25/04/2016, 22:55
Ren solo pudo asentir, acompañando dicha acción con una reverencia antes de ver al joven ninja partir y perderse de su vista. El por su parte decidió buscar a los otros niños, quizás Nonoha podría estar con ellos.
En otro lugar de la concurrida plaza, la jovencita aun observaba con desilusión la pequeña bolsa medio vacía, era injusto ¿Por qué las cosas que más disfrutabas terminaban tan rápido? Dio un suspiro resignándose, introdujo su mano libre dentro del paquete y tomo algunas golosinas a sus labios – ¿eh? – los dulces nunca llegaron a su boca, apenas y los saboreaba cuando escucho una voz que le llamaba - ¿yo? – se señaló a si misma parpadeando rápidamente- ¿enserio? – sus ojos azules se iluminaron ¡era su día de suerte! No todos los días podías encontrarte a alguien que te regalara dulces…pero, contuvo la emoción de estirar los brazos y tomar aquello que le brindaban – mmm ¿realmente puedo?... – pregunto por segunda vez un tanto dudosa.
¿Qué no le habían dicho que no debía recibir cosas de extraños? sus ojos se posaron sobre ambos hermanos, no parecían ser mala personas, además, tenía la sensación de haberlos visto antes… – oh! – Exclamo primeramente observándoles con mayor detenimiento- son los bailarines de hace un rato, como olvidarlos, sus movimientos curiosos habían logrado captar la atención de muchos de los transeúntes, incluyéndola.
La jovencita llego a la conclusión de que no eran malas personas, asi que estirando su mano libre tomo las golosinas la que la chica le brindaba – ¡Muchas gracias! – canturreo feliz dando una corta reverencia y llevándose unos cuantos dulces a la boca ¡eran tan rico! Nonoha tomo algunos más y los devoro de la misma forma, solo para después volver a posar sus orbes azules sobre los jóvenes – si no es molestia –termino de tragar lo que había su boca para poder proseguir- ¿Qué tipo de baile era ese? No lo habia visto nunca, aunque los pasos se me hacen familiares –explico mientras les veía curiosa. No parecía preocupada por el hecho de que quizás, estaba perdida justo ahora; es más, estaba bastante feliz pues justo en ese momento lo único que le importaban eran los dulces que sostenía en las manos y los dos hermanos que tenía en frente.
En cuanto se divirtiera un poco volvería con el abuelo y los demás, eso pensó, ¿Qué tan difícil podría ser regresar?
En otro lugar de la concurrida plaza, la jovencita aun observaba con desilusión la pequeña bolsa medio vacía, era injusto ¿Por qué las cosas que más disfrutabas terminaban tan rápido? Dio un suspiro resignándose, introdujo su mano libre dentro del paquete y tomo algunas golosinas a sus labios – ¿eh? – los dulces nunca llegaron a su boca, apenas y los saboreaba cuando escucho una voz que le llamaba - ¿yo? – se señaló a si misma parpadeando rápidamente- ¿enserio? – sus ojos azules se iluminaron ¡era su día de suerte! No todos los días podías encontrarte a alguien que te regalara dulces…pero, contuvo la emoción de estirar los brazos y tomar aquello que le brindaban – mmm ¿realmente puedo?... – pregunto por segunda vez un tanto dudosa.
¿Qué no le habían dicho que no debía recibir cosas de extraños? sus ojos se posaron sobre ambos hermanos, no parecían ser mala personas, además, tenía la sensación de haberlos visto antes… – oh! – Exclamo primeramente observándoles con mayor detenimiento- son los bailarines de hace un rato, como olvidarlos, sus movimientos curiosos habían logrado captar la atención de muchos de los transeúntes, incluyéndola.
La jovencita llego a la conclusión de que no eran malas personas, asi que estirando su mano libre tomo las golosinas la que la chica le brindaba – ¡Muchas gracias! – canturreo feliz dando una corta reverencia y llevándose unos cuantos dulces a la boca ¡eran tan rico! Nonoha tomo algunos más y los devoro de la misma forma, solo para después volver a posar sus orbes azules sobre los jóvenes – si no es molestia –termino de tragar lo que había su boca para poder proseguir- ¿Qué tipo de baile era ese? No lo habia visto nunca, aunque los pasos se me hacen familiares –explico mientras les veía curiosa. No parecía preocupada por el hecho de que quizás, estaba perdida justo ahora; es más, estaba bastante feliz pues justo en ese momento lo único que le importaban eran los dulces que sostenía en las manos y los dos hermanos que tenía en frente.
En cuanto se divirtiera un poco volvería con el abuelo y los demás, eso pensó, ¿Qué tan difícil podría ser regresar?