28/04/2016, 13:57
Tatsuya escuchó atento las palabras de la jovencita, sus respuestas le sorprendieron bastante, no se esperaba para nada que ella fuese alguien tan importante. Bueno, al menos sonaba importante para él. Si bien su vida se basaba en una religión no podía juzgarla, tener fé en un dios no era tan diferente de creer en que un Árbol Sagrado sea capaz de cumplir los deseos de la gente, así que el joven de Takigakure comprendía más o menos a Mitsuki.
-Ahora que lo mencionas, dices ser una marcada, y al ver las rayas en tu rostro imagino que esas son las marcas que te identifican como una Akikara na- Para él tenía lógica, pensaba que podrían ser alguna clase de tatuaje ritual o algo por el estilo. -¿Quién te hizo las marcas?, ¿Tuviste que pasar por algún tipo de ceremonia especial?- Preguntó intrigado.
Por un momento se sintió extrañado. -"Si ella es una sacerdotisa como dice serlo, ¿cómo terminó convirtiéndose en kunoichi?" Además si alguien la eligió para realizar tal labor, entonces técnicamente estaban trazando su camino por ella. Tatsuya comparó su caso con el de Mitsuki, él era el primogénito del jefe de la familia, algún día tendría la responsabilidad de guiar a su clan mientras ella era la elegida para ser la sucesora de su tradición, perpetuando sus costumbres y esas cosas.
-¿No te sientes presionada por el hecho de que tú debas ser la próxima Shijou no Miko?- Le parecía anormal que ella hablase del asunto con tanta tranquilidad. -Proteger a todo tu pueblo es una responsabilidad muy grande, ¿estás dispuesta a hacerlo porque así lo dicta tu tradición?- Su tono de voz cambió, ahora Tatsuya preguntaba seriamente.
Un fuerte viento otoñal proveniente del este sopló de repente, levantando las hojas muertas del suelo y agitando el cabello de ambos shinobis. Tatsuya dejó de caminar, se paró firmemente esperando a que ella respondiese. Quizás estaba tratando de ponerse en sus zapatos, él desde siempre se sintió mal porque estaba obligado a ser el próximo jefe sí o sí, así que deseaba conocer la opinión de alguien que tuviera un caso similar. Podría parecer una nimiedad pero para Tatsuya era algo de gran importancia.
"Nadie debería decidir el destino de otra persona, cada persona debería ser libre de elegir su propio camino"
-Ahora que lo mencionas, dices ser una marcada, y al ver las rayas en tu rostro imagino que esas son las marcas que te identifican como una Akikara na- Para él tenía lógica, pensaba que podrían ser alguna clase de tatuaje ritual o algo por el estilo. -¿Quién te hizo las marcas?, ¿Tuviste que pasar por algún tipo de ceremonia especial?- Preguntó intrigado.
Por un momento se sintió extrañado. -"Si ella es una sacerdotisa como dice serlo, ¿cómo terminó convirtiéndose en kunoichi?" Además si alguien la eligió para realizar tal labor, entonces técnicamente estaban trazando su camino por ella. Tatsuya comparó su caso con el de Mitsuki, él era el primogénito del jefe de la familia, algún día tendría la responsabilidad de guiar a su clan mientras ella era la elegida para ser la sucesora de su tradición, perpetuando sus costumbres y esas cosas.
-¿No te sientes presionada por el hecho de que tú debas ser la próxima Shijou no Miko?- Le parecía anormal que ella hablase del asunto con tanta tranquilidad. -Proteger a todo tu pueblo es una responsabilidad muy grande, ¿estás dispuesta a hacerlo porque así lo dicta tu tradición?- Su tono de voz cambió, ahora Tatsuya preguntaba seriamente.
Un fuerte viento otoñal proveniente del este sopló de repente, levantando las hojas muertas del suelo y agitando el cabello de ambos shinobis. Tatsuya dejó de caminar, se paró firmemente esperando a que ella respondiese. Quizás estaba tratando de ponerse en sus zapatos, él desde siempre se sintió mal porque estaba obligado a ser el próximo jefe sí o sí, así que deseaba conocer la opinión de alguien que tuviera un caso similar. Podría parecer una nimiedad pero para Tatsuya era algo de gran importancia.
"Nadie debería decidir el destino de otra persona, cada persona debería ser libre de elegir su propio camino"