hasta salir del callejón, para no verse en la situación de antes. Ahora estaban frente a frente de Juro y Ritsuko.
Juro sacó el látigo y lo lanzó en dirección hacia el hombre de la Kusari. Este restalló violantamente en su brazo, obligandole a retroceder, y a soltar a la chica, si es que ella no había podido esquivarlo. La mujer, aprovechando esto, lanzó un dardo disimuladamente hacia Ritsuko en cuanto tuvo la ocasión...