15/05/2015, 02:53
Tal parecía que las disculpas de Atsushi habían sido bien recibidas por el joven con el que había estado a punto de chocar; de hecho no solo había aceptado con tranquilidad y cortesía sus disculpas, sino que incluso alabo los reflejos del joven.
— Muchas gracias, no ha sido tan difícil en realidad. — contesto el muchacho con una pequeña sonrisa asomando en sus labios.
Durante el momento que siguió observo con un poco mas de atención al joven con el que casi había chocado, pues le producía curiosidad, incluso más allá de su atípica cabellera blanca. El otro joven calculo Atsushi, debía ser más o menos de su edad y parecía ser bastante normal en general.
“Aunque yo no soy el indicado para medir que es normal y que no…” Su voz interior se acallo al notar el detalle que más le llamo la atención de aquel sujeto; pues al mirar de reojo el resto del cuerpo del otro, noto que en su cinturón lucia una bandana shinobi perteneciente a Uzushiogakure.
La atención de Nagano volvió a recaer en su interlocutor al darse cuenta de que este le estaba hablando en aquel momento. Alcanzo a escuchar como el chico definía como genial el conocer a un ninja de otra aldea, por lo que debía de haber visto su bandana de Amegakure. Acto seguido, el otro se presento como Kota.
— Un placer conocerte Kota, mi nombre es Atsushi. A decir verdad, yo tampoco había conocido antes a un ninja de otra nación, concuerdo contigo en que es emocionante. — El joven sonrió afablemente y luego continúo hablando.
— ¿Tienes algo que hacer en la ciudad? Porque si no, me encantaría que me acompañases a recorrer el lugar. Siempre he tenido curiosidad de cómo vivís en otras alde… — La voz del chico se fue apagando a medida que veía a la gente que pasaba por la calle, a espaldas de Kota. Varias de las que miraban en su dirección abrían los ojos e incluso hubo una señora que al verlo por poco salió corriendo. Kota podria ver en su cara una expresión que parecía mezcla entre la incredulidad y un incipiente temor.
— No puede ser… Se ve mi rostro… ¿Verdad? — Sin esperar a la respuesta del otro chico, extendió la mano hacia su cabeza, y al notar que la capucha de la túnica no estaba donde debería, tanteo hasta encontrarla y tiro de ella hasta que volvió a estar en su lugar e inclino un poco la cabeza. Ahora Kota solo podía ver parte de su boca y si miraba con mayor atención, parte de las escamas del mentón que asomaban.
— Disculpa que hayas tenido que ver… eso… Aunque no has reaccionado mal cuando lo viste, y te lo agradezco. Si quieres, la oferta de recorrer un poco juntos sigue en pie. — El tono cálido de Atsushi se había apagado un poco, pero aun tenía ese tono educado y amable.
— Muchas gracias, no ha sido tan difícil en realidad. — contesto el muchacho con una pequeña sonrisa asomando en sus labios.
Durante el momento que siguió observo con un poco mas de atención al joven con el que casi había chocado, pues le producía curiosidad, incluso más allá de su atípica cabellera blanca. El otro joven calculo Atsushi, debía ser más o menos de su edad y parecía ser bastante normal en general.
“Aunque yo no soy el indicado para medir que es normal y que no…” Su voz interior se acallo al notar el detalle que más le llamo la atención de aquel sujeto; pues al mirar de reojo el resto del cuerpo del otro, noto que en su cinturón lucia una bandana shinobi perteneciente a Uzushiogakure.
La atención de Nagano volvió a recaer en su interlocutor al darse cuenta de que este le estaba hablando en aquel momento. Alcanzo a escuchar como el chico definía como genial el conocer a un ninja de otra aldea, por lo que debía de haber visto su bandana de Amegakure. Acto seguido, el otro se presento como Kota.
— Un placer conocerte Kota, mi nombre es Atsushi. A decir verdad, yo tampoco había conocido antes a un ninja de otra nación, concuerdo contigo en que es emocionante. — El joven sonrió afablemente y luego continúo hablando.
— ¿Tienes algo que hacer en la ciudad? Porque si no, me encantaría que me acompañases a recorrer el lugar. Siempre he tenido curiosidad de cómo vivís en otras alde… — La voz del chico se fue apagando a medida que veía a la gente que pasaba por la calle, a espaldas de Kota. Varias de las que miraban en su dirección abrían los ojos e incluso hubo una señora que al verlo por poco salió corriendo. Kota podria ver en su cara una expresión que parecía mezcla entre la incredulidad y un incipiente temor.
— No puede ser… Se ve mi rostro… ¿Verdad? — Sin esperar a la respuesta del otro chico, extendió la mano hacia su cabeza, y al notar que la capucha de la túnica no estaba donde debería, tanteo hasta encontrarla y tiro de ella hasta que volvió a estar en su lugar e inclino un poco la cabeza. Ahora Kota solo podía ver parte de su boca y si miraba con mayor atención, parte de las escamas del mentón que asomaban.
— Disculpa que hayas tenido que ver… eso… Aunque no has reaccionado mal cuando lo viste, y te lo agradezco. Si quieres, la oferta de recorrer un poco juntos sigue en pie. — El tono cálido de Atsushi se había apagado un poco, pero aun tenía ese tono educado y amable.