2/05/2016, 01:42
Ambos muchachos se apartaron del camino, permaneciendo en silencio mientras la comitiva avanzaba lentamente. La peliblanca permanecía firme, con la mano izquierda a la altura de su barbilla extendida de manera vertical y mirada al frente. Lo único que podía hacer la joven por aquella gente, era dedicarles sus oraciones y pensamientos.
Poco a poco, el cortejo fúnebre fue pasando lentamente frente a ellos. Mitsuki no podía parar de pensar en aquella pobre mujer que casi no podía mantenerse en pie por el dolor.
De repente, creyó escuchar la voz de su compañero. No sabía muy bien si se lo había imaginado o si de verdad se había dirigido a ella.
—Disculpa estaba distraída, ¿has dicho algo?— la joven volvió la cabeza hacia su izquierda, para enfocar al muchacho que parecía que la estaba mirando en aquel momento.
No hubo tiempo para esperar una respuesta, la lluvia comenzó a arreciar con fuerza y de repente todo sonido quedó oculto bajo el sonido del agua al caer.
-Mitsuki-dono debemos irnos- el joven la tomó de la mano y tiro de ella indicándole así que lo mejor era marchase de allí rápidamente
—Está bien— aceptó la joven —Pero llámame Mitsuki— le dijo con una cálida sonrisa antes de seguir al muchacho —Espero que no este muy lejos el pueblo— antes de ponerse en marcha, la joven dedicó una última fugaz mirada hacia el lugar por donde se había marchado la triste procesión
Poco a poco, el cortejo fúnebre fue pasando lentamente frente a ellos. Mitsuki no podía parar de pensar en aquella pobre mujer que casi no podía mantenerse en pie por el dolor.
De repente, creyó escuchar la voz de su compañero. No sabía muy bien si se lo había imaginado o si de verdad se había dirigido a ella.
—Disculpa estaba distraída, ¿has dicho algo?— la joven volvió la cabeza hacia su izquierda, para enfocar al muchacho que parecía que la estaba mirando en aquel momento.
No hubo tiempo para esperar una respuesta, la lluvia comenzó a arreciar con fuerza y de repente todo sonido quedó oculto bajo el sonido del agua al caer.
-Mitsuki-dono debemos irnos- el joven la tomó de la mano y tiro de ella indicándole así que lo mejor era marchase de allí rápidamente
—Está bien— aceptó la joven —Pero llámame Mitsuki— le dijo con una cálida sonrisa antes de seguir al muchacho —Espero que no este muy lejos el pueblo— antes de ponerse en marcha, la joven dedicó una última fugaz mirada hacia el lugar por donde se había marchado la triste procesión