30/04/2016, 22:58
-Ahora que lo mencionas, dices ser una marcada, y al ver las rayas en tu rostro imagino que esas son las marcas que te identifican como una Akikara na ¿Quién te hizo las marcas?, ¿Tuviste que pasar por algún tipo de ceremonia especial?-
Mitsuki no pudo evitar sonreír al ver la intriga en los ojos del muchacho, era la primera persona que le realizaba aquella pregunta y le parecío bastante realmente buena.
—No, son marcas de nacimiento— señaló la joven sin titubear, sabía que para mucha gente era difícil de creer que pero era la verdad. Posiblemente la prueba más palpable, de que la tradición de Kusabi tenía un origen cierto. ¿Por qué si no iban a nacer personas con rayas de tigre? —Solo las poseen la Shijou y su Akikara na— la peliblanca usó su mano izquierda para revolver un poco el cabello, que comenzaba a apelmasarse a causa de la lluvia
Las siguientes palabras que salieron de la boca del muchacho de Takigakure dejaron a la Hyuga un tanto pensativa. A pesar de que desde muy pequeña sabía perfectamente que en un futuro debería de cargar con el peso de tanta responsabilidad, era inevitable sentirse muchas veces abrumada. Mitsuki no se consideraba muy diferente de cualquier persona normal y sin embargo, su destino era muy diferente al de cualquier otro.
—Por supuesto que me siento presionada— confesó la joven sin ningún tipo de rubor, mentir estaba de más en una conversación amistosa —Es algo que creo inevitable, al fin y al cabo muchas cosas dependerán de mí llegado el momento— a joven notó como el chico se había detenido quedando unos pasos tras ella e hizo lo propio, quedando unos pasos más adelantada.
El tono de voz que Tatsuya imprimió a su segunda cuestión dejó bien claro que no la estaba realizando a la ligera.
—-Proteger a todo tu pueblo es una responsabilidad muy grande, ¿estás dispuesta a hacerlo porque así lo dicta tu tradición?-—
—No es que tenga otra elección— comenzó la joven con sinceridad —Sin embargo no creo que lo haga por tradición, para mí Kusabi es mi hogar y su gente mi familia ¿Qué clase de persona sería si abandonase a mi familia a su suerte?— la peliblanca se giró suavemente hasta quedar frente a frente con el chico —Fuujin me ha entregado la oportunidad de proteger lo que más amo...— un fuerte viento hizo sus cabellos hondear violentamente sus cabellos —Y eso es algo que no me perdonaría si lo dejase pasar— la joven kunoichi clavó sus blanquecinos orbes en los de su interlocutor, mostrando así su resolución
Claro que Mitsuki tenía dudas, había días en los que se sorprendía soñando con otras vidas... pero esta es la que le había tocado vivir.
Mitsuki no pudo evitar sonreír al ver la intriga en los ojos del muchacho, era la primera persona que le realizaba aquella pregunta y le parecío bastante realmente buena.
—No, son marcas de nacimiento— señaló la joven sin titubear, sabía que para mucha gente era difícil de creer que pero era la verdad. Posiblemente la prueba más palpable, de que la tradición de Kusabi tenía un origen cierto. ¿Por qué si no iban a nacer personas con rayas de tigre? —Solo las poseen la Shijou y su Akikara na— la peliblanca usó su mano izquierda para revolver un poco el cabello, que comenzaba a apelmasarse a causa de la lluvia
Las siguientes palabras que salieron de la boca del muchacho de Takigakure dejaron a la Hyuga un tanto pensativa. A pesar de que desde muy pequeña sabía perfectamente que en un futuro debería de cargar con el peso de tanta responsabilidad, era inevitable sentirse muchas veces abrumada. Mitsuki no se consideraba muy diferente de cualquier persona normal y sin embargo, su destino era muy diferente al de cualquier otro.
—Por supuesto que me siento presionada— confesó la joven sin ningún tipo de rubor, mentir estaba de más en una conversación amistosa —Es algo que creo inevitable, al fin y al cabo muchas cosas dependerán de mí llegado el momento— a joven notó como el chico se había detenido quedando unos pasos tras ella e hizo lo propio, quedando unos pasos más adelantada.
El tono de voz que Tatsuya imprimió a su segunda cuestión dejó bien claro que no la estaba realizando a la ligera.
—-Proteger a todo tu pueblo es una responsabilidad muy grande, ¿estás dispuesta a hacerlo porque así lo dicta tu tradición?-—
—No es que tenga otra elección— comenzó la joven con sinceridad —Sin embargo no creo que lo haga por tradición, para mí Kusabi es mi hogar y su gente mi familia ¿Qué clase de persona sería si abandonase a mi familia a su suerte?— la peliblanca se giró suavemente hasta quedar frente a frente con el chico —Fuujin me ha entregado la oportunidad de proteger lo que más amo...— un fuerte viento hizo sus cabellos hondear violentamente sus cabellos —Y eso es algo que no me perdonaría si lo dejase pasar— la joven kunoichi clavó sus blanquecinos orbes en los de su interlocutor, mostrando así su resolución
Claro que Mitsuki tenía dudas, había días en los que se sorprendía soñando con otras vidas... pero esta es la que le había tocado vivir.