—¿Qué tal, Tatsuya? —La voz de Kazuma llegó de pronto a sus oídos.—. Parece que nos están esperando para iniciar con la celebración.—
-Oh, hola Kazuma-san, yo lo lamento, es que surgió un imprevisto- En cuanto se volteó Kazuma vería a al jabato tembloroso. -Perdón por no decirte cuando salí del hostal, creí que serían sólo unos momentos- No hizo reverencia, simplemente agachó la cabeza como perro regañado. -Shibō tenía hambre y salí a buscarle algo de comer, pero ahora parece enfermo- No tomó en cuenta que no le había dicho al Ishimura que le puso un nombre al jabato.
Aquel pequeño jabalí parecía estar sufriendo de escalofríos, el temblor era el único movimiento que hacía, respiraba de manera extraña y se había puesto rígido. Tatsuya no entendía cómo es que se había enfermado de la nada así sin más, por más que busco no encontró un veterinario en toda la aldea. Sencillamente no hallaba que hacer.
-No pude encontrar quién me ayudase, no tengo ninguna idea- Se mostraba afligido.
En eso también recordó lo que había pasado a lo largo del día, cómo la gente los ovacionó a su llegada, el buen trato que les daban los pobladores, incluso la sonrisa curiosa de los niños. Para alguien como Tatsuya que siempre se ha mantenido en las sombras sin destacar ni nada se le hacía bastante extraño y agradable a la vez. Pero el no se sentía cómo el héroe que la gente decía, además se notaba que destestaban a la gente del País del Río.
-Yo... La verdad no quiero ir al festín- Bajó la mirada, al punto que su fleco ensombreció su rostro impidiendo ver sus ojos. -Ellos me ven cómo una especie de redentor, pero yo no soy capaz de ir y comer junto a ellos a sabiendas de que desconocen que soy de Taki, siento que no es correcto mantenerlo en secreto pero... Hablé con el posadero, estas personas han sufrido desde la caída de Kusa y si se enteran de mi lugar de origen creo que ya no serían tan amables conmigo ni contigo-
Para Tatsuya se trataba de un asunto de honradez, se sentía mal al ocultarle su procedencia a la gente. Además en el estado en el que se encontraba el jabato no era el más indicado para llevarlo a una cena. Talvez se preocupada de más o talvez no, el no estaba seguro si hacía lo correcto o no, tenía demasiadas dudas y una vez más había caído en el error de pensar demasiado las cosas, pues al final de tanto pensar no hacía nada al respecto.
-Oh, hola Kazuma-san, yo lo lamento, es que surgió un imprevisto- En cuanto se volteó Kazuma vería a al jabato tembloroso. -Perdón por no decirte cuando salí del hostal, creí que serían sólo unos momentos- No hizo reverencia, simplemente agachó la cabeza como perro regañado. -Shibō tenía hambre y salí a buscarle algo de comer, pero ahora parece enfermo- No tomó en cuenta que no le había dicho al Ishimura que le puso un nombre al jabato.
Aquel pequeño jabalí parecía estar sufriendo de escalofríos, el temblor era el único movimiento que hacía, respiraba de manera extraña y se había puesto rígido. Tatsuya no entendía cómo es que se había enfermado de la nada así sin más, por más que busco no encontró un veterinario en toda la aldea. Sencillamente no hallaba que hacer.
-No pude encontrar quién me ayudase, no tengo ninguna idea- Se mostraba afligido.
En eso también recordó lo que había pasado a lo largo del día, cómo la gente los ovacionó a su llegada, el buen trato que les daban los pobladores, incluso la sonrisa curiosa de los niños. Para alguien como Tatsuya que siempre se ha mantenido en las sombras sin destacar ni nada se le hacía bastante extraño y agradable a la vez. Pero el no se sentía cómo el héroe que la gente decía, además se notaba que destestaban a la gente del País del Río.
-Yo... La verdad no quiero ir al festín- Bajó la mirada, al punto que su fleco ensombreció su rostro impidiendo ver sus ojos. -Ellos me ven cómo una especie de redentor, pero yo no soy capaz de ir y comer junto a ellos a sabiendas de que desconocen que soy de Taki, siento que no es correcto mantenerlo en secreto pero... Hablé con el posadero, estas personas han sufrido desde la caída de Kusa y si se enteran de mi lugar de origen creo que ya no serían tan amables conmigo ni contigo-
Para Tatsuya se trataba de un asunto de honradez, se sentía mal al ocultarle su procedencia a la gente. Además en el estado en el que se encontraba el jabato no era el más indicado para llevarlo a una cena. Talvez se preocupada de más o talvez no, el no estaba seguro si hacía lo correcto o no, tenía demasiadas dudas y una vez más había caído en el error de pensar demasiado las cosas, pues al final de tanto pensar no hacía nada al respecto.