26/04/2016, 20:54
—Por supuesto— asintió la joven enérgicamente —¿Qué dirección debemos tomar?— pregunto la joven mientras recorría los alrededores con la mirada, tratando de encontrar algún indicio de senda, aunque solo fuese una pequeña vereda.
-Sí el sol salió por allá entonces debemos ir por acá- Señaló con el indice el este y cambio al dedo pulgar para apuntar al oeste. -Acompáñame por favor- Dió unos pasos hacia atrás y esperó a que ella se pusiera en marcha para ponerse a su lado.
No tardarían mucho en encontrar un pequeño camino de terracería entre los pocos árboles que habían en el lugar, podrían ver algunos charcos de agua en el suelo probablemente producto de las lluvias en días pasados. Unas cuantas nubes empezaron a cubrirlos y de repente una suave llovizna cayó sobre ellos, era bastante débil y las gotas brillaban al encontrarse con la luz del sol que se dejaba ver entre las tenues nubes. Era un clima frío que podría compararse al invierno en el País del Río, Tatsuya imaginaba que los inviernos serían mucho mas intensos que en su país natal.
Ya habían recorrido un buen trecho del camino en total silencio, sí, Tatsuya había propuesto hablar pero a la mera hora no se le ocurría un tema decente para conversar. "¿Espadas?, se va a aburrir... ¿Técnicas secretas?, cómo si me las fuera a decir... ¿Que tal el clima?, demasiado trivial... En ese momento pensó en algo que no era ni muy simple ni muy privado, al final de cuentas era algo que le había llamado la atención desde un inicio. No, no eran las rayas ni sus ojos blancos, sino su amabilidad y comportamiento.
-Dime Mitsuki-chan- Rompió el silencio de repente. -¿Eres de alguna familia con linaje importante?, parece que fuiste criada como alguien de la nobleza.- Preguntó mientras sus ojos buscaban encontrarse con la mirada de la kunoichi.
La verdad era bastante contrastante ver a una joven educada y que la vez fuera shinobi. Si bien el mismo era un shinobi acostumbrado a la alta sociedad se le hacía raro ver a alguien que tuviera esas mismas costumbres, por eso sentía curiosidad pues suponía que el caso de Mitsuki era similar al suyo. Normalmente entre la gente que conocía o eran gente importante o eran shinobis, incluso en su propio clan era de esa manera, pero cómo el era el hijo del Jefe debía ser cortés y educado a la vez que fuerte e imponente; salvo que Tatsuya no era ni fuerte ni imponente.
-Sí el sol salió por allá entonces debemos ir por acá- Señaló con el indice el este y cambio al dedo pulgar para apuntar al oeste. -Acompáñame por favor- Dió unos pasos hacia atrás y esperó a que ella se pusiera en marcha para ponerse a su lado.
No tardarían mucho en encontrar un pequeño camino de terracería entre los pocos árboles que habían en el lugar, podrían ver algunos charcos de agua en el suelo probablemente producto de las lluvias en días pasados. Unas cuantas nubes empezaron a cubrirlos y de repente una suave llovizna cayó sobre ellos, era bastante débil y las gotas brillaban al encontrarse con la luz del sol que se dejaba ver entre las tenues nubes. Era un clima frío que podría compararse al invierno en el País del Río, Tatsuya imaginaba que los inviernos serían mucho mas intensos que en su país natal.
Ya habían recorrido un buen trecho del camino en total silencio, sí, Tatsuya había propuesto hablar pero a la mera hora no se le ocurría un tema decente para conversar. "¿Espadas?, se va a aburrir... ¿Técnicas secretas?, cómo si me las fuera a decir... ¿Que tal el clima?, demasiado trivial... En ese momento pensó en algo que no era ni muy simple ni muy privado, al final de cuentas era algo que le había llamado la atención desde un inicio. No, no eran las rayas ni sus ojos blancos, sino su amabilidad y comportamiento.
-Dime Mitsuki-chan- Rompió el silencio de repente. -¿Eres de alguna familia con linaje importante?, parece que fuiste criada como alguien de la nobleza.- Preguntó mientras sus ojos buscaban encontrarse con la mirada de la kunoichi.
La verdad era bastante contrastante ver a una joven educada y que la vez fuera shinobi. Si bien el mismo era un shinobi acostumbrado a la alta sociedad se le hacía raro ver a alguien que tuviera esas mismas costumbres, por eso sentía curiosidad pues suponía que el caso de Mitsuki era similar al suyo. Normalmente entre la gente que conocía o eran gente importante o eran shinobis, incluso en su propio clan era de esa manera, pero cómo el era el hijo del Jefe debía ser cortés y educado a la vez que fuerte e imponente; salvo que Tatsuya no era ni fuerte ni imponente.